ADVERTENCIA:

(?) Universo Alterno. (?) Posible OOC en los personajes. (?) Si eres "fanática" de Sakura Haruno te agradezco que te abstengas de leer este fanfic porque posiblemente puede tener una perspectiva que no te guste de su personaje. Voy a plasmar tal cual es mi pensamiento de ella. Sin embargo, por el consejo de mi amiga Raghdoll trataré de ser lo más respetuosa a la hora de utilizarla. Con esta advertencia, no afirmo que voy a ofender el personaje diciéndole groserías o algo así. No, no es eso. Solo que siempre he visto su personaje como algo enfermizo; es decir, el amor de Sakura hacia Sasuke. Con esto, espero no herir sensibilidades sino ser clara al respecto y advertirles de lo que posiblemente encontrarán


ANCORA

(Aún)

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Primer Capítulo:

Decisiones erradas.


—¡Joder, hombre! —exclamó Naruto en visible señal de disgusto— , ¡¿estás seguro de lo que vas hacer?! — le preguntó a Sasuke, otra vez, aún en la conmoción pues por más que escuchara la misma respuesta una y otra vez su mente se negaba aceptar la decisión del azabache. Naruto tenía motivos para sentirse defraudado pues se suponía que él no era un extraño para el hombre que tenía en frente quien insistía en comportarse con tal actitud que de verdad hasta él mismo creía que eran dos completos desconocidos. Estaba lastimado porque según recordaba, entre él y Sasuke, ya existía confianza para dejar de lado la indiferencia. Después de todo, no en vano tenía diez largos años de amistad con el azabache.

Ante el cuestionamiento lo miró actuar como si nada, con odiosidad y gruñó por tal recibimiento. Naruto había estado fuera de Japón por un viaje de negocios previamente planificado con su abuelo Jiraiya, donde tardó casi un mes resolviendo lo concerniente a un trato con inversionistas extranjeros interesados en aliarse con su abuelo y ese día Viernes, en horas de la mañana, regresó para encontrarse con la caótica realidad de que Sasuke se iba a casar. Según recordó, la última vez que vio al azabache lo notó bien, normal, con su típica agenda apretada; ocupado en la complicada vida que tenía por ser un Uchiha, los asuntos de un post-grado que cursaba y el romance bajo perfil que mantenía con una joven de ascendencia italiana. Por ello la sorpresa, no asimilaba el cómo era que a pesar de la cercanía que creía tener con Sasuke este no le contó, antes de su viaje, que estaba planeando casarse con la muchacha.

Sin embargo, una vez de ahondar bien en el tema con algunos conocidos y enterarse de que la mujer con la que Sasuke contraería matrimonio no era la joven rubia de ojos azules que él conoció se alarmó. ¿Qué era aquella patraña?

Ante tal evento, Naruto se hacía perdido y no ayudaba en nada en que Sasuke fuera una persona tan cerrada y problemática que no fuera capaz de confesarle abiertamente qué estaba pasando. Irritado por no hallar respuestas, se revolvió la maraña de cabellos rubios e inhaló y exhaló; luego, se pasó la mano por el cansado rostro que reflejaba unas visibles ojeras color marrón claro. Bufó y sintió cólera. Solo Sasuke era capaz de hacerle semejante cosa. Que iba saber él que, recién pisando el aeropuerto iba a ser sorprendido con la irracional noticia de que su mejor amigo iba a contraer nupcias con una extraña.

—Mmm…— mientras lo observa Naruto piensa que Sasuke es complicado tratándose de su relación personal hacia las demás personas. Entiende que para él no es fácil exteriorizar las emociones como un ser humano normal y que en ocasiones puede ser un total engreído capaz de lastimar a sus seres queridos. Pero sabe que detrás de toda esa fachada de presuntuoso autosuficiente hay una persona frustrada por no poder ser libre de los estigmas y vestigios de la familia Uchiha. Por ello, Naruto no duda que todo aquel show ha sido causado por los líderes de ese Clan debido a que Sasuke siempre le ha prestado mucha atención a las opiniones de Fugaku y Madara Uchiha.

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— ¡¿Estás seguro de lo que vas hacer?!

