Super & Wonder.

Resumen: Todos le habían rechazado, podía ver en sus ojos que todos tenían miedo de salir lastimados por sus incontrolables poderes; todos excepto él. "Soy más fuerte de lo que piensas, honey. ¿O debería llamarte nerd de los truenos? [Au- Creek] Super Craig X Wonder Tweek.


Capitulo I. -El primer encuentro.

La primera vez que Tweek Tweak despertó sus poderes estaba en la escuela, no hubo alguna señal previa de que los poseía y por este motivo fue una gran sorpresa para todo el mundo, el suceso habia llegado a periódicos y noticieros locales bajo los titulares "Psicótico despertar: Elementariasta congela la clase en un frenético ataque. 20 niños heridos, 6 muertos"

No importaba si eran medios de comunicación serios o noticieros amarillistas, todos y cada uno lo hicieron quedar como una amenaza, como si el niño de solo tan solo cinco años de edad lo hubiera planeado todo para matar a sus compañeros.

El nombre "Thunder" se convirtió en el alias del pequeño rubio, ya que era menor de edad no podían revelar su identidad y aunque estaba clasificado como un accidente del "despertar", muchas personas exigieron que se le apresara, incluso algunos pidieron la pena de muerte para el niño.

Desde luego esto no fue concedido, lo que ocasiono que algunos atacaran al pequeño para tratar de hacer justicia por su propias manos. Esto desencadeno un nuevo descontrol en sus poderes y esa fatídica noche la peor tormenta eléctrica acabo con la mitad de su pueblo natal.

El pequeño y nervioso rubio recordaba los problemas por los cuales sus padres tuvieron que pasar después de eso, además de la presión social por que se le encerrara de por vida. Sus poderes que estaban ligados a sus sentimientos fueron descontrolándose más y más. Se convirtió en una amenaza.

Aun cuando el niño no quería hacer daño a nadie, no podía controlarse.

Después de largos juicios y de que sus padres permitieran al gobierno de los estados unidos hacer algunos experimentos con él (Experimentos que le causarían pesadillas por mucho tiempo) el pequeño este fue liberado, tenia que estar medicado todos los días y llevar un brazalete que le daría una descarga paralizante si sus poderes comenzaban a descontrolarse de nuevo.

Las medicinas y lo que sea que le hubieran hecho en aquel laboratorio causo que la alegre personalidad del niño se transformara, más tímido y asustadizo del mundo, el brazalete le lastimaba provocando le espasmos doloroso cada vez que se ponía nervioso, para los ojos ajenos aquello parecía sin duda tics y pequeños gritos molestos.

Pero joder, como dolían.

Lo único que calmaba un poco ese dolor era el café, contrario a lo que la gente podía pensar la cafeína no alteraba el organismo de un elemetarista, al contrario, tomar grandes cantidades de café mantenían a Tweek más calmado.

Una vez que mostró tener sus poderes en control se le permitió reintegrarse a la sociedad, sus padres y él fueron exiliados a un pueblo lejos del desastre que habia provocado el rubio, a un pueblo llamado South Park, donde una escuela especial para niños con habilidades sobrehumanas podía hacerse cargo del pequeño.

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Lo consideraban el raro del salón, no habia necesidad de que se lo dijeran. Podía ver sus miradas llenas de recelo y sus muecas burlonas cuando los espasmos le hacían temblar.

"¡Gah e-es demasiada presión!" Exclamaba cuando sentía que no podría controlar sus emociones, la mayoría de las veces aquella frase iba acompañada con un tirón a su cabello. El dolor que le provocaba el brazalete era tanto que causarse dolor él mismo ayudaba a que se tranquilizara. Un día de estos iba a quedarse calvo por tirar tanto de su cabello.

Más aun con toda la presión que recibía en esa clase, con esos compañeros idiotas que siempre estaban ocasionado problemas a todos.

Uno de esos problemas lo llevo a conocer al que algún día se convertiría en su pareja.

—Tweek, Craig dice que va a patearte el culo. —Dijo uno de sus compañeros, normalmente no hablaba con nadie asi que el rubio no supo exactamente quien lo dijo.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué, qué se supone que hice?! —Preguntó nervioso, pequeños tics productos del nerviosismo. Su mirada busco al mencionado Craig, nunca habia hablado con él y tampoco se metía con nadie. No entendió porque al encontrarse sus miradas el moreno le dedico una seña obscena. —¡Gah! ¡Oh dios, es demasiada presión! No quiero pelear con nadie.

—Pues tendrás que hacerlo o seras un marica.

—No soy un marica, ¡peleare!.

Y de esa forma estúpida se habia concretado una pelea. Claro que dicha pelea fue pospuesta un par de veces porque en realidad ninguno de los dos quería pelear y todo era plan del problemático team Stan.

Después de que se les diera una semana para aprender a pelear la pelea se llevo acabo. Tweek habia aprendido algo de boxeo (si es que se le podía llamar asi a golpear a un invalido en las pelotas) con ayuda del tío de Stan y su amigo, mientras que Craig habia aprendido un poco de sumo.

