1.- El regreso del caído

Emma había traído a Marion del pasado, no podía estar pasándole esto a ella, otra oportunidad para ser feliz y otra vez ella es la que termina con el corazón roto; no importa cuánto se había esforzado en intentar ser buena, lo único que obtenía a cambio era que los "Héroes" se llevaran todo el crédito de su trabajo y esta vez como si eso no bastara, a Emma se le había ocurrido viajar al pasado con su novio el pirata y destruir una vez más su final feliz.

Y asi estaba ahora ella, sola, sin nadie que le importara en verdad como para que la hubiera alcanzado. Mientras se encaminaba a casa no tan rápidamente, probablemente los Charmings ni siquiera se habían molestado en salir del restaurante para checarla, o Henry seguramente seguiría jugando con el bebe Neal sin percatarse de lo que le había pasado a ella, tampoco Robin parecía importarle, el hombre no podía ver más allá de su bella esposa recientemente revivida y no podía culparlo, justo unos momentos antes él le había contado que atravesaría un infierno solo para poder verla, así que lo mejor sería irse a casa y beberse toda su reserva de cidra… Si, ese sonaba como un excelente plan para acabar con esta noche desastrosa.

Al llegar a casa ni siquiera se molestó en cambiarse de ropa, se fue directo a la licorera a agarrar toda reserva de licor que tenía disponible, regreso con varias botellas que contenían desde wiski hasta tequila, sin dejar atrás su cidra. Se sentó en el sofá de su preciosa sala blanca para mirar a la nada y empezar con el ritual de emborracharse, vaso tras vaso las botellas se iban acabando y con ello su habilidad para pensar las cosas correctamente, la primera etapa de la noche de borrachera de Regina Mills consistiría en el enojo, empezó a producir bolas de fuego en sus manos apuntando y destruyendo todo aquello que le trajera malos recuerdos en la casa, que como era de esperarse eran muchísimas cosas, quemo varias partes de su alfombra, que era donde habían estado sentada con Robin cuando le dijo que era su alma gemela, varios retratos que tenia en casa, lámparas, termino haciéndoles unos hoyos enormes en la pared, también arruino su mesita de noche, parte del barandal de la escalera y cuando decidió que ya era tiempo de tomar un poco mas, la mitad de la planta baja estaba hecha un desastre a excepción de la cocina, esa quedo intacta, agarro la primera botella que tuviera a la mano y empezó a tomar a tragos grandes, de pronto toda esa furia que tenia contenida fue desapareciendo hasta llegar al punto es que no sabia porque se había enojado en primer lugar así que hizo lo que cualquier persona alegre por unas copas de mas haría a las 12 de la noche… Prender su radio a todo volumen y empezar a bailar como si no hubiera un mañana, aunque estaba sola eso no evito que tratara de cantar la letra de Anaconda fallidamente, ni que tampoco bailara sensualmente contra el librero. Con tanto baile, el cuerpo de Regina comenzó a entrar en calor, así que lo primero que salió fueron sus tacones pero decidiendo que no sería suficiente también se quitó la bufanda, pero eso tampoco ayudo al calor que estaba sintiendo y después de unas canciones mas, el vestido que tenia puesto también salio de su cuerpo, dejándola nada mas en su brasier negro de encaje, panties a juego, sus medias y por supuesto su sexy liguero.

L. L. Q. R.

Decir que Emma Swan estaba devastada moralmente por lo que le había hecho a la morena era decir poco, ella misma podía oír como su corazón se rompía ante la mirada de esos tristes ojos chocolates, no era su intención herirla, no sabia que rescatar a una desconocida, le haria tanto daño a alguien por quien en serio se preocupaba y cuando le dijo a sus padres que iba ir a alcanzarla para tratar de disculparse lo único que ellos dijeron fue que deberían darle su espacio y ya después si ella no se volvía en la Evil Queen otra vez podría ir a disculparse.

