Disclaimer: Harry Potter no nos pertenece, pertenece a la magnífica J. K. Rowling. Y la historia "La Sombra de Harry" tampoco, pertenece a xotug~…
Prólogo: ¿Alguien ha visto mi pluma?
La mansión estaba tranquila. Extrañamente tranquila. Sólo se escuchaban algunos pasos de aquí para allá y algún correteo. Una mujer alta, de un pelo rubio cenizo se acercó al salón, donde estaba un hombre de pelo negro y aspecto fuerte, pero apacible sentado en el gran sofá.
—Los mellizos han vuelto a "secuestrar" los peluches de Aria. Pese a tener sólo un año para dos son muy traviesos—dijo la mujer mientras abrazaba al hombre por detrás.
—¿Cómo lo han-…? A ver si adivino… Magia—la mujer asintió y el hombre la miró, derrotado.
—Bueno, es mejor que lo empiecen a demostrar pronto, ¿no? Faltó poco para que Aria fuera una Squib… Y no tengo nada en contra de ellos, pero… Bueno, ya sabes…—el hombre fue quien asintió esta vez.
—Aun así… Aria ya tiene seis años, debería madurar un poco… Creo… No sé, tú entiendes mejor de chicas que yo, cariño—y el hombre se giró para besar a su mujer.
—William, ¿tú crees que serán buenos magos y brujas?
—Esperemos que sí, Lillium… ¡Pero yo tengo plena confianza en tus hijos!
—¿Sólo "mis" hijos? Que yo sepa, también son hijos tuyos.
—Cierto, cierto… Es que a veces lo olvido y pienso que te liaste con el lechero, jaja…—pero el hombre recibió un golpe en la cabeza flojito, pero que lo tiró al suelo (más bien se tiró).
—¡William Rekrid Artemis! ¡Ni se te ocurra volver a decir eso! —exclamó la mujer, medio en broma, medio seria—. Y por cierto… Exagerado, no hacía falta que hicieras espectáculo…
—No me llames así, que parezco un viejo—respondió su marido desde el suelo, ignorando todo lo anterior.
—¡Eres un viejo! —gritó una voz infantil desde la escalera, y luego se oyeron pasos subiendo rápidamente.
—¡Alex! ¡Cómo te pille ya verás!—gritó su padre desde el suelo, sonriendo.
—Esperemos que el siguiente no sea un par gemelos, ni dos mellizos ni trillizos…—dijo la mujer, suspirando y acariciándose el vientre.
—Um, pues unos gemelos no suenan nada mal…—pero calló al ver como lo miraba Lillium.
—Menos mal que no todos han salido como tú… Ive y Cire son muy tranquilos, al igual que Heko… Pero todos los demás tienen la misma personalidad que tú.
—¡Y me siento orgulloso por ello! ¡Voluntad Artemis, si señor! Pero tranquila, no tengo nada en contra de tu familia es sólo que es muy… Numerosa…
—Fue a hablar el que tiene doce hermanos…
—Corrección: Tenía—la mujer detectó una nota de tristeza en esas palabras, y cambió radicalmente de tema.
—Vamos, creo que estoy escuchando los gritos de Aria otra vez…
—Tienes razón... Es una pena que Ive y Cire ya estén en Hogwarts, su cooperación viene muy bi-… ¡Espérame, cariño! —gritó y corrió tras su mujer, que subía las escaleras.
—Vamos, vamos…
—Lillium Tamira Artemis, antiguamente Hades… ¡No te atrevas a dejarme atrás!
—¿Qué harás entonces? —y la mujer subió corriendo las escaleras, seguida por el hombre, mientras tres niños los miraban.
—Jaja, mamá y papá se están divirtiendo mucho—dijo una niña albina, a la que su hermano subió a la baranda del palco porque ella era muy baja y no veía nada.
—Espero que siempre se lo pasen así de bien, Aria, porque así nos divertiremos más, jeje~…
—Alex y Aria, siempre riendo y jugando… Tsk…—dijo la voz de un niño que estaba detrás de ellos y que sonaba muy seria para su edad.
—Y tú siempre tan aburrido, Heko—respondieron los niños, sonriendo.
—Que Vaish y Ryhen no sean como ellos, que Vaish y Ryhen no sean como ellos…—esto era lo que pedía el más mayor de ese extraño trío a algún Dios desconocido.
