¡Buenas! Aquí traigo una nueva historia y sí... lo sé... me he retrasado, pero es que tengo una persona convaleciente en casa y he estado ejerciendo de enfermera/esclava particular. Eso merma la inspiración y la paciencia de cualquier ser humano, sin contar con la escasez de tiempo claro.
Bueno, aclaraciones: la historia es un AU pero he querido conservar ciertas similitudes con el manga, que por supuesto no me pertenece al igual que la mayoría de los personajes que he tomado prestados. Van a aparecer ciertas palabras mal sonantes y algunas escenas erótico-festivas (que no lemon, si queréis leer lemon dependerá de vosotr s... ya sabéis cómo jeje), al final del capítulo pondré algunas aclaraciones más.
Otra cosa en la que quiero hacer hincapié... cuando he ido a subir el capítulo he visto los reviews, favoritos y seguidores que tenía en mi primera historia y casi reviento de la alegría. ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!.
Espero que esta historia también os guste y que sigáis haciéndome feliz con vuestras opiniones, no me importa dar un trueno si es por una buena causa (;). Ale... aquí os dejo el primer capítulo:
CAPÍTULO 1:
El principio de un comienzo
Corría tan rápido como sus adoloridas piernas le permitían, las ramas rasgaban su ropa y lastimaban su piel, las pequeñas piedras se clavaban en sus pies desnudos de forma verdaderamente dolorosa, pero aún así no se atrevía a parar. Lo único que podía oír era su ajetreada respiración y los pasos de sus persecutores que se acercaban cada vez más. Realmente no intentaba escapar, sabía que la alcanzarían tarde o temprano, ya lo había visto. Su única esperanza era llegar al río que estaba cerca del lugar donde la mantenían cautiva, el agua formaba parte de su esencia, si conseguía llegar podría mandar un mensaje a su padre y decirle donde se encontraba. Estaba segura que su padre la estaba buscando, pero también sabía que lo hacía en la dirección equivocada, sus secuestradores se habían encargado de eso con eficiencia. Aceleró un poco más al distinguir el murmullo de la corriente y preparó una pequeña bola de energía en su mano derecha, esta brilló durante un segundo, tiempo que tardó en impregnar la bola con el mensaje que mandaría a su padre.
Cuando llegó al río se acercó a la orilla, los pulmones le dolían por la carrera pero no podía pararse a coger aire. Empezó a introducir su mano en el agua, haciendo que la energía brillase con más intensidad, pero a penas había metido la punta de sus dedos cuando un par de manos la atraparon bruscamente y la arrojaron contra el suelo sin delicadeza alguna. Dos hombres enmascarados la agarraron de los brazos ejerciendo demasiada presión y la obligaron a levantarse justo cuando otro hombre de presencia imponente se situaba delante suya.
- Eres muy valiente pequeña, siempre he admirado eso en una mujer – cerró los ojos y sus carnosos labios se contrajeron en una línea cuando el hombre que tenía enfrente acercó su rostro al suyo y le acarició la mejilla, su actitud arrancó una carcajada al sujeto - ¿Qué te ocurre pequeña? ¿Después de tanto tiempo todavía no eres mi amiga? - ella sólo se mantenía en silencio y con los ojos cerrados, cosa que molestó al hombre - ¡Mírame cuando te hablo! - agarró con fuerza su cara obligándola a mirar sus rojizos ojos.
Hacía varios días que unos hombres la habían sorprendido paseando por las praderas cercanas a su casa y se la habían llevado sin darle ninguna explicación. Se sintió realmente mal consigo misma por no haberles visto venir hasta que fue demasiado tarde, eso hizo que no tuviera tiempo de pedir ayuda a ningún miembro de su familia, pero es que no podía controlar su don. Cuando despertó estaba en una habitación mugrienta con una pequeña ventana y un hombre con los ojos rojos como la sangre la miraba divertido luchar contra los grilletes que apresaban sus muñecas. Este tan sólo le había dicho que la había estado buscando por mucho tiempo y que haría grandes cosas gracias a ella.
