Okay, este es mi fic para el foro de Kuroko no Basuke. ¡Espero que les guste!
La pareja es Himuro x Hanamiya.
ADV: occ, leve malas palabras (insultos, discuciones, etc).
Los personajes de Kuroko no Basuke son propiedad de Fujimaki Tadatoshi, y esta historia participa en el reto: ¡Amor por el Crack!, del foro Kuroko no Basuke en Español.
¡Disfruten! XD
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No es que fuera el más romántico del mundo. De hecho, ninguno de los dos lo era. Al llegar a casa era un simple saludo, cena en silencio y luego ir a la cama.
Nada más.
Las mañanas eran iguales. Levantarse a tiempo, turnarse la ducha, desayunar e irse al trabajo.
Una vida totalmente aburrida.
Pero esa no es la vida que le había tocado ni a Himuro Tatsuya, ni muchos menos a Hanamiya Makoto.
Todas las mañanas al levantarse tarde; provocaba una guerra para ver quien ocupaba el baño primero, salir con el desayuno en la boca y, encima, llegar tarde. Esto último a la noche, provocaba de las más tontas discusiones que siempre terminaban en "cariñitos", una cena en la que vivían quejándose de sus trabajos e incluso cuestionando a sus compañeros. De eso, no compartían casi la mitad del día; pero ambos estaban conformes.
Los rayos del sol eran obstruidos por las finas y blancas cortinas, pero claro, nunca falta esa pequeña grieta que no obstruye nada y siempre el sol te pega en la cara.
"Algún día voy a comprar persianas. O eso, o comprar otro departamento sin ventanas." Pensó Himuro mientras se volteaba para evitar el sol y se pegaba a la espalda del pelinegro que lo acompañaba al otro de la cama. Makoto apenas se inmutó del mayor, como siempre. Quiso cerrar los ojos y volver a dormir pero como todos los días recordó su horario de trabajo.
Eran las siete de la mañana apenas pasadas, y debía llegar al trabajo (en lo posible) antes de las ocho.
Se levantó con rapidez, empujando al mayor que fue a parar directamente al suelo, no sin antes darse un buen golpe con la mesita de noche. Se quitó la camiseta que usaba como pijama, sintiendo el frío recorrer toda su pálida piel. Se acercó al armario a buscar su ropa, aprovechando que el otro aún estaba en el suelo.
-Pero que re carajo.- Se quejó el del lunar mientras se acariciaba la cabeza. Miró la hora en el reloj de la mesita de noche y se levantó ignorando el dolor de cabeza. Abrió las cortinas y las ventanas, dejando que el sol ilumine el desastre que era la habitación.
Ropa tirada por aquí y por allá. Las sábanas mal puestas y totalmente desacomodadas. Cajas con zapatos y/o ropa nueva abiertas y desparramadas por el suelo. Himuro pensó que más que una simple habitación debería ser el set de entrenamiento para ser agente secreto.
Corrió al otro lado de la habitación y empujó al más bajo, que enseguida salió despedido del armario. Tatsuya se puso a buscar su propia ropa, haciendo de lado y tirando por allí la del menor.
Makoto enseguida se acercó y de un caderazo lo hizo a un lado.
-¿Quién te crees que eres?- Le dijo mientras tomaba su ropa.- Yo llegué primero.-
-Y yo segundo, y quiero que me dejes buscar mi ropa.- Himuro se levantó del suelo tomando la primer cosa que veía por allí.
- Te habría dejado en cuanto terminara de buscar la mía.-
-Te tardas mil años en buscar una camisa.-
-Eso debe ser porque siempre desparramas mi ropa por ahí y nunca puedo encontrarla.-
-No te cuesta nada volver a acomodarla.-
Makoto alzó una ceja. ¿Acaso le estaba tomando el pelo?
-¿Disculpa?- Respondió haciendo una mueca de disgusto mientras se cruzaba de brazos.- Trabajo hasta las nueve de la noche, y encima que tengo que hacer tu maldita cena; ¿me pides que acomode tu ropa?-
-Oye, oye. Nunca dije que la mía. Bájale dos rayitas a tu volumen.- Himuro se acercó, de forma amenazante.
-Compartimos el mismo armario, ¿no? Aparte si "toco" tus cosas, te enojas como siempre.- Makoto hizo las comillas con las manos, y literalmente escupió las últimas palabras.
-Porque sabes que no me gusta que toquen mis cosas.-
-Entonces te jodes.- Terminó y decidió darse paso hacia al baño. Himuro le tomó del brazo dispuesto a entrar antes. Toda la discusión esa les había tomado diez minutos de su valioso tiempo.
