RANMA 1/2
AKANE Y RANMA
UNIVERSO ALTERNO: Esta es una historia con contenido adulto, se hace mención al consumo de marihuana y a situaciones sexuales muchas veces explícitas (no en este capítulo, sino en los siguientes) Por lo que considera que si quieres leer esta historia y aquellos temas no te parecen bien quizás lo mejor es que te abstengas de leerlo, y si lo sigues haciendo a pesar de eso te ruego altura de miras =)
Ranma 1/2 no me pertenece y sólo escribo por diversión.
PRÓLOGO
El aire golpeaba directo en mi cara y la respiración era dificultosa; el sol brillaba tanto que enceguecía, pero me encontraba totalmente agradada tras mis lentes de sol. Estaba cumpliendo con uno de mis rituales favoritos; subir a un trolebús y sacar la cabeza por la ventana y a veces, reemplazaba esta por mi mano y sentía el viento renovar mis pensamientos cuando luchaba contra la fuerza del invisible que representaba el viento… Mi madre insistía en que debía aprender a manejar, pero lo cierto es que no lo deseaba ¿por qué reemplazaría el ser llevada sin preocupaciones? Lo mejor del día era subir a un bus vacío, y mirar el conocido panorama. No importaba cuántos años llevara recorriendo el mismo lugar, siempre descubría alguna casa, algún lugar o un detalle que había pasado por alto u obviado sin saber por qué, pero lo cierto es que me fascinaba descubrir aquellos lugares y preguntarme por qué aunque estuvieron siempre ahí, yo no había sido capaz de verlos. Nunca obtuve una respuesta… y aún espero encontrarla.
Me habían dicho que era una persona con demasiados prejuicios, que la gente como yo no lo pasaba bien en la vida, que mis arranques de ira me hacían parecer, cuando menos, una loca o una persona mayor… que debía cambiar, no obstante yo no me sentía una persona tan negativa como me calificaban.
Todos llevamos, o muchos en realidad, una doble vida, situaciones que vivimos que no exponemos a los demás o a todos. A mi no me gustaba beber alcohol, no me agradaba salir de noche a bailar, de hecho las aglomeraciones y los ruidos fuertes me incomodaban más que alegraban, y tampoco me gustaba fumar tabaco. Aborrecía a aquellas personas que muy temprano en las mañanas comienzan a fumar como si de su desayuno se tratase y que aquel olor queda impregnado en sus cuerpos y en sus que ropas para luego más tarde comenzar a emanar ese olor repulsivo que más de alguna vez me había provocado náuseas o fatiga. Pareciera hasta ahí que no hay algo mal en mi conducta, que parecía casi intachable, pero yo tenía un mal hábito y era que me gustaba fumar marihuana…
Crecí en el contexto de una familia de pensamientos clásicos, donde cualquier insinuación a la droga o a la sexualidad era tomada de una forma que podría considerarse mal vista o algo sólo para reír un rato. La sexualidad existía, claro, pero no era algo que debiese practicarse. No yo al menos. Para los demás estaba bien. Lo cierto es que crecí en una familia mojigata donde los engaños y las traiciones por parte de los hombres pertenecientes a ella eran algo normal y muy bien sabido. Viví y crecí rodeada de mentiras y de doble estándar. Mentir era algo que se me daba demasiado bien, aunque prefería no hacerlo si podía evitarlo porque era muy típico que empezaba con una mentira pequeña y luego debía seguir para encubrir el embuste agrandando el asunto con creces. Por lo mismo, por crecer en un lugar donde las mentiras eran sabidas pero no muchas veces enfrentadas, era que mi confianza en el sexo opuesto y en mi propio género era muy escasa. A mis ojos nada podía ser perfecto y cuando se me daba la oportunidad de conocer un entorno donde todo pareciera funcionar bien, donde fuera un clima de respeto y afecto eso me hacía sospechar aún más. Sobrellevar lo hostil era más fácil para mí que algo que no lo fuera.
Estaba lejos de ser una buena persona. Aunque lo intentaba con pequeños detalles, como ceder el asiento, ayudar a la gente a bajar, saludar y agradecer por cada cosa. Algunos les llaman competencias blandas… yo las llamaba enmiendas.
He cometido muchos errores, y los sigo cometiendo día tras día. He tenido la oportunidad de estudiar muchas carreras sin terminar ninguna, aún sabiendo que ese es un lujo que en muchas ocasiones es algo que no todos pueden permitirse. Aquella categoría era la mía, de hecho, pero al estar rodeada de personas que se encargaron de consentirme más de lo que debían, es algo que pude hacer. A mis veintisiete años seguía estudiando… aún cuando había comenzado los estudios superiores a los diecinueve. Era la mayor de mi clase y sabía cosas que los demás jamás sabrían… como me había dicho un amigo una vez: "poseo un mar amplio de conocimientos sobre casi todo, pero si te molestas en indagar un poco más, descubrirás que son sólo de un centímetro de profundidad". Lo sentí totalmente acertado y adecuado para aplicarlo a mí. Sin embargo, aún así y peor aún, sabiéndolo, me atrevía a mirar por sobre el hombro a veces a los demás… aún cuando yo no lo había ganado a nadie.
Mi vida amorosa se limitaba a unos cuantos ligues, los podía contar con las dos manos y me sobraba un dedo. Con algunos sólo besos, con algunos algo más, pero lo cierto era que nunca había llegado a tener sexo en una cama. A veces me preguntaba seriamente si seguía siendo virgen, aunque personalmente no me consideraba como tal.