Mas tarde en el restaurante Marion les contaba a todos como es que la Reina la quería matar a sangre fría y de como la Salvadora evito ese destino tan cruel, por supuesto todos se compadecieron de la pobre mujer que acababa de recuperar a su marido y a su hijo, también les recordó a todos el "monstruo" que Regina era en realidad y la rubia no podía hacer nada para parar eso y el muy maldito de Robin ni siquiera trato de defender a la mujer que era su alma gemela solo estaba ahí como el idiota que era.

Emma ya no podía aguantar mas escuchar a todos hablar pestes de la mujer que los acaba de salvar, claro ellos no sabían eso, la versión oficial era que los héroes habían acabado con Zelena cuando en realidad Regina fue quien los salvo a todos asi que mejor se salió, caminando directo a casa, por supuesto no sin antes de que Hook tratara de besarla y tener otro momento romántico con ella, lo que ella rechazo de inmediato, la verdad es que no sabia clasificar lo que ellos tenían, pero no era una relación eso era mas que obvio, bueno, al menos para ella, ya que no era a el a quien se imaginaba que abrazaba en las noches, ni tampoco con quien soñaba despierta sobre una vida larga y feliz a su lado, ni mucho menos con quien fantaseaba poder ver con mucho menos ropas de las que era debido.

Llego a casa y el primer instante en que su cabeza toco la almohada quedo profundamente dormida, unas horas después su celular empezó a sonar, pareciera que no había dormido nada, así que contesto de mala gana, solo para descubrir que en la calle Miflin alguien estaba rompiendo la paz. Emma ni siquiera dejo terminar al hombre, cuando oyó lo de la calle Miflin colgó y rápidamente salió en su Volkswagen amarillo con dirección a la calle; todo parecía normal, no había casas quemándose, ni gente huyendo, ni tampoco una turba enardecida que caminaba con antorchas y cuchillos hacia la casa de la alcaldesa así que no estaba segura de que esperar.

Cuando estaba cerca de la casa de Regina, había un ruido ensordecedor, la música demasiado alta hacia que varias casas alrededor tuvieran las luces encendidas, así que tal vez es por eso que la llamaron, mientras caminaba hacia la puerta principal la verdad no sabía que esperar, esperaba que la alcaldesa estuviera furiosa, maldiciendo a la gente o destrozando todo lo que estaba a su paso, probablemente que estuviera planeando una horrible venganza en contra de todo pero no se imaginó que estaría obligada a tocar en la puerta de Regina para simplemente pedir que le bajara al volumen porque sus vecinos no podían dormir. No, no podía ser tan fácil, asi que mientras esperaba a que abrieran la puerta se recargo un poco, la espera estaba matándola, y que tal si con todo el ruido Regina no había escuchado que tocaban a su puerta , entonces debía abrirse ella misma, pero antes de poder reunir el valor para hacerlo la puerta se abrió.

Emma podía estar preparada para cualquier desastre, esperaba que la alcaldesa tratara de incinerarla o de desaparecerla, incluso que hiciera que maléfica volviera a la vida (en forma de dragón claro) para que ella la asesinara, Emma podía encontrar un plan para todas esas situaciones, para lo que no estaba lista era para encontrar a la Alcaldesa solo en ropa interior, sin tacones y que su cabello siempre perfecto estuviera alborotado dándole una apariencia de lo más sexy que podía imaginar, en el momento que Regina empezó a hablar ella no podía escuchar lo que decía y no era precisamente por el ruido, si no por su corazón latiendo rápidamente en su pecho, solo podía ver las hermosas piernas que estaban descubiertas, esa figura perfecta de la alcaldesa que hacía que le dieran infartos cada vez que la otra mujer se agachaba.