Pero, de todas formas, no sirvió de nada.
·Nueve años después…·
—¡Kuro, Shino! ¡Devolvedme mis maquetas!
—¡No, nos gustan mucho!
—¡Vaish, Ryhen, devolvedme los libros de Transformaciones y Pociones! ¡Ladrones!
—¡Cuándo encuentre mi pluma!
—¡No los hemos robado, sólo los hemos "tomado prestados"!
—Hola Mark, ¿qué tal está Zake?
—Bien, pero necesita comer más, este último viaje lo ha dejado agotado…
—C-Chicos, por favor… ¡C-Chicos!
—¡Quietos!
El caos reinaba en la Mansión Artemis, cosa que no era de extrañar, ya que tener habitualmente a ocho adolescentes/pre-adolescentes/niños no era nada extraño. Sin embargo, hoy había dos más. Ive y Cire, los hermanos mayores, que habían llegado de Alemania para comer con su familia, intentaban poner orden, cosa prácticamente imposible. Los gemelos le habían robado a Alex su colección de maquetas de escobas famosas y los mellizos habían "tomado prestados" un par de libros de Heko, mientras la chica (con el respaldo de su mellizo) insistía en que le habían robado la pluma.
Mientras tanto, Aria y Mark supervisaban a las mascotas de los cinco hermanos más mayores, algunas de las cuales estaban profundamente dormidas.
Cada vez se escuchaba más ruido. Aria y Mark estaban agachados, los gemelos, los mellizos, Alex y Heko estaban corriendo y Ive y Cire se movían de allí para allá. Sin embargo, una voz, más bien un rugido, los interrumpió.
—¡Niños! ¡A la mesa! —y sabiendo de quién era esa voz, todos dejaron lo que estaban haciendo, se fueron a lavar las manos y corrieron al comedor.
—¡Ya estamos! —exclamaron todos a la vez, incluso su padre.
—Perfecto—esa era la palabra más odiada por los pequeños, y la más admirada por los cinco mayores—. Dei, si puedes.
—¡Por supuesto, señora! —el elfo doméstico acudió a la llamada y colocó la comida en la mesa. También la sirvió, aunque no hacía falta. Tanto los gemelos como los mellizos saltaron, dispuestos a atacar a todo lo que vieran. Comieron un rato sin emitir sonido alguno, excepto el de los platos y vasos tintineando y el ruido de los pasos del elfo llevándose cosas. Al poco rato se empezaron a escuchar voces.
—Sé que ha sido Mark.
—No creo, ¿para qué necesitaría él una pluma?
—¡Eh! Que estoy aquí…
Empezaron a hablar entre todos, subiendo más el volumen de las conversaciones.
—Por cierto… Niños… Atención—la madre se levantó. Eso significaba que pasaba algo muy importante, y todos sabían lo que era. Dos pares de ojos se cruzaron. Parecían echar chispas de felicidad.
—Dinos, mamá—todos dejaron de comer.
—Quiero anunciar qu-…—pero fue interrumpida.
—¡Las cartas! ¡Nuestras cartas, mamá! —gritó Ryhen, saltando de la silla, entusiasmada.
—Eso, nuestras cartas…—dijo Vaish, el hermano mellizo de la chica.
—Está bien, está bien—su madre sacó su varita, hizo un sencillo movimiento y dos cartas llegaron a sus manos volando.
—A ver, a ver, a ver…—ambos abrieron sus cartas, no sin antes fijarse en el sello. Desdoblaron las hojas casi al mismo tiempo.
·
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo, Confederación
Internacional de Magos).
Querido/a señor/señorita Artemis:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el
Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios.
Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del
31 de julio.
Muy cordialmente, Minerva McGonagall
Directora adjunta
·
—¡Si, iremos a Hogwarts! —gritó Ryhen, más entusiasmada aún.
—¿Acaso lo dudabas? —preguntó su hermano, mientras leía las cosas que tendrían que comprar.
—No, pero… ¡Me hace ilusión!
—Bueno, bueno… Otros dos Artemis para el colegio… Sinceramente, hay alguien a quien no le va a gustar que entremos tantos allí…—dijo Heko, sonriendo como pocas veces hacía. Sus padres, Ive, Cire, Alex y Aria rieron con ganas, pues sabían perfectamente a qué se refería su hermano.