Apenas escuchó la pregunta por boca de Naruto sintió una cargante sensación de incomodidad y fastidio y, ante ello, respondió bufando; engorrosamente esa era la cuarta, o la quinta ocasión, que el hombre de rubia melena le preguntaba aquello en lo que iba del día. No obstante, pese a lo enojoso de la situación para su paciencia aquello no lo pilló desprevenido; pues, desde un principio sospechó que, tal cual, iba a ser la actitud del rubio una vez tuviera conocimiento de su "imprevisto matrimonio" con Sakura Haruno, la hija de un buen amigo de su abuelo Madara. No obstante, lo ignoró y aún con el cabello húmedo y apenas cubierto por unos pantalones tomó una camisa blanca de lino del closet, se la colocó y aún, sin aparente interés en responder empezó abotonarla tomando dirección hacia el cuarto de baño a su izquierda y arrugó el ceño, sabía que podía engañar a cualquier persona menos a su hermano y a Naruto; empero, si el rubio era obstinado cuando quería algo él lo era aún más. Mientras caminó cercano al muchacho de ojos claros muy sensible en la oreja derecha escuchó que Naruto gruñó haciéndose notar; por lo que, fastidiado respondió un antipático "sí". Pero la réplica a su pregunta no convenció al otro quien lo siguió hasta encontrarlo frente al espejo del cuarto de baño arreglándose el cuello de la camisa.

— ¡Oye! —se quejó el rubio y lo regañó: —. No te comportes como un engreído cuando te hablo. Uzumaki lo observó con una mirada determinante en el rostro —. ¡Habla claro! ¿Qué es todo este engaño?

Aún, con indiferente rostro, Sasuke no contestó e hizo caso omiso al comentario. Miró su reflejo frente al espejo y suspiró. Él sabía de qué hablaba Naruto pero no quería hablar de ese fastidioso "tema".

—Maldita sea…—Naruto farfulló por el desinterés mostrado en el rostro del azabache y ante la frustración se le formó una venita roja en la frente e incómodo por sentirse hablando con una pared buscó alivio, se masajeó el puente de la nariz y tomó una bocanada de aire. Luego, tras meditar entendió que no obtendría respuestas del azabache sino lo encaraba adusto y severo—¿Sabes, Sasuke? —indagó y se cruzó de brazos — Yo aun no sé qué es todo esto, ni entiendo el porqué de tener tanta obstinación para hacer el semejante disparate de casarte con Sakura Haruno si a ella apenas la conoces—aseguró y guardó silencio esperando una reacción; pero de nuevo, el azabache se empezó anudar la corbata como si no hubiese dicho nada. Así que indignado, Naruto decidió continuar: — Te recuerdo engreído, que casarse no es un inanimado negocio que puedes manejar a tu antojo.

—Sí, pero igual sino es ahora lo manejaré después. Porque es obvio que a la larga terminaré controlando este matrimonio como otro negocio más. Te acordarás de mí. Además, a ella eso no le importa. Sakura será feliz solo por el hecho de tener al gran Sasuke Uchiha de esposo —sin emocionarse, el azabache contestó mientras seguía en su labor.

—¿Y?, no me referí a ella —Naruto refutó y se cruzó de brazos—. Esa mujer le importa un comino el cómo la trates. Siempre y cuando permanezcas a su lado para ella todo es maravilloso.

Sin una pizca de vergüenza, Sasuke asintió y sonrió.

—Sí, eso lo sé —afirmó la sonrisa en los labios al recordar a su ingenua futura esposa—. Por eso la escogí, ella es la mujer ideal para mí. Se someterá a mis mandatos sin ningún reproche —terminó de atarse la corbata e intercambió una suspicaz mirada con el rubio—. En cuanto a mí, no te preocupes, estaré bien. A la larga tengo que encontrar alguna satisfacción en ella.

—Pero este no es el caso. —lo contradijo—. Viéndole desde cualquier punto de vista esto es una irresponsabilidad de tu parte. No puedes casarte meramente por conveniencia. Piénsalo bien y reflexiona: aún estas a tiempo de echarte para atrás, puedes anularlo todo y….

