Capítulo 1- Entrenando en Monte Plateado

Desde que Gold me derroto en el monte Plateado he estado entrenando fuertemente para ser el mejor. Me sirve de mucho a mí y a mis pokémones entrenar en estas condiciones tan difíciles, espero muy pronto volver a enfrentarme a Gold y así demostrar que sigo siendo el mejor entrenador del mundo. Pero a veces creo que pienso demasiado en Gold, sé que mi relación con Green no anda muy bien, yo por mi parte entrenando durante meses en el Monte Plateado mientras Green es el líder del gimnasio de ciudad Viridian, así que solo estamos juntos cuando bajo a buscar víveres, regresaría el mismo día a la cima del monte si no fuera porque Green me obliga a quedarme. Cuando llego con el quiero volver a entrenar pero al pasar las noches frías aquí arriba empiezo a extrañar su calor, Green podrá ser muy frio pero es muy tierno, cuando dormimos juntos suele pasar su mano por mi cadera y me empuja contra su cuerpo en un abrazo muy tierno y más cuando empieza a besarme el cuello. Mi Green es tan dulce, pero estamos mucho tiempo separados, a veces creo que es mejor terminar con Green. Yo me la pasó distraído y sé que aunque lo niegue a él le molesta que estemos distanciados por mucho tiempo, últimamente hemos peleado mucho, sé que todo es mi culpa pero… lo mejor será que baje a la ciudad y me disculpe con él.

Tome mis cosas y me dirigí hacia la cuidad, hacia los brazos de mi amado, y durante todos estos años él ha estado ejercitándose en el gimnasio, ya que siendo el líder más fuerte de Kanto eran pocos los retadores que llegaban así que empezó trabajar su cuerpo, ahora mi Green es mucho más musculoso, pero no demasiado, en la justa proporción, simplemente verlo es un deleite para mí y como está consciente de ello utiliza su bello cuerpo para convencerme de quedarme más tiempo en la cuidad, él vive ahora o mejor dicho, vivimos en la parte trasera del gimnasio, separados sólo por una puerta, detrás de donde Green suele esperar a los retadores.

Al llegar pase como retador del gimnasio, quería probar a mis pokémones al tiempo que incitaba a Green, como era ya tarde en la noche en el gimnasio solo quedamos Green y yo, así que le propuse un combate striptease de 6 contra 6, sabiendo que Green suele llevar bajo el pantalón jean un short, y bajo la playera una playera blanca de algodón tanto tiempo viviendo juntos que termine copiando su forma de vestir así que en total cada uno tenía 5 prendas, el perdedor quedaría completamente desnudo… Mi pequeño juego fue mal recibido, así que con movimientos sensuales me acerque a Green, lo abrace, lo bese en la oreja y le susurre al oído que si aceptaba mi juego yo me quedaría una semana en la ciudad sin importar quien ganara, así que Green me tomo de las nalgas y con un apasionado beso me dijo que aceptaba mi juego, pero que además debía tomar mi lugar como su pareja y encargarme de la casa mientras estuviera en ella. Acepte de mala gana por que no me gusta hacer los quehaceres, pero siendo para mi amado lo hacía más tolerable. Green agradecía mucho que yo limpiara y preparara la comida aunque es muy independiente le gustaba ser consentido por mí y a mí me encanta mimarlo. La batalla empezó y estábamos muy parejos, al final cada quien quedo con un solo pokémon y en boxers… para mi mala suerte no pensé bien mi plan, ya que mi ropa interior era muy ajustada y resaltaba mis pompitas, que tanto Green adoraba, por lo que sus constantes miradas llenas de lujuria y pasión me sacaban de concentración, me hacía sentir tan molesto por que a pesar de estar viéndome se mantenía enfocado en el combate, y más me desconcentraba el hecho que sus boxers eran blancos y su precum empezaba a empaparlo, lo que me excitaba mucho, quería olvidarme de la batalla y correr hasta mi anhelado Green, sentir su miembro en mi boca… una explosión me regreso a la batalla, su Scizor había logrado derrotar a mi Pika así que regresamos a nuestros pokémones a sus pokebolas y me dispuse a quitarme mi boxer, Green me detuvo y me dijo: "vamos a la habitación, allí reclamare mi trofeo y te quitare el boxer tan sexy que tienes, te extrañe mucho. Esta noche te hare mío y no dejare que te marches beby. Al escuchar sus palabras me sonroje y acerque mi cara a la suya, esperando un beso. Cuando mis labios tocaron los suyos empecé a acariciar sus duros pectorales, toma mi cara con sus manos para presumirme sus enormes y macizos bíceps, suavemente baje mis manos por sus abdominales y cuando estuve por tomar su pene ya erecto tomo mi mano, las puso alrededor de su cuello, acaricio mis nalgas y me cargo hasta el cuarto, como si fuéramos recién casados, cada vez me hacía sentir más y más feliz, en definitiva había hecho la elección correcta, Green es un sueño y es todo mío.