Beyblade no me pertenece...


"Entre la mente y el descanso hay un límite con la realidad"


-oO08( De Descanso y Ronroneo )80Oo-

Por Kiray Himawari

Capítulo I ¿Aceptó?

Los entrenamientos siempre eran lo mismo: Levantarse a las seis de la mañana, tomar una ducha para despertar enteramente, tomar el desayuno e iniciar el calentamiento a las siete treinta para comenzar con el entrenamiento a las ocho en punto. Ciertamente estaban hartos de la situación. Su capitán parecía no tener idea de lo que significaba descanso, ni parecía tener noción de lo que significaban las vacaciones, siempre era lo mismo.

Desde que se reunieron para formar el equipo, y luego de saber que Kai era el capitán, las vacaciones habían perdido todo significado de descanso y diversión, así como de tiempo recreativo. Llevaban tres años juntos y en las próximas vacaciones, entiéndase enteramente las próximas vacaciones, se llevaría a cabo el cuarto torneo mundial. Sin embargo a estas alturas, faltando cinco meses para las próximas vacaciones, Kai ya se estaba dando a la tarea de iniciar un entrenamiento adecuado.

No es que el chico esté mal con querer entrenar, pero vaya, que ni siquiera les dio una semana de descanso. El primer sábado libre apareció a las seis de la mañana intentando levantarlos. Fue una guerra de insultos, aunque al final logró su cometido. A las ocho en punto Takao comenzaba sus ejercicios de lanzamiento.

Había pasado una semana ya de eso y los chicos, entiéndase Takao, Max, Kyo y Rei, ya estaban concertando una reunión para poder hablar con su capitán para que los dejar en paz en este corto periodo vacacional que comprendía tan sólo tres semanas de descanso. Era viernes y sabían que su capitán llegaría por la tarde, no estaba justo en ese momento sólo porque el Sr. Dickenson lo había mandado llamar para una reunión concerniente al nuevo torneo en puerta.

Discutieron una promedio de dos horas para llegar a la conclusión, ya bien sabida, de que su capitán debía dejarlos descansar al menos la semana siguiente o la última, sólo necesitaban eso, un respiro. No estaban muy seguros del cómo iba a reaccionar, pero seriamente necesitaban un descanso. Ahora sólo les quedaba esperar a que volviera Kai de la reunión, estaban totalmente decididos.

-o-

Kai caminaba de vuelta al Dojo, estaba enfermo de esa reunión ¿quién puede disfrutar de dos horas de discusión sobre las conferencias de prensa?, ¿eso qué tenía que ver con el entrenamiento o, bien, con el deporte en sí? ¡Nada! Precisamente por eso estaba molesto. Ansiaba llegar y reanudar el entrenamiento detenido, sí, deseaba desahogar su frustración con más entrenamiento.

El bicolor no era del tipo de personas que para liberar tensión descansan, toman un paseo tranquilo y relajante, no, él era de esos que necesitan hacer algo hasta desfallecer para poder cerrar los ojos en la noche y dormir medianamente en paz. Suspiraba y renegaba una y otra vez en frustración, deseaba ser como esas personas normales que sólo cierran los ojos, suspiran y duermen un rato para reponer energía.

Cerró los ojos momentáneamente mientras pasaba por el último callejón a tres cuadras del Dojo. Cuando su mirada regresó al camino se topó con una bella criaturita de perfectos ojos amarillos y fino pelaje color negro. Sus pequeñas y puntiagudas orejas levantadas anunciado su atención, sus bigotes moviéndose al son del aire y su rabo moviéndose esponjadamente de un lado a otro, sí, un pequeño felino delante de él.

Parpadeó un poco confundido. Olvidaba que en ese callejón regularmente se encontraba con pequeñas figuras como ésa. Se arrodilló para acariciar su delicada cabecita. El gato se dejó querer y ronroneó un par de veces. Sí, era obvio que a Kai le gustaban los gatos, su equipo lo sabía, por lo que decidió llevarse al pequeño felino al Dojo, después de todo el animalito llevaba allí tres días consecutivos y su corta edad, que calculaba de unos tres meses, no le iba a dar la oportunidad de sobrevivir mucho tiempo en la calle sin cariño, sí, sin cariño, Kai le iba a ofrecer cariño.

Levantó a la criatura y retomó su camino al Dojo. Mientras avanzaba pensaba en la vida de los gatos. Era una vida salvaje, libre, sin ataduras ni prejuicios, eso era algo que le encantaba de los gatos. Además los gatos eran animales que así como necesitaban cariño y cuidado eran criaturas que lograban sobrevivir sin el cuidado exagerado de alguien, podían cuidarse y protegerse por sí solos. Además parecían siempre relajados, descansaban pasivamente, pero se defendían peligrosamente. A su perspectiva, los gatos eran el balance perfecto entre libertad y dependencia, tranquilidad y adrenalina. Sí, definitivamente admiraba a los gatos.

Entraba casi al Dojo cuando dejó escapar un suspiro, deseaba una vida de gato.