Pero hacía escasas horas había visto que al guardia que le traería la cena se le caerían las llaves de sus grilletes en un descuido permitiendo que ella escapase, claro que también había visto como volvía de nuevo a ser encadenada, sabiendo de antemano que la atraparían.
- P-puedes hacer lo que qui-quieras con mi cuerpo... yo jamás te ayudaré – esa respuesta sacó otra carcajada al hombre aún más jocosa que la anterior, sobretodo por el nerviosismo que destilaba su voz.
- ¡Eres realmente divertida pequeña! ¿Enserio piensas que sería capaz de violarte? - ella levantó un ceja dejando claro lo que pensaba, pero él hizo caso omiso - A ti te quiero para algo más importante que un rato de placer carnal pequeña – soltó su cara dando un paso atrás y cruzando los brazos – Sin embargo... ese hombre de ahí no es tan condescendiente como yo – señaló con la cabeza a un hombre, con un pañuelo en la cabeza y la cara pintada de negro, que la miraba con hambre mientras se relamía los labios de forma macabra. Un escalofrío le recorrió la espalda haciéndola temblar de miedo – Así que si no quieres que le de permiso para saciar sus instintos más primarios contigo no se te ocurra volver a intentar escapar. Ahora andando – ante su voz dura todos tomaron rumbo al lugar del que ella había intentado huir. El hombre estaba realmente molesto, no tanto por el intento de la rea de escaparse, sino porque el inconsciente de su sobrino-nieto, por poner un nombre a su parentesco, no daba señales de vida. Eso comenzaba a inquietarle... no quería fallos de ninguna clase en sus planes.
Los enmascarados comenzaron a empujarla mientras miraba el río con lágrimas en los ojos, su intento de pedir ayuda había fracasado. Justo cuando había perdido toda esperanza pudo distinguir un pequeño resplandor que se perdía río abajo. Un suspiro de alivio escapo de sus labios y cerró los ojos "Oto-san, Neji-niisan... no tardéis por favor". Volvió a abrirlos rápidamente con la respiración agitada, no sabía que significaban ni por que tenían ese efecto en ella, pero desde que había sido secuestrada no había parado de ver en su mente unos ojos tan azules como el cielo.
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Un grupo de tres personas, dos hombres y una mujer, se encontraba parado en medio de un puente de madera deslucida que daba a entender que un día fue rojo intenso. Un chico de cabellos oscuros se encontraba apoyado de espaldas a la barandilla mientras dibujaba en un cuaderno con un pincel, ligeros resplandores de diferentes colores iluminaban su cara con cada pincelada. La chica apoyada sobre la misma barandilla mesaba sus rosados cabellos, largos hasta la cintura, mientras observaba su cansado reflejo en el agua del pequeño riachuelo que pasaba bajo el puente. El tercero, de cabello dorado, se movía de un lado a otro mascullando maldiciones mientras hacía y deshacía una bola de energía azulada que giraba en espiral.
- Esto es increíble... siempre igual. ¡¿Cómo es posible que alguien capaz de tele-transportarse a su antojo siempre llegue tarde -ttebayo?! - no entendía la fijación de su maestro en hacer esperar a la gente, él estaría mucho mejor en su casa viendo la tele y comiendo ramen, o teniendo una cita con la pelirrosa. Un aire soñador cubrió su rostro ante este último pensamiento, lo que más le gustaría es que su compañera de equipo aceptase tener un cita con él de una vez por todas, ya había perdido la cuenta de la veces que se lo había pedido.
- Naruto cálmate, no ganamos nada si nos desesperamos. Además ya conoces a Kakashi-sensei... le gusta hacerse de rogar – la chica sonrió divertida al ver como el rubio seguía cotorreando a cerca de lo que le haría a Kakashi si le volvía a poner como escusa que había tenido que bajar a un gato de un árbol, o que había ayudado a una ancianita a llegar hasta su casa. Un sonido similar a una pequeña risa llamó su atención, cuando miró al emisor de dicho sonido sus mejillas se sonrosaron y frunció el ceño, antes de que el sujeto hablase ella le cortó – ¡Ni se te ocurra Sai! Si vuelves a decir en mi presencia alguna frase que contenga la palabra pene y sus derivados mis nudillos acariciarán tu cara ¿te queda claro? - el chico dejó de sonreír y asintió lentamente mientras recordaba la última vez que había cometido la imprudencia de mencionar el aparato reproductor masculino delante de la chica.