— ¿Perderlo todo? —con pedancia Sasuke lo interrumpió y luego alzó una ceja.

—Sí…no es lo ideal pero es lo más conveniente antes que cometer una locura así—Naruto asintió conmocionado—. Puedes decir lo que quieras pero lo material no te hará feliz sino estas con la persona que amas.

Sasuke chasqueó la lengua y rodó los ojos.

—En mi caso idiota, yo no busco felicidad. Yo quiero estabilidad económica y social. —confesó mordaz y tomó un peine para arreglarse el desordenado cabello—. Y eso no viene sino se hacen sacrificios. Además, la felicidad sin dinero es algo incoherente.

Impávido, Naruto chasqueó la lengua. No tenía palabras para describir la indignación que sentía. ¿Por qué Sasuke actuaba así? La sospecha de que todo aquello fuera causado por algo de peso se empezó hacer latente en su mente.

—Amigo, cuan equivocado estas. Ahora hablas así por el poder que has tenido en mano; pero… dentro de unos años, cuando no puedas retroceder el tiempo y halles la vida sin sentido, te darás cuenta que lo material no tiene relevancia si estas solo—. Naruto hizo una pausa y luego enfatizó—. Entiende algo: el dinero no atribuye felicidad —el rubio con su poca experiencia intentó hacerlo razonar.

—¿Sí? —Sasuke preguntó con sarcasmo, Naruto asintió—. Pues no me convences.

El ojiazul bramó y apretó la mandíbula.

— ¡Por favor! ¿Qué ocurre contigo? —exclamó dándole un manotazo a la pared—. Si consumas esto créeme que lo perderás todo y te desgraciarás la vida.

—¡No, Naruto. Estas equivocado!—respondió el azabache eufórico—. ¿Por qué no entiendes lo obvio? —contestó irritado dejando el peine a un lado —Con esto hoy consolidaré mi futuro.

Desesperado y con un brusco gesto Naruto negó.

—No, no, y ¡NO!—gritó el chico de ojos azules—. ¿Por qué hablas como si todo en la vida fuese dinero y poder?

—Sencillo. ¡Porque lo es! —contestó Sasuke.

—¡Que no, carajo! ¿Qué te pasa, enloqueciste? —el blondo se pasmó, conocía a Sasuke como un pretencioso engreído pero nunca un codicioso.

—Quizás —el de oscuros ojos confirmó con una cínica sonrisa.

Aún sin entender absolutamente nada Naruto se revolvió torpemente el cabello y se acercó a un costado del hombre.

— ¡No lo entiendo, Sasuke! —soltó exasperado alzando las manos—. ¿Qué logras con esto?

—Una cosa: consolidarme como el único heredero y sucesor del clan Uchiha.

—¡Pero… eso no es lo que tú quieres!—Naruto respondió agitado—¡Eso suena a tu padre no a ti! —exclamó extrañado—. ¡¿Qué hizo Fugaku contigo?! ¡¿Qué te hizo para que estés actuando de esta manera?!

Sasuke carente de paciencia volvió a bufar y lo observó de reojo.

—¿Qué tiene que ver Fugaku con mi decisión?. Esto es lo que yo siempre he querido —manifestó cáustico elevando las palmas—. En cuanto a mi padre él no hizo nada. Sin embargo, está muy complacido. ¿No es eso bueno? ¡Hasta mi abuelo aprobó mi decisión!

—¡Ash, Sasuke! —Naruto alarmado se colocó las manos en la cabeza —Claro que Fugaku tiene que ver con esta decisión. Dime la verdad, cuéntame, ¿paso algo? Tú nunca harías algo así.

Uchiha rió y lució una falsa sonrisa.

—Naruto… ¿Por qué eres tan ingenuo?.—habló de una manera petulante —. La respuesta es clara: yo pienso en el futuro. Tú no.

—Pero ¿de qué hablas? —Naruto colocó una mirada de incertidumbre en el rostro —Digo… me voy de viaje un mes y, ¿tan rápido cambias tú manera de pensar? ¿Qué ocurrió? ¡Las cosas no estaban así! ¿Qué paso con la chica con la que salías? —. ¡Explícame!

Sasuke alzó una ceja.

