Hola!! Sí, sí, fic nuevo y nada de actualización, sé que no debería ni aparecerme por aquí, pero creo que es mejor hacerles saber de alguna forma que sigo viva y que terminaré (aunque me cueste la vida) Nada es lo que parece, se los prometo, aunque no puedo poner fecha, creo que está claro que ningún fic me había costado tanto escribirlo.
Bueno, una pequeña aclaración (o unas cuantas) sobre este fic, lo comencé a escribir antes de que saliera HP & The Deathly Hallows, peeero leí el libro antes de terminarlo, así que pueden haber muchas cosas parecidas, no tanto, pero sí, así que quedan advertidos, hay pequeños Spoilers. Tiene un final muy DH, pero a mi modo, so, espero que les guste... son aproximadamente 15 caps, así que esto va pa largo, pero ya está terminado así que no tienen que preocuparse por que actualice o no...
Es Lemmon, habrán escenas lemmon así que también están advertidos; mucho drama, poca acción (soy muy mala para escribir ese género, así que mejor no lo hago, y si lo hago será de manera muuuy breve).
El fic tiene como nombre el título de una canción de Alejandro Sanz y cada cap tiene como nombre una canción diferente del mismo cantante, ¿porqué?, no tengo la menor idea, sólo un día se me ocurrió hacer eso, la idea es que la canción o por lo menos el cachito de canción que pongo antes de cada cap tenga algo que ver con el capítulo, así que talvez pueden darse una idea de lo que tratará el cap.
Y creo que no me queda nada más que aclarar, sólo les quiero agradecer a todos los que me tienen paciencia (que creo que no les queda de otra), les aseguro que algún día actualizaré Nada es lo que parece, pero mientras, para que no me odien tanto les traigo este fic (aunque no sé si eso ayudará para no odiarme...) en fin, quedaron advertidos, es lemmon así que hay escenitas subiditas de tono, yo no me hago responsable de ningún trauma psicológico, eh!
Disfruten el fic!!
Por favor LEAN lo que puse antes porque luego hay dudas que ya aclaré, aunque si tienen duda sobre cualquier otra cosa, claro que pueden preguntarme.
OoOoOoOoO
EL ALMA AL AIRE
ESTE AMOR
Y es este amor,
Yo no lo entiendo es como un juego,
Un juego absurdo entre los dos
Es este amor
Que no es normal
Que ya estoy loca y poco a poco
Vaya estando un poco mas
Lo que quiero es hacerte ver
Que esta no es mi forma de ser
Es este amor...
Ni ella misma podía creer que estuviera haciendo eso. Jamás, desde que comenzó a estudiar en Hogwarts, se imaginó que llegaría a dejar la escuela y mucho menos en su último año, cuando estaba apunto de cumplir su sueño de graduarse y estudiar una profesión en el mundo mágico.
Pero ahí estaba, desempacando sus pocas pertenencias en esa vieja cabaña. Tenía miedo, no lo podía negar, no sabía qué les esperaba y estaba segura de todos los peligros a los que se estaba orillando.
Sabía que estaba haciendo lo correcto, no lo podía dejar solo, no podía dejar a sus amigos solos; había estado con ellos en todas las aventuras que habían vivido y esa no sería la excepción, sólo esperaba que las cosas con Ron mejoraran. Ese verano había dado todo de sí para que su relación funcionara, pero sólo era un desgaste emocional, se la vivían discutiendo y la boda de Bill había sido el acabose.
Sacó una foto de su mochila, a pesar de lo incómodos que se veían le gustaba esa foto, se las habían tomado al final de la fiesta, justo después de haber acordado que desaparecerían del andén para iniciar su búsqueda, para vivir juntos muy a pesar de lo que había pasado entre ella y Ron momentos antes. Se sentía orgullosa de él, pues sabía que aunque aparentara estar enojado con ella, seguía respetando su amistad. La amistad seguía estando antes de cualquier otra cosa.
– ¿está bien la habitación? –
La voz de Harry la sacó de sus pensamientos.
– sé que no es ni un poco bonita pero es la más grande de la cabaña... y creo que la más cómoda, tienes tu propio baño, así no te preocuparás porque Ron y yo seamos unos desordenados – dijo intentando sonreírle mientras se sentaba en el colchón que estaba en la esquina del cuarto.
