Bueno esta historia es la primera que escribo de Harry Potter y de hecho es la respuesta a un reto que le pedí a mi querida amiga, ojala logre complacerla y espero que a muchos mas les agrade

Aquí están las condiciones y la respuesta a ello. Gracias Jenny por darme el empujoncito.

Fandom: Harry Potter

Pareja: Albus Dumbledore/Gellert Grindelwald.

Palabras: Accidente, odio, remordimiento

Nota: Esta historia contiene cierta información que esta en el ultimo libro de la saga y datos de algunas paginas como harrypotterla y harrylatino, se las recomiendo.

CAPITULO 1: ODIO

El aire se pasea a placer por el pequeño poblado al suroeste de Inglaterra, se podía sentir como la magia era esparcida por este por todo el lugar, y como no serlo si la mayoría de sus habitantes tienen esa magia consigo mismos.

El Valle de Godric es uno de los poblados donde conviven una variedad de magos y hechiceras, una comunidad que se protegen mutuamente, y como todo lugar mágico mantiene innumerables secretos, unos llenos de gloria y valentía, y otros oscuros y misteriosos.

Un lugar muy renombrado por ser la cuna donde nació el famoso Godric Gryffindor, uno de los fundadores del prestigioso Colegio de Hogwarts, como también Bowman Wright, inventor de la snitch dorada, entre muchos magos más.

En vísperas de una terrible tragedia una familia llego a vivir en aquél poblado buscando un poco de lo todos llegaban queriendo, seguridad en un mundo que los había tratado duramente. La familia Dumbledore había llegado sin mucha ceremonia al lugar, una familia que sufría entre tragedias, tragedias que parecían no terminar.

Un joven alto de complexión delgada miraba de manera fija la lapida de una tumba en el pequeño cementerio que se encontraba detrás de la iglesia del lugar, estaba parado e inmutable sin importarle la lluvia que lo empapaba en aquella noche. De cierta forma prefería ese clima, ya que la lluvia disfrazaba fácilmente las lágrimas derramándose de sus ojos azules, la frialdad del agua se deslizaba por su cabello cobrizo siguiéndolo hasta la altura de los hombros.

El verano para él no podía ser más frió, estaba ahí simplemente porque aun podía, porque de ahora en adelante ya no podría hacer muchas cosas… De ahora en adelante le habían arrebatado repentinamente las ilusiones de juventud, porque ya no podía ser un joven que comenzara a forjar su madurez, ahora y en esa noche tenia que madurar y olvidarse de si mismo, porque ahora dos personas dependían completamente de él.

Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore miraba atentamente el grabado en la lapida, Kendra Dumbledore… la muerte le había quitado más que a su madre, le había quitado las ilusiones de una brillante vida por delante… la suya.

La lluvia y la oscuridad de la noche debían terminar, por lo menos en el cielo, ya que en los corazones casi nunca se va tan fácilmente.

Albus abrió los ojos sin mucho animo, se encontraba recostado en su cama aunque difícilmente había dormido bien, ese día debía ser el inicio de una gran aventura más sin en cambio él lo veía como el día de comenzar una condena. Después de todo recién graduado como el mejor alumno en Hogwarts no esperaba nunca ser llamado a su casa por la muerte de su madre.

Hubiera preferido pasar recostado toda la vida, pero sabía que debía levantarse.

En unos días tuvo que aprender lo que debía en varias semanas, hacerse cargo de sus hermanos, una tarea que nunca tomo en consideración y que hasta cierto punto una responsabilidad que su madre le quitaba para dejar el tiempo libre en sus estudios. Ahora había logrado con esos conocimientos un trabajo preparando ingredientes y pócimas, una tarea que le brindaría el dinero necesario para mantener a sus hermanos y a la vez, el tiempo necesario para hacerse cargo de su hermana menor.

Con unos cuantos movimientos de su varita había conseguido servir el desayuno, su hermano no tardo mucho en levantarse y comenzar a comer, el silencio era mortal entre ambos, no había palabras que decir, el luto los cubría en una relación de indiferencia.

Aberforth era menor que su hermano por tres años, pero podían ser confundidos con gemelos fácilmente, y aunque físicamente eran muy parecidos, no podía haber personas más diferentes. Él no compartía la pasión de Albus por el conocimiento, solo le importaba una cosa, Ariana.

Ariana era la menor de los hermanos, una chica de aspecto frágil, que aparentaba una edad mucho menor a la suya, a diferencia de varios chicos de su edad, esta no asistía a la escuela.

