Capítulo 19: Mi primer empleo real
Bella POV
Salí del parque corriendo como desesperada, no tenía papeles que me acreditaran como maestra, niñera o institutriz, pero tenía aproximadamente 18 horas para lograrlo.
Por la noche, hice eso que jamás había hecho. Robe.
Entre a la municipalidad donde escribí y transcribí varios papales dándome experiencia laboral, un pasado, lugar de nacimiento, padres fallecidos, toda una vida corroborada en papeles. Mi sonrisa maquiavélica me confirmaba mi éxito.
Salí de ahí para entrar a una gran tienda de moda, tome todo aquello que me hacía ver como una gran institutriz o niñera, recatada pero segura, a la moda pero de gran clase y seguridad. Ahora me veía tan distinta, parecía una verdadera maestra de gran conocimiento. maquillaje, toda mujer que se respete en esta sociedad necesita maquillaje. Zapatos, odiaba un poco los zapatos, amo el sentir el piso en mis pies pero ahora eran necesarios. Tome todo y deje una gran cantidad de dinero dentro de un sobre, pidiendo disculpas por mi forma de llevarme las cosas y el desorden que pude causar.
Deje todo en el lugar donde Jake y yo vivíamos, salí corriendo al bosque cercano donde vivíamos tenía que alimentarme antes de mi visita a los Masen, regresar antes de mediodía a mi cita con el futuro y ese niño.
Estaba tan nerviosa al regresar que si pudiera sudar estaría empapada. Llegue a mi casa, me bañe, me vestí, me arregle, me maquille… esa fue una verdadera proeza, jamás en mi vida me había maquillado era algo completamente extraño y nuevo. Pero bueno era necesario.
De vez en vez, Jacob pasaba por mi cabeza. Qué pensaría de mí el si me viera así. Vestida completamente distinta, con tacones y accesorios, maquillada y a punto de salir a una cita de trabajo. A penas habían pasado dos días sin él, pero la verdad era la primera vez que pensaba en él, ese niño captaba toda mi atención.
Era una hora antes de mi aparición inesperada y ya me encontraba en el parque justo enfrente de aquella casa. Compre un pequeño helado, yo no comía esas cosas pero tampoco me hacían daño ingerirlas, varias veces con Jacob había probado las cosas que el cocinaba para mí en sus intentos que no fuera solo sangre de lo que me alimentara. Una completa pérdida de tiempo.
Pero en fin, ahora estaba lista con mi helado en mano. Aparentando ser una linda chica buscando trabajo y una persona completamente normal.
Uno que otro hombre me miraban cautivados. Para mí buena suerte, podía encontrarme a las afueras sin estar completamente tapada por que estaba muy nublado, casi llovía. Qué tontería, un día lluvioso y yo con un helado en las manos. Tendría de hoy en adelante poner más atención a esos detalles si voy a convivir con humanos tan cerca.
Me quede completamente estática y aquel helado cayo de mi mano cuando escuche su voz dirigiéndose a mí.
- Edward: Bella, sé que puedes oírme. Mi madre marco el día de ayer a una institución a cargo de posicionar niñeras y esas cosas. La esperan hoy a las dos, tú entra ya. Dile que vienes de parte de ellos. Yo me encargo de lo demás.
No lo dude, abrí el pequeño paraguas que traía porque el agua cayo un poquito más fuerte en lo que yo a paso humano atravesaba la calle. Llegue a la puerta y toque.
Un hombre que identifique como el padre de Edward me abrió la puerta después de un grito a su esposa que él se encargaba.
Anthony Masen: Buen día señorita pase por favor, se está usted mojando.
Aun con los guantes le di la mano a aquel hombre y pase. Habiendo antes cerrado mi paraguas y arreglado mis cabellos en el proceso. Alce la vista y antes de que pudiese decir nada. El padre de Edward dijo nuevamente.
Anthony Masen: Bienvenida al hogar de la familia Masen, en que puedo servirle señorita.