Hermione asintió sonriendo débilmente – sí... está muy bien... tengo dónde guardar mi ropa y dónde escribir – dijo observando la pequeña cómoda y la mesa apolillada, que estaba a un par de pasos del colchón.
– sé que no eran los planes que tenías para este año, pero... – intentó decir con gesto abatido, pero Hermione lo interrumpió.
– yo sé que los planes pueden cambiar... cuando tenía 10 años sólo pensaba en ser una niña normal, nadie me dijo que era una bruja y tampoco estaba dentro de mis planes ir a Hogwarts... – le decía con gesto serio, sentándose a su lado – esto no será tan diferente, ¿no es así?... Hogwarts sin Dumbledore es como estar aquí... pero estar aquí es mejor, podemos realizar nuestra búsqueda e investigar todo lo necesario sin ningún problema... – le dijo intentando restarle miedo a sus palabras con una sonrisa.
– ¿le escribiste a tus papás? – dijo cambiando de tema mientras se recostaba en el colchón.
Hermione lo volteó a ver y asintió – les dejé una nota con su secretaria, sé que se volverán locos cuando la lean... – se lamentó acostándose junto a Harry – les costará un tiempo, pero lo entenderán... lo sé – dijo intentando hacerse creer a sí misma que era así, mientras sus ojos se humedecían.
– estarán preocupados por ti – el gesto ausente en Harry era algo característico en él desde la muerte de Dumbledore, difícilmente sonreía y siempre se veía preocupado.
– creo que podré escribirles cada tres días o cuatro, así sabrán que estoy bien... – dijo enjugándose las mejillas – no te preocupes, me alejaré de aquí para enviar las lechuzas y siempre será de un lugar diferente – le aseguró interrumpiéndolo.
Harry asintió con un suspiro, se frotó los ojos con una mano, luego de quitarse las gafas y soltó otro suspiro al levantarse – gracias... – dijo reincorporándose.
– ¿gracias?... ¿de qué? – le preguntó Hermione confundida, pero no obtuvo respuesta a su pregunta.
– ¿tienes hambre?... – preguntó Harry deteniéndose frente a la puerta.
– deberíamos esperar un poco más, acabamos de llegar y... bueno... debemos administrar bien la comida, podríamos quedarnos sin nada en menos de una semana... – dijo un poco preocupada, poniéndose de pie para acercarse a Harry.
– sí, tienes razón... – dijo sonriendo débilmente, mientras sentía la mano de Hermione apoyarse en su brazo y estuvo apunto de decir algo, pero se detuvo al ver que la puerta se abría.
– ¡oh!... Harry, aquí estás... –dijo Ron visiblemente sorprendido – ehm... ¿vamos a comer? – preguntó intentando ocultar su sorpresa.
– Hermione... – decía Harry, pero Hermione lo interrumpió.
– creo que estaría bien comer algo... pero quiero que se moderen... – dijo sin deseos de hablar de nada más. Harry y Ron asintieron y no tardaron en salir de la habitación dejándola sola.
No sería fácil y lo que menos debía hacer era preocupar a sus amigos, así que necesitaba ocultar sus emociones, ser fuerte y apoyarlo, debía apoyarlos ahora más que nunca.
– ¿Hermione? – la voz de Harry volvió a interrumpir sus pensamientos – vamos, no quiero que comas sola... – le dijo antes de tomarla de la mano y sacarla de la habitación.
Al llegar al pequeño rellano, de lo que parecía había sido una cocina, se encontraron con la mirada fulminante de Ron fija en sus manos aún entrelazadas. Hermione no pudo evitar enojarse, esa había sido la razón por la que todo entre ellos había terminado, Ron se había peleado con Harry luego de armarle una escena de celos al verlos en un abrazo más largo de lo normal, que habían roto al ver la mirada enojada que les dirigía. Pero esta vez Hermione le prohibió a Harry soltar su mano hasta que se hubo sentado, Ron no tenía derecho de armarle ninguna escena de celos, ya no eran pareja.
Harry les sirvió un poco de una ensalada extraña, que parecía haber sido preparada por la señora Weasley – mañana iré al Caldero Chorreante... – les informó mientras se sentaba, recibiendo inmediatamente miradas sorprendidas de sus amigos.