- Tranquila Sakura-chan, he aprendido la lección, nada de hablar de cosas de índole sexual delante de una mujer – una sonrisa que no expresaba absolutamente nada se posó en sus labios, a Sakura le resbaló una gota de sudor por la sien.
- Ne Sakura-chan... - cuando giró a ver a Naruto este se había acercado demasiado, Sakura se echó hacia atrás nerviosa por esa repentina invasión de su espacio personal.
- ¡Naruto! ¡Deja de hacer eso! - le propinó un golpe en la cabeza que hizo que Naruto lagrimease de dolor mientras se echaba para atrás. Suspiró resignada, él tenía esa mala costumbre, sobretodo con ella. No es que le molestase que se acercara pero desde que él le había confesado que se sentía atraído por ella cualquier tipo de cercanía o contacto le provocaba cierta aversión. Se sentía fatal por ello pero no lo podía evitar, ella le quería mucho pero no en ese sentido, y tenía la sensación de que si le consentía esos actos él se crearía falsas esperanzas. Lo último que quería era hacerle daño... volvió a suspirar cansada - ¿Qué querías?
Naruto se irguió frotando el emergente chichón con una sonrisa infantil, iba a comenzar a hablar cuando un remolino de aire y hojas le interrumpió. En medio del remolino apareció una figura con el pelo plateado, una máscara oscura cubriendo su boca y una banda tapando su ojo izquierdo.
- ¡Oi! - levantó la mano a modo de saludo, Sakura y Naruto se pusieron frente a él con evidente enfado.
- ¡Llegas tarde Kakashi-sensei! - lo gritaron a la vez, Sai se mantenía al margen mientras seguía dibujando kami sabe qué cosas en su cuaderno.
- Tranquilos niños... ¿me perdonáis si digo que traigo buenas noticias? - Naruto gruñó ante el tono atípicamente adolescente que solía usar su sensei cada vez que llegaba tarde e intentaba excusarse, le daba la sensación de que se reía de ellos.
- ¿Nos vas a invitar a comer ramen durante todo el mes? - a los otros tres integrantes les escurrió una gota ante la sugerencia del rubio.
- No, mucho mejor... - Naruto le miró interesado – Tsunade-sama nos reclama para una misión, y por lo que he escuchado es una bastante importante – Naruto empezó a saltar de una lado a otro feliz mientras gritaba que sus huesos habían empezado a oxidarse por tanta inactividad. Sakura sin embargo se llevó una mano al mentón de forma pensativa.
- Que extraño... he estado con ella esta misma mañana y no me ha comentado nada... - Kakashi sonrió debajo de su máscara.
- Sakura-chan que Tsunada-sama sea tu tía no quiere decir que te tenga que contar sus quehaceres como líder de esta organización. - la forma en que se lo había dicho la hizo sonrosarse.
- Hai Kakashi-sensei... tienes razón – a veces pecaba un poco de soberbia, puesto que su tía, maestra y madrina era la líder de la institución para la que trabajaban, eso le daba siempre cierta ventaja en cuanto a información. Aunque debía admitir que su tía no se lo había puesto fácil en los entrenamientos, de hecho estaba segura de que se había pasado de estricta con ella de una forma casi inhumana, aunque también sabía que lo hacía porque quería que fuera la mejor.
- Vamos kakashi-sensei ¡no seas plasta! Deja a Sakura-chan y dinos... ¿en qué cosiste la misión? - el brillo infantil de sus azules ojos le hizo rememorar la primera vez que lo conoció cinco años atrás, cuando su pupilo contaba con escasos doce años. Fue el día en el que le asignaron a su equipo, se supone que deberían haber sido tres alumnos pero sólo contó con Sakura y Naruto, jamás supo quien debería haber sido el tercer integrante.
