Hola chicos! Cómo estáis?

Yo muy emocionada porque ya no queda nada para que podamos ver nuevos capítulos de Arrow!

Y no sé si será por eso o no, pero no he podido evitar escribir algo.

En principio es un one shot completo, aunque tengo intención de ir añadiendo más (que inspiración no me falta, al menos de momento =P). Eso sí, sin relación entre ellos.

Mi idea es que cada entrega esté basada en una cita famosa o un refrán que os pondré al principio. Así, además, podréis haceros una idea de sobre qué trata ese capítulo.

Este en concreto empieza justo donde acabó el último capítulo - el 2x09 - así que si no lo has visto quizá haya algún spoiler.

Y por favor, si usas parte de tu tiempo en leer esto, gasta un poquito más en dejarme un comentario con tu opinión, vale? Te estaré muy agradecida!

Allá vamos... Espero que os guste.

Y no lo olvidéis, cuando estéis aburridos, coged unos papeles y vuestro boli favorito y disfrutad escribiendo!

Título: Gracias

Personajes: Oliver Q., John D. y Felicity S.

Calificación: T (ver al final para más notas)

Spoilers: 2x09 - Tres fantasmas

"Si usted no confía en sus ayudantes y no deja que sepan lo que está ocurriendo, ellos sentirán que usted no los considera realmente como socios." ~ Sam Walton


Felicity cogió la máscara que Oliver le estaba tendiendo y con una sonrisa en su rostro se la colocó con cuidado. Barry había hecho un gran trabajo, se le ajustaba perfectamente.

- ¿Cómo estoy? - Le preguntó Oliver con cierta vacilación en su voz.

- Pareces un héroe. - Afirmó ella.

Él se colocó la capucha mientras las palabras de Felicity se repetían en su mente sin cesar. La seguridad con la que lo había dicho, el orgullo, la firme creencia en sus palabras. "Un héroe"… Era la segunda vez en esa noche que alguien lo llamaba así.

Las palabras de Tommy habían calado hondo en él: "Ya sé que te llamé asesino, pero no lo eres. Tú eres un héroe." Una leve sonrisa asomó a sus labios, y de pronto, sintió una sacudida en su estómago, tenía las rodillas débiles y tuvo que agarrarse a la mesa para no caer.

Slade estaba de nuevo frente a él, mirándolo con odio, en silencio. Y sin embargo, Oliver podía oírlo perfectamente. Apenas habían pasado unas pocas horas desde su anterior visita, y sus palabras resonaban en sus oídos de forma dolorosa: "Tú no eres un héroe, ni un amigo, ni un hermano… No eres nada."

Pestañeó varias veces hasta que Slade desapareció. En su lugar se encontró a una preocupada Felicity.

- Oliver… Oliver, ¿puedes oírme?

Fue a acariciar su mejilla, pero en cuanto lo rozó él saltó, como si lo hubiese quemado.

- Hey, Oliver, ¿qué pasa hombre? - Pregunto Diggle, comenzando a preocuparse.

Oliver retrocedió un par de pasos. Su rostro era una mezcla de confusión, miedo y culpa. Sin decir una sola palabra, dio media vuelta y salió corriendo, tirando la máscara sin preocuparse de dónde caía.

- ¡Oliver! ¡Oliver vuelve! - Lo llamaron a gritos, pero él hizo caso omiso.

- ¿Qué ha sido eso? - Preguntó Felicity, mientras recogía la máscara y la hacía girar entre sus dedos.

- Creo que no todos sus fantasmas han desaparecido.

- ¿Todos? ¿Qué quieres decir con "todos"? Pensaba que sólo había visto a… Shado. - Dijo sin poder ocultar el dolor que le había supuesto descubrir que había estado con ella en la isla.

- Antes me ha dicho que también ha visto a un tal Slade Wilson. Estuvo con él en Lian Yu. No sé lo que pasó, pero Oliver se culpa de sus muertes.

- ¿Y a quién crees que ha visto esta vez?

