Continuación de 'A la orilla del canal' y 'Café y libros'
Personajes originales de Hiro Mashima.
Sting x Lucy. Rogue x Levy. Y ocasionales NaLu y GaLe
¡Espero les guste! *O*/
(Ché título feo xD)
Magia Inesperada
Rizel Holmes
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*Capítulo Uno*
Mudanza interrumpida
— Has sido de gran ayuda, Lucy-san. — dijo Rogue mientras terminaba de apilar las cajas a su derecha.
— No es nada. Me entusiasma tenerlos en Magnolia. — contestó ella al mismo tiempo que habría las ventanas. — Será divertido. — agregó con una sonrisa.
— Fro piensa lo mismo.
— Pero hay algo que me preocupa, ¿cómo piensan pagar semejante casa?
— Tranquila, rubia. Existe algo llamado ahorros.
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Lucy soltó una agradable carcajada al ver y escuchar a Eucliffe. Los gemelos dragones la observaron sin comprender su repentina diversión.
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— L-lo siento. Es sólo que el concepto y tu persona, no encajan Sting.
— Con que eso crees. — espetó. Arqueó una ceja con malicia — Tal vez deba torturarte para hacerte cambiar de parecer. ¡Ronda de cosquillas! — exclamó, tronando los nudillos y acercándose peligroso a la Heartfilia.
— No te atrevas. —advirtió, retrocediendo un paso. Sting avanzó dos. — ¡No!— aulló antes de emprender la huida a través de la puerta, con el rubio siguiéndola de cerca.
— Apenas una semana y ya se llevan tan bien. — comentó Levy, que entraba con algunas bolsas.
— No me sorprendería si tarde o temprano los confunden con una pareja. — acordó Rogue.
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El pelinegro le dedicó una profunda mirada a la pequeña chica. Desde ese día en la cafetería, cuando tuvo la oportunidad de hablar con ella, la veía prácticamente a diario. Agradecía sobremanera que Sting lograra acercarse a Lucy. Porque, donde estuviera Lucy, encontraría a Levy.
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— ¿Qué es lo primero que deberíamos desempacar? — preguntó la peliazul, más para ella que para el muchacho.
— Cualquier caja está bien.
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McGarden rompió la cinta de la caja más próxima. Al destaparla encontró una pequeña colección de libros. Uno de encuadernado color durazno llamó especialmente su atención y al levantarlo, descubrió el título.
— ¡Santo cielo! —chilló.
— ¿Qué sucede, Levy?— masculló alarmado el moreno, que se apresuró desde la cocina.
— Siempre quise leer este libro. Más nunca lo encontré en venta. Fueron pocas las copias que hicieron circular. — explicó, sosteniendo el ejemplar sobre su cabeza. — ¡Rogue dime que me lo prestarás! Por favor.
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Saltó hasta él. Tomando con una mano el libro y con la otra la capa del chico. El pelinegro la miró: ojos soñadores, sonrisa resplandeciente y mejillas sonrosadas. Jamás la había visto tan enérgica e influyente. ¡Oh mierda! ¿Cómo negarse?
Ése era su libro favorito.
— Puedes tenerlo — susurró, imperceptiblemente nervioso — Te lo obsequio. — dijo sin más.
— ¿Hablas en serio?— cuestionó un poquito incrédula.
— Completamente. Es mi favorito, me gustaría que lo conservaras.
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Los ojos aceitunados de la chica de humedecieron al instante. El detalle la había conmovido en seguida. Sonrió ampliamente y sin pensarlo siquiera se arrojó al cuello de Rogue, estampando un dulce beso en la mejilla de éste como agradecimiento.
— Oye enana, te buscan en el gre- mio…
Gajeel entró sin permiso y no pudo estar más contento de interrumpir.
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— ¡Y-ya basta! ¡Estúpido Sting! — exigía Heartfilia entre carcajadas. Manoteando para quitárselo de encima, sin poder lograrlo.
— No hasta que admitas que soy un hombre ahorrativo. — dijo aumentando la velocidad de sus dedos sobre el vientre de la rubia.
— Ja-jamás. — una nueva carcajada nació entre sus labios.
— Bien.
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Sting estaba disfrutando a lo grande de ese pequeño juego. Podía sentir la finura del cuerpo de la chica y su perfume clavársele en lo más profundo de sus propios sentidos. La sonora risa de Lucy le hacía vibrar hasta la médula. Y tenerla tumbada sobre el césped de su patio trasero le provocaba besarla.
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— ¡Está bien! ¡Sting Eucliffe sabe lo que es ahorrar! — gritó con fuerza. El rubio se detuvo, un poco desilusionado. Le hubiera gustado continuar con ello otro rato.
— Yo gano, rubia. — sin dejarla levantar, le acorraló en su lugar con ambos brazos a cada lado de la cabeza. Su rostro, justo encima del de Lucy, se acercó bastante. Y sonrió malicioso.
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La chica, creyendo que sólo era parte del teatro no se movió. Sin embargo y repentinamente se sintió nerviosa.
— ¿Sting?
— ¡Hey, Lucy! Es hora de ir a cenar. — gritó Natsu, llegando al lugar. Descubriendo que volvía a interrumpir algo importante y molesto.
— ¡Qué inoportuno, Natsu-san! — gruñó el Dragón Slayer de la Luz. Jodidamente molesto por la interrupción y endemoniadamente divertido por el rostro ceñudo del pelirrosa.
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— ¡¿QUÉ DEMONIOS SIGNIFICA ESTO?! — se escuchó a dos voces en ambas partes de la casa.
Hello~
Después de un buen tiempo, por fin opté por darle una continuación a 'A la orilla del canal' y 'Café y libros'. Sip, estarán incluidas ambas, como ya se habrán dado cuenta. Espero que éste primer capítulo les haya gustado y dejen un lindo comentario. Procuraré actualizar semanalmente y si bien me va con el tiempo en la escuela, que sean dos por semana ;A;
Por el momento esto es todo.
¡Besos! *3*
Rizel~
