Mi Chica

Capítulo I
Se busca niñera

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Una simple niñera le hará sentir todo lo que su corazón nunca sintió.

Mimi Tachikawa tiene una vida difícil y más ahora que su padre está enfermo. Por su lado Yamato - millonario director de una cadena de televisión- no sabe que hacer con su hermanos. Ellos se han encargado de despachar a la niñera número 14 que cruza su casa. ¿Podrá Mimi ganarse el afecto y la confianza de los hermanos? ' ¿Será capaz de poner una sonrisa en sus vidas¿Podrá despertar el corazón dormido del hermano mayor?

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"Estás despedida"

"¡¿Qué?!"

"Retírate por favor"

"Pero señor… ¡no me puede echar!"

Un hombre de cabello rubio y ojos azules miró con resignación a la bella joven parada frente a él. Narumi, la chica que ahora se debatía entre el llanto y el enojo, había sido contratada hace un par de días atrás como niñera y ama de llaves de su lujoso departamento. Y no era que él necesitase niñera -sus veintiséis años le permitían cuidarse solo- sino que necesitaba a alguien que supiese y pudiese cuidar a sus dos hermanos pequeños al mismo tiempo en que les diera un buen ejemplo. Ciertamente, el hecho de que esta joven supiese cocinar, además de poseer la capacidad de mantener el departamento limpio y ordenado, era un plus al momento de la contratación.

Pero el caso de Narumi era otra historia. La chica fue contratada el miércoles 31 de Octubre y siendo hoy, viernes 2 de Noviembre, era despedida. Paradójicamente, por la fecha en que llegó a su casa, sus hermanos la trataban de bruja mientras que para ella, ellos eran unos monstruos hijos del demonio…

"¿Por qué no?" preguntó el rubio recostándose en su cómoda y esponjosa silla de oficina. Lo que había sido y comenzado como un grandioso viernes, se tornó rápidamente gris cuando Narumi golpeó la puerta de su oficina y entró casi llorando. Yamato no entendía muy bien que cosa tan terrible podía haber pasado en el trayecto de la casa al colegio, pero ella dejó más que claro lo "víctima" que se sentía y era por parte de las constantes burlas y bromas que sufría.

Mientras ella hablaba y hablaba de las injusticias que se habían cometido y de la compensación que debía tener, Yamato mentalmente sacaba cuentas sobre las diferentes niñeras que habían pasado por su casa. En Septiembre fueron cinco mientras que en lo que quedaba de mes, hubieron ocho. Calculando bien, la más "valiente" soportó dos semanas mientras que ella tan solo duró cuarenta horas…

"… Y por eso señor Ishida, creo que me debe pagar el mes completo."

Yamato alzó una ceja y miró hacia un costado. La mujer podía ser muy atractiva pero le desagradaba el montaje que había puesto. Si bien el nunca había sido muy apegado al verdadero sentimentalismo femenino, menos se iba a conmover con esto que era sólo un acto para sacarle dinero.

"Si te vas ahora mismo y no vuelves nunca más, te pago lo de una semana por los casi dos días que "trabajaste"."

"Pero-"

"Si aceptas te pago, si nó, te vas presa." La cara de la mujer de inmediato se tornó pálida. "Si dices que si, te evitas ir a la corte, pagar un juez y posteriormente, pagarme todo el dinero que te puede costar… porque de verdad no pensarás que me podrás ganar… ¿o si?"

"…"

Con una sonrisa burlona y algo infantil para su edad, Yamato abrió su chequera y procedió a escribir el monto que precisaba. Luego de firmar y esperar a que la tinta secara, estiró el cheque y la mujer con disgusto lo cogió.

"Fue un gusto tenerte en mi casa… aunque realmente no me gustó para nada lo que cocinaste anoche…"

"¡¡Argh!!" Enfurecida, la mujer se paró de su silla y salió dándole de pisotones al piso sin darse cuenta que un segundo rubio entraba a la habitación. Ágilmente, él entró antes de que el pie de Narumi pudiese alcanzar alguna parte de su pierna.