- Hoy iré al callejón Diagon, tengo que llevar un pedido… - dijo de forma casual Albus

- Eso es otro pretexto para salir – mascullo sin mirarlo su hermano

- Debo llevarlo…

- Podrías mandarlo – dijo Aberforth esta vez enfrentándolo - ¿Por qué no puedes aceptar que no soportas estar aquí? ¿así pretendas que regrese tranquilo a la escuela? Sabiendo que en cualquier oportunidad te vas…

- VOY a entregar el pedido y además necesito más material que no puedo pedir, tengo que buscarlo para saber después a donde pedirlo – dijo Albus interrumpiendo a su hermano – Además a un te falta terminar tus estudios, tienes que estar conciente de que es muy importante

- ¿importante? Más importante que tu familia – comento volviendo a su desayuno – Yo no soy como tu, deja de esconderte en los libros

- Gracias a esos libros es que puedo sacarlos adelante, ¿Cómo pretendes cuidar y mantener de ella cuando yo falte? – Albus comenzó a subir la voz a manera de reproche

- Querrás decir cuando te hartes y te vayas – respondió de manera brusca

Ambos se miraron de manera desafiante, pero el silencio fue cortado cuando notaron la presencia de la menor de ellos entrar a la habitación, esta los miraba atenta con sus grandes ojos azules, su cabello era largo y sujetado por un moño, en su rostro se veía la preocupación de haber escuchado a sus hermanos pelear. La miraron sin poder decir nada y volvieron a tomar compostura.

- Ariana, quieres algo del callejón Diagon – dijo amablemente Albus

Ella solo negó con la cabeza y se sentó junto a Aberforth, Albus la miraba atento, su pequeña hermana era la que más pesaba en él como responsabilidad, quizá las cosas serian más fáciles si ella estuviera en condiciones de ir a Hogwarts.

Se levanto sin mucha ceremonia levantando sus platos, se acerco a ella para besarla en la frente, después de todo ella no tenia la culpa de nada… solo era el destino.

En poco tiempo Albus ya se encontraba caminando por la gran calle atareada de gente llevando una caja utilizando un conjuro que la hacia volar junto a él, no pudo evitar detenerse al pasar por Flourish y Blotts, una librería repleta de libros hasta el techo con infinidad de temas, desde hechizos sencillos hasta los últimas investigaciones sobre la magia. Por un momento estuvo tentado a entrar, pero estaba conciente de que si lo hacia perdería la noción del tiempo y lo ultimo que necesitaba es que Aberforth lo utilizase de pretexto para no regresar a la escuela.

Camino directo a su destino, la botica Slug & Jigger, no era el lugar de sus sueños para trabajar pero lo necesitaba. Al entrar al lugar ya se percibían los diferentes aromas que estaban impregnados en la tienda, esparcido por el suelo se podían ver los ingredientes amontonados en barriles o canastas, raíces secas, plumas, escamas, colmillos, todo lo necesario para cualquier poción.

Albus se acerco al mostrador y dejo la caja, un brujo viejo de poco cabello se acerco a recibirlo, abriendo y examinando la mercancía.

- Vaya Albus, siempre antes de lo previsto, tienes un gran talento – el anciano le extendió una bolsa que al caer sobre el mostrador se escucho el tintineo de las monedas – este trabajo no esta a tu nivel ¿Por qué no…?

- Necesito regresar pronto – interrumpió el joven paseándose por la tienda como buscando más productos – no me gusta desatender a mis hermanos ¿podría darme la nueva lista para ver que necesito?

- Muy bien – dijo revolviendo su mostrador – Se que aun estas en fase de duelo, pero debes seguir adelante, esa actitud de desesperanza terminara por enfermarte y ninguna poción podrá curarte – Termino por extenderle un pergamino

- Muchas gracias por su preocupación – respondió educadamente mientras revisaba el papel – creo que aun tengo estos ingredientes, yo le enviare un mensaje si necesito más

- Toma en cuentas mis palabras ¿si? No tienes porque cargar el mundo en tus hombros

Albus solo le dedico una sonrisa de agradecimiento sin mucha emoción al despedirse, no quería discutir sus palabras con él, no podía comprender la situación que ellos tenían, claro que debía cargar toda esa responsabilidad, porque no había quien más lo hiciera… aunque odiara eso.

Paso nuevamente por Flourish y Blotts, sintió como si le calara el alma ver a la gente dentro, no pudo reprimirse más, quizá adquirir un libro o dos de segunda mano que lo mantuviese actualizado.

Al entrar casi pudo sentir el brillo de sus ojos que debió haber reflejado, no había experiencia más mágica para él que el hambre de conocimiento, y estaba ahí, como un niño en una dulcería después de una larga y estricta dieta.

