Disclaimer: Digimon es propiedad de Bandai y Toei Animation, no hago esto con fines lucrativos.
Esto va ser un short-fic (énfasis en el "short") de tres drabbles/viñetas.
Un agradecimiento especial a Marce (Elenear28) que me permitió basarme en una experiencia suya y me dio su opinión.
Solo a Taichi
-Capítulo 1-
El celular vibró en el bolsillo de Sora, trayéndola bruscamente de regreso a la realidad. Al sacarlo, descubrió con molestia que se trataba de un mensaje de Taichi.
¡Al fin! Casi dos horas esperándolo para que ni siquiera se dignara a llamarla. No, en su lugar solo le enviaba un estúpido e insignificante mensaje que de seguro sería una burda disculpa por algo que no merecía perdón. Lo de siempre.
El celular volvió a vibrar en su mano. Corrección de último momento: Dos mensajes. Pero aquello no hacía una diferencia. Esta vez no lo perdonaría. ¡No lo haría!
Más cansada y decepcionada de lo que recordaba haberse sentido nunca, decidió abrir el chat y lo que vio allí la dejó sin habla.
El primer mensaje era una foto, una selfie para ser más exactos, de Taichi en un… ¿hospital?
¿Lo que alcanzaba a divisar atrás era una habitación de hospital? ¿Se trataría de alguna especie de broma de mal gusto?
Tenía mal aspecto y por lo poco que se veía traía puesta una bata de esas que usaban las personas cuando las operaban. Aquello no tenía sentido.
Desconcertada, decidió al fin leer las palabras que aparecían debajo.
[18:15 PM]: Siento no haber podido ir a nuestra cita, pero todavía sigo un poco aturdido por la anestesia y los doctores no me dejan salir.
¿Anestesia? ¿Doctores?
Se llevó una mano a la boca y el celular por poco resbaló de la otra.
Cuando pudo reaccionar, escribió una breve respuesta que le tomó demasiado tiempo a causa de sus temblorosos dedos.
[18:27 PM]: ¡¿QUÉ PASÓ?! ¿Dónde estás ahora?
De: Taichi
[18:33PM]: Me operaron de urgencia por apendicitis. Estoy en el hospital general de Odaiba, pero no te preocupes. Pronto me darán de alta, o eso me dijeron.
Sin esperar ni un segundo más, Sora dejó dos billetes sobre la mesa del local en el que estaba y salió corriendo, mientras en su interior maldecía a Taichi por siempre tener una excusa a sus faltas que le impedía enfadarse con él.
A esta altura ya estaba acostumbrada, pero esto… ¡esto era el colmo!
Solo a Taichi le pasaba. Solo a Taichi.
Gracias por leer.