-Un gusto Sr. Masen, soy la institutriz y niñera enviada por la institución a la que se comunicó ayer su Sra. Esposa. Soy la Sra. Black, Isabella Black y vengo por el trabajo.
Anthony Masen: Me parece bien Sra. Black, pase por favor a mi oficina para hablar. Voy a llamar a mi esposa para que traiga a Edward…
Antes de que el terminara de hablar, el pequeño Edward apareció por la puerta con su mama por el brazo. Y me inspecciono de arriba abajo, se acercó a su padre y hablo con él en secreto. Pero el mismo sabía que yo podía escucharlo todo.
- Edward: Papa, ella será mi nueva institutriz, me agrada mucho se ve muy linda. No creo que será regañona o fea. Ella si me gusta papa.
Su papa asintió y se disculpó por un momento saliendo por la puerta con su esposa de la mano.
Edward se acercó a mí con una gran sonrisa en la boca, sin decir nada le di a entender que me dejara oír lo que sus padres decían detrás de la puerta. El asintió, yo escuche.
Anthony Masen: Querida nuestro pequeño me ha dicho que la Sra. Black le agrada y en realidad a mí también es muy linda, se ve una persona muy serena y educada, aunque se ve muy joven.
Sra. Masen: Si querido se ve muy joven pero también se ve preparada y de mucha confianza. Y si a Edward le gusta no creo que haya gran problema. Solo revisa atentamente sus papeles y checa el horario que llevara.
Anthony Masen: De acuerdo, checare el papeleo y le ofreceré la recamara de huéspedes.
Sra. Masen: no querido, no le pidas quedarse. Como ha dicho querido, es un mujer casada no puede pasar la noche en casa. Dejará a Edward todas las noches arropado y dormido en su cama y tendrá que partir a su hogar.
La verdad ese último comentario no me gusto pero era cierto. Tarde o temprano Jacob regresaría y él no podría vivir acá conmigo. Así que la verdad que bueno que ella pensara en eso antes de preguntármelo porque seguramente yo hubiera cometido la tontería de decir que me quedaba.
El niño me miro con cara de alegría y a la vez sabía que no pasaría las noches con él. Pero no dijo nada. Solo se acercó y me dio un beso.
Anthony Masen: Tienes razón querida mía. Bueno vamos que deben de estar esperándonos.
No sé si fue bueno pero cuando entro Edward estaba muy cerca de mí. Agarraba mi mano y me hablaba sobre su escuela y su horario.
Anthony Masen: Bueno Sra. Black, dígame ha trabajado antes en esto de ser institutriz y como niñera.
Me reí internamente ante su pregunta pero no le diría la verdad.
-Bueno Sr. Masen, desde niña a causa de la necesidad trabaje como niñera en varias casas de distintas posiciones. Después pude gracias a mi último trabajo emprender carrera, mi jefe me ayudo a tomar estudios de historia y otras cosas en el cuidado de bebes y niños de hasta 15 años. Aquí tiene mis papeles que lo acreditan.
Anthony Masen: Bueno, yo creo que tendré el tiempo para revisar esto a fondo. Pero cuando podrá usted empezar con el empleo. Usted por medio de la empresa sabe cuándo ofrecí a cambio de sus servicios, pero si veo que su trabajo satisface a la familia tenga por seguro que recibirá más… ahh y antes de que lo olvide, a mi esposa y a mí nos encantaría conocer a su esposo.
-Bueno Sr. Masen, a mí también me encantaría eso pero el Sr. Black se encuentra fuera de la ciudad indefinidamente pero en cuanto regrese lo traeré para presentarlo. En cuanto a cuando, en este preciso momento puedo empezar y ayudar a Edward con su tarea y sus obligaciones.
Anthony Masen: Bueno entonces Sra. Black es usted bienvenida nuevamente a nuestro hogar y permítame decirle sabemos que nuestro hijo la querrá mucho al igual que nosotros.