-o-

Escucharon el sonido de la puerta corrediza y eso solamente significaba el arribo de su capitán, suspiraron y le dieron ánimos al elegido para abogar por su situación.

Kai entró sin decir nada. Todos lo miraron un tanto confundidos. En sus brazos el bicolor traía consigo un gato negro de ojos amarillos. El felino parecía disfrutar de la compañía porque ronroneaba sonoramente mientras Kai pasaba sus dedos cerca de sus lindas y puntiagudas orejas. Ya no les sorprendía eso, con él era el tercer gato que llegaba al Dojo. Sí, a Kai parecían gustarle los gatos y no lo escondía, por el contrario se había tomado la molestia de llevarlos a Dojo, alimentarlos una semana y encontrarles un hogar apropiado. Sí, a Kai le preocupaba el bienestar de los gatos.

Lo vieron dirigirse a la cocina y servirle un poco de leche al animalito, luego lo levantó de nuevo y se dirigió a su habitación, era claro que no iba a hablar con nadie, pero necesitaban resolver esa situación y, sinceramente, iban a colapsar. Rei suspiró y se hizo camino a la habitación del bicolor. Tocó tímidamente y escuchó los pasos de su amigo al aproximarse. Tomó un semblante serio y comenzó.

Kai escuchó atentamente cada una de las palabras que el chino le dirigía. En su mente inició una revolución de sentimientos de furia mezclados con cierto grado de comprensión. Hasta cierto punto estaba consciente de lo que sus compañeros decían, es decir, sabía que para sus compañeros de equipo el ritmo que él les imponía no era de su agrado, quizá era por su falta de ejercicio durante sus vidas pasadas, no los podía culpar por ello.

Lo que sí hacía que hirviera por dentro es que ni siquiera mostraban un gramo de esfuerzo por lograr un ritmo junto con él. Y es que, para Kai, el ritmo de entrenamiento era totalmente lento, podría asegurar que aburrido, vaya, es que tuvo que reducir casi en un noventa por ciento sus actividades normales de entrenamiento (entiéndase normal para BIOVOLT) para lograr algo significativo en su equipo.

Entrecerró los ojos en un esfuerzo por no gritar ni saltar para arrancarle la cabeza a su compañero frente a sí. Cerró los ojos mientras respiraba contando hasta cien. Su cabeza daba vueltas en intento por liberar el enojo. Largó un suspiro. "Bien" fue toda su respuesta. Enseguida dio vuelta y cerró la puerta de su habitación.

Rei estaba totalmente sorprendido por la reacción de su capitán. En cuanto vio cómo su contrario entrecerraba los ojos su sentido de peligro se activó enviándole señales para que corriera, claro que su mente intentó hacerlo, sólo que sus piernas no respondieron satisfactoriamente. Luego de unos minutos de perplejidad frente a la puerta que hacía un rato había temido tocar, giró en dirección contraria y caminó a paso lento hasta llegar con los otros.

-o-

Max estaba mordiéndose las uñas en señal de su nerviosismo, si Rei no aparecía en los siguientes cinco minutos comenzaría con las uñas de Takao… El cuerpo se le heló en un segundo, Takao lo inspeccionaba de arriba abajo en busca de alguna lesión grave o en espera de llamar a una ambulancia, mientras que a Kyo le recorrió un temblor en la espina dorsal. Todos soportaron la respiración desde que vieron al chino aparecer por el pasillo hasta que tomó asiento a su lado.

Sin poder más Takao inició el interrogatorio…

— ¿Y? —

Parpadeó unas cuantas veces antes de responder.

— Aceptó. —

— ¿Aceptó? — el chico asentó con la cabeza — ¿Así nada más? ¿Sin protestar, sin gritar, sin reclamar por nuestra pereza? —

El chino volvió a asentar.

— ¿Estás seguro que aceptó sin más? — intervino Max.

— Sí — finalmente habló.

— Quizá por fin se dio cuenta de que él también necesita un poco de descanso, digo, después de todo son vacaciones para él también — dedujo el jefe.

— Dudo mucho que eso haya ocurrido, quizá después de que hayamos descansado una semana nos haga entrenar como si no hubiera un mañana, ¿se imaginan si eso ocurre? —

En la mente de todos apareció un Kai sádico sonriendo, quizá con un látigo ordenando continuar y continuar entrenando hasta que todos hayan colapsado de fatiga y cansancio. Ahora que tenían la autorización para descansar ya no parecía tan buena idea. ¿Qué iba a pasar después de esa semana? ¿Habría tortura la próxima vez? ¿Sobrevivirían a esa semana de angustia de no saber lo que pasará después?

Todos soltaron un respiro, ahora solamente les quedaba esperar.

-o-


Una disculpa enorme por el retraso con mis otras historias, no puedo ayudar mucho, sólo puedo decir que estoy trabajando en ellas. Simplemente no pude resistirme con este experimento. Es una rara mezcla de humor y hurt/comfort... Espero sea de su agrado.

Dudas, comentarios, sugerencias, ideas, etc. ¡Bienvenidos!

Gracias de antemano por sus lecturas