—¡Nada, no ocurrió nada! —perdiendo la poca calma lo calló, no quería hablar de esa mujer —. Las cosas cambiaron. Entiende que todo lo que hago es porque quiero hacerlo. ¡Y ya! ¡Deja los cuestionamientos! —exigió molesto.

En consecuencia de la liviandad con que lo escuchó afirmar aquello Naruto apretó los nudillos de ambas manos—¿Sí?, pero ¿Por qué será que no te creo nada? —tomó palabra luego de un breve silencio—, aún no me convences. Si el caso fuese otro yo no te insistiría pero…—enmudeció al recordar recuerdos pasados de su amigo con aquella mujer—. ¡Estas mintiéndome!

Sasuke obstinado por no convencer a Naruto perdió lo último que le quedaba de paciencia.

—¡¿Qué te hace decir eso?! —rebatió.

Uzumaki entrecerró los ojos por unos segundos antes de hablar y soltar de manera sorpresiva: —Simple —imitó el gesto arrogante de Uchiha—. Tú nunca planeaste casarte con otra mujer que no fuese Ino Yamanaka. ¿Crees que no me acuerdo?

Sasuke en total mutismo frunció el entrecejo y mintió: —. No sé de qué hablas.

Naruto sonrió. Ya lo tenía donde quería: —Vamos no te hagas, yo sé todo lo que ocurrió entre ustedes. Sé que hasta incluso estabas haciendo planes para comprar una propiedad y colocarla a su nombre —afirmó y el azabache se rigidizó.

—Ella… no significó nada —Sasuke habló con desdén—. Lo mío con Ino Yamanaka solo fue una aventura de momento.

— ¿Seguro? —Naruto lo examinó y observó como las facciones serenas de Uchiha cambiaron a una de evidente incomodidad—. Según noté lo tuyo con Ino fue sincero. ¿O me lo vas a negar? —cuestionó—. Te creería si la aventura hubiese durado unas semanas pero la cuestión duró más de un año. ¿Te parece poco?

—No te equivoques conmigo. Eso tiene una explicación. Soy hombre, ¿qué querías que hiciera? —el azabache se alteró.

Ante la mentira Naruto elevó ambas cejas y luego soltó una risilla pedante escupiendo en el acto la cara del muchacho.

—¿De qué te burlas pedazo de idiota? —Sasuke asqueado se limpió la saliva y perdió la compostura.

—De ti, de lo bajo que has caído. ¿Por qué te cuesta tanto admitirlo?

—¿Admitir qué? —Sasuke resopló.

—¡Que la quisiste!—el rubio alzó ambas cejas.

—Já, a la única mujer que amo es a mi madre —el moreno soltó haciendo un mohín.

—¿Sí? —Naruto acentuó la sonrisa. Por más que Sasuke insistiera en engañarlo él lo conocía.

—Sí —Uchiha afirmó con desazón—. Lo mío con ella solo fue mero sexo.

—Lo dudo. —Naruto chasqueó la lengua y observó el nacimiento de una pequeña venita en la frente de Sasuke—. Cuando estabas a su lado en tu cara se veía que de verdad la amabas.

Irritado por no poder callarlo, Sasuke terminó de perder la serenidad:

—Yo…—comenzó entre la rabia—, debo admitir que pasé buenos ratos con ella pero ya te dije que solo fue una aventura de momento. Nada serio. Ino solo significó entretenimiento eventual —afirmó entre dientes.

Naruto volvió a reír.

—No lo creo… pues desafiaste a tu padre al vincularte sentimentalmente con ella cuando él mismo te advirtió no hacerlo al sospechar de su relación.

