Atardecer
El atardecer tiñe de sangre el horizonte, bañando de rojo las montañas y el lago. Es una imagen maravillosa a ojos de cualquier artista, pero no para él, quien aún no comprende cómo el ser humano puede encontrar romántica aquella imagen la cual se asemeja más a un lago sanguinario que a un bello panorama.
Frunce el labio superior en una mueca desdeñosa y se gira para no seguir observando. Abajo, los tórtolos se regalan besos y suspiran con aquella odiosa imagen del sol dando las buenas noches.
Se apoya con los codos en el borde del balcón y sonríe con burla. Ella, apoyada en la pared contigua observa el atardecer con ojos soñadores.
-Ni una palabra.-Le advierte. Él sonríe de lado bajando la cabeza y cierra su boca haciendo un gesto con la mano.-Es hermoso, ¿no?
Él levanta los hombros dibujando una mueca de desdén. Bien sabe cuál es su opinión.
-Contéstame.-Lo regaña con el ceño fruncido. Él rueda los ojos, irritado.
-Me pediste que no dijera nada.-Contesta con aburrimiento.-Ni siquiera sé qué hago aquí.
-Sólo quería que me acompañaras a ver el atardecer. –Lo mira. Él le devuelve la mirada cargada de sorpresa.
-Sabes que estas porquerías no me gustan.-La ataja.-No me gusta nada de lo que a ti te gusta, así que tampoco tiene sentido que esté aquí.
-Entonces te encuentras feo.-Ríe con burla. Él, que ha emprendido la marcha para retirarse, se detiene.
-¿Disculpa?
Ella sólo sonríe.
-A mí sí me gusta lo que a ti te gusta.-Suspira viendo como el último rayo de sangre se desvanece con suavidad tras las montañas.
-¿Y se puede saber qué es lo que a mí me gusta?-Le desafía colocando una mano al lado de su cabeza, apoyándola en la pared donde ella está recostada.
-Pues, yo.-Sonríe curvando la boca. La expresión de él es tan inerte y nula como sus emociones.- Sé que no estás aquí por el atardecer, ya lo comprobé cuando me lo negaste.
Él sonríe ampliamente dejando ver sus dientes blancos, tuerce la cabeza hacia un lado y apoya la otra mano en el cuello de ella, apretándoselo.
-¿Cómo puedes estar tan segura de que estoy aquí por ti?
-Porque ya me habrías matado.-Susurra sintiendo como el aire deja de entrarle poco a poco.
-¿Qué te hace pensar que no lo haré?-Amenaza con suavidad apretándole aún más el cuello, ella cierra los ojos.
-Tu mano está bajando…-Susurra. Él cierra los ojos y deja que la mano baje poco a poco hasta apoyarla en uno de sus pechos.- Lo sabía.
-No digas ni una palabra…-La acalla. Ella sonríe imitándolo, y él la besa.
El cielo ahora se tiñe de púrpura, un color que para alguien como él es mucho más adecuado.
Estas serán pequeñas historias de Draco y Ginny. La verdad es que no tengo idea de lo qué estoy haciendo, son algo así como historias tipo Angst, pero no.
En fin, el tema trata de una relación que no puede darse, no porque sean Malfoy y Weasley, más bien, porque ambos no pueden estar juntos sin hacerse daño. Ella es tan orgullosa como él, y ambos juegan las mismas cartas, así que creo que sería una relación tortuosa.
No sé cuántas historias o capítulos haré de ellos. Si me resulta y les gusta, seguiré publicando, de lo contrario lo dejo como un shot único.
O tal vez podrían sugerirme ideas de lo que quisieran leer. También puedo hacerlo, un poco de inspiración adicional siempre hace bien.
¡Besos!
Anya