La pelea empezó bastante normal, con ambos niños dando puñetazos, golpes y empujones, al menos hasta que Craig logro arrojar a Tweek contra uno de los juegos metálicos del patio, el rubio se golpeo la cabeza provocando un ruido sordo, pero con aquello también su brazalete se habia apagado repentinamente.

—¿Ya has tenido suficiente? —Gruñó e moreno caminando hacia el rubio, aunque parecía desinteresado estaba un poco preocupado, pues sus poderes se habían hecho presentes a penas el verano pasado y aun no podía controlas su super fuerza, temía que aquel golpe hubiera dañado seriamente al rubio y que esto le ocasionara problemas con su padre.

Pero cuando vio los ojos del rubio volverse completamente azules, con pequeños rayos volando al rededor supo que algo iba mal. Antes de que pudiera reaccionar una ráfaga de hielo lo empujo hacia la pared de ladrillos que delimitaba el patio de la escuela. Los mirones se alejaron saliendo algunos con pequeños rasguños producto de unos cristales de hielo que se formaron dentro de la ráfaga.

—¡Alguien llame a la directora! —Grito uno de los espectadores cuando los truenos provenientes del rubio empezaron a destruir el camino por donde estaba flotando. —¡Ese loco va a matar a Craig!

El moreno frunció el ceño cubriendo unos ataques de cristales de hielo que se destruyeron al contacto de sus puños.

—¿Matarme? —Repitió Tucker con mala cara, de pronto un cristal golpeo con fuerza su cuerpo y lo lanzo hacia la pared que se agrieto a sus espaldas. El moreno gimió de dolor y fue ese sonido el que hizo a Tweek volver a la realidad por unos segundos.

—¿Qué? ¡T-todos aléjense ahora mismo! ¡No quiero lastimarlos! —Gritó, pequeñas lagrimas asomándose en sus ojos que seguían brillando de color azul pero con menor intensidad. —¡Craig huye!

—¿Huir? ¿Matarme?... —El moreno se ponía de pie, aquel ultimo golpe habia logrado tirarlo. Escupió un poco de sangre antes de dibujar una sonrisa en su rostro. —¡No me subestimes! ¡Soy más fuerte de lo que crees, nerd de los truenos!

Dicho esto corrió directo hacia el rubio atinado un puñetazo directo a la cara de Tweek, el cuerpo del amante del café cayo al suelo y sobre él Craig quien le detuvo dando más puñetazos en rostro. Las manos de Tweek se aferraron a la muñeca del moreno, aquella mano con la que no estaba golpeándolo.

Podía ver que le estaba haciendo daño, Craig sabia que estaba usando más fuerza de la que debería y aun cuando el rubio parecía dolido no hacia nada para defenderse. Eso molestaba más a Tucker.

—Vamos, ¿Eso es todo lo que puedes hacer. Lanzar unos rayitos y unas cuantas bolas de nieve? ¡Atácame con todo lo que tienes! —Exclamó, provocandolo. Sus provocaciones tuvieron resultado cuando el cielo empezó a oscurecerse y una tormenta de hielo y truenos lo golpearon con todo su poder.

Ambos terminaron en el hospital después de eso y estarían en detención por tiempo indefinido cuando regresaran a la escuela.

Por alguna extraña razón ambos terminaron en la misma habitación, uno al lado del otro se lanzaban miradas de desagrado cada vez que tenían la oportunidad. Pero ya que no tenían a nadie más que los visitara (excepto a Clyde, el mejor amigo de Craig pero este no podía ir a verlo todos los días) empezaron a hablar más entre ellos.

Y se dieron cuenta que en realidad podían llevarse bien, que la compañía mutua no era tan mala y que al menos mientras estuvieran en esa habitación de hospital podían ser los mejores aliados.

Compartieron cosas personales, el sueño de Craig de ser astronauta, fotografías de su mascota Stripe, de Tweek las complicaciones del despertar como elementarista, su gusto por hacer repostería. Se llevaban bien, Pero juraron que todo terminaría cuando ambos se recuperaran. Y cuando hicieron esa promesa parecía un futuro muy lejano.

Un futuro que los alcanzo.

La ultima noche en el hospital, Craig le mostró el espacio entero con un aparato que le habia regalado su abuela, una especie de proyector que le dejaba ver las estrellas tan cerca que casi sentía que podía tocarlas. A cambio Tweek hizo nevar en la habitación, copos de nieve con forma de estrellas para Craig.

Ambos se tomaron de las manos, encerrados en esa habitación iluminada por estrellas distantes y adornada por copos de nieve que giraban y giraban como si se tratara de una de esas bolas decorativas.

Se miraron en silencio como si fuese una despedida y en cierto modo lo era, porque los muy tontos habían acordado olvidar todo cuando salieran de esa habitación y eso incluía lo que pasaría a continuación.

Con la cabeza llena de escarcha, las mejillas adornadas de ligero escarlata, la luz de estrellas desconocidas reflejadas en su rostro, sus labios inexpertos se encontraron en un beso tímido.

Un suave contacto que fingirían que olvidaron.

Continuara...