– ¿estás loco? – le preguntó Ron bastante molesto, había encontrado su oportunidad para descargar los celos que le había causado verlos tomados de la mano – ¡hay mortífagos por todos lados! – decía levantándose de la mesa.
– Ron tiene razón, no creo que sea conveniente que salgas tan pronto... estoy segura que ya todo el mundo mágico sabe que no llegamos a Hogwarts... y los mortífagos no serán los únicos que te buscarán, Harry... todo el Ministerio de Magia estará como loco, y no se diga la Orden... – decía con gesto serio mientras revolvía su ensalada con un tenedor de plástico.
– no me importa lo que la Orden, el Ministerio o los Mortífagos hagan... necesito ir al Caldero Chorreante... – dijo con tono serio, llevándose una gran cantidad de ensalada a la boca.
– pues a mi sí me importa lo que hagan... si te encuentra el Ministerio o la Orden, harán lo imposible por regresarte a Hogwarts o llevarte a Grimmauld Place... y no se diga lo que harían los Mortífagos... mejor dime qué quieres hacer, yo iré – le dijo Hermione con tono serio y hasta cierto punto molesto.
– no me quedaré aquí encerrado, Hermione, si no fui a Hogwarts fue para poder buscar los malditos Horcruxes, no para permanecer encerrado – decía enojado, ignorando la mirada preocupada que le dirigía Hermione y la mirada molesta de Ron clavada en su nuca – está muy rica la ensalada... ¿alguien quiere más? – dijo fingiendo indiferencia, antes de llevarse otro tanto a la boca.
– ¡deja de evitar las conversaciones! – le dijo Hermione desesperada – ¡corres peligro, Harry!, ¿porqué no lo quieres ver? – levantó la voz mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
– ¿me crees idiota?... sé que me voy a morir, pero haré todo lo necesario por vengar la muerte de todos los que dieron su vida por mi... –
– ¡entonces has algo por honrarlos y no te entregues en charola de plata a los mortífagos! – intentó razonar Hermione mientras Ron los observaba desde la ventana – debes cuidarte... corremos demasiado peligro – decía sin poder ocultar su tono preocupado.
– si tienes tanto miedo ¿porqué no regresas a Hogwarts?... ¡nadie te pidió que vinieras! – le dijo Harry enojado – lo que menos necesito es una carga más – Hermione lo observó dolida y sin decir más se levantó de su lugar y regresó a su habitación.
Debería saberlo... ¿o era más bien que siempre lo había sabido pero nunca había querido aceptarlo?... pero no se iría, aunque Harry no la quisiera ahí; no iba a dejarlo solo, aunque Harry insistiera en que no necesitaba su ayuda. Había llegado ahí por decisión propia, Harry tenía razón, nadie le había pedido que fuera, y por eso mismo no se iría hasta que ella lo decidiera, no porque él la creía una carga.
Se acostó en su cama de espaldas a la puerta, sabía que era una tonta por llorar por eso, pero no podía evitarlo, de un momento a otro se sintió sola. Harry y Ron eran sus únicos amigos, Ginny había dejado de hablarle hacía algún tiempo y nunca había sido gran amiga de Parvati y Lavender. Sólo contaba con ellos dos y ahora, el que Ron no le hablara y Harry la considerara una carga la hacía sentirse sola. ¡Que contradictorio!, la compañía de sus mejores amigos sólo ocasionaba que se sintiera sola.
No llevaba ni un día ahí y ya pensaba que había cometido un error al ir, no porque tuviera miedo, si no porque sabía que ninguno de los dos la querían ahí. Se cubrió con una pequeña frazada que llevaba, comenzaba a oscurecer y a hacer frío, intentó ignorar el sonido que producía su estómago acurrucándose contra la pared, en verdad hacía frío.
Intentó dormir un poco, talvez así olvidaría el hambre, pero la mirada molesta de Ron y la voz enojada de Harry llegaban a su mente turbando sus pensamientos, y sólo cambiaba de posición intentando permanecer abrigada con la frazada. Enjugó sus mejillas con las manos frías intentando olvidar las palabras enojadas que le había dirigido Harry, pero sólo podía recordar lo enojado y sincero que se había escuchado, realmente quería que se fuera de ahí, ¿en verdad la consideraba sólo una carga?.