El rubio siguió sacando cosas a la luz y Sasuke sintió el ardor de la cólera invadirle los poros una vez percibió el rostro ligeramente caliente. Se moría de ganas por levantar el puño y propinarle un golpe al chico para que se callase la boca pues la veracidad de cada declaración le punzaba directamente en el orgullo. De la ira sus manos temblaron y durante unos segundos quiso resistir la turbulencia en su cabeza pero fue inútil; lo que más evitó durante el día le volvió a invadirle la mente: esa molesta mujer; recordó su perfilado rostro, su tierna sonrisa, su delicada voz, sus brillantes ojos y no pudo más, la solidez de su firmeza empezó a mermar. Tragó saliva y cerró los ojos queriendo parar las alucinaciones de su conciencia; al principio, no lo logró pero lo volvió a intentar y tuvo éxito pero no halló parar el sentimiento desgarrador y asfixiante en su pecho.¡¿Qué era eso?! Se suponía que estaba actuando tal cual como él quería pero entonces ¿ por qué el sentimiento de culpa le impedía estar tranquilo?. Por tantas memorias de Ino Yamanaka un denso desasosiego lo invadió y le impidió el paso a la lucidez. De repente, la voz de su amigo lo sacó de su trance y volvió a la realidad:

— Ino pudo llegar a donde yo no. A través de esa mujer pude ver quien realmente eres. ¿No te diste cuenta?

A sabiendas de lo que se refería el rubio Sasuke lo miró unos segundos de una manera tan extraña que el mismo Naruto notó como los ojos del azabache parecieron titubear. Sasuke al darse cuenta de aquello; casi de inmediato, apartó la vista de él totalmente colerizado por quedar expuesto, luego miró su propio reflejo en el espejo del baño hallando en el cristal el sentimiento que más detestaba padecer: la indecisión.

—Aunque te esfuerces en decir que no sientes nada yo no te creo. Veo la vacilación en ti. —Naruto siguió hablando y Sasuke permaneció en silencio—. Eso me confirma que ella sí te intereso.

—¡Ya, basta!—el azabache reventó de ira y alzó la voz cuando no soportó más—. ¡Cállate!

—Deja de ser terco y escucha… —el ojiazul insistió en replicar buscando influir en la decisión del muchacho pero fue inútil, apenas habló este lo interrumpió alzando una mano.

—¡No, Naruto! —lo contradijo—. No seas idiota. Como dije "aquello" solo fue una relación pasajera —afirmó con el dilema a flor de piel.

—Te equivocas, Sasuke —exclamó—. Eso sólo es una patraña inventada por tú padre y abuelo. No dejes que sus opiniones egoístas repercutan sobre ti. Todavía estas a tiempo de hacer algo e impedir que tu vida siga tomando el rumbo equivocado.

—¡Já, Naruto! —rió Uchiha con falsa alegría—¿Dices que no eché a perder el resto de mi vida? —indagó ante su atenta mirada—. ¡Ya la tengo echada a perder por nacer en esta familia! —confesó soltando toda la frustración que tenía por dentro casi evidenciando lo que lo llevó a tomar la repentina decisión de casarse con Sakura.

Naruto al verlo confesar lo último guardó silencio. En parte, Sasuke tenía razón. Aquello era verdad, la familia Uchiha era demasiado problemática con sus normas estrictas de conducta en donde cada individuo perteneciente al Clan debía obedecer y someterse a los mandatos del viejo Madara.

—No quiero que menciones una sola palabra más acerca de Ino Yamanaka aquí —exigió el azabache—. Ella pertenece al pasado y no significa nada para mí.—cerró los ojos y buscó la calma.

—Sasuke, no te engañes…—Naruto lo miró con compungido semblante y confesó:—Yo lo ví… te enamoraste de ella.

Como si aquella declaración hubiese significado una grosería para Uchiha, este respondió brusco y alterado:

—¡Cállate! —exigió mareado por la ira —. ¿Quién te crees para meterte en mis asuntos? ¿Mi madre? —indagó con desaire.

—Sasuke… piensa lo que te estoy diciendo —Naruto suavizó sus palabras.

—¡No. No quiero que me digas nada! —grito enfurecido cuando se halló expuesto ante Naruto—. Ya deja de tratarme como un idiota incapaz de tomar decisiones. ¡Yo sé lo que hago!

—Pero… —el rubio se abstuvo y el azabache enloqueció.

—¡Nada! ¡Sal de aquí! —Sasuke alzó la mano y lo corrió—. Me importa un carajo si estás de acuerdo con mi decisión.