"Déjame adivinar" dijo con una gran sonrisa mientras se sentaba en la silla que previamente había ocupado la mujer. "¿Es la niñera número doce que despides?"

"Catorce" contestó el rubio mayor secamente.

"Vamos Matt ¿qué tan terrible puede ser encontrar una buena niñera para Sui y Keishi?"

"…¿No… lo ves complicado?"

"Para nada"

"Muy bien Takeru, tienes veinticuatro horas para encontrarme una niñera que sea buena, duradera y del gusto de los niños."

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"Papá ¿quieres que te lea el periódico?"

Una alegre joven de largos cabellos castaños sonreía calidamente al hombre que yacía recostado sobre la fría cama de un hospital. Mimi Tachikawa, de veinticuatro años, se sentó como siempre lo hacía, en aquella silla junto a la cama de su padre. Era cruel decir que esto cada vez se volvía más rutinario, pero desde hace ya varios meses que frecuentemente se encontraba enfrentada a la misma situación: sentarse en la silla junto a la cama de su padre enfermo.

Keisuke Tachikawa era un hombre fuerte e inteligente que supo sacar adelante a su hija luego de que enviudó cuando ésta tenía seis años.

Pero ahora, no era más que un viejecito que se deterioraba con el transcurso de los días. Hacía un par de meses atrás le habían detectado un cáncer que era tratable, pero al momento, no presentaba mejoras considerables.

No había pasado más de tres semanas desde la última visita al doctor cuando volvió a sufrir una recaída. Esta recaída que lo tenía postrado en cama sufriendo las dolorosas inyecciones y la insoportable quimioterapia.

"No… no te… preocupes. Una enfermera… me lo leerá. Dime ¿conseguiste… empleo?"

Mimi sonrió tiernamente y le tomó la mano. No quería mentirle y decirle que había conseguido uno cuando realmente no era así.

"Aún no, pero sabes, encontré una solicitud de niñera leyendo el periódico mientras venía en el autobús. Me presentaré y veré que sale de ahí."

"Ah… ojalá que esa… gente… pueda ver lo buena… que eres…"

"Si papá, te aseguro que haré mi mayor esfuerzo por conseguirlo. Ya verás."

"Si…" Lentamente la cara del hombre fue cayendo hasta que entró en un profundo sueño. Mimi soltó su mano y lo cubrió bien con las mantas. Viéndolo en ese estado no le traía más que tristeza. Un hombre que siempre había estado tan lleno de vida, moría lenta y silenciosamente con cada día que pasaba. Y lo peor era la incertidumbre de no saber que ocurriría el día de mañana.

Secándose unas lagrimas con la parte de atrás de su mano, Mimi abandonó el hospital para dirigirse al lugar donde sería la entrevista de trabajo. Mientras caminaba al edificio de la televisora -que se encontraba a dos cuadras de hospital- sacó de su bolsillo el recorte del periódico y lo leyó nuevamente.

Se necesita señorita buena presencia para trabajar como niñera de

dos niños (6 y 15 años) además de cumplir labores menores de hogar.

Las interesadas presentarse en "SBS Tv" Piso 10, oficina 1001.

Tratar con Sr. Takeru Takaishi.

El nombre del hombre no le decía nada, pero igual le parecía extraño que alguien trabajase los sábados. Por un artículo que había leído en un par de revistas, sabía que los nuevos dueños de la emisora eran de un tal apellido Ishida…

"Buenos días señorita ¿la puedo ayudar en algo?" El guardia a la entrada de la puerta principal se acercó a Mimi ofreciéndole su más encantadora sonrisa. Era un hombre joven que al parecer, sintió una chispa dentro de su ser al ver a tan hermosa jovencita.

"Busco al señor Takaishi"

"Si, sígame por favor."