-Muchas gracias Señores Masen,,,
Por fin, la peor había pasado. Ya me habían aceptado, mi alma respiro y el niño rio conmigo ante mi comentario mental. Ahora la que hablo fue la señora Masen.
- Sra. Masen: Bueno Sra. Black, si tú me lo permites me gustaría llamarte Isabella. Así como me gustaría que me tuvieras la confianza de llamarme Elizabeth.
-Gracias por todo Sra. Masen,,, es decir, Elizabeth.
- Sra. Masen: Isabella, escuchando tu conversación con mi esposo, he logrado entender que el Sr. Black se encuentra fuera de la ciudad y presiento que usted no tiene hijos cierto?
-No, Elizabeth no tengo hijos.
Mi esposo si tiene una niña y por eso no está aquí, dije para mi olvidando que mis pensamientos no eran solo míos. El niño volteo a verme con cara de enojo. Yo solo baje la mirada, mientras la Sra. Masen continuaba.
- Sra. Masen: Bueno, serás una gran mama algún día Isabella. Pero me preocuparía que te quedes sola con tu esposo fuera de la ciudad. Si mi esposo está de acuerdo, me gustaría que te quedaras en la casa los días que tú esposo tarde en regresar.
- Anthony Masen: Claro es una gran idea querida mía. Así te conocemos mejor.
-Agradezco mucho su invitación y la acepto. Pero solo mientras mi esposo regrese porque no creo que el este de acuerdo en que me hospede acá. Pero,,, no traigo ropa por el momento, por lo que tendría que ser hasta mañana.
Ahora fue Edward el que hablo, su voz era como un sueño para mí.
- Edward: Padre, el chofer nos puede llevar a la Señorita Black y a mí a su casa a recoger algo de su ropa y poder quedarse desde hoy en nuestro hogar.
- Anthony Masen: Es una gran idea hijo, sirve que la Sra. Black no tiene que cargar sus pertenencias y el chofer sabrá donde vive para ir y venir por ella, todos los días. Claro si usted está de acuerdo.
-Yoo,, si claro. Me daría mucho gusto.
Acto seguido, el señor Masen pidió al chofer llevarnos a mí y a Edward ha donde yo indicara. La Sra. Masen mientras el chofer se alistaba me llevo a lo que sería mi nueva habitación que se encontraba a un lado de la de Edward y eran conjuntas, pues compartían baño y un gran closet.
El Sr. Masen hablo pidiendo la presencia de su esposa y ella nos dijo que mientras tanto, Edward me siguiera presentando tanto su recamara como la mía.
Entramos por mi recamara, me enseño el closet donde me dijo como el mismo quitaría su ropa para que entrara la mía, me enseño el baño. Un comentario de él me distrajo de observar todos sus efectos personales.
- Edward: Sé que no te podría engañar, se me bañar solo pero tú me puedes volver a enseñar si así lo deseas. Siempre seré todo oídos para ti y me podrás enseñar lo que gustes, sé que me puedes enseñar mucho más que lo que cualquier maestro común puede. Ahhh, y antes de que se me olvide, yo jamás te llamare Sra. Black. Para mí siempre serás Bella y si no eres Bella eres la SEÑORITA Black.
Me reí ante aquel comentario, era chistoso darme cuenta que Edward Masen era tan celoso como Jacob Black.
- Edward: Celoso, yo celoso?.
-Si usted Sr. Edward, pequeño príncipe celoso.
- Edward: Bueno lo admito, si un poco celoso. Pero sé que tarde o temprano yo ganare y el tendrá que resignarse a ello. Pero no de la manera que tú lo crees.
-Bueno en realidad yo no he pensado en eso…
- Edward: Pero lo harás…
-Bueno tal vez, algún día lo hare. Pero primero enséñame tu recamara Edward. El asintió y seguimos caminando atravesando el lujoso baño.
