Disclaimer: Los personajes no son míos, les pertenecen a J.K Rowling
1. Secuestrando a Malfoy
- ¿Qué demo...? - no pudo terminar la oración porque una fina mano le había tapado la boca haciéndolo callar. Él alzó la mirada para mirar a quien fuera su secuestrador y se encontró cara a cara con la bruja de Gryffindor.
Claro, tenía que ser la estúpida Granger.
- ¿Qué estás intentando hacer dejando entrar a esos mortífagos al castillo? ¿Estás tratando de conseguir que todos mueran o qué? - decir que Hermione estaba enojada era quedarse corto. Ella estaba furiosa. Ese chico estaba causando muchos más problemas de lo que valía. Primero, había sido lo suficientemente estúpido como para permitir entrar a Hogwarts a esa maldita loca tía de él y a un peligroso hombre lobo, y en segundo lugar, ni siquiera parecía arrepentirse. Que ser humano tan despreciable. Ella lo miro enojada por su silencio cuando noto que no podía hablar incluso si quisiera debido a su mano. Sonrojada se apartó de él tratando de mantenerse lo más alejada posible de ese idiota.
- Bueno, muchas gracias por dejarme respirar - dijo sarcástico - de todos modos, la pregunta aquí es ¿Qué estás TU tratando de hacer secuestrándome? ¿Estás loca o qué?.
- No te estoy secuestrando. La única persona loca aquí eres tú, y no intentes evadir mi preguntar. Yo siempre supe que eras malo, llamándome por esos sobrenombres y la manera en que caminas por los pasillos creyendo que eres mejor que todos, pero ahora...lo que estás haciendo es simplemente cruel - no podía resistirlo, se estaba quebrando en frente de su enemigo. Que cosa tan inteligente. Si no hubiese estado tan perdida en sus propios pensamientos hubiese notado la mirada de arrepentimiento que por una milésima de segundo cruzaba por las facciones del rubio.
- ¿Quién te dio a ti el derecho de opinar sobre cosas de las cuales no tienes una puñetera idea, sangre sucia? - escupió el rubio sintiendo como la ira crecía por sus venas. Que maldita metiche era esa chica.
- ¡Deja de llamarme así , maldita sea! - gritó la castaña enojada. Incluso en situaciones como aquellas, él podía ingeniárselas para sacarla de sus casillas.
- Deja de ser una maldita metiche y déjame salir de este sitio asqueroso, entonces - contraatacó la serpiente.
- Oh si claro, adelante, ve y realiza cuales sean tus malévolos planes. Ve y mata algunas personas inocentes, ve, se un asesino - era casi una escena divertida considerando el echo de que ellos estaban allí, peleando, cuando allá afuera habían mortífagos tratando de hacer...sólo Merlin sabe que.
- Cállate - siseó el rubio volviendo sus manos en puños.
- No me digas que me calles, si realmente piensas que seré tan idiota como para dejarte ir, piensa de nuevo - dijo la gryffindor sintiéndose realmente orgullosa por actuar tan casual en frente de un mortífago. Pero la verdad es que por dentro estaba enloqueciendo, a parte del echo de que ella había, brillantemente, agarrado su varita antes de arrastrarlo a ese armario de escobas, ella estaba preocupada de que pudiese pegarle o algo por el estilo.
Draco siendo tan bueno en Legeremancia como lo era podía exactamente decir que estaba pensando, y se encontró a si mismo un poco herido.
¿Él? ¿golpear una mujer? Él no era esa escoria.
- Estás siendo idiota al quedarte aquí, conmigo ¿no? - se burló el rubio.
- Prefiero estar yo en riesgo que Dumbledore - dijo la leona antes de darse cuenta de lo que había dicho.
Oh, mierda. Tenía que venir yo y arruinar todo.
El rubio en frente de ella frunció el ceño preguntándose a si mismo como ella había manejado para descubrirlo. El pensaba que había sido cuidadoso.
- ¿Qué sabes? - preguntó el Slytherin todavía en shock.
- Nada que te importe - respondió la castaña con hostilidad. Que tonta era.
- Yo creo que si, porque es a mi a quien espiabas.
- Yo no te espiaba - dijo la chica ofendida. ¿Ella espiándolo? Si claro.
- Entonces ¿cómo explicas que tu sepas? - preguntó él impaciente.