Deslucido, Naruto parpadeó varias veces, quiso rebatir y abrió la boca; sin embargo, las palabras no hallaron cabida en sus labios; renuente mantuvo la esperanza y posó la vista en la cara del azabache pero la palpable ira y enojo en los ojos de Sasuke lo hicieron ceder; ya la cosa se había de control, no valía la pena porfiar. Desanimado, decidió que lo mejor era retirarse de la habitación y dejar solo a su amigo pues si seguían discutiendo se irían a los golpes y aquello no era pertinente, no a unas horas de estar en una ceremonia frente a un montón de gente. No obstante, se lamentó por no poder hacer más, y el alma se le entristeció por el rumbo incierto que tomaría la vida de su estimado amigo a partir de ese día.

—Está bien, no te molestaré más —con aparente desaliento se apartó y dio la vuelta en dirección a la puerta —. Pero una cosa te diré…. —hizo una pausa expectante, el otro le miró de reojo—. El hecho de que hayas dejado embarazada a Sakura no quiere decir que te tengas que casar con ella —atinó en el meollo del asunto—. El compromiso no es con Sakura, es con tu hijo.


Muy alegre miró el vestido de novia colgado en el perchero e ilusionada se acercó a él; ante sus ojos aquel traje era muy bonito, de delicado parecer, con tela, pedrería y encaje muy fino, tal y como sería el gusto de cualquier mujer. Al imaginar lo costoso que salió ese vestido para la familia del futuro esposo de su mejor amiga sonrió. Cuando se trataba de ser elegante Ino no escatimaba en gastos.

—Que emoción, ya solo faltan unas horas. ¿Estás nerviosa?— Tenten preguntó tomando asiento en la pomposa cama de la habitación de Ino y de reojo le echó un ojo a la dorada cabellera de la chica que se encontraba de espaldas a ella, sentada sobre la silla de peinadora. Empero, no hubo respuesta — Hey tonta… —la volvió a llamar y armó un puchero en su agraciado rostro japonés— Sé que hoy es tu gran día pero no te creas una diva —comentó en tono de reproche pero de nuevo el silencio fue la única respuesta que recibió— Mmm… — rodó los ojos—. ¡Ino! —cabreada, Tenten repentinamente se levantó del colchón, se acercó a la peinadora y sutilmente sacudió a la rubia.

—¡Ay! ¿Qué ocurre? — reprochó la ojiazul algo asustada al verse sorprendida por la bruta manera de la chica.

La castaña bufó— ¿Qué te pasa a ti? —rebatió un poco obstinada. No le gustaba ser ignorada.

—¿Ah? —Ino arqueó una ceja con disimulo pretendiendo esconder su estado de trance—. ¿De qué hablas? —preguntó arreglándose el collar en el cuello en donde las manos evidentemente le temblaban.

"Y otra vez con lo mismo" pensó la chica de cabellos pardos y luego chasqueó la lengua, no era la primera vez en el día que su amiga presentaba aquel "lapsus" y lo negaba con nerviosismo. No sabía si era cosa imaginada por su mente pero por breves momentos percibía en Ino un síntoma extraño, como si se desconectase de todo lo concerniente a su alrededor para navegar únicamente en sus pensamientos. Durante tales intervalos la rubia se quedaba muy quieta y con la mirada extraviada, donde la preocupación, tristeza y angustia en sus azules ojos se hacía presente como si quisiera llorar, cuestión rara ante Tenten pues para ser el día de su boda con un maravilloso hombre Ino no mostraba ninguna señal de alegría sino de pena. Por lo que, al meditar bien el asunto, frunció los labios, era obvio; algo estaba pasando y por ello, iba a tomar la atribución de confrontarla.

—Ino Yamanaka… —Tenten articuló su nombre y le miró severa— A mí no me puedes mentir, tú ocultas algo—ante el reflejo del espejo vio como la mencionada se tensó levemente —. Habla… —la amenazó punzándole el hombro derecho con la uña del dedo índice.

—A mí no me pasa nada… —Ino pareció mejorar el semblante y le apartó la mano —¿Qué es lo que pretendes, arañarme? ¿Por qué me entierras la uña? —preguntó seria.

En respuesta, la castaña la observó con reproche.

—¿Hasta cuándo vas a mentir? ¡¿En serio pensaste que no lo iba a notar?! —Tenten fue directo al grano.