—¿A qué viene eso? —preguntaron los gemelos al unísono.
—Lo entenderéis cuando lleguéis a Hogwarts, jajajaja…—no paraban, Heko parecía el único que podía hablar en condiciones.
—Siempre con ese secretismo de "Los sabrás cuando llegues a Hogwarts, bla, bla, bla…" —Vaish suspiró.
—Enviaremos la respuesta en cuanto acabemos de comer—dijo el padre, sonriendo aún.
—Si ellos van a Hogwarts… ¿Yo puedo tener un cerezo? —preguntó Mark, el hermano menor, desde la otra punta de la mesa.
—Mark… Ya hemos hablado de eso…—dijo Cire, y su madre la miró tristemente.
—Pero Cire…
—Nada Mark—la madre acalló a su hijo enseguida—. Por cierto… ¿Quién o quienes han sido los graciosillos que han hecho explotar un cohete sobre las hortensias de Aria?
Lillium miró severamente a los mellizos y a los gemelos.
—¡Nosotros no fuimos! —exclamaron los mellizos. A ellos les encantaban esas flores.
—¿Que alguien ha… tocado MIS hortensias…? —preguntó un chica albina desde el fondo de la mesa. Había soltado su tenedor y miraba a los gemelos con una clara intención de matarlos.
—Eh, esto… Aria, no te enfad-…—comenzó a decir Shino, el más pequeño de los gemelos, pero fue interrumpido por su hermano.
—Hermano de mi alma… Ha llegado el momento de huir.
—¡Vais a morir! —la chica se levantó y corrió hacia sus dos hermanos pequeños, quienes ya habían salido corriendo. Alex y su padre observaban la escena, divertidos.
—¡Aria, tranquila, no les ha pasado nada…! —pero los gritos de los menores eran inútiles. Su hermana parecía decidida a matarlos de una vez por todas.
—¡Yo os mato!
—¿No podéis dejar de armar escándalo? Hay gente que intenta comer —preguntó Heko, pero Alex movió una mano enfrente a él en símbolo de negación.
—¡Déjalos Heko Prefecto (¿o debería decir perfecto?), esto está siendo muy divertido, jaja! —dijo este, quién parecía muy divertido.
—Tsk... Tú siempre igual, Álex…
—Menos mal que Aria no ha salido como tú. Una pena que Shino te admire.
—Lo mismo digo de Kuro.
—C-Chicos, calmaos…—dijo una voz amable que provenía de alado de William.
—Ive, no vas a conseguir nada así. ¿Ves? Cire sabe lo que hay y ni lo intenta—Ryhen señaló a Cire, que había empezado a comer de nuevo.
—¿E-Entonces que hago?
—Dejarlos.
—¡Quietos, de esta no os salváis! —pero Aria tropezó y los gemelos dieron gracias a la naturaleza torpe de su hermana.
—¡Nos vamos antes de que se levante! —y los chicos idénticos —casi— subieron por la escalera.
—¡Recordad que tenéis clase esta tarde! —gritó su madre desde la mesa, mientras Cire ayudaba a Aria a levantarse.
—¡Sííííí…!
—Mamá, nos vamos al jardín con el catálogo y a ver si encontramos de una vez mi pluma…—dijo Ryhen cuando terminó de comer y se levantó de la mesa, para seguir a su hermano.
—Como queráis, pero no lo rompáis, ¿vale? Tenemos que intentar que dure—la madre suspiró ante el recuerdo del "Catálogo Gigante de Animales Mágicos", quemado por Aria en un ataque de ira.
Los gemelos cogieron sus cartas, el catálogo y, tras despedirlos a todos, se fueron al jardín acompañados de Yami y Yuki, la lechuza negra (que era realmente grande) y el kneazle blanco de Ive y de Cire, respectivamente. Los otros animales se quedaron dentro.
Caminaron hacia un árbol que había por la parte de atrás de su casa, y que a ellos les encantaba. Ellos vivían en una lujosa calle en un precioso barrio de Londres. Su casa estaba muy bien escondida entre las otras muggles, ya que por fuera parecía más pequeña que por dentro, y se suponía que no tenía jardín trasero, ni ese espléndido balcón. Para ellos, el 664 de Wintercloud* no existía, era sólo un almacén abandonado con riesgo de derrumbamiento. Por supuesto, tenían que salir de allí mediante aparición conjunta.