Claro que ahora eran tres gracias a Sai, a penas llevaba un año en el equipo y estaba bajo supervisión después de haber pasado un tiempo como prisionero, ya que había pertenecido a la desmantelada Organización Raíz. Al principio desconfió de él por la total falta de sentimientos y ética humana que poseía, pero parecía esforzarse por ganarse un hueco entre ellos y había demostrado cierta lealtad, sobretodo a Naruto. Cosa no muy sorprendente, al muchacho sólo le bastaban cinco minutos para cambiar a cualquiera, siempre admiraría esa sorprendente cualidad.
- Mucho me temo que tendrás que esperar para saciar tu curiosidad Naruto, Tsunade-sama no me ha querido especificar nada hasta que no estuviéramos todos. Así que deberíamos ponernos manos a la obra ¿no creéis? - con un asentimiento general los cuatro marcharon rápidamente.
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Tsunade releía una vez más las especificaciones de la parte contratante mientras lanzada su undécimo suspiro, el líder de la familia Hyuga terminaría por sacarle canas verdes. Hiashi le había pedido ayuda para buscar a su secuestrada primogénita, aunque las reseñas que daba eran bastante escasas. Tsunade sabía que estaba ocultando algo de gran importancia, de lo contrarío el orgulloso líder del clan no habría solicitado ayuda bajo ningún concepto. A pesar de todo la suma que le ofrecía a cambio de sus servicios era justamente lo que necesitaba, la organización Ki no pasaba por su mejor momento. Ya debía un par de sueldos y no quería importunar más al Hokague económicamente hablando, bastante le molestaba tener que informarle sobre un asunto que no sería de su agrado en el momento tan delicado que el hombre atravesaba. Así que con cierta reticencia aceptó la misión, ocultara lo que ocultase ella confiaba ciegamente en la capacidad de sus subordinados. Estaba por abrir una botella de sake que escondía al fondo del cajón de su escritorio cuando unos golpes en la puerta la interrumpieron.
- Adelante... - en cuanto dio permiso su ayudante Shizune le comunicó que el equipo de kakashi ya había llegado, segundos después los susodichos estaban frente a ella saludándola con respeto, bueno... no todos.
- ¡Ne vieja! Kakashi-sensei nos ha dicho que nos ibas a mandar de misión ¡¿Qué tenemos qué hacer dattebayo?! - si Tsunade no hubiera estado esforzándose por reprimir una sonrisa ante el entusiasmo del rubio, le hubiese tirado el jarrón de su escritorio a la cabeza ante el apodo cariñoso con el que siempre la llamaba y que tan poco le gustaba.
Sonrió orgullosa de su sobrina cuando esta lo golpeó en la cabeza haciendo que aullase de dolor. - ¡Ten más respeto a mi maestra baka! - Sakura miró a Tsunade e hizo una reverencia – Shishou – esta asintió con la cabeza satisfecha ante el tono solemne de su pupila.
- Bien... necesito de sus servicios como escuadrón principal para la siguiente misión. Supongo que todos conocéis a la familia Hyuga ¿cierto? - Todos asintieron, era imposible no conocer a una de las familias más poderosas e influyentes del país del fuego – La hija mayor del líder fue secuestrada hará unas dos semanas – Sakura jadeó sorprendida, teniendo en cuenta las habilidades de los Hyuga, le costaba creer que se hubiese dado una brecha lo suficientemente grande en la defensa del clan como para dejar que la legítima heredera fuese secuestrada. Kakashi y Sai permanecían serios esperando que Tsunade continuase, pero algo les decía que aquello no iba a pintar bien. Naruto se rascó la barbilla pensativo, recordaba vagamente haber oído a sus padres hablar de la muchacha, y que su nombre empezaba por 'hi' o quizá 'ha'. - La información y los motivos por los que se solicitan nuestros servicios son bastante deficientes. Lo único que sabemos es que la chica se encuentra en algún lugar de las Montañas Heladas del País de la Niebla y que la debemos recuperar con Urgencia.
