Feliz Navidad, fred
Disclaimer: todo pertenece a Rick Riordan.
Esta historia participa en el reto Limpiando el Ático De Los Retos del foro El Monte Olimpo con el reto Doce Palabras para Celebrar. La palabra de este capítulo era navidad.
Atenea no se consideraba una estúpida, pero de verdad que había cosas que escapaban a su entendimiento. Cosas como que apolo y Hermes andaran por el Olimpo con gorros rojos riéndose y colocando guirnaldas de colores, o que a las musas les hubiera dado por cantar canciones que hablaban de burriquitas y campanas y sobre todo: qué narices hacían ellos celebrando una fiesta que no tenía nada que ver con su cultura.
Bufó molesta, odiaba todo aquello. Solo era otra excusa para que afrodita se vistiese elegante, Hera se las diera de madre de todos y Dioniso armara un escándalo monumental. No, definitivamente a ella no le gustaba la navidad. Así que harta de canciones ridículas y adornos de colores salió del Olimpo, aterrizando en una biblioteca cualquiera del mundo de los mortales intentando encontrar un poco de paz y tranquilidad.
Buscó un buen libro y se sentó en una mesa vacía. No era difícil, solo una estaba ocupada por un muchacho absorto en unos planos. Sintió curiosidad por él, el único ser en la Tierra a excepción de ella que no parecía contagiado por el espíritu festivo. Sus ojos se cruzaron y el joven le dedicó una sonrisa. Ella se la devolvió y se sentó a su lado observando su trabajo.
—¿Te interesan los aviones de combate?— Fue la primera frase que le oyó decir. No fue la última.
Hablaron durante horas: de aviones, de historia, de política. Él se rió cuando ella le dijo que se llamaba Atenea y ella se rió cuando él le habló de las caóticas cenas navideñas de su familia. Cuando salieron de la biblioteca era ya muy tarde, más de las doce. Ya era veinticinco de diciembre. Se despidieron al llegar a su coche:
—Feliz navidad, mi diosa—
Ella sonrió:
—Feliz navidad, Fred—