Mimi siguió al extraño hasta el elevador y tuvo que suplicarle que no descuidara su trabajo para acompañarla hasta el décimo piso. Cuando las puertas se abrieron, salió y vio una fila de cuatro mujeres paradas afuera de la puerta con el número 1001. Una era una señora de avanzada edad, la segunda era una joven que se veía muy coqueta y las dos últimas eran mujeres normales de entre cuarenta y cincuenta años.

Al pararse tras la última, le pareció extraño que la fila avanzara tan rápido. Tras quince minutos, ya estaba esperando su turno para entrar.

"¡¿Qué acaso no hay alguna mujer que sirva para algo?!" Exclamó exasperado Yamato mientras se giraba en su silla y se sentaba de brazos cruzados frente a la ventana.

"El hecho de que tú hermano, no tengas muy buena suerte con las mujeres, no significa que las mujeres sean completas inútiles" precisó Takeru, hermano menor del hombre que por ahora se encontraba aburrido de tanta entrevista y que gastaba su tiempo enfocando su mirada en la hermosa vista de la bahía.

"Como sea… haz pasar a la otra. Quiero acabar rápido con esto."

"¿Es necesario seguir esta pauta?" preguntó Takeru agitando las cientos de hojas en el aire.

"Haz lo que quieras. A estas alturas no me interesa si me traes a una Britney Spears o a una momia ¡sólo quiere a alguien competente!"

Un suspiro ahogado escapó de los labios del menor mientras sus ojos giraban y su mente gritaba e imploraba por paciencia. A decir verdad, esto de buscar niñera cada tres a cuatro días era algo agotador.

"Shoko por favor, que pase la siguiente."

Transcurrieron unos cuantos segundos desde que él apretó el botón para comunicar a la secretaria hasta que vio como la manilla de la puerta giraba.

"Que sea la elegida" dijo en tono de suplica antes que la puerta se abriera.

"Por tu bien…" replicó el rubio mayor aún con su vista fija en la ventana.

"Ja ja-já que-"

"Disculpe" interrumpió una tercera voz, "¿aquí es la entrevista para… ser niñera?"

"Si" contestó Takeru con una amplia sonrisa. Parecía ser que sus plegarias habían sido escuchadas.

"¡Uff, menos mal! Por un momento pensé que me había equivocado de lugar."

Un gruñido algo grosero se oyó en la oficina y Mimi se dio cuenta que no eran sólo dos los que estaban en aquel lugar.

"Disculpe señor Takaishi… ¿hay alguien más?"

"Si… el que busca la niñera…"

"Ah… buenos días señor" saludó Mimi pero no recibió contestación alguna. Extrañada, volvió su cabeza y se encontró con la calida sonrisa del rubio menor.

"No te preocupes, es así. Ahora dime ¿cómo te llamas?"

"… Mimi Tachikawa señor"

"¿Edad?"

"Se… ¿se le pregunta eso a una dama?"

El joven sonrió y siguió escribiendo en la hoja que tenía como pauta.

"¿Me puedes decir el rango aproximado?"

"Veinticuatro."

Takeru la miró y luego sonrió.

"Mimi ¿tienes alguna experiencia previa con niños?"

"La verdad es que no mucha. De vez en cuando cuidaba los bebés de mis amigas, pero nunca he cuidado a niños más grandes."

"¿Te sientes capacitada para hacerlo?"

"Si"

"Te veo muy segura. Eso me gusta."

"Gracias"

"Mimi ¿sabes hacer alguna labor doméstica?"

"Pues en mi casa yo hago toda la limpieza y además cocino"

"Pero… cosas comestibles ¿no cierto?"

Mimi no pudo evitar reír al ver la cara del joven.

"Si, cosas comestibles. De hecho estudié gastronomía y pastelería"

"Ah que bien"

Una tos -que se notaba fingida- indicó a Takeru que debía proceder con la segunda parte de la entrevista.

Él cogió una foto y se la extendió a Mimi. "Dime qué ves. ¡Pero por favor que no sea el típico "tres niños y una niña"!"