- Podría haber sido a cualquiera de ellos, o a alguien más… Quién sabe…

- Y como todo, no nos lo dirá hasta que no se vea obligado a ello. Sé que no le resulta fácil hablar de lo que le pasó en la isla, pero luego él es el primero que quería que Sara le contase lo que le había pasado y… Ya sé que al no haber pasado por nada parecido no podré entenderle, pero algún día tiene que hablar sobre ello, desahogarse... O todo eso que lleva dentro acabará por consumirlo…

- Dale tiempo Felicity… Algún día estará preparado. Cuando vuelves a casa tras estar en un lugar donde te has visto obligado a luchar… A matar… No es fácil hablar sobre ello. Temes que te juzguen, que te rechacen… Yo tenía a mi hermano, y a Lyla; pero ellos habían vivido esas experiencias conmigo, así que nos apoyamos mutuamente. Pero cuando Oliver volvió, no tenía a nadie.

- ¡Tenía a su familia! Tenía a su madre y a Thea, ¡y te tenía a ti!

- La verdad es que Oliver y yo no empezamos con muy buen pie… Y en cuanto a su familia… Sí, estaban ahí, pero ellas esperaban al viejo Oliver, y él ya no es ese hombre. Además tenía una misión que cumplir, y pensó que cuanto menos supiesen más seguras estarían. Así que decidió no decirles nada. Ni a ellas, ni a Tommy, ni a nadie. De alguna manera, tuvo que enfrentar su vuelta a casa él solo. Se acostumbró a llevar todo el peso sobre sus hombros, a guardar secretos, a fingir ser quien no es. Y cuando llevas un tiempo haciendo eso, cuando has hecho todo lo posible por dejar tu pasado atrás, por guardarlo en un lugar al que nadie pueda llegar… Estás tan cerrado en ti mismo que es difícil dejar que alguien entre, que sepa lo que has hecho, lo que has sufrido, lo mucho que aun duele.

- Y lo entiendo, pero eso no evita que quiera ayudarlo… Y la verdad… A veces me pregunto qué somos para él. - Dijo con tristeza. - Quiero decir, ya sé que somos sus amigos John, nos deja ver su verdadero "yo", y confía en nosotros como en nadie más…

- ¿Pero?

- Pero no sé si es porque se ve obligado a ello o porque realmente nos considera sus amigos.

- ¿Obligado? - Le preguntó extrañado.

- Sí… Bueno, a ti te habían envenenado, así que, ¿qué otra opción le quedaba? Y cuando me dijo quién era, su madre le había disparado y estaba desangrándose… Tampoco es que tuviese mucho donde elegir… Así que sí… A veces me pregunto qué somos para él.


Oliver no había ido lejos. Tan pronto como salió a la calle y el frío aire nocturno se coló en sus pulmones se sintió mejor. Se había apoyado en la pared, dejándose caer hasta estar sentado en el frío suelo, con la capucha bajada y los ojos cerrados con fuerza.

Había salido— No, había huido de la guarida porque necesitaba aire, se decía. Pero la realidad era que necesitaba estar solo.

No entendía lo que estaba pasando. Se sentía extremadamente perdido, y no sabía qué hacer. Hacía unos pocos minutos que le había dicho a Diggle que sus fantasmas habían desaparecido. Pero entonces, ¿por qué había vuelto a ver a Slade?

Tommy le había dicho que no se culpara de su muerte, que era un héroe… Y por un momento, le había creído. Shado por su parte le había pedido que dejase de luchar y viviese… Que no sería capaz de parar lo que estaba por venir. Se preguntó si tendría algo que ver con Slade.

- Pero eso no puede ser… Él está muerto. - Se dijo en voz alta.

- ¿Estás seguro, chico? - Le respondió alguien semioculto entre las sombras.

No necesitaba ver su cara para saber quién era. Reconoció la voz del australiano al instante, y su ropa tampoco dejaba lugar a dudas.

- Te vi morir. Dos veces.

- La primera vez sí que me mataste, al menos durante un rato. La segun—

- ¡Era la única manera de intentar salvarte! - Gritó intentando explicarse.

- La segunda, - siguió Slade como si no lo hubiese interrumpido - tan sólo creíste hacerlo.

- No me dejaste otra opción. - Murmuró con frustración.

- ¿Estás seguro? ¿Y entonces por qué te sientes tan culpable, chico?

