AMORE
Jîldael
Para Ray, como siempre.
Sus silenciosos amigos la miraban con insistencia.
Era un invierno crudo aquél y hacía mucho rato ya que el sol había desaparecido de su vista; aunque, la verdad, tampoco era que, desde aquel lugar, tuviera una buena perspectiva del exterior; en todo caso, no importaba mucho. Restregaba sus enguantadas manos con insistencia al tiempo que enterraba su nariz en la bufanda; pese a la calidez acogedora de su lugar favorito del colegio, ella sudaba frío. Harry se le había acercado con una palidez cadavérica, la noche anterior; la hizo llevarse un susto de muerte; peor aún, por primera vez, Hermione no lo entendía. Todo lo que le había dicho era que lo esperara en la biblioteca a partir de la media tarde. Y allí estaba, en la vuelta número 500 alrededor de su estante predilecto: Runas Antiguas, Ciencias Mágicas, El Arte del Aritmago; pasaba de un título a otro, con cierta cresciente fascinación. Empezaba a considerar la posibilidad de leer uno, cuando Harry apareció, de golpe.
Por un instante, Hermione creyó que era Snape en el cuerpo del chico, por ese color cetrino de su rostro, por esa mirada fría e indiferente, por ese frú–frú de su capa al pasar como un vendaval entre los estantes. Parpadeó unos segundos, confundida; consiguió respirar, aliviada, cuando Harry la miró y le regaló una sonrisa. Dos pasos más y él estaba frente a ella. Al instante siguiente, la besaba. De algún modo, Hermione siempre lo supo. El que se amaban, pero, peculiarmente, el valor Gryffindor siempre le faltó en el momento crucial. Cuando lo miró, otra vez, supo que era Harry, su Harry de toda la vida y que todo lo demás, incluidos sus más terribles miedos, sólo habían sido una mala jugada de su veleidosa imaginación.
Fin
Sí... ... Es otrosuspiro robado a la inclemencia de la vida; un instante cristalizado en el tiempo, cuando la esperanza pelea por no morir, mientras "Casualidad", de Miranda! acompaña su nacimiento. Espero que os guste. Jîld.