Su relación con Ron no la hacía sentir mejor, tenía que lidiar con el rechazo de sus amigos sin tener un lugar en el cual refugiarse, más que esa fría habitación en la que cada vez se sentía más sola.
Pensó en escribirle de nuevo a sus papás para asegurarles que se encontraba bien, pero de nada le servía hacerlo, no tenía una lechuza para enviarles la carta y en esos momentos no pensaba pedir prestada una lechuza a alguno de sus amigos.
Podría leer un poco, eso la distraería un momento hasta que sus amigos se fueran a descansar o por lo menos se alejaran de la "cocina", aunque; sorprendentemente, no tenía deseos de leer, llevaba consigo uno de sus libros favoritos, pero no tenía deseos de leer, sólo conseguiría darle vueltas a las hojas sin poner atención a ni una palabra escrita en ellas, sólo para volver a pensar en lo que había pasado entre ella y sus amigos, y en lo mucho que le habían dolido las palabras de Harry.
¿Cómo no dolerle si era su mejor amigo?, Ron también lo era, pero con él la relación siempre había sido diferente, se podía decir que, hasta cierto punto, estaba acostumbrada a sus palabras ofensivas, aunque no podía negar que aún lograba lastimarla, pero Harry jamás se había quejado de ella de esa forma, nunca, que ella supiera, la había considerado una carga; un estorbo.
Se volvió a enjugar las mejillas ocultando su rostro en la mullida almohada, y se abrazó a sí misma, ¿porqué demonios se tenía que sentir tan sola?, apenas habían llegado allí.
Un par de golpes en la puerta la hicieron voltear por unos momentos, hasta escuchar la voz de Harry anunciando que era él, no sabía si pedirle que la dejara sola o guardar silencio y hacerlo creer que estaba dormida. Optó por lo segundo, talvez se iría y así no se daría cuenta de que había estado llorando, pero, para su sorpresa, la puerta no tardó en abrirse, volteó rápidamente, ocultando su rostro de la vista de Harry.
– ¿Hermione?... – la llamaba mientras entraba a la habitación, cerrando la puerta detrás de él – Herm... despierta, te traje un poco de comida... – dejó el plato que llevaba en la mesa y se acercó a ella para despertarla – Hermione, vamos, come un poco – dijo intentando hacer que volteara, pero la chica se resistió.
– no tengo hambre – sentenció reacomodándose en el colchón – puedes llevarte el plato si quieres... – dijo con tono indiferente, antes de cubrirse hasta el cuello con la frazada.
– vamos, Hermione, no te enojes... sabes que no quise decir eso – le dijo fingiendo una sonrisa, apoyó una mano en su hombro intentando, de nuevo, hacer que volteara, pero Hermione volvió a resistirse.
– sé que quisiste decir eso... si no, no habrías tardado más de tres horas en venir... – dijo sin poder ocultar un tono resentido y se acercó un poco más a la pared para alejarse de él.
– pensé que saldrías... vamos, no te enojes, yo sólo... tengo muchas cosas en la cabeza – intentó disculparse, dándose por vencido en su intento por hacer contacto visual con ella.
– lo sé, y lamento ser una carga más... – le dijo a modo de reproche, decidida a no voltear hacia Harry.
– no lo eres, Hermione... vamos, deja de actuar como una niña... – dijo cansado, dándole la espalda.
Hermione se reincorporó bastante molesta – ¡lo dejaré de hacer cuando dejes de ser un egoísta! – dijo recibiendo una mirada sorprendida de Harry – ¡crees que eres el único que sufre, pero no te das cuenta de que a todos nos preocupas, que nos sentimos impotentes porque sabemos el destino que te espera y no podemos hacer nada para cambiarlo! – decía reincorporándose y caminando en dirección a la puerta mientras las lágrimas seguían humedeciendo sus mejillas – ¿crees que es fácil para nosotros?... si no insistieras en creer que estás solo y que todo el peso de el mundo está sobre tus hombros, lo verías todo de diferente manera... te darías cuenta de que todo es más fácil, que tienes derecho a sonreír... tienes derecho a ser feliz sin tener que sentirte culpable por serlo... – se enjugó las mejillas con una mano, mientras que con la otra sostenía la perilla con firmeza.