- ¡Ibas a matarla! ¡No podía dejar que mataras a Sara! No podía dejar que la mataras Slade… ¡¿Slade?!

Oliver miró a un lado y a otro, pero él ya no estaba. Dejó escapar un largo suspiro y se levantó. Sin duda Diggle y Felicity estarían preguntándose por qué había huido de esa manera. Se merecían una explicación. Y tal vez había llegado el momento de contarles algunas cosas sobre la isla.

Introdujo la clave en el teclado numérico y entró, como siempre, sin hacer el menor ruido. Tanto fue así que ni Diggle ni Felicity lo sintieron entrar, por lo que pudo escuchar lo que ella estaba diciendo:

- …Tampoco es que tuviese mucho donde elegir… Así que sí… A veces me pregunto qué somos para él.

- Siento mucho oír eso. - Dijo Oliver con inusitada sinceridad.

- ¡Oliver! ¿Dónde estabas? ¿Por qué te has ido así? ¿Ha sido por lo que te he dicho? Si te ha molestado de verdad que no ha sido mi intención, pero es que para mí realmente parecías un héroe, y sé que tú no te ves así, pero...

- Felicity.

- Ya me callo. - Dijo mientras se sentaba en su silla, con la máscara aun en sus manos.

Oliver le dedicó una sonrisa. Hacía apenas unos instantes estaba dudando de si él los consideraba sus amigos y ahora estaba preocupada pensando que sus palabras eran la razón de su huída.

- Antes, cuando me has dicho que parecía un héroe… He visto a un viejo amigo - un escalofrío recorrió su espalda - y me ha recordado algunas cosas de la isla… Una vez me preguntaste si tenía alguna historia feliz… Esta tampoco lo es, pero creo que es hora de que comparta algunas cosas con vosotros… - Dijo mientras se sentaba en una de las sillas, con los codos apoyados en sus rodillas - La isla me enseñó muchas cosas, y no todas fueron buenas.

Diggle y Felicity se miraron sorprendidos, pero se mantuvieron en silencio. Sabían que a Oliver le resultaba complicado hablar de la isla, y cuando lo hacía, era mejor no interrumpirlo. El guardaespaldas se apoyó en la mesa con los brazos cruzados, a la espera de que Oliver continuase.

- Me enseñó que la amistad es algo que pueden usar en tu contra. La primera vez que me torturaron fue para averiguar dónde estaba Yao Fei. Él fue la primera persona que conocí en la isla, y el padre de Shado. Ella también estaba retenida, así que tuvo que jugar un doble juego para poder salvarnos a los dos. Consiguió enviarme al fuselaje del avión que visteis. Allí estaba Slade Wilson. Él me entrenó y me enseñó a luchar. El día que conseguimos liberar a Shado, fue el mismo día que mataron a Yao Fei; y una vez más, usaron el amor de un padre y la amistad en nuestra contra… Shado también me enseñó algunos movimientos, pero sobre todo, me enseñó a usar el arco. Formábamos un buen equipo. Slade era el guerrero, yo el aprendiz y Shado… Ella era la voz de la cordura, la calma, la que nos mantenía unidos… A pesar de que la vida en la isla no era fácil, disfrutábamos de algunos buenos momentos cuando, por unos minutos, olvidábamos que querían matarnos.

Felicity lo miró con una media sonrisa. Era la primera vez que le oía decir algo bueno sobre la isla, aunque fuera casi de pasada.

- Un día sufrimos un ataque y me capturaron. Cuando desperté, estaba encerrado en una celda dentro de un barco al mando del Doctor Ivo. Ahí fue donde vi a Sara por primera vez tras el naufragio; era algo así como su protegida… No sé cómo, pero descubrieron quién era yo en realidad y que Sara y yo nos conocíamos. Supongo que no muchos barcos naufragan en esa zona… El caso es que sabían que yo no estaba sólo en la isla, y se valieron de Sara para engañarme y descubrir dónde estaban escondidos mis amigos. Al día siguiente volvimos a la isla. Querían matarlos antes de buscar el Mirakuru. Slade y Shado consiguieron rescatarme, y también a Sara. Al final conseguimos llegar hasta el submarino donde estaba el suero, sin saber que Ivo y sus hombres nos seguían. Slade estaba muy malherido, y si no hacíamos nada… Cada vez estaba peor… Encontramos el suero en uno de los armarios, pero no había ningún tipo de sedante. No nos quedó otra opción. Le inyecté el suero, pero no sirvió de nada… Murió de todas formas… O al menos, eso pensamos entonces.

