El invierno del lobo
Disclaimer: Canción de fuego y hielo no me pertenece.
Aviso: Este fic pertenece al reto "El Norte no olvida" para el foro "Se acerca el invierno" Serán tres capítulos basándose en tres sentimientos de 350 palabras cada uno.
1ºSentimiento: Optimismo.
Ned jamás había sido optimista, no más de lo necesario, no creía que todo pudiese salir perfecto al cien por cien, era imposible por pura estadística. Y lo decía con fundamentos: tenía el historial de la guerra que había llevado con Robert, las tumbas de su familia, la injusticia general, las atrocidades, la impotencia, títulos y deberes que jamás había querido, su hermano que se había marchado sin remedio, su hermana muerta entre sus brazos sin poder evitarlo… pero habían ganado, habían parado la injusticia, habían arreglado esas tierras, las habían salvado del Rey Loco.
Pero seguía sin ser optimista, se decía, porque jamás existiría un futuro junto a Robert y sus seres amados, no habría un mundo perfecto, aquel con el que soñaban de niños mientras jugaban a ser caballeros invencibles. Solo existía ese extraño amasijo impugnable de probabilidades llamado futuro.
Sin embargo, en aquel momento, con Jon entre sus brazos, que le miraba con sus inmensos orbes grises y profundos, sintió que existía un futuro, pensó que amaba creer en la idea de que sus hijos fuesen felices. Porque tras todo lo que había pasado en la Torre de la alegría lo necesitaba.
Y, por primera vez tras su infancia en el Nido del Águila, Ned fue optimista: creyó en un futuro en el que estaría rodeado de una familia, su familia, donde sus hijos fuesen todos iguales, donde la bondad de los hombres supervivientes a la guerra reinase por encima de todo, junto con la paz por la que tanto había luchado…
Pero por encima de todo ello, por encima de aquel bien común, quiso pensar que aquel optimismo fuese suficiente como entregarles a sus hijos la felicidad, para que nunca pasasen por lo mismo que pasó él.
Porque lord Eddard Stark solo fue optimista dos veces en toda su vida: cuando fue un infante; y cuando su corazón se llenó e inundó de la dicha que le provocaban sus hijos, con sus risas dulces y sus miradas limpias, porque en ellas había tanta paz que se veía incapaz de dejar de verles siendo así, niños sonrientes.
Notas: bajo mi punto de vista este personaje es muy complejo y, de hecho, se me ocurrían tres mil formas de mostrar optimismo en él, pero me decanté por esta al sonarme más apropiada.