Ino abrió sus enormes ojos en señal de sorpresa y sintió el corazón bombear muy rápido. ¿Acaso Tenten la había descubierto?

—Dime…¿estas embarazada?

Al escuchar, Ino cerró los ojos con pena; efectivamente, Tenten la había descubierto. Por la declaración notó las palmas de las manos completamente frías y abrió los labios para decir algo y justificarse pero las palabras no salieron de su boca. El pánico le había invadido; estaba completamente rígida y asustada.

—Tenía mis sospechas al notar que estas un poco gordita pero al verte en tal estado de decaimiento no tengo dudas de que es eso lo que te ocurre ¿no? —Tenten se agachó y de manera fraternal le acarició el pelo a Ino; luego, le tomó las frías y sudadas palmas. Ino con la cabeza baja y aún sin abrir los ojos solo notó el agitado corazón bombearle de una manera rápida y ofuscada. ¡¿Cómo había sido descubierta?!

—Tenten escucha yo… —la rubia abrió los ojos y la miró.

Apenas habló la castaña la calló: —No tienes por qué darme explicaciones —la chica de vestido color crema le sonrió tierna—. Ahora ya entiendo muchas cosas.

La ojiazul guardó silencio y asintió; en respuesta, Tenten le dio un abrazo. No se echó a llorar pero la turbia respiración le advirtió que estaba cercana hacerlo.

—Tonta, tranquila —Tenten buscó calmarle acariciándole la cabeza—. Yo no te juzgo.

Acurrucada en el hueco de su hombro, Ino la escuchó pero no prestó atención pues por su mente solo pasaba una cosa: que si a Tenten le había sido tan fácil notar el estado en que se encontraba… ¿cuántas personas más lo habrían hecho? Todo pasó por su cabeza de manera fuerte y abrasadora carcomiéndole la fibra sensible. ¿ Y si Shikamaru y Chouji notaron lo mismo? ¡Oh, no!

—¡Ino! ¿Me estas escuchando? —Ino salió de su mente y halló a Tenten con la mirada sobre ella y rápidamente contestó: —. Eh…sí—Es algo normal. No te ha pasado nada del otro mundo. Ese es el riesgo de tener relaciones sexuales, no cuidarse y creer que no pasará nada. Pero eso ya no importa. Mmm…¿cuántos meses tienes? —su amiga fue directo al grano.

—Apenas dos —Ino mintió, un claro motivo le impedía decir la verdad.

—¡¿Qué, enserio?! —Tenten se sorprendió—. Aparentas más.

Ino nerviosa pasó saliva y disimulo: — ¿Eh, se nota mucho?

—Sí… —Tenten respondió sincera—. Aunque no tengas panza de embarazada tienes indicios de estarlo —colocó las manos en las caderas de la rubia—, estas algo gorda lo cual es inusual en ti y tienes el vientre levemente hinchado. Además tus senos están más grandes. Cuando te ayudé a colocar el vestido me di cuenta de todos esos detalles.

Histérica por lo vislumbre de su estado la ojiceleste se mordió el labio inferior; ya era verídico: estaba metida en graves problemas de pies a cabeza. Se llevó una mano al puente de la nariz, con los dedos subió despacio y luego se acarició la coronilla donde un leve dolor de cabeza se hacía latente—¿Crees que mi papá sospeche algo? —indagó inquieta moviendo ligeramente el muslo de su pierna derecha.

Con una mirada de sorpresa Tenten entreabrió la boca: —¿Él no sabe nada? —soltó asombrada.

Ino con zozobra se humedeció los labios y negó con la cabeza: —Ni mi madre…

Pasmada por tal confesión la chica de chonguitos parpadeó una y otra vez. Pero luego al analizar mejor la situación de los progenitores de la rubia comprendió las razones del proceder de la chica; la primera, la madre de Ino se hallaba en sus últimos días de vida luego de una agotable lucha contra un agresivo cáncer de seno y la familia Yamanaka se encontraba abatida por aquella noticia. La segunda, siendo de tradición estricta y conservadora el que Inoichi Yamanaka supiera que su única hija no se casó siendo señorita significaría un horrible y bochornoso alboroto. Y si eso era por aquello ¡Cuanto más si supiera que se encontraba embarazada!