- ¿Qué quieres decir con eso? - Preguntó Felicity sin poder contenerse.

- Ahora os lo explico… El caso es que Ivo llegó con sus hombres y nos sacaron de allí a la fuerza. Y de pronto, no sé cómo… me vi obligado a elegir. - Dijo sin poder ocultar el dolor que le causaban aquellos recuerdos. - Sara y Shado estaban de rodillas frente a mí, Ivo les apuntaba con una pistola… Y me dijo que tenía que decidir quién de las dos debía vivir o morirían las dos. Yo… Yo no podía… Simplemente no podía hacer esa elección…

Felicity lloraba en silencio, preguntándose cómo había sido capaz de superar tanto sufrimiento. Diggle le dio un apretón en el hombro a Oliver, haciéndole saber que estaban ahí, apoyándole, diciéndole en silencio que podía tomarse un respiro si lo necesitaba.

- No podía elegir, así que hice lo único que se me ocurrió. Le supliqué por sus vidas, le pedí que me matase a mí en su lugar. Pero Ivo ignoró mis súplicas, repitiéndome que si no elegía a ninguna morirían las dos. Cuando el tiempo se acabó apuntó directamente a Sara, y sin pensarlo me puse en medio, dispuesto a recibir su bala. Pero Ivo pensó que la había elegido a ella, y antes de que supiese lo que había pasado, Shado estaba en el suelo… Murió pensando que yo había elegido a Sara.

En este punto, Oliver no pudo evitar que un par de solitarias lágrimas escaparan de sus ojos. Nunca podría quitarse de encima la culpa de su muerte.

- Y de pronto oímos gritos y golpes… Era Slade.

- ¿Pero no estaba muerto? - Preguntó Diggle, intentando entender.

- Eso pensábamos todos. Pero parece que el suero tiene ese efecto… Ivo fue el único que consiguió escapar. Y cuando Slade vio a Shado… Él la amaba tanto… aunque ella nunca le correspondió. Juró que se lo haría pagar a su asesino. Sara le dijo que había sido Ivo, pero no tardó en descubrir lo que había pasado. Creo que mis pesadillas le ayudaron bastante en eso. Había jurado venganza, y Slade es un hombre de palabra.

- Él… ¿Intentó matarte? - Preguntó Felicity horrorizada.

- Ojalá… Él… Él intentó matar a Sara.

- Pero… Pero eso no tiene sentido…

- Para él sí. Quería que sufriese lo mismo que él había sufrido, así que esa era la mejor manera.

- ¿Lo consiguió? Quiero decir, ya sé que Sara no murió en la isla, pero tú realmente pensabas que estaba muerta así que…

- No lo sé.

- ¿Qué quiere decir que no lo sabes, Oliver? - A Diggle no le gustaba interrumpirlo, pero había momentos en los que era necesario.

- Intenté hacerle entrar en razón, explicarle lo que había pasado… Pero no escuchaba. Al final no nos quedó otra opción que enfrentarnos a él. Aun dudo que fuese una buena idea… Tanto Sara como yo acabamos bastante malparados. Ella estaba en el suelo, llena de sangre… muerta, o eso creí entonces. Yo estaba en las últimas y Slade parecía invencible. Nunca antes me había enfrentado a nadie que hubiese sido inyectado con Mirakuru. Los golpes parecían no afectarle, así que cogí el arco y las flechas y comencé a disparar. No lo paraban, pero sí que lo frenaban un poco… Hasta que una de las flechas le dio en el ojo. Lo que pasó después… No lo recuerdo bien. Yo estaba muy cansado, y mareado… Todo me daba vueltas… Lo oí gritar y de pronto ya no estaba. No sé cómo, pero acabó cayendo por un precipicio. Era él o yo… Pero aun así… Yo lo maté… Maté a mi amigo… ¡A mi amigo! - Suspiró - Su grito es lo último recuerdo. Después me desmayé.