Recorrimos la recamara, no quería pensar en nada que no fuera su recamara porque sé que él me escucharía. Su recamara era muy grande y bastante lujosa. Tenía varios juguetes de todo un poco y de distintos materiales, pero era más sorprendente la cantidad de libros que tenía. Si es cierto que eran de niños pero uno que otro no era para alguien de 8 años.
- Edward: En qué piensas Bella, me gusta mucho oír tus pensamientos. Recuerda que eres la única a la que oigo así, no me niegues algo tan hermoso como tu voz interna.
Por todos los santos, como era posible que un niño de 8 años me dijera un cumplido tan caballeroso y tan lindo. Era algo muy hermoso pero increíble.
- Edward: Lo siento, mi intención no era incomodarte Bella. Es solo que infundes mucho amor y mucha confianza. Te ofrezco una disculpa.
-No te preocupes corazón, solo me sorprendiste no me he ofendido. Pero debo recordarte que tan solo tienes 8 años y no debes decirme ese tipo de cumplido en público porque la gente lo podría tomar a mal pero aquí dentro de nuestras cuatro paredes, te escuchare muy atenta.
En eso oímos como alguien entraba por la puerta que conectaba ambas recamaras, era la Sra. Masen.
- Sra. Masen: Querido hijo, Isabella. el chofer está listo para llevarlos, No sé cuánto tarden pero podrán comer aquí a la hora que ustedes así lo deseen. Por la noche, nosotros regresaremos tenemos varios encargos pendientes y si es posible cenaremos juntos.
Ambos la escuchábamos con atención.
- Sra. Masen: Edward espero atiendas a tu institutriz e invitada como es debido, tú sabes que cuentas con todo lo necesario en caso de necesitar algo. En cuanto a ti Isabella, aquí tienes tu primer sueldo, una copia de las llaves de las entradas de la casa y he pedido a los trabajadores que se presenten ante ti en cuanto te vean. Así que tienen todo el día para conocerse y tu Edward puedas darle a conocer a Isabella tus horarios, deberes y obligaciones.
- Edward: Si madre. Despídame por favor de mi padre. Y yo me hago cargo de Ia Srita. Black.
En mis adentros pensé, que no se supone que soy yo la que tiene que hacerse cargo de ti. El me escucho y solo me sonrió.
- Sra. Masen: Bueno los dejo, yo le digo a tu padre hijo. Cuídense mucho y espero verlos por la noche, antes de que se duerman. Isabella, su hora de dormir es a las 8 P.M.. Buen día para ambos, hasta luego.
En cuanto la Sra. Masen salió el rápidamente replico.
- Edward: Bella tú te harás cargo de mí. Por ahora, pero tengo una corazonada de que algún día seré yo el que se encargue de ti y te proteja. Lo malo es que también sé que tendrán que pasar demasiados años para eso y que me tendrás que decir adiós primero.
-No sabría que decirte respecto a eso pero el tiempo nos responderá de acuerdo Edward. Ahora tenemos que irnos el chofer nos espera.
Atravesamos la casa con el guiándome tomados de la mano, el frio de mi mano no le incomodaba ni lo asustaba. Salimos por una puerta alterna a la que entre y llegamos directo al área donde un carro nos esperaba encendido. Partimos.
Llegamos al pequeño departamento que compartía con Jake. No había nada nuevo desde que parti esta mañana, agarre una pequeña maleta que he cargado conmigo desde que Jake me la regalo. Empezaba a guardar toda mi ropa en ella, hasta que él se acercó y me interrumpió.
- Edward: Te podría pedir un gran favor Bella. No lleves nada que él te haya visto puesto. Quiero que te lleves toda tu ropa nueva nada más. Y de ser posible enséñame primero tu casa, si?
Mmm, me quede quieta unos instante pensando en cómo sabia el que mi ropa era nueva,,, en realidad tiene algo así como un sexto sentido. Pero no voy a preguntar, estoy segura que ni el lo sabe. De nuevo respondió a mis pensamientos.