-¡Oh no, yo iré primero al baño!- Makoto lo empujó haciéndolo caer. Genial, tres caídas en un día. Himuro le tomó de los pies y lo hizo caer también, se arrastro casi por encima del otro para llegar al marco de la puerta; justo el menor se le puso encima.
-Yo iré primero. Agradece que si no fuese por mi, ni te habrías levantado.-
-Ni lo sueñes.- Intentó quitárselo de encima pero el más bajo le había tomado un brazo y le impedía avanzar.
Entre tanta riña, llegó el momento en que ambos quedaron en la típica posición incómoda. Himuro boca arriba y Makoto sobre él, con las piernas a los costados de su torso.
-Vaya, vaya.- Murmuró Makoto, relamiéndose los labios. Era su oportunidad.- No entiendo por qué discutimos todas las mañanas por lo mismo, al fin y al cabo llegamos tarde igual.-
Himuro hasta ese momento no entendía de que iba. Se levantó un poco, sosteniéndose con un brazo y con el libre acariciando la cintura de Hanamiya.
-¿Podríamos aprovechar unos minutos...?- Se inclinó y comenzó a besarlo, rodeando con sus brazos el cuello del moreno del lunar. Himuro encontró el sentido en las palabras y se dejó hacer...
Engañado como todas la mañanas.
Apenas cerró los ojos para recibir un beso, el menor se levantó y se encerró en el baño. Himuro escuchó la risotada de victoria del otro y sintió que una vena podría explotarle.
Bueno, ahora se dispondría a hacer el desayuno; es lo menos que podría hacer, ¿verdad?
Pff, no. Creyó que incluso podría reír ante tal pensamiento. No, Himuro Tatsuya no cocina. No, señor.
Se levantó del suelo y se dedicó a caminar ansioso por todo el departamento esperando que el otro salga del baño.
Cinco minutos.
Diez minutos.
Estaba por perder la paciencia. Un día debería hacerle más caso a su cabeza que a sus pantalones y entrar primero al baño.
Apenas Makoto salió, Himuro entró como un rayo al baño. El menor solamente se quedó viendo la puerta cerrada mientras se secaba el cabello como si Himuro fuese el peor loco suelto del loquero que podría haber.
Hanamiya fue hasta la cocina.
Platos sucios, el mantel sucio, sillas desacomodadas, más platos sucios, paquetes y bolsas de comida por aquí; por allá e incluso detrás de las cortinas o en las macetas de las plantas.
Suspiró.
Si tan solo tuviera el tiempo le daría una buena fregada a ese departamento. Obviamente no le gustaba ver su hogar así; o sea, ¿a quién le gusta?
Pero el trabajo... Aaah, el maldito trabajo. Los tenía desde la mañana hasta la noche de aquí para allá. Pero su hogar no estaba fichado en "aquí" o en "allá". Para Makoto ser abogado no era fácil, a pesar de cumplir bien su trabajo y todas las obligaciones que conllevaba; no era nada satisfactorio para él.
Como si a Himuro le gustase su trabajo de contador también. Odiaba los números desde que había empezado a trabajar. Todo era cuentas según él. A veces les gustaría cambiar de papeles; pero a Himuro no le gustaría ser "el que va abajo" en la relación.
Makoto recuerda todas las discuciones que tuvieron respecto a eso. No volverían a tocarlo de nuevo; estaba sellado.
Makoto miró el reloj, menos de quince minutos para las ocho; ya era hora de que vaya saliendo de su casa. Pero como todas la mañanas, para esa hora ni siquiera se había cambiado. Se vistió con rapidez, sin ponerse la corbata o acomodarse bien la camisa, eso podría hacerlo en el auto.
Fue a la cocina, tiró un par de cosas que había allí por algún lado y puso a hacer café y tostadas. Era algo, ¿no?
Himuro tal como entró al baño, salió de el. Como un rayo. Tomó las tostadas y la llevó de una mano a la otra por lo caliente que estaban. Luego de unos segundos se llevó una a la boca, encendió la TV y se sirvió café mientras se abotonaba la camisa.
Makoto estaba totalmente tranquilo en el sofá leyendo el periódico. Himuro queriendo matarse al ver en las noticias que la ruta y la avenida estaban totalmente llenas y que el tráfico era un desastre.
Seguro era porque era lunes, y toda la gente que se fue de parranda el domingo llegaba tarde a sus trabajos el lunes. En cierta forma los envidiaba, en los 10 años que llevaba trabajando, hace como 6 años que no disfrutaba un buen fin de semana a solas o saliendo por allí. Siempre lo llamaban para cubrir un horario, para arreglar un fichero, para esto o para aquello.
Lo estaban matando.
Y Makoto igual. O la familia del acusado exigía algo, más pruebas, más papeleo, sobornos por parte de la familia que acusaba a sus clientes, etc. Ni un segundo de paz.