-¿Qué?- fue lo único que pudo articular la rubia

-¿Qué esta haciendo en mi casa tan noche Señorita Swan-

-ahh si…. Uhhhh…. Pues-

-tan elocuente como siempre querida- dijo en tono de burla mientras entraba a la casa indicándole a Emma que hiciera lo mismo quien como un cachorrito perdido la siguió sin pensarlo. Al entrar a la mansión Emma noto el desastre que estaba hecha la sala, el comedor y las escaleras

-Regina, ¿qué ha pasado en tu casa?- la morena que mágicamente había apagado la música estaba sirviéndose otro caballito de tequila.

-ohhh, me daban las ganas de remodelar, ya sabes, tal vez poner un poco mas de color o quizás lo deje así, después de todo creo que luce bien ¿no?-

-no, esto no está bien Regina, creo que te has bebido todo ese tequila completo, se que estas molesta con lo de Robin pero-

-¿Robin? ¿Qué Robin?- decía la alcaldesa –el ladrón de segunda que no dudo en cambiarme, mi supuesta alma gemela que no me ve mas que como un plato de segunda mesa, nooo, me he dado cuenta de que estoy mejor sin el, el darme cuenta de eso fue duro pero hubiera sido peor darme cuenta mucho después- mientras decía eso Regina se acomodaba en uno de los muebles de la sala que no estaba completamente destrozado y Emma hacia lo mismo.

-Lamento haber provocado todo esto, yo…- antes de que pudiera decir otra cosa Regina ya estaba llorando silenciosamente, así que lo único que le quedo hacer fue abrazar a la otra mujer, se dio cuenta de que Regina sin sus tacones altos en realidad era muy pequeña no débil ni mucho menos indefensa, simplemente era pequeña físicamente, Emma quería abrazarla hasta que dejara de llorar, podía sentir las lágrimas que mojaban su camiseta y sus manos aferrándose con fuerza a su torso cuando la morena levanto la cara y la miro con esos ojos llenos de sentimientos sobre todo de tristeza y de soledad, eso era lo que predominaba.

-¿Por qué nadie me quiere Emma?- peguntaba Regina mirándola directamente, la rubia no sabía que responder nunca pensó ver a la Alcaldesa tan rota y hecha un desastre, tan… Vulnerable, y antes de poder responder algo coherente la morena empezó a besarla, Emma no sabía qué hacer, la mujer por la que tenía sentimiento la estaba besando, y no solo eso, dicha mujer estaba solo en ropa interior y acercándose cada vez más y más, no podía dejar que eso pasara, no mientras ella estaba en ese estado, y sin pensarlo alejo a la otra mujer un poco más brusco de lo que debería, pero no era por querer estar lejos sino por la adrenalina que le estaba proporcionando ese momento y lo único que su brillante cerebro pudo articular en el momento fue un "lo siento, no puedo hacer esto" mientras salía prácticamente corriendo del lugar, si, no fue lo mejor que pudo hacer, pero no estaba siendo ella en ese momento y todo el camino a casa se estuvo maldiciendo por no tener el valor de decir lo que sentía

L. L. Q. R.

Regina ya estaba muy cansada como para enojarse o llorar por lo que acababa de pasar, ya no debía de importarle nada de eso, al menos no en lo que quedaba de noche, subió hasta llegar a su cuarto y estaba en el proceso de ponerse el pijama cuando noto que su joyero estaba abierto, lo cual no era raro, lo extraño es que algo parecía brillar de ahí adentro así que se acercó a ver que era. Lo que brillaba era su sencillo anillo de compromiso que le había regalado Daniel, puede que haya sido el exceso de tequila o una clase de magia rara, de cualquier forma beso el anillo y deseo estar con él mientras se quedaba dormida

L. L. Q. R.

Esa misma noche en la ciudad de Maine, un hombre de cabello castaño y ojos azules soñaba con castillos, caballos, una tierra en donde la magia era cosa cotidiana y una hermosa chica con la que compartía picnics a escondidas y tenía los más bellos ojos marrones que ha visto en su vida