- ¿Que yo se qué? - sabía que hacerse la tonta no ayudaría pero por lo menos ganaría tiempo para inventarse una excusa.
- Granger, realmente no se porque todos dicen que eres la bruja más inteligente de nuestra generación, porque no es verdad, estás comportándote como una estúpida. ¿Has olvidado que yo soy un mortífago y que por la misma razón me vi obligado a aprender todo tipo de magia oscura, como legeremancia? - aparentemente eso causo la reacción que esperaba, ya que cuando ella tembló, él sonrío satisfecho. No, ella no iba a dejar que él ganara. Ella pelearía con todo hasta el final.
- ¿Te das cuenta que me acabas de admitir que eres un mortífago? ¿y que si yo se lo digo a Dumbledore tu podrías estar expulsado del castillo antes de tener tiempo de decir "hipogrifo"? - involuntariamente había recordando el año en que Buckbeack iba a ser ejecutado
- Como si eso importara ahora, escucha Granger, esto es importante. No se cuanto sepas y en este momento no me importa, tú sólo tienes que entender que si no me dejas ir, Dumbledore será asesinado de todos modos pero por otra persona, no va a ser ninguna diferencia.
¿Cómo podía decir eso? ¿Estaba loco o qué? Por supuesto que habría diferencia. ¿Realmente no le importaba para nada matar gente? ¿Realmente era tan malo o sólo pretendía ser la persona que todos creían que era? ¿Estaba feliz por la tarea que le habían dado? Demasiadas preguntas estaban rondando por su cabeza y estaba comenzando a sentirse enferma.
Mucho por una noche - pensó ella con sarcasmo.
- ¡Claro que habría diferencia! - le gritó queriendo golpearlo o hacer algo que aliviara su rabia.
- Estúpidos griffindors y sus esperanzas, para Granger, soy un mortífago, tú eres una sangre sucia, vas a darme mi varita, dejarme salir de este lugar, y pretenderemos como si nada hubiese pasado.
Que descaro tiene este chico - pensó enojada.
- Si, seguro, como si yo fuera a hacer eso - fue su respuesta.
El rubio suspiro y masajeó sus sienes tratando de calmarse. ¿Por qué ella había decidido actuar como una valiente heroína justo ese día? ¿Por qué no antes o después?.
- Espera, si tú sabías... lo que sea que sepas, ¿por qué no me acusaste con el director? - preguntó él.
Ella se mordió la lengua para impedir decirle algo estúpido como "¿Quién crees que me lo dijo a mi?". Si, eso no sería de mucha ayuda.
- Yo no soy así - dijo.
- Oh claro que no, eres peor, amas el riesgo, y amas ser una metiche ¿verdad?.
- Cállate, cállate la puta boca - le gritó enojada.
¿Quién pensaría que la pequeña gryffindor pudiera decir tan malas palabras? - pensó él divertido.
- Puedo ver que estás enojada por algo ¿qué podría ser? - pregunto sarcástico.
- Para Malfoy, eres un completo idiota, tú sólo ibas a matarlo ¿no?. Para ti, nadie importa excepto tú mismo, estúpido mortífago - en el mismo momento en que lo dijo supo que iba a tener graves problemas. La expresión del rubio era de puro odio, y cuando él se le acercó ella retrocedió nerviosa. ¿Iba a golpearla?.
- No se que clase de monstruo crees que soy, pero yo no caería tan bajo como para golpear a una mujer, sin importa que seas tú, así que para de temerme, sin mi varita no soy una amenaza para ti. Tú por otro lado, tienes dos varitas, cuidado mujer - dijo él sentándose en el frío suelo. Por la ruta de los eventos, podría jurar que esa noche no iba a ir a ningún lado.
Ella se estaba comenzando a sentir culpable, y no debería. Era Malfoy después de todo. El hijo de Lucius Malfoy, un mortífago en potencia, odiaba a los nacidos de muggle, un cretino, ¿pero porqué se estaba sintiendo tan culpable por pensar que Malfoy la podría golpear?.