- Tsunade-sama – la voz de Kakashi sonaba más seria de lo que era normal en él, Tsunade solo necesitó observar su único ojo visible durante un par de segundos para entender lo que pasaba por la mente del peliplateado.
- Ya lo se Hatake, nos ocultan algo... pero ya he puesto remedio a eso – una pequeña sonrisa adornó sus labios color carmesí – El grupo de Shikamaru está rumbo a la base principal de Suna, el Kazekague en persona se ha ofrecido a prestarnos ayuda con este asunto. Al parecer tiene una deuda pendiente con el futuro Hokague – sus ojos ojos se posaron en Naruto que carraspeó sonrojado – En fin... no sólo el grupo de inteligencia está en marcha, los rastreadores también están en activo.
- ¿Inuzuka y Aburame? - Tsunade asintió ante la pregunta de Kakashi que había sonado más como una afirmación, pero no era ningún misterio que esos dos clanes eran los mejores en cuanto a seguir un rastro.
- Así es, Kiba y Shino para ser más exactos, hacen un equipo extraordinario teniendo en cuenta que son sólo dos, ya que Kuerenai junto con Asuma están de baja por su reciente paternidad. Ambos equipos comenzaron su misión ayer mism...
- ¡¿Nani?! ¡No es justo Tsunade-baachan! ¡¿Por qué a nosotros nos mandas los últimos?! – Sakura estaba a punto de golpearlo con la clara intención de enterrarlo un par de metros bajo tierra cuando la dura voz de su maestra la detuvo.
- Si no te quitas tú solo esa manía de interrumpir a los demás constantemente te la quitaré yo a golpes niñato – a pesar de no haber elevado la voz algo en su tono y sus ojos hizo que un escalofrío recorriese la espalda de todos los presentes. Naruto se sintió especialmente amilanado. - Bien... no sois exactamente los últimos, tan sólo he creído conveniente organizar a mis subordinados así teniendo en cuenta que la seguridad de mi gente es lo primero. Ahora si me permitís quisiera acabar con esto lo antes posible – hizo una pausa por si acaso alguien quería comentar algo, miró significativamente al rubio pero al ver que este no iba a decir nada continuó – Vuestras instrucciones son las siguientes. Quiero que seáis el escuadrón principal, es decir, seréis los encargados de recuperar a la chica, os encontraréis con el equipo de rastreo en el Paso Doroppu. Kiba y Shino os dirán todo lo que hayan conseguido averiguar, y tu Kakashi decidirás como actuar en base a esa información. Si la cosa se llegase a complicar o veo que tardáis más tiempo del necesario enviaré a alguien a por vosotros ¿de acuerdo? - todos asintieron – Entonces ya podéis marcharos, quiero que partáis en un máximo de dos horas. Kakashi tú quédate un momento... hay algo que quiero comentarte. - aunque todos se extrañaron ninguno dijo nada, antes de que terminasen de salir del despacho el peliplateado les indicó con un gesto de su mano que no se preocuparan.
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Los tres jóvenes alumnos caminaban hacia sus casas sumidos en un extraño silencio que el rubio no tardó en romper - Nee... ¿Qué creéis que vaya a decirle Tsunade-baachan a Kakashi-sensei que no podamos oír nosotros? - Sakura y Sai parecieron pensarlo durante un par de segundos pero fue el moreno quien habló primero
- No tengo ni idea Naruto-kun, pero confieso que a mi también me da algo de curiosidad – Sai paró en seco y sacó un pergamino que llevaba oculto entre los pliegues de su pantalón - Aquí me despido de vosotros... nos vemos en un rato – con una pincelada y un resplandor un enorme pájaro translúcido apareció frente a ellos, Sai subió sobre animal y desapareció en el horizonte.
- Se ha ido... - Sakura rodó los ojos ante la audacia del rubio y se dispuso a dirigirse a su casa también. - Sakura-chan espera un momento – ella giró su cara mirándole sobre el hombro.
- ¿Qué ocurre Naruto? - su amigo parecía repentinamente nervioso.