Yami, la lechuza, estaba en una de las ramas del árbol, mientras Yuki, el kneazle, estaba plácidamente tumbado sobre las piernas de Ryhen, mientras esta lo acariciaba.
—Bien, miremos ese interesante catálogo de Animales Mágicos…—el chico suspiró y abrió el catálogo por el índice—. Yo quiero algo parecido a un Crup**, pero no puede ser uno…
—Pues yo quiero algo parecido a un halcón.
Estuvieron barias horas buscando. A la chica le encantaban los pájaros, pero ninguno era de su agrado. Lo mismo pasaba con el chico. Mientras tanto, también miraban hacia el árbol para ver si la pluma estaba a su alrededor, pero sin suerte.
—Aaahh… No hay nada interesante… Tendremos que mirar entonces en el Callejón Diagón—la chica suspiró.
—Qué remedio… Por cierto… ¿Recuerdas eso de las casas? ¿Qué era?
—¿Vamos a preguntárselo a Heko?
—Cuando quieras, hermanita.
Los dos se levantaron y entraron en la casa, mientras que Yuki y Yami los observaban en la distancia y volvían a dormir.
·
Ambos subieron a la biblioteca, pues, según el gran reloj de pie que había en el salón, era la hora del descanso (en la que todos hacían lo que querían) y Heko siempre estaba ahí durante esa hora. Tocaron tres veces la puerta, y se escuchó un sordo "Adelante".
—Hola Heko…—saludaron los mellizos a su hermano, quien parecía sumamente molesto por algo.
—¿Qué queréis? —a Ryhen le parecía el tono más monótono y serio que había escuchado jamás de su hermano mayor.
—¿Has visto la pluma de Ryhen?
—Ya os he dicho que no.
—Entonces… Em… Esto… Podrías explicarnos… Em… ¿Lo de las Casas de Hogwarts? —preguntó la chica y agachó la cabeza. Su hermano también parecía algo intimidado.
—Tsk… ¿Otra vez…? Está bien, pasad, no os quedéis en la puerta—ambos entraron—. ¡Pero no tengáis tanto miedo! —sacó su varita y la agitó en el aire. Detrás de Vaish apareció un sofá suficiente para os personas, pero pequeño para tres. Ellos siguieron paralizados.
Era bien sabido por todos los hermanos que la biblioteca era el Reino de Heko y todos se sentían fuera de lugar allí, pues sólo Shino y Cire entraban a veces, puede que su madre algún día también, pero no era lo usual.
—¿Os tendré que sentar yo también? —los dos se sentaron y el ambiente se relajó un poco—. ¿Qué queréis saber?
—Vosotros siempre estáis hablando de algo de unas Casas en Hogwarts y nadie nos quería decir de qué trataba eso… Dijeron que con once años lo sabríamos—dijo Ryhen, sentada y con su hermano al lado.
—Ah, las Casas… Bueno, os contaré. Hogwarts está dividido en cuatro Casas y para entrar a ellas hay que pasar una prueba. Las Casas son…
Slytherin: Es la Casa de las Serpientes y sus colores son el verde y el plateado. Todos con muy astutos, hacen de todo para conseguir lo que quieren. También son más listos de lo que aparentan, y, aunque tienen mala reputación, no son tan malos como los pintan, aunque de ahí salieran muchos Magos Tenebrosos, en las otras Casas también, aunque no les gusta admitirlo. Además, Merlín también estuvo en Slytherin.
Aun así, casi todos los Slytherin y los Gryffindor se odian y como la Casa de los Leones (la segunda) tiene tan buena reputación en la escuela, los Slytherin la tienen bastante mala, pero se suelen llevar bien con los de Ravenclaw.
Ravenclaw: Es la Casa de los Halcones y sus colores son el azul y el bronce. Allí están los inteligentes, quienes sacan las mejores notas. De allí salieron muchos magos buenos también y, aunque piensen de forma distinta a la gente normal, sus métodos suelen dar resultado.
