Hola a todos mi nombre es Mikan Sakura, tengo 15 años, estudio en Gakuen Alice, la Academia más prestigiosa de toda la ciudad vivo junto a mi mamá, Yuka, mi padre murió cuando era bebé así que no lo recuerdo, solo lo he visto en fotos. Mi cabello es castaño claro largo y liso con las puntas rizadas hasta la cintura, piel clara, ojos color avellana, de estatura normal y buen cuerpo aunque trato de no presumirlo. Tengo una personalidad un poco introvertida aunque soy muy alegre con las personas más conocidas, no me gusta llamar mucho la atención en el colegio, mi mejor amiga es Hotaru Imai, una chica de piel blanca como la nieve, de cabello corto negro azulado y unos hermosos ojos violeta, es una chica muy reservada y no le gusta mostrar sus sentimientos pero yo la quiero tal como es; nos conocemos desde que tengo 8 años y nos hicimos las mejores amigas en la escuela primaria.
Esta mañana era lunes el primer día de clase, tenía que llegar al colegio a las 8:00am pero se me hacía tarde por lo que corrí como si me siguieran los mil demonios cuando casi llegaba tropecé con una piedra y caí encima de una persona que caminaba tranquilamente en frente de mí.
-Rayos… -Se quejó aquel chico.
-Hy… Hy… Hyuuga!-Quedé petrificada al darme cuenta de quién era el chico al que le caí encima.
-Parece que te encanta tropezar conmigo, LUNARES-Dice coqueto.
-Q… ¿qué dices?-Ruborizada.
COMIENZO DE FLASHBACK:
Cuando tenía 10 años iba en la escuela primaria corriendo por el campus a toda prisa para encontrarme con Hotaru en su laboratorio pero choqué con un chico y caí encima de él.
-Quítate niña-Dice aquel chico malhumorado.
-Oh, ¡lo siento! No vi por donde corría jeje… -Dije apenada rascándome la cabeza.
-Será mejor que mires por donde caminas, LUNARES. -Se levantó y siguió caminando.
-¿Lunares? 1… 2… 3… ¡PERVERTIDOOOOOOOOOO!-Completamente ruborizada de pies a cabeza.
FIN DEL FLASHBACK.
-¿Acaso no recuerdas cuando enseñaste tus…
-¡Cá… Cállate! No hace falta que me lo recuerdes.
-Humph…
-¡PERVERTIDO!
-Lárgate, vas tarde.
-¡Tú también!
-No me importa.-Cruzando sus brazos detrás de la nuca y yéndose.
Definitivamente 5 años no bastaron para que aquel chico pudiera cambiar su actitud. Él es Hyuuga Natsume, el chico más popular de todo el colegio; al igual que yo tiene 15 años de pelo negro azabache, ojos color rojo carmín, alto, con un gran físico, durante los 5 años que llevo conociéndolo jamás ha cambiado esa actitud tan fría y egocéntrica… siempre mostrando ese ceño fruncido e ignorando a todos a su alrededor. No, no soy su amiga, ni quiero serlo; su único mejor amigo es Ruka Nogi, a pesar de estar rodeado siempre de tanta gente solo le fía su confianza a Nogi; al igual que Hyuuga es popular con las chicas por tener la apariencia de un príncipe inglés, es alto, su cabello es rubio y ojos gris azulados, y su personalidad tan contraria a Hyuuga, amable, solidario y buen compañero de clase.
Al llegar finalmente al salón de clases me abalancé hacia mi amiga Hotaru pero me golpeó con uno de sus inventos haciéndome un gran chichón en la cabeza.
-Hotaruuuu…
-Aléjate, baka.-Dice indiferente.
-Es el primer día de clases, no nos veíamos desde que comenzaron las vacaciones.-Dije sollozando.
-… Solo un segundo.- Suspiró.
-Hotaruuuu! - la abracé con toda mi fuerza mientras me salía una lagrimita en los ojos.
Así es, Hotaru era la única persona a parte de mi madre a la que trataba con tanta confianza y alegría, con los demás era tímida y asocial. En ese momento llegó el profesor a cargo de la clase, Narumi-sensei, un profesor un poco raro y afeminado pero me caía bien.
-¡Hola mis queridos alumnos! ¿Cómo pasaron las vacaciones? ¿Están preparados para el nuevo curso? Espero que nos llevemos bien este año también. -Decía alegre.
Nadie contestó a ninguna de sus preguntas, era normal… nadie excepto a una muy pequeña minoría le molestaba su cariñosa forma de ser.
-Ehh, bueno. Como estamos en un nuevo curso comenzaremos escogiendo sus parejas de asiento. -Decía sensei.