Todos aquellos pensamientos eran los que vagaban en mi cabeza cada vez que subía a aquellos viejos trolebuses. O solía tener… porque por desgracia sacaron del servicio mis más preciados y ancianos carros y los reemplazaron por unos nuevos… y los cambios era algo que no supiera llevar demasiado bien… pero pasó algo en ese último viaje que nunca antes había ocurrido. Siempre pensé que un policía era lo último que necesitaba cerca de mí, dado lo ilícito de mis actividades. En mi país existe una ley muy extraña e incomprensible puedes consumir marihuana y aquello no está penado, no obstante si está penado el autocultivo y la compra de esta, por lo que para poder obtenerla me he metido en más de algún embrollo o ido a lugares que nadie en su sano juicio iría. Justamente venía de aquel lugar que era muy temido por los residentes en las cercanías y entonces, ahí, en ese trolebús, fue que lo vi por primera vez. En general nunca miraba los uniformados, sinceramente los consideraba obtusos y de mente cuadrada y dada su actividad, el que sean personas que en teoría debían vivir dando el ejemplo y apegados a las reglas, los dejaban lejos de ser los individuos propicios para compartir, pero aquello era sólo un prejuicio adquirido no sé muy bien de dónde, porque tan pronto mis ojos se encontraron con los suyos, aquella concepción no fue más la misma nunca más. Él era alto, de complexión fuerte, cabello oscuro y profundos ojos azules. Y de todas las ramas de uniformados que podía pertenecer, debía ser a la que yo más le temía y odiaba. Traté de ignorar su presencia, habían muchos hombres ahí afuera, ¿por qué debía interesarme justo en quien no debía? Pero por más que traté no lo pude dejar de mirarlo y me avergoncé al notar que él se había percatado de mi insistente mirada porque me sonrió pero desvió sus ojos tan pronto lo hizo, y siguió conversando con quién parecía ser su superior. No volvió a mirarme en el resto del camino y se bajó justo enfrente a la comisaría, que pronto explicaré por qué conocía. Lo quedé mirando porque después de aquella sonrisa creí que yo también le había gustado, pero él me ignoró por completo… ¿Quién se creía él que era? Pero eso era lo mejor, a decir verdad no necesitaba más problemas en mi vida y sólo había sido un encuentro y fugaz ilusión en el servicio público de locomoción. Al diablo con él, no había sido el primero y daba por hecho que no sería el último.
Vivo en una zona portuaria que ha sido elegida como patrimonio de la humanidad, aunque a mis ojos distaba de merecerlo. Era fácil encontrar una ciudad como la mía linda y "pintoresca" si es que no vives ella y sólo vienes de visita. Existe en los alrededores demasiada pobreza, mucha suciedad y olores que en muchas oportunidades me hicieron querer vomitar mis entrañas, y aunque a mí nunca me había tocado experimentarlo, había oído que los índices de delincuencia eran muy altos y de hecho en las noticas locales se podía apreciar.
Mientras curso la carrera en la que más he durado, ya he comenzado a ir a prácticas; lo paradójico es que odio a los niños y estoy estudiando para ser profesora de un idioma extranjero, una de las asignaturas menos queridas por ellos, por lo que su predisposición hacia ella y mi poca paciencia no son una buena combinación. La vida es graciosa a veces, y yo insisto en ir voluntariamente hacia los problemas.
Estaba sentada en una plaza con mis amigas que en realidad no lo son, nos usamos todas mutuamente y lo sabemos, lo entendemos y no nos importa. Cuando vives haciendo cosas que la ley no permite terminas juntándote con personas extrañas y por interés, claro aquello se aplicaba a cierta clase de gente, y aquel era el caso. Llovía y eramos las únicas en los alrededores. No solía tomar, pero en aquella oportunidad accedí y estaba en un estado tal en que no me di cuenta de lo estúpido que podía ser que estuviéramos precisamente en ese lugar en ese momento. Beber alcohol en público en este país también está penado, no es criminal sin embargo, es sólo una falta. La hierba se había acabado, por fortuna, pero aún estábamos bajo su efecto de relajación y bajamos la guardia y cuando ya no podíamos hacer nada por evitarlo una pareja de policías se detuvo frente a nosotros. Era de noche había bebido, por lo que los ojos no podían ser un antecedente de poseer sustancias ilícitas y el alcohol que bebía era algo de muy bajo grado. Creí que nos dejarían ir… pero no… hicieron un control de identidad y una de mis idiotas conocidas no traía consigo su documento que acreditaba la identidad. No miré en un principio quién fue que recogió mi tarjeta de identificación, pero tan pronto mi mano hizo contacto con la de él sentí una sensación extraña por todo mi cuerpo, algo que no pude ignorar y entonces lo vi… era el uniformado de la otra vez y tan pronto oí su profunda voz decir mi nombre y confirmando mis antecedentes diciendo que estaba "limpia", supe que aquella sensación que nunca antes había sentido… quería volver a experimentarla.
Hasta ahora un universo alterno con todas las de la ley. Traté de plasmar un contexto en el cual me sienta inmersa y realmente lo sienta. Podría haberlo hecho sobre Japón, pero siento que no sería honesto de mi parte y estoy tratando de hacer la escritura un poco más íntima.
A ver si alguien me lee y descubre de qué país hablo y de qué ciudad en particular ;)
Muchos saludos y espero de todo corazón me digan que les parece... recuerden que su review es mi pago y ando vagando sin un lugar al cual pertencer, en busca de un lugar dónde escribir... porque lamentablemente en donde se puede escribir sobre la serie que más quería, no parece haber espacio para mi 8(.