- Edward: Tienes razón, ni yo lo sé. Pero amo poder escucharte aun sin que emitas una palabra es algo muy íntimo entre nosotros dos.
Intimo…. Que sabe un niño de 8 años de intimidad… pensé.
- Edward: Nada, solo me parece que es muy nuestro. Algo muy personal.
- En eso tienes razón, Edward. Pero piensa que debes ser discreto con eso, la gente te creerá loco y te puede causar muchos problemas que andes respondiendo a mis pensamientos, sin que yo emita estos en voz alta.
- Edward: En eso tienes razón, seré precavido.
- Bueno, Edward que solo en apariencia tiene 8 años, que más consideras pertinente aparte de ropa y efectos personales que me lleve.
- Edward: Me harías muy feliz si solo te llevas cosas tuyas y nada que te recuerde a tu,,, novio.
Pensé en que él no es mi novio, es mi esposo. Lo juramos un día frente a los espíritus de los lobos nuestra unión. Y a mi mente vino el recuerdo de cómo para jurarme esto, tuvo que sangrar convertido en lobo frente al gran altar de los espíritus.
Nooo…
Todo lo que había pensado él lo escuchaba pero no lo veía… no lo entendería pensé en menos de un segundo.
- Edward: Él puede transformarse en un lobo, es impresionante.
- Quee,,, como sabes tú eso.
- Edward: Sé que no me es conveniente decírtelo porque me vas a esconder muchas cosas Isabella. Pero no solo te escucho, también puedo ver como si lo estuviera viendo con mis propios ojos todo aquel recuerdo que pasa por tu mente.
-QUEEE.. Solté un poco más alto… por mi mente pasaron varios imágenes que habían pasado por mi cabeza los últimos dos días que había frecuentado o platicado con Edward. Ninguna contenía a Jacob pero sin más sentí un roce de el en mis mejillas y a mi mente vino la escena más erótica que alguna vez tuve con Jacob después de mi reconciliación con él. Cuando un roce tan placentero me causo grandes sensaciones.
Voltee el preciso instante en el que una lagrima se escaba y corría por la mejilla de Edward.
-Lo siento, lo siento en verdad Edward. Es solo algo que recordé por tu toque, lamento mucho lo que has visto. Él es mi esposo y entre esposos es algo normal, eres muy pequeño para entenderlo pero te prometo que tratare de evitar de pensar cosas como esas.
- Edward: Te lo agradecería mucho, no sé por qué he sentido como si mi corazón se quebrara. Pero sabes tengo que agradecerle a ese lobo que haya cuidado de ti durante todos los años que lo ha hecho.
-Si, él ha sido la razón de que yo no pierda la razón después de tanto tiempo sola… atine a decir en un suspiro.
- Edward: Te puedo preguntar algo muy inapropiado… Bella.
-Mmm, creo que no debería permitírtelo. Pero ya que la primera falta la cometí yo y que nada entre nosotros es muy normal que digamos. Adelante Edward. Dije con algo de curiosidad.
- Edward: Como es que tu "esposo" tiene una hija si su mujer supuestamente eres tu desde hace ya bastantes años. Por qué permitiste que estuviera con otra mujer y porque al enterarte no lo dejaste. Eso es infidelidad no es cierto?
Sus palabras me tomaron por sorpresa, por mi mente paso todo lo ocurrido debido a eso en una fracción de segundo, en la siguiente fracción paso como yo no podía despertar de mi casi muerte y el dolor que sentía por todo lo ocurrido, desde sus actos hasta mi secuestro.
- Edward: Ohhh, esa es más información de la que pude imaginar. Pero él lo hizo por obligación cierto.
-Si, dije en un pequeño suspiro. No lo amenazaron para hacerlo, solo lo presionaron durante tantos años que finalmente cedió y no lo culpo. Yo no puedo ofrecer lo que ellos quieren de él y aquella mujer fue exacto lo que le dio. Aun cuando entre ellos no pasó nada más que un encuentro es algo que tal vez jamás olvidare.