El año pasado afortunadamente me tocó Hotaru pero creo que este año no será lo mismo… tengo un mal presentimiento de todo esto. Luego de haber pasado un rato de asignarle sus puestos y parejas a todos había llegado la hora de que me nombraran a mí y a Hotaru.
-Imai Hotaru estará con…-Revisando la lista de alumnos. -Ruka Nogi.
¡Nooooooooo! Maldije internamente.
-Mikan Sakura con… Hyuuga Natsume.
-¡QUÉ!-Exclamé. Todas las chicas del salón voltearon hacia mí con una mirada asesina. -Se... sensei, n… no puede asignarme otra pa… pareja? -Estaba aterrada, no sabía de lo que eran capaces esa bola de chicas que estaban obsesionadas con Hyuuga y Nogi, tanto así que habían formado un club de fans creado especialmente para hablar de lo "cool" que son aquellos dos.
-Lo siento Mikan-chan, pero no hay cambios hasta que acabe el curso completo. -Decía alegre. -Por cierto, ¿dónde está Natsume?
Cuando el chico me dijo que no le importaba llegar tarde a clases parece que era porque ya tenía pensado saltárselas, ya era costumbre, a pesar de que nunca le dirijo la palabra lo conocía desde pequeña y sabía más o menos cual era su actitud y forma de ser con las personas a su alrededor, sobre todo si tenía que aguantar un día completo junto a su profesor "favorito"… nótese el sarcasmo.
-Ahhh. -Suspiró el profesor. -¿Cuándo aprenderá? Bueno Mikan-chan, te lo encargo. -Sonrió.
-¡D… De ninguna manera! -Me ruboricé un poco.
Las horas pasaron y ya era hora del almuerzo; Hotaru que era con quien siempre me juntaba para comer, se encerró en su laboratorio como de costumbre, tal vez estaba haciendo algún robot, quien sabe… así que me resigné y me alejé de la multitud de estudiantes que se encontraban en la cafetería y alrededor del campus y llegué a un bosque cercano que se encontraba cerca del colegio y caminé hasta llegar a una pequeña laguna con un gran jardín lleno de flores y muchos árboles rodeándola, era un lindo lugar para descansar y estar en contacto con la naturaleza, y lo mejor de todo… ¡No había personas! Así que podía ser libre de hacer lo que quisiera mientras estuviera allí. Me senté debajo de un árbol inmenso pero de tronco pequeño por lo que no me verían fácilmente si alguien anduviese por ahí. Saqué de mi mochila mi obento y al terminar salí a toda prisa a jugar con aquel gran jardín de flores entre risas risueñas y jugarretas con las mariposas que volaban alrededor escuché una voz que provenía del mismo árbol en donde yo me había sentado.
-Lindo espectáculo. -Dice burlón.
-¿Q… Quién anda ahí?
-Mira hacia arriba.
-¡Hy… Hyuuga! -Dice un poco nerviosa
-¿Qué haces aquí? Este es mi lugar secreto y nadie puede venir. -Decía poniéndose un poco serio.
-¡Ja! ¿Desde cuándo te dieron el título de propiedad? Yo solo pasaba por aquí y me gustó el lugar así que me quedé. ¿Algún problema? -Cruzando los brazos.
-Pues sí. -Bajándose del árbol. -Este es mi sitio y nadie se acerca a él. -Decía retador y acercándose poco a poco a mí.
Me intimidaba… me intimidaba tener a tan pocos centímetros a un chico que a pesar de que estuviese hablando tan en serio en cuanto a su amenaza de no acercarme a su lugar, sentía mi cara encendida y con el corazón en los oídos. ¡Jamás un chico se había acercado tanto así a mí!
-Pu… Pues para que lo sepas te andaba buscando para avisarte que serías mi pa… pareja en clases. -¡Rayos! Era tan odioso decirlo tan directamente.
-Bien por ti. -Se dio vuelta dándome la espalda y caminando hacia el gran árbol para poder sentarse.
-¿Por mí? ¡Le rogué al profesor para que me cambiara con alguien más y dijo que no era posible! No seas tan creído, no todas las chicas quieren estar contigo. -Dije gritando.
-Si eres ruidosa. Ya vete. -Dijo haciendo un mohín.
-Tú fuiste el que comenzó. -Me acerqué y me senté en el mismo árbol pero un poco alejada de él.
-¿Qué estás haciendo? Te dije que te fueras, no que te sentaras otra vez.
-Ya, cálmate… ya estoy aquí desde hace rato además tengo que arreglar algunas notas que copié en la clase de Narumi-sensei.
-Serás terca. -Se cruzó de brazos y cerró los ojos dejándome ver que fui la vencedora de esta batalla. Sonreí un poco al saber que fui victoriosa y que tal vez este pueda ser un buen lugar para relajarme a pesar de que el estará aquí también.
