Mi 21 cumpleaños

"-Llámame en tu 21 cumpleaños."

Han pasado tres años después que de dijera esto. En ese momento, yo acababa de descubrir mi homosexualidad.

Había una gran diferencia entre los dos. Él ya había experimentado todo lo necesario; yo, sentía ansia por probar todo aquello que me había negado durante tantos años, disimulando delante todo el mundo.

El problema de ser un personaje popular es la falta de vida privada. Eres un ejemplo para mucha gente, no puedes decir que eres gay. Tienes miedo de qué dirán.

Yo pensaba así hasta que lo conocí a él. Fue el organizador de mi fiesta de compromiso con la mujer que tenía que ser mi esposa. Allí lo encontré, entre copas y canapés.

Des del primer momento lo admiré. Durante la fiesta, mis compañeros de equipo se rieron de él, por ser gay; yo, para disimular, reí con la broma. Él lo vio, vino hacía mí y me dejó las cosas claras, que si, que era gay y estaba orgulloso de él mismo. Fue un flechazo.

Cuándo vino a mi casa a cobrar el cheque, no me pude aguantar y me lancé. Entonces nos pasamos unos meses viéndonos a escondidas en un motel.

Finalmente, decidí decírselo a mi prometida, pensaba que me quería. Pero comprobé que no. Aunque, ¿quien se lo toma bien cuando está a punto de casarse con alguien y descubre que éste es gay?

Pero fue gracias a él que lo superé y decidí declarar públicamente lo que era. Sin miedo. Aunque aún tenía mis dudas, no hay ningún personaje popular que sea gay. Pero, pensé, puede que les pase como a mí, no se atreven a salir del armario. Así que fui a un programa deportivo y lo dije: soy gay. A partir de entonces, mi vida cambió completamente.

Fue entonces cuando se acabó mi tierno romance con aquel hombre que tanto quería. Yo era cómo un adolescente que acaba de cumplir dieciocho años y se siente libre en un nuevo mundo. Quería experimentar todo lo que me había perdido.

Así que él decidió dejarme disfrutar. Me dijo que le llamara en mi 21 cumpleaños.

Pues bien, mañana hará tres años que me lo dijo. Ya he probado todo lo que quería. Creo que ha llegado el momento. Voy a llamarlo.

-¿Emmet? Soy Drew, ¿te acuerdas de mí?

-Yo tampoco te olvidé.

-Mañana es mi 21 cumpleaños… ¿Te gustaría celebrarlo conmigo?

-De acuerdo, te recojo a las siete.

-Hasta mañana.