Disclaimer: Nada de Harry Potter me pertenece, todo es de su legítima dueña y de la Warner.

Nota: Este fic ha sido creado para el "Amigo Invisible 2014" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black". Como pone anteriormente, este fic ha sido creado para el Amigo Invisible del foro. A mí me ha tocado... ¡Cris Snape! En sus peticiones, pedía un fic de Arthur y Molly en sus años de estudiantes, siendo la primera vez que escribiera sobre ellos, y esto es lo que me ha salido. La verdad es que no me convence demasiado y me estoy muriendo de vergüenza (pero también me han dicho que soy muy exigente y una exagerada xD), pero aquí está. Serán una serie de viñetas, uno por cada curso en la escuela. Solo me queda decir que espero que le guste, aunque sea un poquito. También quisiera dar las gracias a Miss Hedwig Lefroy Black por su idea de la serie de viñetas. :)


Año 1. Septiembre de 1961


Molly siguió por el pasillo, temerosa de meter otra vez la pata y con el corazón latiéndole un poco más deprisa de lo normal. Gideon y Fabian siempre le habían hablado de lo genial que era el castillo, pero nunca le habían dicho la facilidad con la que uno se puede perder en él.

Era la segunda vez que le pasaba.

La otra vez, con suerte, una chica de Hufflepuff la había notado perdida y le había dicho donde estaba el baño. Pero ahora no había nadie por los alrededores. La clase práctica de Astronomía se impartía a las doce de la noche, hora en la que casi todo el mundo estaba en la cama.

Sabía que era culpa suya. Si no hubiera olvidado el telescopio en la habitación, hubiera ido con las demás y sabría que dirección seguir.

Paró de andar cuando se dio cuenta de que había pasado varias veces por la estatua que estaba en la esquina del pasillo; y miró una vez más, esperanzada, de un lado a otro para ver si había alguien cerca, pero no era así. No había ni un fantasma ni ningún profesor. Le alegraría incluso distinguir la escalofriante figura de Apollyon Pringle. Sin embargo, no se distinguía ni un alma.

No era de las que se alterasen por cualquier cosa, pero no pudo evitar ponerse nerviosa cuando pensó si alguien notaría que no estaba en clase. Era su primera semana, y todavía no había entablado mucha amistad con las chicas de su cuarto. Puede que, quizás, debido a su temperamento. Sin embargo, no pudo evitar regañar a Brown y Bale cuando montaron semejarte desorden en la habitación. No hay cosa que menos aguantara que una habitación desordenada (era como volver a casa con sus hermanos), pero no puede evitar ser como es; y llorar por cualquier cosa no era una de ellas, como estaba a punto de hacer. Pero no pudo evitar pensar en que haría si nadie la encontrase.

Las lágrimas retenidas en sus ojos estuvieron a punto de desbordase por las mejillas cuando escuchó unos pasos apresurados detrás de ella, y se dio la vuelta para ver de quien se trata.

El chico pelirrojo que iba a su clase estaba corriendo en su dirección como alma que lleva el diablo. Llevaba la camisa por fuera de los pantalones, con la corbata aflojada y la túnica a medio poner, notándose claramente que sea había quedado dormido.

El muchacho, al verla, se paró cuando llegó a su lado y empezó a jadear un poco, apoyándose en sus rodillas antes de empezar a hablar.

—¿Qué… haces... aquí? —preguntó, siguiendo jadeando por la carrera—. ¡La clase de Astronomía está a punto de empezar!

—Yo… —empezó a decir, pero antes de poder decir algo más, le interrumpió.

—No hay tiempo, ¡vamos! –y le cogió de la mano.

En menos de un minuto, los dos estuvieron corriendo por los interminables pasillos.

Molly piensa que es un poco grosero por su parte haberla quedado con la palabra en la broca, pero en realidad lo que más le importaba era llegar a clase a tiempo.

Y antes de que se diera cuenta, ya estaban delante de la puerta.

Abrió despacio, sabiendo lo que le esperaba. Por mucho que hubieran corrido, el profesor ya estaba dentro de la clase, y les miró a los dos con una ceja alzada. Rezó para que no le restaran ningún punto a Gryffindor.

—Weasley, Prewett, os voy a pasar hoy esto por alto, pero espero que no se vuelva a repetir.

Y entraron en clase, con alguna que otra risa por parte de sus compañeros.

Ella dio un suspiro de alivio, e inconscientemente buscó la mirada del chico; quién le sonrió, haciendo que le devolviera la sonrisa. Después, toda tu atención se centró en la clase.