Él estaba cansando, preocupado y con rabia. Se estaba comenzando a cansar de comportarse tan bien con Granger, en cualquier otro momento él estuviera gritándole, haciéndola sentir incómoda, pero ahorita no tenía las ganas. Él no debía estar allí, encerrado en un armario de escobas con la sangre sucia. Él debería estar en la Torre de Astronomía tratando de matar al director. Protegiendo a su familia. Ahora que él no estaba allí, estaba completamente seguro de que el señor tenebroso estaría muy enojada y temía por el bien de su madre. Estúpida y metiche Gryffindor. Si no fuera por ella, todo estaría yendo de acuerdo al plan.
- Supongo que tú brillante plan es encerrarme aquí hasta que todo termine ¿cierto? - preguntó burlonamente.
Si, no había sido uno de sus más brillantes planes, pero ella había actuado movida por la adrenalina. Todo había pasado muy rápido.
- ¿Qué otra cosa puedo hacer? - preguntó ella.
- Mantenerte alejada de esto, quizá - respondió él venenosamente.
- Tú ibas a matar a Dumbledore, ¿y estás esperando que no haga nada? ¿Qué te ocurre?.
- No es de tu incumbencia - dijo la serpiente fríamente.
- ¡Si, lo es! - respondió ella incrédula - Él es mi, nuestro director, él es la esperanza de millones de estudiantes, es una buena persona, él no se merece morir y mucho menos por tu culpa.
Viendo que el chico no pretendía seguir hablando, ella suspiró y comenzó a recordar los últimos acontecimientos. Todo era un caos. Parte de ella le decía que mientras ella estaba allí tratando de salvar el pellejo de ese niño mimado, Dumbledore estaba en algún lado tratando de lidiar con los mortífagos, o peor aún, muerto. Ella no se podría perdonar a si misma si ese era el caso. Ella no podía simplemente salir y tratar de luchar contra los mortífagos, además del hecho de que pelear sola sería como un suicido, ella tenía que ser fiel a la promesa que le había hecho a Dumbledore. No podía interferir una vez todo haya empezado.
Tenía que encontrar un modo de ayudar a su director y al castillo, ella no podía simplemente "mantenerse alejada" de todo, mucho menos sabiendo todas las cosas que sabía. Estaba comenzando a cansarse de actuar relajada, por dentro estaba hecha un desastre, se estaba quebrando. Para una chica de tan sólo 16 años de edad, tenía demasiada presión en los hombros, justo como Harry. De repente comenzó a sentir como el reloj colgando de su cuello comenzaba a hacerse más pesado.
Estúpido reloj.
Ese podría ser una solución pero no estaba muy segura de que el reloj podría realmente funcionar. ¿Qué pasaría si se quedaba estancada en alguna época? ¿Qué si nunca tenía la oportunidad de volver? ¿Qué si...?
Había muchos pro y contras. Si usaba el reloj podría salvar a un montón de gente, pero podría alterar la realidad. Era tan peligroso, pero al mismo tiempo, era su única solución.
Dumbledore le había dicho que usara el reloj en el "momento preciso" ¿pero cuando era eso?. Estaba comenzando a hiperventilar. Estaba en un callejón sin salida, y empezaba a sentir que todo el mundo mágico estaba en sus manos.
El rubio la miraba de reojo preguntándose a si mismo si por fin la leona se había vuelto loca.
Su principal obstáculo en esos momentos para usar el reloj era Malfoy. ¿Que podía hacer con él?, no podía simplemente dejarlo allí atrapado por quien sabe cuanto tiempo. Ella no era tan mala.
- Ok Malfoy, no te voy a pedir que me perdones, porque tú me has hecho demasiadas cosas malas, y peores, pero...lo siento por dejarte aquí - dijo habiendo tomado una decisión.
El slytherin la miró tratando de descifrar de que hablaba. Abrió los ojos como platos al ver que la figura de la castaña comenzaba a desvanecerse luego de haber tomado el reloj que colgaba de su cuello.
En Hogwarts no se puede desaparecer - pensó él. Y sin pensarlo dos veces se agarró de su brazo y todo se puso negro.
Este es mi nuevo proyecto, espero que les guste. Realmente tengo unas cuantas ideas para él. Pero si en este primer capítulo no recibo ni un sólo review lo dejó así, ya este fic lo había subido en ingles, y ni un sólo review. Entiendo que mi ingles no es perfecto, pero para mi, la idea está bastante original, porque no es solamente un giratiempo más, es mucho más, pronto lo verán.
Este fic contiene otra pareja principal, Tom/Myrtle. Espero sus reviews.