- Es que... antes quería preguntarte una cosa... y no pude... - Sakura se giró hasta quedar enfrente, movió la cabeza indicando que tenía su atención y que podía continuar – Bueno... no quiero ser pesado pero es que... bueno... - su determinación se estaba largando por el caño, pero se obligó a ser firme, después de todo ya se lo había pedido un sin fin de veces, si le rechazaba seguiría intentándolo y ya está. - ¡Sal conmigo Sakura-chan!
Sakura abrió los ojos sorprendida, tras un segundo suspiró cansada – Escucha Naruto yo... - él la cortó porque sabía lo que seguía.
- Sakura-chan por favor... ya se que que sólo me ves como un amigo, pero me gustaría que me dieses una oportunidad. Tu me gustas y estoy seguro de que podría hacerte feliz, además no perdemos nada por intentarlo. Te prometo que si me dejas intentarlo haré cualquier cosa por ti, y si aún así no funciona y no te enamoras de mí prometo que estaré a tu lado sólo como un amigo y no me enfadaré... así que dame un voto de confianza por favor– Sakura se sonrojó ante la sinceridad que desprendían las palabras del rubio, y no pudo evitar que su mente se pusiera a trabajar.
Era cierto que ella sólo quería al rubio como un amigo pero también lo era que ella nunca se había enamorado, no sabía lo que era el amor salvo por lo que describían las novelas que leía en sus rato libres. Quizá esperar a que su caballero de brillante armadura apareciese de la nada para robarle el corazón era una actitud demasiado romántica e infantil para alguien como ella. Miró a su amigo que parecía más nervioso de lo normal y sonrió, igualmente él llevaba razón, no perdían nada por intentarlo. - Una cita.
- ¿Nani? - Naruto frunció el ceño confundido y ella suspiró exasperada.
- Que te voy a conceder una cita baka – Naruto parpadeó un par de veces pero cuando comprendió el significado de la frase sonrió tanto que le dolieron las mejillas, antes de que dijese nada Sakura se adelantó – Pero con una condición.- él asintió efusivamente.
- Lo que tú quieras Sakura-chan ¡dattebayo!
- Tendremos la cita después de la misión, y durante la misma no quiero que hables, comentes o demuestres nada que indique que te gusto o que vamos a tener una cita – quizá era cruel por su parte pedirle algo así, pero lo necesitaba, así tendría tiempo durante la misión para pensar con más calma lo que supondría aceptar intentar algo con él. - ¿Crees que podrás hacerlo? - Tras pensarlo un par de segundos Naruto volvió a asentir enérgicamente y se lanzó a darle un abrazo que ella correspondió sonrosada.
- Claro que sí Sakura-chan, no haré nada que pueda disgustarte, y cuando tengamos nuestra cita haré que sea la mejor cita del mundo ¡dattebayo! - se separó de ella con una sonrisa alegre que se le contagió a ella.
- Anda... ahora vete o me arrepentiré – empezó a andar hacia su casa mientras oía divertida como él se despedía de ella escandalosamente.
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Naruto llegó a su casa con una sonrisa bailando en sus labios, estaba realmente feliz de que por fin su compañera de equipo hubiese aceptado darle una oportunidad. Así que se aseguraría de acabar rápido con la misión para poder llevar a la pelirrosa a una cita increíble y hacer que empezase a sentir algo más que amistad por él – ¡Oka-chan ya estoy en casa! - A penas terminó de decir la frase cuando un borrón rojo apareció de la nada abrazando su cintura con tanta fuerza que casi lo derriba.
- ¡Mi hermoso bebé! - Kushina empezó a besar las mejillas del rubio, que se sonrojó realmente incómodo con la actitud de su madre.
- ¡Para ya! ¡Mamá! - agarró los brazos de la mujer ejerciendo algo de fuerza para apartarla procurando ser lo menos brusco posible. El estado hormonal en el que se encontraba su madre aumentaba conforme lo hacía su abultado vientre.