– ¿cómo lo haces?... – le preguntó Harry sin apartar la mirada del empolvado piso – siempre sabes qué decir para hacerme sentir mejor... aunque yo sea el que debería hacerlo – dijo apoyando sus brazos sobre sus rodillas, aún sin levantar la vista – intenté pensar en algo que podría decirte para que me disculparas... estoy preocupado por ti... por ti y por Ron, ustedes no deberían estar aquí, pero insistieron en venir y se los agradezco... aunque no puedo dejar de sentirme preocupado, no son una carga, es sólo que... jamás me perdonaría si algo les pasara, ustedes han sido los únicos que siempre han estado de mi lado... –
Hermione se acercó a él en silencio y se sentó a su lado soltando un débil suspiro – no tendrías nada qué perdonarte, tú mismo lo dijiste, nosotros fuimos los que insistimos en venir... tú no lo pediste... sólo decidimos estar a tu lado... tres cabezas actúan y piensan mejor que una, ¿no es así? – le dijo sonriendo débilmente mientras frotaba su espalda intentando reanimarlo.
No supo si lo había hecho por compromiso, pero le sonrió – sé que todo será más fácil con ustedes... – dijo con gesto calmado y Hermione no tardó en abrazarlo intentando hacer que esa calma no se disipara nunca. Se sentía responsable de eso, sentía que esa era una de sus tareas al estar ahí, lograr que Harry estuviera relajado.
– ¿Ron sigue enojado? – le preguntó Hermione luego de varios minutos de silencio, y Harry negó.
– bueno, no mencionó nada del asunto, sólo me dijo que me acompañaría mañana, tiene que ir a ver a sus papás... – dijo volviéndose a acostar en el colchón, cerrando los ojos.
Hermione lo observó unos segundos y asintió – sólo tengan cuidado... – dijo en susurro, volviendo a voltear hacia el frente.
– tú irás con nosotros... – le dijo Harry abriendo los ojos y recibiendo una mirada sorprendida de Hermione – no quiero que te quedes aquí sola... como dices, tres cabezas piensan mejor que una... – dijo sonriéndole antes de volver a cerrar los ojos acomodando sus manos bajo su cabeza a modo de almohada.
– dijiste que Ron se iría con sus papás... – le dijo Hermione estirándose un poco para tomar frazada.
– aún así, cuento con una cabeza más... y una muy buena he de agregar... – dijo sonriendo aún más, recibiendo un débil golpe que Hermione le dio con la frazada.
Se sentía tan tranquila cuando Harry sonreía de esa manera, no podía evitar preocuparse cuando lo veía decaído o distante, pero el verlo sonreír siempre la había hecho sentir tranquila, porque sabía que, de alguna forma; aunque no lo dijera; él estaba bien, aunque fuera por unos pocos instantes, mientras esa sonrisa durara, nada más podría molestarla.
– ayer hablé con Ginny... – dijo casi en un murmullo, haciendo que algo adentro de Hermione le oprimiera la garganta.
– ¿sí?... ¿y pudieron arreglar las cosas? – le preguntó intentando escucharse preocupada por la relación de su amigo.
Harry negó – dice que no le encuentra sentido a tener una relación a distancia... y me dijo que Dean la seguía buscando... talvez se daban otra oportunidad... – decía entre balbuceos, sintiendo la mano de Hermione peinar su cabello.
– ¿y qué piensas de eso?... ¿aún la quieres?... – preguntó preocupada; por cualquiera que fuera la causa, no podía evitar preocuparse por él.
Volvió a negar – Ginny era... fue alguien que me ayudó a sentirme normal, pero creo que nunca hubo un cariño verdadero... – le confesó más dormido que despierto.
– bueno talvez eso cambie este año... talvez la separación les sirve para saber lo que sienten realmente... ella podría darse cuenta de su error... – decía intentando reanimarlo, pero Harry negó.
– creo que no tiene sentido... ya sé lo que... lo que siento... – balbuceó antes de quedarse completamente dormido, para molestia de Hermione, que quería saber un poco más acerca de los sentimientos de su amigo.
Le acomodó la frazada sobre el cuerpo, intentando cubrirlo lo más posible, y sin atreverse a despertarlo lo dejó descansar, de cualquier modo, si ella necesitaba dormir había suficiente espacio en el colchón.