Mimi sonrió y miró la foto. Efectivamente en ella se podía apreciar a un niñito como de cuatro años, una joven como de catorce y dos hombres, uno como de veinte y el otro como de veinticinco, que por cierto, eran muy guapos.

"Veo que de los cuatro, uno es usted ¿verdad?"

"Si, que más"

"Mmm… que usted es el único que realmente parece estar disfrutando en aquel lugar"

"¿Por qué lo dices?"

Mimi apartó su mirada y se enfocó en los azules ojos del joven. "Disculpe yo-"

"No, está bien, sigue por favor. Dime lo que ves."

"Me extraña mucho que el pequeño no sonría… y la niña… no sé es algo extraño, como que no quiere saber nada del mundo. Usted se ve que quiere alegrar el ambiente y pasarlo bien mientras que el otro hombre… es totalmente diferente y ajeno a la situación."

"…"

"Disculpe señor yo… realmente no quise-"

"Mimi"

"¿Si?"

"¿Estarías dispuesta a cuidara a esos niños?"

"Si, por su puesto"

Takeru sonrió y caminó hacia la ventana. Mimi pudo ver como hablaba con el hombre que aún no podía ver. Tras unos segundos, Takeru volvió con una gran sonrisa y le cogió la mano.

"Mimi Tachikawa, bienvenida a la familia. A partir de hoy serás la niñera de mis hermanos pequeños y vivirás en la casa de mi hermano mayor."

"¡¿Enserio?!"

"Si" contestó el joven antes que Mimi se le lanzara encima para abrazarlo.

"¿Y cuándo conoceré a su hermano?"

"Mmm… creo que pronto"

Con una sonrisa estampada en el rostro, Mimi se separó del joven para abrir sus ojos e hipnotizarse por el hombre que se apoyaba de brazos cruzados sobre el respaldo de la silla. Era un rubio alto, de cuerpo formado con los ojos más azules que había visto en su vida. Aunque él se paraba serio e indiferente, igual pudo recoger una muy buena imagen de tan agraciado hombre.

"Mimi, te presento a mi hermano… Yamato Ishida"

"¡Ya-Yamato I-shi… Ishida? … ¿El-?"

Takeru sonrió a la confusa expresión de la chica. "Sí Mimi, Yamato es director de SBS Tv. Vivirás con él así que desde ya te pido que le tengas mucha paciencia… es un hombre difícil."

Mimi asintió con su cabeza porque sentía que debía hacerlo pero la verdad es que escuchó muy poco de lo que Takeru dijo. Lo único en lo que podía pensar, era que pasaría algún tiempo viviendo en la casa de uno de los hombres más guapos y ricos de la ciudad…

Yamato Ishida... el sueño de cualquier mujer...


En el siguiente capítulo:

Mimi llegará a su nuevo hogar y conocerá a los dos niños que tendrá a su cargo: Sui, una rebelde y gótica quinceañera y Keishi, un callado pero inteligente niño de 6 años. Si bien ambos se pueden ver como criaturas indefensas, no dudarán en poner a prueba a la nueva niñera. Pero... ¿podrán lograrlo?

Por otro lado, aprenderá que Yamato no es realmente quien pensaba que era... Definitivamente no es el tipo que sonríe calidamente en las portadas de periódicos y revistas... Se llevará una gran sorpresa al ver como no sólo la ignora a ella por completo sino que también, cómo es de duro y estricto con sus hermanos.


¡Holi! Una nueva historia... ¡algún día terminaré las otras jejeje!
¿Me dejan algún comentario? Por favor que no sea el típico "actualiza pronto" necesito algo con más contenido :'(

A si, otra cosita :) Esta historia nace luego de que ví un k-drama llamado "Witch Yoo Hee". La trama no es igual pero hay muchas cosas que se le parecerán. De hecho adaptaré algunas cositas a personajes y a situaciones, pero todo el resto será obra de mi imaginación :p. Por favor no vayan a creer que es otra versión de Floricienta o Floribella porque no será así. Si bien se podrá ver como tal, en el fondo no lo será.

Gracias por leer ;)
Nos vemos!