- Perdóname cariño pero es que no lo puedo evitar... eres tan guapo y varonil... igualito que tu padre – la peliroja posó sus manos en sus rosadas mejillas con aire soñador mientras rememoraba la cálida sonrisa de su marido.
- ¿Cómo estás? ¿Y el bebé? - acarició amorosamente el vientre de su madre, y justo en ese momento la criatura del interior dio una patadita. Naruto sonrió emocionado y a Kushina se le humedecieron los ojos - ¡¿Has notado eso mamá?! - la mujer asintió lentamente con una sonrisa maternal.
- Tal parece que el bebé sabe qué eres su hermano mayor, porque por lo general es muy tranquilo y a penas se mueve, no como tú... que no parabas quieto ni medio minuto. - el rubio hizo una mueca avergonzado sacando una carcajada a su progenitora – Míralo... a veces eres un calco de tu padre dattebane. – como si lo hubiesen invocado el susodicho atravesó la puerta, una enorme sonrisa apareció en el rostro del hombre a ver la tierna escena de su hijo acariciando el vientre de seis meses de su mujer. Ese embarazo era un auténtico milagro, no sólo porque ya rozaban la cuarentena, lo cual era peligroso, sino porque se suponía que después del complicado parto de Naruto su mujer no iba a poder tener más hijos. La cara de Kushina se iluminó al verle y salió disparada a darle un enorme abrazo - ¡Mi amor!
- Hola – acariciando sus rojos cabellos se inclinó para besar los labios de su esposa, Naruto carraspeó llamando la atención de su padre – Naruto hijo ¿qué tal? - este sonrió de oreja a oreja.
- ¡Genial dattebayo! ¡Sakura-chan ha aceptado tener una cita conmigo! - ambos adultos sonrieron al ver tan contento a su hijo – Lo que me recuerda que debo alistarme, saldré de misión dentro de dos horas. - ante esa última frase una sombra recorrió los azules ojos del rubio mayor borrando la sonrisa de su boca, la mujer dejó de sonreír también y una expresión preocupada se instaló en su cara. El hombre apretó a su mujer indicándole con los ojos que le contaría cuando estuvieran a solas. - No sé cuanto tiempo estaré fuera pero confío en que no será mucho, por si acaso me voy a llevar todo el ramen instantáneo ¿vale mamá? - la tanteó con la mirada para ver su reacción pero la aludida tan sólo se acercó y le abrazó, sorprendiéndole por un momento. Su madre no le había mandado al infierno por lo del ramen, si alguien amaba el ramen tanto o más que él esa era Kushina Uzumaki.
- Naru-chan cariño cuídate mucho por favor. Y no hagas tonterías... ya sabes que tiendes a hacerte el héroe y a actuar de forma irresponsable – una rubia ceja se alzó con escepticismo ante esas palabras, era como oír al burro hablando de orejas, si había heredado esa actitud de alguien sin duda era de su madre.
- ¿Y me lo dice la Habanera Sangrienta? - se arrepintió de haber dicho eso en cuanto salió de boca, Kushina tenía fuego en los ojos pero este se extinguió en cuanto la sombra que había cubierto lo ojos de su marido reapareció en su mente. Su corazón se sacudió de forma dolorosa y su cara perdió el color... tenía un mal presentimiento - ¿O-oka-chan?... ¿Estás bien? ¿Es el bebé? - Minato no tardó ni una décima de segundo en situarse junto a su mujer examinándola, ella negó con la cabeza mientras hablaba con voz estrangulada.
- ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres Naruto? - se aclaró la garganta ante la cara confundida de este - Quiero decir... no tienes por qué estar poniéndote en peligro constantemente, a fin de cuentas tu padre es el gobernador del país del fuego, si no quisieras no tendrías por qué ir – los dos rubios parecían realmente sorprendidos, esa actitud no era propia de la mujer. Cuando se repuso Naruto sonrió con ternura echando la culpa a las hormonas del estado de su madre.