Se levantó con cuidado de no despertarlo y se acercó a la vieja mesa para comer un poco mientras pensaba en lo que Harry había dicho acerca de ya saber lo que sentía... ¿qué era lo que sentía?... talvez sólo se había dado cuenta de que en realidad no sentía nada por Ginny, y ella ya se estaba imaginando una y un millón de cosas.
OoOoOoOoO
Despertó un poco adolorida, pues el frío había aumentado al anochecer y había dormido encorvada. Se sorprendió al verse tapada con la frazada que le había puesto a Harry la tarde anterior, y le sorprendió aún más verlo dormido a su lado. No sabía si ella misma le había quitado la frazada o había sido él el que se la había dado, pero era obvio que Harry aún tenía frío.
Tomó su varita y, apuntando a la cobija, susurró el encantamiento de ampliación para poder cubrirlo a él también, aún no amanecía y lo más seguro era que Harry siguiera durmiendo un largo rato más.
Intentó seguir durmiendo, pero no pudo hacerlo, y es que el tener a Harry durmiendo a su lado nunca le había incomodado tanto como en esa ocasión, se sentía demasiado extraña; la noche anterior no le había dado importancia, estaba demasiado cansada como para darse el tiempo suficiente para pensar en ello, pero ahora, con todo a su alrededor en silencio, dándole la espalda a su amigo y sólo siendo consciente de que él estaba ahí, respirando tranquilamente, descansando como, sabía, no lo hacía en mucho tiempo.
Se levantó de golpe, casi como un reflejo, pues se sorprendió a sí misma pensando en que ella era la causa de su tranquilidad, Harry sólo la veía como una amiga y de eso estaba más segura que nadie.
Salió de la habitación sin atreverse a voltear para asegurarse de no haber despertado a su amigo y se dirigió a la salida de la cabaña, pero no se atrevió a salir, talvez Harry había puesto algún hechizo de protección y podría activarlo si salía.
Tenía miedo, miedo de ella misma más que de todos los peligros que pudieran pasar, temía que sus aparentes sentimientos por él se hicieran reales y se intensificaran con el pasar del tiempo, ese tiempo que sabía los haría más unidos y más peligrosos.
Ron podía llegar a perdonarla y superar su relación fallida con el pasar del tiempo, u odiarla deseando no volverla a ver al darse cuenta de los verdaderos sentimientos de su amiga, y Harry... Harry podría nunca darse cuenta de lo que Hermione comenzaba a sentir o descubrir lo que su amiga sentía por él y decidir ignorarlo o alejarse de ella. Fuese lo que fuese tenía miedo porque las cosas cambiarían, dejarían de ser los amigos que habían sido en Hogwarts.
Apoyó sus manos en el oxidado fregadero intentando pensar en lo que hacía o en lo que estaba dejando que su corazón hiciera, no podía permitirse sentir algo más, no en esos momentos.
– ¿Hermione? –
La voz de Ron la hizo sobresaltarse, no esperaba que ninguno de sus amigos se despertara a esa hora, aún faltaba; por lo menos; media hora para que amaneciera y ellos nunca se habían distinguido por su buena costumbre de madrugar.
– lo siento, ¿te desperté? – le preguntó apoyando su espalda baja en el fregadero.
Ron negó – es raro dormir fuera de la madriguera o Hogwarts... – dijo sentándose en una de las sillas de la mesa.
– lo sé... es extraño no estar en casa... – dijo Hermione con nostalgia, suspirando débilmente.
El pelirrojo se levantó de la silla – pero parece que Harry se siente como en casa... – dijo con un deje de altanería, dando cortos pasos hacia Hermione, quien lo observó sorprendida.
– ¿qué quieres decir? – preguntó frunciendo el entrecejo, ¿acaso se estaba burlando de la condición deplorable en la que había vivido con los Dursley?
– sí, parece que puede dormir donde le venga en gana... –
Hermione lo observó con un guiño y apretó los puños intentando controlarse, le molestaba tanto la forma en que la veía, como si todavía fueran algo más que amigos, como si ella; de alguna manera; le perteneciera – estaba muy cansado y se quedó dormido... a mi no me molestó en nada que se hubiera quedado ahí – le dijo con tono serio, deseando gritarle, pero conteniéndose de hacerlo.
– ¡claro!, a ti no te molestó ni un poco... seguro disfrutaste mucho de su compañía – dijo observándola a poco más de un metro de distancia.
