Disclaimer: Todo lo que reconozcan pertenece a JK Rowling. Escribo esta historia sin fines de lucro.

Este fic participa en el minireto de octubre para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Fobia: Aclufobia (a la oscuridad).


NADA MÁS QUE NEGRO

Por Azul y Amarillo


Luna no sabía por dónde avanzaba. Todo era nada más que negro. Ella temblaba incontrolablemente, pero debía de seguir buscando, debía seguir moviéndose para encontrar a los snorkacks que tanto habían dicho que eran puras mentiras. Lanzar un Lumos los alertaría, por lo que siguió en la oscuridad impenetrable, con la frente perlada de sudor.

Ella sabía perfectamente de donde había salido su miedo. Recordaba cómo había dejado de escuchar las explosiones usuales en el laboratorio de su madre, como había entrado para ver qué pasaba. Estaba todo en penumbra y había continuado. Hasta que sintió el cuerpo frío de su madre, y chilló mientras caía al suelo con estrépito.

Volvió a la realidad. No podía dejarse vencer por su miedo. Perfectamente podía llamar a Rolf a que la ayudara —se había hecho amiga de él—, pero eso la dejaría como una asustadiza. Así que, aún con el miedo latente, volvió a la carga hacia la cueva. El corazón le latía a una rapidez abismal.

—Luna.

Ella soltó un chillido y se volvió, aunque no veía quien le había llamado por que todo era nada más que negro. Escuchó como la otra persona murmuraba un Lumos y ella vio a un chico de pelo castaño, ojos de un gris casi negro y piel bronceada.

— ¡Rolf! —La chica de pelo rubio se abalanzó corriendo hacia el joven, que la abrazó protectoramente—. ¿Qué…qué haces aquí?

—Tu padre me dijo que habías venido acá a buscar snorkacks. Así que vine a salvarte.

— ¿S…Sabías sobre mi miedo a la oscuridad?

—Estuvimos en el mismo compartimiento cuando vinieron los dementores. Se cortó la luz y tú empezaste a chillar —explicó Rolf.

—A…Ah.

Ella se había logrado tranquilizar, allí, escondida en el abrazo protector del chico de pelo castaño. Pero debía encontrar esos snorkacks.

—Rolf, espantaste a los snorkacks —musitó ella, algo molesta.

—Uh…lo siento.

—Bueno, no importa. Puede ser otro día —comentó Luna, con un tono más jovial. Así no debería adentrarse en la penumbra.

—Ese otro día, ¿te puedo acompañar?

Luna solo sonrió mientras avanzaban hacia la salida de la cueva. Al salir, vieron la penumbra que formaba la noche, pero también que había luz por la luna.

Luna le temía a la oscuridad, pero debía ir a lugares oscuros con tal de descubrir criaturas y poder revelar su existencia en la revista de su padre.

—Claro que puedes, Rolf —dijo sonriendo.


Notas: Son 400 palabras exactas, o eso dice mi Word. Espero que les guste.

¡Vamos Ravenclaw!