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Disclaimer: Harry Potter y sus personajes, no me pertenecen.

Nota: Este fic participa en el minireto de Enero para "La Copa de las Casas 2017-18 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black."

Aviso: Además del WI? Posible OoC de Fraile Gordo, pues, Erick es un OC mío.

Gracias a Bell (Tooru Hally Beelia FrikiPotter) por betear el fic. :3


Convenientemente Hufflepuff.

—Carajo, es el profesor de pociones.

Euphemia miró en todas las direcciones posibles, bastante más coherente de lo que estuvo pocos segundos antes de escuchar el resonar de las pisadas del viejo mago en las cercanías, y volvió a maldecir en cuanto no encontró un escondite cercano. Tambaleante y bastante mareada, con el estómago revolviéndosele, la bruja de cabello oscuro siguió con su camino, dirigiéndose a las cocinas del colegio.

Entonces, para suerte de la muchacha Black, el Fraile Gordo apareció al traspasar unas paredes con barriles, y según la poca capacidad racional con la que contaba Euphemia en esos momentos, el fantasma de Hufflepuff parecía extremadamente feliz.

—Querida, ¿Pero qué haces fuera? —cuestionó alegremente, revoloteando alegremente una botella entre sus manos—. Ven, la fiesta es adentro.

Ante lo dicho por el Fraile, Mia parpadeó, confundida.

—Eh… yo no…

—¡Oh! ¿No recuerdas la contraseña? —interrogó, conmovido. —No te preocupes, ¡yo te ayudo!

Aún sin comprender a qué se refería el fantasma, la chica de sexto año simplemente le siguió la corriente en cuanto escuchó las pisadas del profesor más cercanas. Podría estar ebria, sí, pero no por eso se dejaría atrapar in fraganti. Con dificultad, Euphemia siguió las instrucciones que le daba Fraile, divertida ante el ritmo que hacía al golpear el barril que le habían señalado.

Una vez estuvo dentro de la Sala Común de Hufflepuff, la leona recorrió todo el lugar con su castaña mirada, observando como los ya borrachos tejones bailaban y festejaban el nuevo año. Y la fiesta a la que había sido metida por Fleamont y Erick en Gryffindor, continuó en la Casa de los tejones.

Al día siguiente, cuando Euphemia se despertó con un dolor de cabeza horrible y unas asquerosas e inaguantables ganas de vomitar, tardó un poco en reconocer el lugar en el que estaba aunque el amarillo y el negro – que hasta había en su propio uniforme – le ayudó a reconocer que estaba en una casa que no era la suya, sentada en un sillón que no era el de su Sala Común y rodeada con los restos de una fiesta que no era de Gryffindor.

—¡Date por muerto, Erick! —y el grito se escuchó por todo Hogwarts—. Mi cabeza…

El maldecido, por su parte, siguió felizmente durmiendo en el piso de su Sala Común, ignorante del peligro que le acechaba.


Yo, con mis intentos de humor. Fue divertido escribir esto, cuando nunca he tenido resaca o me emborrache, aunque una vez tomé algo que me dejó tirada del estomago una semana.

¡Gracias por los reviews, criticas, consejos y demás! Hasta luego.