Se suelen llevar bien con todas las casas, aunque a algunos los tachen de locos. Se llevan bastante bien con los Gryffindor y mejor de lo que parece con los Slytherin. Tienen una eterna rivalidad con los Hufflepuff, algo así como los Gryffindor y los Slytherin, pues la Casa de los Tejones trabaja tan duro que, en algunos exámenes sacan tan buenas notas que surge la envidia.
Hufflepuff: Es la Casa de los Tejones sus colores son el negro y el amarillo. Allí están los alumnos más leales, trabajadores y fieles de todo el colegio. Si te heces su amigo será tu confidente para siempre, por eso a veces los Slytherin hablan mal de ellos, pero cuando compiten lo hacen siempre respetando las normas y trabajando duro, son un buen ejemplo a seguir.
Se suelen llevar bien con todas las Casas, excepto la de Slytherin. Consideran a los Ravenclaw unos fieles amigos-enemigos y disfrutan de todo lo que hacen. Sacan normalmente muy buenas notas, aunque no sean Ravenclaw y admiran mucho el valor de los Griffindor, pues ellos no lo tienen, al menos no mucho.
Griffindor: Es la Casa de los Leones y sus colores son el dorado y el rojo. Todos en esta casa son valientes, demasiado y algunos son muy egocéntricos. Esta es la Casa más admirada por todos, pero no todo es bueno aquí. No diré mucho de ellos, excepto esto: cuándo una batalla está perdida y lo saben, los Slytherin huyen, pero los Gryffindor sólo saben huir hacia delante.
Se llevan bien con todas las Casas, excepto, por supuesto, Slytherin. Son rivales hasta la muerte y más allá. Que no os extrañe que hasta los fantasmas de los Gryffindor y los Slytherin muertos peleen.
—Woa, menudo resumen…—unas campanadas se escucharon a lo lejos. Eran las siete de la tarde—. ¡Vaya! ¡Se nos ha hecho muy tarde! ¡Adiós Heko y gracias!
Los mellizos se levantaros y salieron de la biblioteca. Heko retomó la lectura de su libro.
—¿Qu-…? Vaya, ya me perdí. Espero que no vuelvan a preguntar, y cuando lo hagan, le pregunten a otro.
Suspiró.
·
—Vamos Ryhen, a esa hora seguro que Mark está con los gemelos en sus cuartos y quizá tu pluma esté allí.
—¡Sí!
Ambos caminaron hacia allí sigilosamente, pues las habitaciones estaban insonorizadas, pero los pasillos no, y no querían despertar a Cire y a Ive, que estaban durmiendo tras el agotador viaje. Cuando llegaron, abrieron la puerta sin llamar, como era costumbre en ellos y se encontraron a Kuro tumbado en la cama, con la cabeza y los brazos colgando, a Shino intentando dibujar algo y a Mark riéndose silenciosamente por ello.
—Kuro, como sigas así la sangre se te bajará a la cabeza y te explotará—dijeron los mellizos a la vez y se sonrieron maliciosamente mientras entraban.
—¡¿Qué?! —Kuro se incorporó enseguida, notando el característico mareo por ello y cayendo sobre la cama de nuevo— ¡Ya empiezo a notarlo! ¡Me va a explotar la cabeza!
—Tranquilo, era una broma, jajaja… —Ryhen se reía a carcajadas y Vaish intentaba no reír.
—¡Me asustasteis! ¡Sois tontos! —el chico se había enfadado.
—Lo sentimos, jaja…—la chica vio a su hermano, todavía enfadado negando con la cabeza—. Está bien, lo sentimos, ¿te vale?
—¡Sip! —el chico se dio la vuelta y, tras sentarse en la cama, cruzó las piernas delante de él y los miró. Vaish se sentó en la cama de Shino entre este y Mark. Y Ryhen se sentó al lado de Kuro.
—Habéis visto la pl-…—comenzó Vaish.
—No—contestaron los tres a la vez.
—Bueno, ¿de qué hablamos? —preguntó Ryhen, mientras veía por la ventana a Aria y a Alex jugar con los animales.
—¡De Hogwarts! ¡De Hogwarts! —gritó Mark y saltó sobre la cama durante unos segundos, para volver a sentarse y escuchar a sus hermanos.
—Um… Vale—Ryhen asintió con la cabeza, aunque ninguno supiera mucho de Hogwarts.
