Debían haberse dado cuenta.

Sí, deberían, al fin y al cabo, eran vampiros, deberían detectar cosas como esas, ¿No?

Pero no, no lo hicieron.

Al ver la cara de ilusión de la rubia al conseguir una nueva "amiga", no pudieron llevarle la contraria o burlarse de ella.

Y aunque lo hicieran, ella no mostraba signos de molestia.

Y la dejaron.

Porque, ¿qué podría pasar?

No podía salir nada mal, exceptuando que Yui le dijera a la chica de su condición, y estaban seguros de que ella no diría nada, sobre todo por su propio bienestar y el de su nueva compañera.

Pero, nunca, jamás, esperaron eso.

Si bien la chica no era especialmente tímida o callada, más bien todo lo contrario, les tomó a todos con sorpresa.

Extrovertida, escandalosa, pervertida, todo lo contrario a Yui, sin embargo era muy cercana a ella, casi demasiado.

Esa... Mujer, si se le puede llamar así, es Tomoe Misaki. De pelo largo azulado y ojos vivaces y perspicaces, sabía como irritar a los hermanos de manera profesional, tanto a los Sakamaki como a los Mukami.

Maldito el día en el que esa joven entró por esas puertas en su clase, con la petición de ser llevaba al aula de informática.

Maldito el profesor que se atrevió a inculcarle esa tarea de mostrarle el camino a Komori.

Y, por supuesto, maldita la humana que se mostró tan receptiva con la recién llegada a la preparatoria.

¿Por qué pasó todo esto?

Todavía resonaban en los oídos de los trillizos las palabras de la declaración de ese insecto de nombre Tomoe.

"Yo poseeré a Yu-chan...

...Porque la amo~"

En ese entonces no le dieron más importancia que una simple complicidad de amigas íntimas, pero... No, era más que eso.

Se dieron de bruces con la realidad cuando vieron esa escena.

Era un día normal.

Ayato y Tomoe se encontraban teniendo una de sus disputas matutinas, como todos los días.

Yui intentaba calmarlos, temerosa de la reacción del vampiro si se enojaba demasiado.

A demás, estaban en medio del aula de arte, siendo vistos por demasiados alumnos y, a parte de eso, algunos vampiros.

Según Yui contaba, ahí de encontraba: Laito, quien miraba divertido a la pareja y sus gritos; Kanato, quien charlaba amenamente y con una mueca en su cara con Teddy; Subaru, quien miraba molesto la pelea; Kou, el cual estaba rodeado de sus fans histéricas pidiendo autógrafos; Ruki, el que "leía" un libro de biología, aunque en realidad miraba de reojo la disputa del pelirrojo y la humana; y, por ultimo, Yuma, que reía ante los gestos infantiles de ambos adolescentes.

Todo se sobrepasó cuando Ayato exclamó eso.

-"¡No puedes acercarte tanto a Chichinasi, ya que ella es de Ore-sama!"- E hizo una sonrisa arrogante.

En una situación normal, Tomoe le hubiese ignorado o gritado que la rubia no era propiedad de nadie, pero, en vez de eso, la humana adoptó una pose egocéntrica y defensiva, con un rostro serio, que hizo que todas las miradas de los estudiantes se giraran hacia ellos.

-"¿Ah sí?"- Preguntó con una sonrisa tranquila.- "Si piensas eso, ¡mira esto!".-

Entonces, se dió la vuelta, tomo a una nerviosa Yui por el antebrazo e hizo que sus labios se juntaran en un breve y delicado beso.

Hubiese ido más lejos que un simple toque de labios, pero no quería que su "amiga" pasase más vergüenza de la necesaria, por mucho que anhelase marcar el territorio como suyo.

Después de separar sus labios y sujetar a una Yui muy sonrojada y en shock, miró al pelirrojo con una pizca de malicia.

-"Yo lo dije."- Acarició la mejilla de su ahora objetivo.- "Yo amo a Yu-chan".-

Por esto, no deberían haber bajado tanto la guardia.

¿Y ahora, qué?


Novela yuri para la familia Dialover~ Sólo que esta vez me gusta marcar mis propias normas êwê