Estuvo apunto de dar un paso hacia adelante y darle una fuerte bofetada, pero se contuvo volviendo a apretar los puños – ¿cuándo piensas madurar, Ronald?... por esto no funcionó nuestra relación, nunca hiciste el menor intento de poner de tu parte... – dijo entre dientes y con la respiración agitada – espero que madures porque Harry te necesita... si viniste fue para ayudarlo, y no serás ni de un poco de ayuda con esta actitud – le dijo antes de darse media vuelta y regresar a su habitación.
¿Porqué tenía que ser así?, ¿porqué se empeñaba en lastimarlos de esa forma?, las cosas no serían fáciles, él no se las haría fáciles... y tampoco lo haría Harry.
Lo observó, aún dormía, por un momento se alegró de que su pelea con Ron no lo hubiera despertado. Le sorprendía darse cuenta de cómo intentaba protegerlo de cualquier cosa, pero no podía evitarlo, era como un acto reflejo.
Caminó en círculos, ¿qué iba a hacer con sus amigos?, ¿cómo lidiaría con los celos de Ron?... y, sobre todo, ¿cómo lidiaría con sus sentimientos hacia Harry?.
Debía dejar de pensar en eso, recordarse una y otra vez que comenzaba a sentir algo por su amigo sólo ocasionaba que sus sentimientos se intensificaran y un nerviosismo tonto se hiciera presente. Necesitaba dejar de verlo como Harry y volver a verlo como su amigo, como siempre había sido.
– ¿qué hora es? – le preguntó Harry mientras se ponía las gafas.
Hermione lo observó en silencio por varios segundos – aún es bastante temprano – dijo acercándose a él para sentarse en el colchón.
– lo siento... me quedé dormido... – lo sabía, Harry no la había arropado en la noche, y eso sólo la hizo sentirse dolida, había albergado esperanzas en un detalle tan simple – desperté en la madrugada y te vi con frío... no debiste dejarme tu frazada... sé que te incomodé y lo menos que podía hacer era cubrirte – le dijo aún con la clara intención de quedarse acostado, mientras Hermione sentía que algo crecía en su pecho.
– fue una noche muy fría... – fue lo único que atinó a decir Hermione, sin saber si permanecer sentada o levantarse y preparar sus cosas para su viaje al Caldero Chorreante.
Harry asintió – un poco... ¡aunque yo dormí bastante bien! – dijo sonriendo, sin darse cuenta del sonrojo que había provocado en el rostro de su amiga.
– me alegra... ehm... ¿crees que pueda enviarles una lechuza a mis papás desde el callejón Diagon? – preguntó intentando cambiar de tema y no recordar que ella misma había llegado a pensar que era la causante de la tranquilidad de su amigo esa noche.
Y el moreno volvió a asentir – podrías ir a visitarlos – le dijo intentando animarla, pero Hermione negó inmediatamente.
– puedo ponerlos en peligro... recuerda que mis papás son muggles, ellos no pueden defenderse de un ataque de mortífagos como los papás de Ron... – lo observó preocupada, antes de levantarse del colchón y dirigirse a la cómoda, donde había guardado unos cuantos pergaminos, sacó sólo uno junto con su pluma y su tintero.
– tienes razón... iré a cambiarme, saldremos en unos minutos... – dijo reincorporándose y salió rápidamente, sin darle tiempo a Hermione de decir nada.
Suspiró resignada y se sentó en la silla que estaba frente a la mesa. Escribió una carta corta, donde sólo le aseguraba a sus papás que estaba bien, que Harry y Ron cuidaban de ella y les pedía que no le escribieran, asegurándoles que podría ser peligroso para ellos y para ella.
Cerró su tintero y, luego de guardarlo; al igual que su pluma; se arregló para ir al Caldero Chorreante con sus amigos.
OoOoOoOoOAquí tienen el primer cap, como pueden ver desde aquí empieza el drama; no puedo evitarlo, ¡me encanta!
Si este pequeño cap despertó alguna duda en ustedes no duden (valga la rebusnancia) en preguntarme, y si sólo tienen un lindo comentario, siéntanse en libertad de hacérmelo llegar!
Y les repito, LEAN las notas de autor, pooorrrr favorrr!! Luego me llegan muchas preguntas que ya estaban contestadas.
En fin, saludos, espero que estén muy bien!
Besitos
Pau