- Albus – escucho que le llamaron

- Señora Bagshot – miro sorprendido a la mujer que se les acercaba

- Querido muchacho – palpo a Albus - ¿Cómo han estado tu y tus hermanos?

- Bien gracias – trato de contestar lo más convencido – Disculpe que llevo prisa – dijo más bien para evitar más preguntas y retirarse

- Pero muchacho ¿no vas a comprar nada?

- No, solo pase a ver, con su permiso

Albus salio del lugar rápidamente, sabía que aquella vecina solo quería ser amable, pero su madre les enseño que era mejor evitar a las personas, después de todo no podían entablar una relación sincera con ellas, debían proteger su secreto familiar.

Camino pesadamente repasando sus sentimientos, se sentía atrapado, deseaba encontrar alguna manera de poder desarrollarse, de escapar de la responsabilidad de sus hermanos… sentía odio, era la palabra más adecuada, odio hacia su madre por morir, odio a su padre por cometer el homicidio de tres muggles que le hicieron encerrar en Azkaban, y odiaba la ignorancia de aquellos muggles, que dicen ser humanos pero no saben respetar la diferencia entre su mundo y el mundo de la magia… ¿Por qué alguien con los dones que él poseía y su brillantes debía de ser consumida por aquella familia?

Se sentía atrapado, amargado, consumiéndose por la amargura… no había otro nombre para lo que sentía, odio…

Al aparecerse en su casa la encontró hecha un desastre, algunas de las cosas tiradas o rotas, de inmediato supo que había sucedido y busco de prisa a sus hermanos, Aberforth estaba en la habitación de Ariana al pie de su cama mientras la miraba dormir.

- ¿Qué paso? – pregunto de inmediato

- Se altero – contesto sin mirarlo – se puso nerviosa y no pudo evitarlo

Albus noto que su hermano parecía tener la mano lastimada, trato de acercarse pero Aberforth se levanto

- Saldré un rato, ahora es tu turno – dijo con acidez en su tono antes de salir

No pudo detenerlo, Albus miro con un suspiro a su hermana mientras se acercaba a ella, sabia que había ocasiones en que no podía evitar alterarse, era natural al reprimirse de esa manera en algún momento tenia que explotar y no era su culpa. Paso su mano sobre su frente para hacerle un cariño, se cercioró de que estuviera bien dormida antes de retirarse.

- Reparo – pronuncio mientras apuntaba con su varita hacia lo destrozado

Se sentó pesadamente en uno de los sillones y se froto con sus dedos las sienes de la frente, se sentía cansado, pero cansado psíquicamente.

Antes de pensar en otra cosa, escucho los picotazos sobre el cristal de la ventana, reconoció de inmediato la lechuza le abrió y le dio un pequeño bocadillo de agradecimiento mientras tomaba de su pata el pergamino y un pequeño sobre que traia.

Querido amigo:

Lamento muchísimo que no pudieras acompañarme en el viaje, realmente se que te abría encantado y espero que estés bien, pero no olvides que la familia importante también.

En cada lugar que visito pienso que esto o aquello te gustaría, estoy en busca de algún detalle para ti, quiero encontrar el perfecto.

Bueno no tengo mucho tiempo, pero te mando algunas fotos, si quisieras algo de alguno de los lugares que teníamos planeados no dudes en pedírmelo, sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

Tratare de mantenerme en contacto.

Muchos saludos de tu amigo

Elphias Doge

Termino rápidamente las escasas líneas para después hojear las fotografías junto a estas, en ella podía ver a su siempre amigo de la escuela saludándolo afectuosamente desde lugares que él había planeado también visitar. No estaba conciente hasta ese momento del dolor que le provoco renunciar a ese viaje… eso hacia que su pecho se hundiera más en las mortificaciones y resentimiento.

Una desesperación comenzó a producirse en él, la necesidad de salir huyendo de todo, de solo ver por él y su desarrollo. Era un joven que tenia mucho que dar, ¿Por qué nadie comprendía eso? ¿Por qué todos trataban de que aceptara su desdichado infortunio? ¿Por qué? si él era capaz de hacer tantas cosas increíbles ¿Por qué debía desperdiciar su talento atendiendo a hermanos que se veía no tenían un futuro que él podría logar?

Se quedo meditando las preguntas que sabia no tenían respuesta, y estaba conciente que cada vez que pensaba en ello se amargaba más, pero no podía evitarlo, necesitaba encontrar algo que lo alejara de eso, porque también temía que ese odio que comenzaba a surgir en él alcanzara y lastimara a otras personas… como a su hermana…