- Edward: Me duele tu dolor Bella pero también siento tu comprensión. Es como si tus sentimientos y todo en ti, formara de alguna manera también parte de mí. Como es que sucede esto?
Esa si era la pregunta de un niño…
-No lo sé Edward, no sé cómo ocurre esto. Pero al igual que lo que sucedió con mi esposo es algo que solo debemos afrontar, comprender y aceptar.
- Edward: Te acabo de decir, que escucho tus pensamientos y siento tu dolor… y tú intentas convencerme con algo que ni tu misma crees.
Me dejo atónita con eso,,, diablos como siente lo mismo que yo, como escucha mis pensamientos, me pregunto si sabrá de todo mi dolor por lo ocurrido…. Ojala y no…
- Edward: No solo lo sé, lo siento. Tu alma llora Bella pero tú no lo aceptas solo lo estás ignorando y así no lograras ni afrontarlo, ni superarlo y mucho menos seguir…
-Demonios,,, tú no tienes 8 años…
- Edward: Si los tengo pero como mis padres dicen… soy especial…
-Vaya que si lo eres…
- Edward: Y te puedo decir que si yo fuera tu esposo, jamás te perdería ni permitiría que te alguien te hiciera sentir culpable por no poder darme un hijo. Contigo y tu corazón me bastaría y me sobraría.
-Tú no eres un hombre, solo un niño. Y no conoces realmente todo lo que hay detrás de la tribu Quileute y sus tradiciones o "magia". Todo lo que paso y las razones de ello. Sé que él se arrepintió y que su tribu lo presiono.
- Edward: Tal vez no. Pero no te fallaría como hombre, sino lo haría ahorita siendo un niño,,, menos lo haría como hombre. Y tienes razón en eso fue presionado,,, pero no te engañes a ti misma, no fue obligado.
Edward me estas lastimando, pude decir mientras me desplomaba sobre la cama. El tema me afectaba tanto y este niño desnudaba mi alma como si nada. En unas cuantas frases hecho por la borda todas las escusas que me hice a mí misma para continuar con él y con nuestra vida.
Este niño no me hablaba como un niño, lo hacía como si fuera un hombre. Y uno que quisiera ser mi pareja, era raro porque no entendía que pasaba. Porque lo que la maldita tribu deseaba era un descendiente, lo primero y lo único que no podía dar. Porque ahora todo sale a la luz de nuevo solo para torturarme, como queriendo regresarme a mi vida de ermitaña. Porque ahora, porque así, porque este niño, porque a mi…
Miles de imágenes pasaron por mi mente,,, de la nada sentí unos tímidos labios en mi frente y una mano que acariciaba la mía. Enfoque la vista,,,
Era Edward, que me miraba asustado y descontrolado…
- Edward: Bella, estas bien. Sé que es imposible que te desmayes pero te desplomaste y has estado como estatua durante más de una hora.
Logre enfocar bien todo a mi alrededor, ahí estaba de nuevo mi cerebro y mi don protegiéndome del dolor al bloquear mi cuerpo de mi mente. Vaya que el dolor era cierto y palpitante para lograr de nuevo separar ambas cosas en mí. El volvió a hablar.
- Edward: Lamento mucho haberte lastimado Bella, prometo no volverlo a hacer. Jamás te lastimare recordándote cosas dolorosas y jamás volveré a separar tu cuerpo de tu mente.
Ahí estaba de nuevo lo atemorizante,,, que demonios sabia este niño sobre eso.
- Edward: No te atemorices de mí, es solo que vi todo aquello que recordaste en todo este tiempo que tu mente estuvo,,, ausente. Te prometo, te juro que jamás sacare a colación el tema.
No supe que contestar un largo rato pasó para que pudiera agarrar cada pedazo de mí y volverlos a unir.
