Esta ha sido una idea que estuvo en mi mente por un tiempo y, hasta ahora, no he sabido ponerla por escrito. Aquí lo tenéis, espero que os guste.
Boku no hero no me pertenece
Por suerte para todos, su semana infernal había terminado y tenían el fin de semana para hacer lo que quisieran. A pesar de disponer de cierta "libertad", muchos aprovechaban para salir a correr o seguir entrenando con menor intensidad. Por otro lado, había una gran mayoría que prefería quedarse en la cama e incluso despertarse pasadas las doce de la mañana.
Este era el caso de Tsuyu Asui, quien se encontraba bastante cansada de ayer y se empezaba a levantarse para iniciar el día. Todavía con los ojos entrecerrados, bostezó y fue al baño, donde pestañeó varias veces al ver el espejo ¿¡Qué hacía ese chico en el baño de las chicas!? Y ni siquiera era de la escuela.
-D…Disculpe, pero…-. Se llevó las manos a la boca al escuchar lo que parecía ser ¿Su propia voz? Pero ella era una chica, se acostó siendo una chica ¿Verdad? En negación miró hacia su pijama, ahora apretado en músculos que antes no tenía. Cada vez más asustada, se quitó toda su ropa y pellizcó para comprobar que no era un mal sueño o una broma de su imaginación.
-¡CROAK!-. Cinco chicas irrumpieron de golpe en el cuarto, al oír el llamado de angustia de su amiga. Ante la escena frente a ellas, un atractivo chico joven de pelo verde y muy desnudo, se quedaron quietas sin saber lo que debían hacer.
Lentamente reaccionaron al ver como un pijama flotante se acercaba de forma cautelosa al extraño y una mano invisible tocaba su hombro. Al verle la cara jadearon por la sorpresa, pues su cara les resultaba increíblemente familiar.
-V…Voy a buscar a Aizawa-sensei- . Kyoka salió un poco temblorosa y sonrojada, no sabía lo que pensar de lo que había visto. Tenía que reconocer que era bastante atractivo.
Uraraka se agachó para estar frente a frente con el angustiado chico y tras tragar saliva un par de veces, dejó salir una voz vacilante -¿T…Tsuyu? ¿E…Eres tú?-.
Las lágrimas empezaron a desbordarse de los ojos negros y se aferró a su amiga, sollozando en su hombro. No le gustaba el cambio sufrido en todo su cuerpo y además se hacía pis, pero ya no tenía una vagina y eso que colgaba entre sus piernas era actualmente demasiado extraño. Tras varios minutos de palmaditas y abrazos torpes, el llanto empezó a disminuir hasta volverse algo manejable.
Se secó la cara y la nariz con la mano desnuda mientras hacía una mueca de incomodidad y se apretaba el vientre -¿Tsuyu, pasa algo más?- La voz de Uraraka estaba mezclada con un ligero pánico.
-R…Ribbit, me hago pis…-. El ambiente alcanzó astronómicos niveles de incomodidad antes esa frase tan directa y Kyoka todavía no volvía con un adulto responsable.
-¡Eso es genial! Ahora puedes mear de pie. Yo siempre he querido mear como un hombre-. Ignoró las miradas de sus compañeras y amigas mientras observaba la entrepierna de Tsuyu con bastante entusiasmo.
Después de que Ochako las echase a todas y verificase que la chica/chico no necesitaba nada más, la dejaron sola para que pudiese encontrar la forma más cómoda de aliviar su vejiga.
Justo cuando sonaba la cadena, un Aizawa ojeroso y con aspecto de estar de mal humor hacía acto de presencia -Espero que sea importante o…-. Se quedó callado cuando le puerta se abrió para revelar el problema que tenían entre manos.
Visiblemente perturbado, se quedó mirando a la persona frente a él, abriendo y cerrando la boca como un pez. Finalmente se giró hacia Momo -tú, hazle ropa y esperadme en la oficina de Recovery girl. Con suerte no habrá nadie en los pasillos-. La morena rápidamente empezó a medir a su compañera y a crear ropa que le pudiese estar bien.
Y así empezaron la operación ultrasecreta de "llevar a Tsuyu hasta la otra punta del edificio sin que nadie les viese". Por delante Toru en modo de sigilo total y Jiro para poder escuchar si había gente más adelante y en la retaguardia Momo, preparada para distraer a los enemigos sorpresa que pudiesen llegar por la espalda. Tsuyu caminaba de la mano de Uraraka y Mina, todavía meditando sobre lo que podría haber ocurrido para terminar transformándose en un chico.
Tras su pequeña pero tranquila misión superada con éxito, entraron a la enfermería del colegio. Aizawa estaba sentado en una silla y dentro de su inseparable saco de dormir; Recovery girl parecía mirar algo en su ordenador.
Al oírlas entrar apartó la vista y les sonrió, inmediatamente interesada por la condición del ahora chico rana -¿Tuviste algún encuentro con algún villano o alguien te afectó por accidente?-. Tenía una pequeña libreta entre sus manos.