- Pues claro que sí oka-chan, soy un guerrero y ese es mi camino. No quiero ser sólo el hijo del Hokague, quiero que la gente me respete por mí mismo... por ser Naruto Namikaze Uzumaki y haré lo que haga falta para lograrlo – cuando se percató de los llorosos ojos de su madre la abrazó con fuerza y besó su cabeza. Después miró a su padre, el cual asintió al entender lo que su hijo le pedía 'cuida de mamá'. - Ahora iré a prepararme, a ver si por una vez en la vida puedo ser el primero en llegar dattebayo - arrancó una risa de la mujer cuando le guiñó un ojo de forma cómplice, puesto que la impuntualidad también era algo que había heredado de ella, y desapareció por las escaleras que llevaban a su habitación.
Minato cargó a su mujer en brazos y se sentó en el cómodo sofá de la sala con ella sobre su regazo. Kushina tan sólo le miraba expectante esperando que su marido hablara, se sorprendió a si misma por no estar urgiendo una respuesta, teniendo en cuenta que la paciencia en ella brillaba por su ausencia. Tras un par de minutos en silencio el rubio habló.
- He recibido un mensaje de Tsunade pidiendo mi opinión... es sobre la misión a la que va Naruto. - Durante largo rato se dedicó a contarle a su esposa de que iba todo y qué opinaba Tsunade, omitiendo eso sí algunas partes que sabía la harían sufrir, y en su estado eso era totalmente inadecuado. - Me temo que los Hyuga están metidos en el asunto más de lo que quieren reconocer– intentó regalar una sonrisa tranquilizadora a la mujer cuando esta apretó el agarre en torno a su cuello asustada – tranquila Kushina-chan, todo va a salir bien... yo mismo me encargaré de eso. Además nadie sabe quien es Naruto en realidad, sólo los Kagues, y Tsunade claro. - ella tan sólo dirigió una triste mirada a una foto que descansaba en una estantería. Él suspiró cansado cuando siguió la mirada de su mujer - Las hechas de menos ¿verdad?.
- Con toda mi alma. Pero... una promesa es una promesa... y los Uzumaki siempre cumplimos lo que prometemos. - descansó su cabeza en el pecho masculino repentinamente cansada. Él se dedicó a dar cariñosas caricias en su espalda, ojalá pudiera sufrir en lugar del amor de su vida, pero eso era algo imposible. Sólo podía dedicarse a hacerle saber cuanto la amaba y concederle algún que otro capricho.
- Mi vida... ¿qué tal si ayudas a Naruto a arreglar sus cosas? Ya sabes que es tan despistado como lo era su madre a su edad – una carcajada escapó de sus labios cuando Kushina golpeó su hombro sonrojada – Después podríamos ir a por ramen a Ichiraku´s y aprovechar que esta noche estamos solos y mañana no tengo que madrugar. - alzó una ceja de forma sugerente.
Kushina se sonrojó todavía más mordiendo su labio, de pronto le había entrado hambre no sólo de ramen. Se lanzó a la boca de su marido para besarlo con pasión antes de encaminarse a la habitación de su hijo, donde se oían ruidos de cosas cayendo al suelo y maldiciones. A pesar de la presión que tenía en el pecho confiaría en que todo saldría bien, puesto que Naruto tenía razón y ese era el camino de su familia, todos eran guerreros.
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¡Fin del capítulo uno! Espero que os haya gustado y suscite vuestro interés, en el próximo capítulo se conocerán nuestros protas jeje. Iré subiendo un capi por semana, y ya sabéis que la relación entre inspiración y reviews es directamente proporcional... a más de una cosa más de la otra [;)]
Ahora aclaro un par de cosas:
· 'Ki' siginfica árbol/energía según he leído por ahí; es el nombre de la organización que lidera Tsunade.
· 'Doroppu' significa gota, osea que Paso Doroppu sería algo así como Paso de la Gota.
· Minato es el Hokague, el gobernador del País del Fuego, y vive en Konoha, que es la ciudad donde está la base principal de Ki. El resto de cosas para que todo esté más claro ya las iréis leyendo pero si hay algo más que no entendéis o que queráis preguntar estaré encantada de responderos. Nada más creo, así que... ¡besetes y abrazos!
~Nune-chan~