Felicity ya no intentaba disimular sus lágrimas. La historia de Oliver era demasiado dolorosa como para ello.

- Yao Fei, Shado y Sara murieron por mi culpa. A Slade lo maté yo. Estaba sólo en la isla y lo único que me quedaba era la culpa. Eso era lo único en lo que podía pensar cuando me desperté. No me atreví a mirar el cuerpo de Sara. Me levanté como pude y me dirigí al precipicio por el que había caído Slade. No tenía nada que perder. Estaba seguro que mi familia me daba por muerto y que nunca podría salir de aquella isla. No me veía capaz de vivir con la culpa así que me acerqué al borde y… me dejé caer. El golpe contra el agua fue… Sólo recuerdo el dolor… De alguna manera la marea me arrastró hasta una playa. Cuando desperté otra vez, me di cuenta de que era el sitio exacto al que llegue por primera vez a la isla. No sé cómo ni por qué viví tras la caída, o cómo tan sólo me rompí algunos huesos. Pero pensé que debía haber alguna razón, algún motivo por el que había sobrevivido una vez más. Así que me dije que tenía que ser fuerte, que tenía que luchar y encontrar la manera de salir de allí, para, algún día, cumplir la promesa que le había hecho a mi padre. Conseguí llegar a la cueva donde viví con Yao Fei, y pasé allí la mayor parte del tiempo hasta que me curé lo suficiente como para ir a buscar el cuerpo de Sara. No lo encontré. Entonces pensé que alguna tormenta se lo habría llevado… Ahora supongo que en algún momento despertó y al no verme dedujo que yo había muerto. No lo sé…

- ¿Y el cuerpo de Slade? ¿Lo encontraste?

- No… Pero al haber caído al mar… Era casi imposible que sobreviviera… Si lo hizo, no volvió a la isla… Al igual que Sara… No sé cómo consiguió salir, pero desde ese día y hasta que fui rescatado por unos pescadores fui la única persona en todo Lian Yu.

Los tres permanecieron un rato en silencio. Diggle y Felicity asimilando todo lo que les acaba de contar, y Oliver intentando buscar las palabras para expresar lo que les quería decir.

- Sí… Hice amigos allí… Buenos amigos… Pero eso no trajo consigo más que un montón de sufrimiento… Por eso me resulta tan difícil Felicity. Todas las personas que se acercan demasiado a mí se ponen en peligro… Acaban heridas… o muertas. Esa lista ya es demasiado larga… No quiero… No puedo añadir más nombres. Vosotros dos sois muy importantes, y no sólo por lo que hacemos aquí. Por supuesto que os considero mis amigos, mis únicos amigos, y yo… - Abrió y cerró la boca varias veces, sin saber cómo continuar - No se me dan bien estas cosas… - Añadió con frustración.

Oliver quería explicarles que tenía miedo de demostrarles lo mucho que los necesitaba, lo mucho que los quería… Y que al mismo tiempo, le aterraba que alguien lo descubriese. La amistad es un arma poderosa… Él lo sabía de primera mano, lo habían utilizado más de una vez en su contra, y no quería volver a pasar por lo mismo. Quería explicarles todo eso, que entendieran su forma de actuar, pero no encontraba las palabras. Y aun así, de alguna manera, ellos supieron lo que estaba pensando. Pudo verlo en la mirada que le dio Diggle… Pudo sentirlo en el abrazo de Felicity.

- Gracias…

Fue lo único y lo más perfecto que Oliver pudo decir. Era una palabra que encerraba en sí misma muchísimo significado, que tanto Dig como Felicity supieron entender.


Bueno, qué me decís? Os ha gustado? Dejadme saber lo que pensáis porfi! Gracias!

Tengo unas cuantas ideas para las próximas entregas, pero si hay alguna frase célebre o refrán sobre el que te gustaría que escribiese, sólo házmelo saber. Se aceptan sugerencias! ;-)

Una última cosilla, la calificación "T" se la he puesto por la mención del intento de suicidio. Quizá sea algo exagerado, pero como se suele decir, "más vale prevenir que curar".

Hasta la próxima entrega... Que lo paséis bien!