"Treinta y cinco años a la basura." Pensó mientras cerraba el periódico y dejaba la taza de café vacía en el lava platos.
"Treinta y seis años a la basura" Pensó Himuro mientras de tragaba el café de un trago y se llevaba la otra tostada a la boca. Apagó la TV y tomó las llaves.
Makoto tomó los bolsos de ambos y salieron, no había tiempo del ascensor y corrieron por las escaleras.
Una vez en el auto, una vez más (nuevamente) atrapados en el tráfico. Se puso a pensar, ambos ya pasaban los treinta años, y agradecía aún poder lucir como un adolescente. Sentía que estaba perdiendo toda su vida por el trabajo. Ni Himuro ni él ganaban poco; en cambio, demasiado para los dos solos. Pensó muchas veces en dejar de trabajar y tal vez adoptar un bebé. Si él no trabajaba; podría cuidarlo, pero Himuro debería trabajar solamente, y quien sabe si en ese momento si necesitarían el dinero.
No es que lo derrocharan, tipo "somos ricachones, oh yeah". Por Dios, NO. Pero con el mundo como está, uno nunca sabe cuando va a necesitar el dinero.
También pensó en Himuro, ¿le gustarían los niños acaso?
Se pasó una mano por la frente y el cabello. Diecisiete años viviendo juntos y no sabía algo tan simple como si a su novio le gustaban los niños.
¿Qué era de ellos cuando iban a la universidad? ¿Hablaban? ¿Era igual que ahora, ni una palabra y sexo en la noche? No podía recordarlo y le frustraba.
También, ¿hace cuanto no jugaba al basket? Recuerda que su último partido fue cuando terminó la secundaria. Extrañaba eso, su forma de jugar no sería la más limpia, pero cada quien se divertía a su forma.
¿Qué era de la vida de sus compañeros? ¿Qué pasó en estos años que se volvieron dependientes del trabajo?
Extrañaba todo eso.
-Oye.- Llamó. Himuro estaba con los brazos cruzados apoyados sobre el volante y con la cabeza apoyada en estos. Simplemente movió los ojos hacia el menor, Makoto notó eso debido a que el flequillo que cubría la mitad del rostro del moreno estaba del otro lado de su cara.- ¿No extrañas jugar basket?- Himuro se estiró y se hizo hacia atrás en el asiento.
-¿Qué si extraño?- Ahora llevó su vista hacia afuera.- Extraño el basket, a mis amigos, a mi hermano...- Suspiró.- Extraño todo eso.-
-¿No crees que podríamos hacer más que vivir pendientes del trabajo?-
-Ya te dije que no me gusta tener sexo en el auto.- Makoto se golpeó la frente.
-¡No me refiero a eso! Digo... Hacer lo que todas las parejas hacen... Ajustar sus horarios, salir, ir de vacaciones... Tener hijos...- Lo último lo dijo casi en un murmullo.-
-¿Tener hijos?- Himuro lo miró alzando una ceja.- Nunca me he visto de esa forma, nunca me imaginé incluso saliendo con alguien. Y mira, me levanto todas las mañanas al lado tuyo, de la peor forma, pero al lado tuyo.- Sonrió.
-¿Entonces...?-
-Sí, ajustaré mis horarios. Iremos de vacaciones y tendremos hijos.-
A Makoto casi le podría dar un paro. ¿Tal fácil había sido?
-¿Y por qué carajo no hicimos todo esto antes?-
-Dependíamos demasiado de ello como para ver otra cosa, supongo.-
-¿Y por qué me la haces tan fácil?-
- Pensé que tú eras al que no le gustaba nada de eso, así que nunca quise llevarte la contra.-
Himuro soltó una risilla y Makoto lo miró con cara de "¿enserio?"
-Oye, yo también quiero una vida, ¿sabes?-
Himuro le tiró de un brazo y lo abrazó contra su pecho. Makoto simplemente se dejó hacer.
-¿Y a donde quieres ir de vacaciones, mi amor?- Hanamiya enseguida se quiso separar del abrazo, pero el mayor no lo dejaba.
-¡Espera! ¡Nunca aprobé eso de los apodos!-
-Ay pero que cruel eres, cariño.-
-¡Ya no me llames así!-
-Oh mira, ya se despejó el tráfico.- El mayor lo soltó como si nada y se dispuso a conducir, no sin antes mirarle un poco pensativo. Luego de unos segundos, sonrió. -Luego hablaremos sobre un bebé.-
-Claro, pero ya no me llames "amor" o "cariño".-
-Sigue soñando.-
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Escribí este fic como cinco veces y sigue sin gustarme. Espero que esté bien uwu
Gracias por leer, tal vez lo continue algún día.