—¿Temes que tu padre ocasione un problema? —Tenten entendía que ante el lamentable estado de Giulia Yamanaka el inesperado embarazo de Ino sería un dolor de cabeza para Inoichi. Ino era su única hija, su más valioso tesoro.

—Sí, si mi padre se entera el reproche será grande—Ino suspiró al imaginarlo—. Yo sé que no tomé las precauciones pero….—se quejó y sus ojos se humedecieron.

—Sshhh —Tenten la calló buscando tranquilizarla—. Lo bueno es que él se ha hecho responsable y te está dando la cara. ¿Acaso no fuese peor si fuese todo lo contrario?

—S-í…—Ino asintió pero las palabras de Tenten en vez de causar alivio en el rostro de la rubia tuvieron como efecto todo lo contrario y el semblante de la chica se descompuso, se nubló dando lugar a que sus azules ojos se enrojecieran y tras ello un amargo sollozo escapó de sus labios.

—¡Hey! ¿Qué pasa? —Tenten exclamó acercándose hasta quedar de rodillas a Ino —. ¡No llores o se te correrá el maquillaje! —pidió limpiando el contorno de las mejillas de la platinada —la joven vacilante negó con la cabeza y buscó nuevamente los brazos de su amiga para esconderse y encontrar el apoyo moral que necesitaba .

Sin cesar de llorar, Ino apoyó la cabeza en el hombro de Tenten y cerró los ojos, el que se le corriera el maquillaje era lo menos importante para ella en esos instantes—No puedes echarte para atrás…—sacudió la cabeza y se regañó cuando el pensamiento de cancelarlo todo y confesar la verdad le pasó por la mente. Empero, ya no era una adolescente para decir que todo ocurrió por desconocimiento, ella era una mujer adulta con veinte años, el decir que se enamoró y se dejó llevar no la salvaría del escarnio familiar. Por el miedo y la incertidumbre se apegó a Tenten y la abrazó aún más. Lloraba, sí y también se lamentaba, no por ser una mentirosa sino una cobarde. ¡Oh, cuánto se lamentaba ser presa del engaño! Luego suspiró.

¿En qué se había convertido luego de conocer a Sasuke Uchiha?

Ino no tenía respuesta, solo entendía que el amor dolía y mucho pues aún con todo el daño en su contra seguía amándolo y queriéndolo. Sí, y bastante.

Lo amaba por encima de la traición.

Con la melancolía del desconsuelo lo recordó y comprendió que a pesar de amarlo con todo su ser no podía estar con él. No luego de todo el mal que le había hecho. Sin embargo, a veces quería llamarlo y confesarle que un hijo suyo crecía su vientre. No obstante, ¿eso mejoraría las cosas? Lo dudaba, existían muchas heridas.

A horas de su matrimonio con otro hombre Ino era plenamente consciente que podía hacer "nada" para cambiar la situación.

Su vida daría un recio vuelco apenas diera le diera el "sí" a Sai Dos Santis.


Nota de Autora

(?) Esta es una historia que escribí el año pasado pero por cuestiones equis borré. Antiguamente se llamaba "Torna Surrento" pero ahora decidí resubirla con el nombre de "Ancora" .

(?) Dedicado con mucho cariño a la autora RocioFri quien ha sido mi compinche en las historias SasuIno desde mis inicios.

(?) Agradecimientos especiales a mi beta que también en este particular caso fue RocioFri. Muchas Gracias. Te quiero mucho amiga. Tu asesoramiento en este proyecto me ayudo mucho.

(?) Yo misma revisé este capítulo varias veces. Sin embargo, siempre se le escapa a uno algún error ortográfico. Si es así por favor disculpenme.

(?) Si te pareció que lo hice bien y deseas saber más de la historia y su continuación por favor házmelo saber en un comentario. :D

P.D: sé que subí este capítulo hace más o menos de un mes pero no estuve conforme con el resultado; por lo que lo eliminé y lo volví a editar. Y bueno...aquí esta nuevamente, perdonen las molestias ocasionadas.