-¿Hablas en serio? –Pregunto emocionado él espíritu del invierno, una gran sonrisa se dibujó en su rostro. Sus ojos azules brillaron intensamente al igual que la pálida luna encima de su cabeza.
-Seguro, vi mi sombra esta mañana, lo que significa que habrán seis semanas más de invierno – Explicó la marmota mientras levantaba sus manos. Mostró una sonrisa mientras el espíritu delante de él se llenaba de emoción.
-¡Eso es genial! – Gritó el peli blanco mientras hacía una voltereta en el aire. Su emoción y alegría provocó que algunas nubes se juntaran y rápidamente fueran cayendo de ellas nieve.
La marmota pasó su mano por su cara para quitarse algo de la nieve que cayó encima de su rostro.
-Perdona, a veces mis emociones llegan a controlar el clima – Dijo Jack, se rascó detrás de su cabeza al tiempo que sonreía apenadamente.
-Descuida, no importa. Estas muy feliz, ¿Quién te culpa? De hecho – Miro fijamente al más joven – Deberías de celebrar que el invierno se extenderá por más tiempo.
-¿Celebrar? – Pregunto Jack.
-Una tormenta de nieve. Pienso que sería la mejor manera de recibir las nuevas semanas de invierno – Dijo sin dejar de sonreír.
Pero Jack mostro una mueca insegura.
-No lo sé, ¿En serio piensas que una tormenta sería una buena idea?
-Confía en mí. No tiene que ser algo exageradamente grande, solo lo suficiente para cubrir toda la tierra con nieve. Solo piénsalo, todos los niños les encantara, ellos aman tu nieve, amaran jugar con ella una vez más antes de que la primavera aparezca y derrita todo – La marmota mantenía sus ojos en Jack Frost quien estaba meditando un poco sobre su sugerencia.
Pero solo pasó un minuto antes de ver nuevamente apareciera una sonrisa en su rostro.
-Supongo que tienes razón, será muy divertido seguir jugando con los niños ahora que el invierno durada un poco más.
Ambos inmortales sonreían. Jack de una forma inocente y juguetona y la marmota de una forma satisfactoria.
-Espero que te diviertas mucho – Decía mientras se despedía de Jack.
-Claro, adiós y gracias – Rápidamente, el más joven, se perdió entre el inmenso cielo.
La marmota se dio la vuelta para dirigirse a casa, intentaba ahogar una leve risa mientras se imaginaba que sucedería mañana temprano.
Mañana es pascua y conociendo el gran desprecio que dicho conejo tenía hacia la nieve…
-Ya deseo que sea mañana. No podre dormir esta noche – Menciono para sí mismo.