—¿Recuerdas que Aria nos dijo hace tiempo que en tercero tenías que escoger dos materias entre cuatro o cinco? ¿Cuáles eran? —preguntó Shino a su hermana, quien lo miraba sin entender nada de lo que decía.
—¿Qué de qué…? —todos la miraron.
—¡¿CÓMO PUEDES SER TAN OLVIDADIZA?! —gritaron los hermanos gemelos a la vez.
—¡Eh, relajaos! ¡No puedo acordarme de todo!
—¿A sí?¿Qué comimos hoy? —preguntaron de nuevo al unísono, mirando a los mellizos.
—Em... Esto… Ni idea—respondieron francamente ambos.
—¡Lo veis! Aish…—Shino suspiró y miró a Mark, quien estaba dibujando y que para sus cinco años ya dibujaba muy bien— Mark, deja de dib-…
—Tai—esa era la "palabra" que decía Mark cada vez que terminaba un dibujo. Se lo enseñó a los demás. Era una especia de cosa redonda y brillante que tenía dos alitas, una de ellas rota, y en el centro un ojo con un iris de color negro oscuro. Vaish se estremeció.
—¿Dón-…? —Vaish miró interrogante al pequeño de tan sólo cinco años y este lo interrumpió.
—Lo vi en un sueño.
—Y-Yo también…—ahora Vaish estaba asustado, pero una campanada sonó a lo lejos y lo sacó de sus pensamientos. Tras esa otra y luego seis más. Las ocho.
—¡Aaaah! ¡La hora de la cena! ¡Me muero de hambreee! —Kuro salió corriendo de allí y Shino y Mark lo siguieron.
—¿Estás bien, Vaish? —Ryhen estaba preocupada por él, pues estaba sudando, pero estaba muy frío—. Así que esto es sudar frío… Ya lo entiendo.
—R…—pero su hermana lo levantó tirando de él y se lo llevó al salón, donde ya estaban todos.
—¡Anímate! ¡Nos vamos a Hogwarts!
—Pero… Tu pluma…
—¡Da igual! Jeje… Creo que la dejé en nuestra habitación.
—¡Ryhen!
—Jejeje…
Ryhen: ¡Holi, hola! ¿Qué tal están? ¡Estrenenamos Fic! (Si, escribí "Estrenenenamos", ¡porque "hamo" es palabra! (?)
Vaishyuu: Aish, estado de loca "Mode ON", ignoradla. Bueno, creo que este Fic tiene futuro, sí, creo. De momento sólo subiremos el prólogo y según cómo le guste a xotug y a los lectores, continuaremos de una manera o de otra~…
-Aclaraciones:
*664 de la calle Wintercloud: Lugar inventado por nosotros donde vive esta graaan familia.
**Crup: Es un Jack Russell Terrier con la cola bífida. Es un perro totalmente creado por magos y por eso le gruñe a todos los muggles. En este caso, sirve para saber cuándo los muggles están cerca de la casa o van a entrar.
Ryhen: ¡En el próximo capítulo nos vamos al callejón Diagón a comprar cositas y veréis las varitas de los mellizos, plarará~ (?)
Vaishyuu: Mis más grandes gracias (?) a xotug por dejarnos iniciar este proyecto, esperemos poderlo completar, jeje…
Ryhen: Bueno, este prólogo lo subimos ahora y continuaremos esta historia en cuanto terminemos la otra o puede que antes...
Vaishyuu: Así que esperamos que os guste...
Ryhen: ¡Adelantos e informaciones~!
·Información no-importante:
-Este es un Fic hecho a partir del Fic "La Sombra de Harry", de xotug, por lo cual, sus OC son suyos y nuestros OC's son nuestros.
-Hay 12 OC's… De momento~ Y por eso William, Lillium, Ive, Cire, Heko, Alex, Aria, Vaish, Ryhen, Kuro, Shino y Mark Artemis son nuestros, y por lo cual, excepto con el permiso de estos mellizos aquí vigentes, no se pueden usar para otros fines.
-Serán siete años repartidos en siete Fics.
Adelanto del Capítulo 1: ¿Y por qué no lo puedo abreviar? CD.
—¡Whoa!
—Se supone que os tiene que durar hasta dentro de nueve años.
·
—Este es, sin duda, mi animal perfecto…
—Pues genial.
·
—¡Este está siendo el mejor día de nuestras vidas!