Tsuyu negó con la cabeza e hizo memoria de lo que había ocurrido ayer, haciendo su típico gesto de llevarse de llevarse el dedo índice a la mejilla -Volvía de mi entrenamiento, Ribbit. Y recuerdo escuchar a Bakugo hablar sobre Midoriya-kun, Ribbit-. Se quedó en silencio unos segundos, pensando.
Recovery girl anotaba mientras Aizawa le miraba sin mostrarse demasiado interesado. En cambio, las cinco chicas restantes animaban silenciosamente a que su amiga terminase su relato.
-Le oí decir que es gay y…-. Sus mejillas se tiñeron de rojo, mientras miraba hacia abajo con vergüenza. A pesar de saber que Ochako había superado su enamoramiento en el chic de pelo verde, no podía dejar de sentirse como una persona horrible -Y a mi me gusta Midoriya-kun… Recuerdo haber deseado ser un hombre antes de irme a dormir, Ribbit-.
Chiyo asintió para si misma mientras miraba a su alumna -Las ranas pueden cambiar de sexo si su pareja así lo necesita…-. Tsuyu se volvió a sonrojar mientras su maestro suspiraba, con su teléfono móvil ya en la mano.
-Contactaré con tus padres y con el director, para ver si es reversible-. Salió de la habitación para tener más intimidad.
Las voces de sus amigas eran como ruido de fondo, pues estaba demasiado enfocada en sus pensamientos como para darles la atención necesaria. Su mente iba a mil por hora, Deku y ella no eran pareja ¿Por qué ocurría esto? ¿Podría volver a ser un chica? ¿Cómo reaccionarían sus compañeros? ¿A Izuku le gustaría su nuevo aspecto? ¿Esto significaba que tenía una oportunidad?
Parpadeó cuando sintió muchos brazos rodearlas y luego miró a su maestro, quien se veía algo irritado con ella -A…Aizawa sensei ¿Dijo algo? No le estaba escuchando-.
-Pude notarlo-. Suspiró mientras se volvía a repetir -El señor Asui dijo que es irreversible y que lo mismo le pasó. Si necesitas algo llámale, yo me voy a dormir-. Sin otra palabra salió de allí.
-Quiero llamarme Tsume-. Declaró con la voz plana, resignada a pasar de ella a él. Notó una suave mano en su pelo y subió la mirada hasta su dueña, Momo Yaoyorozu.
-Ya verás como a Deku le encanta tu nuevo aspecto- La morena intentó animar a su ahora amigo mientras jugaba con su cabello.
-¡Eres totalmente el tipo de chico que a Izuku le gusta!-. Animó Toru, la cual parecía saber bastante sobre eso.
-También tienes un enorme pe…-. La mano de Ochako impidió que Mina terminase su frase, pero igualmente la entendió e hizo un pequeño "croar" de vergüenza. Nadie vio a Tsuyu hasta el lunes cuando fue oficialmente presentada a sus compañeros como Tsume Asui, su "nuevo" compañero.
Fiel a las palabras de la chica invisible, Izuku se sonrojaba más que nunca cuando le tenía delante y a la hora de ducharse siempre evitaba mirarle. Por los demás, los otros chicos se habían acostumbrado a la nueva apariencia del chico rana.
Y así pasaron los meses sin que nada relevante ocurriese, quitando el hecho de que el pequeño brócoli parecía haber superado la sorpresa y ahora vivía para adorar el suelo que Tsume pisaba. A todos, incluso a Bakugo, les resultaba extremadamente adorable la actitud del más bajo y su obvio crush en el otro.
El rubio explosivo incluso había arrastrado al rollito de canela a la cocina y le estaba enseñando a preparar chocolate casero, pues hoy era el día de San Valentín y por sus cojones que esos dejarían de bailar alrededor del otro. Aoyama, Uraraka y Kirishima planearon una confesión perfecta para que Midoriya siguiese paso por paso. Su plan iba a ser perfecto.
Y así durante la cena especial que los profesores se habían encargado de organizar, Deku se llevó a Tsume a un lugar más tranquilo, mientras repasaba lo ensayado en su mente.
En su bolsillo aguardaban los dulces que le iba a dar -Asui-san… Yo…-. Su miedo se elevó al ser cortado por el otro chico.
-Llámame Tsume, Ribbit-. Sonrió al ver el color florecer en su cara, pensando en lo lindo que era.
-Yo… yo… ¡Quiero invitarte a una cita!-. Olvidando todo los consejos que le habían dado, casi estrelló los chocolates contra el firme pecho del chico rana.
-Será un placer, Ribbit. Izuku me gusta-. Se agachó un poco para besarle en los labios.
Juntos volvieron al comedor, donde se encontraron varios pares de ojos mirándoles -Joder, ya era hora-. Tras varias felicitaciones, todos volvieron a cenar mientras la recién pareja disfrutaba de sus primeros minutos como novios.
