Slam Dunk Fanfic
Sin nombre (por ahora XD)
(Advertencia: este fic contiene algunas escenas shonen ai (relación hombre- hombre) que pueden afectar la sensibilidad de algunas personas. Quedan Avisados!)(pero igual es lindo!! ^ ^.)(Tb contiene escenas de sexo!)
By: Yumi Rukawa Diciembre 2001
____________________________________________________________________________ ___________
-Que noche más bonita, ne?"-.
Rukawa miró al par de ojos distraídos que se apoyaban en su hombro. Era una noche muy fría, y el incansable brillo de la luna llena bañaba cada banco de la solitaria plaza. Poca gente solía pasearse por allí a esas horas de la noche, y él mismo no estaba muy seguro aún de qué hacía en ese banco de plaza junto a aquella persona que lo tenía tan extrañamente confundido.
-Mirá, mirá las estrellas, Kae-kun! Son hermosas!-.
Kae-kun… nunca nadie se había animado a llamarlo por su primer nombre, mucho menos ponerle un apodo. Ni siquiera en su familia le trataban con tanta familiaridad… quizá esa era la razón por la que en ese momento, al sentir la cabeza de esa persona recostada en su hombro y el calor de su pequeño cuerpo mezclarse con el propio, pudo sentir otra vez esa dulce sensación crecerle en el pecho. Tan agradable y a la vez aterradora…
-"Antes de que mi hermano muriera, recuerdo que él siempre se sentaba a mirar las estrellas diciendo que mamá seguramente nos estaría mirando desde algún lugar en el cielo… eso me reconfortaba mucho, de alguna forma…-.
Rukawa no contestó ninguno de sus comentarios. Simplemente le dejaba hablar; siempre, desde aquel lejano día en el que se habían conocido estos dos perfectos extraños, él había encontrado muy curioso el peculiar acento que tenía y su forma tan distintiva de hablar, de referirse a su persona. Su voz imparable le hacía olvidarse del mundo y vivir ese momento, esa fantasía imposible y esa locura ciega que lentamente iba tomando forma en su corazón.
-…y me trataba como si fuese un niñito… a mí! Como un nene! Podés creerlo? El colmo, qué molesto era! Una vez…-ésta vez era igual. Hablaría de sus cosas sin siquiera molestarse por ver si él le escuchaba. Simplemente hablaba, como si las palabras se le escaparan insistentemente de los labios sin darle un respiro. Él no ponía atención en lo que decía, tan solo escuchaba el vago eco de su voz y el ardor que éste le producía en el pecho.
-Nee, vos tenés hermanos, Kae-kun??- despegó su cabeza del hombro de Rukawa y lo miró con curiosidad buscando en sus ojos algún tipo de respuesta, pero solo vio sus seriedad habitual. Quizá esta vez tampoco le respondería…
-No… y ya es tarde, mejor vamos-.
-………qué aburrido sos! Acompañáme un rato más, no me quiero volver solo!- .
Lo volvió a mirar insistentemente con una cara de enfado que le quedaba muy graciosa. No parecía disponerse a dejar que ese muchacho tan lindo le dejara ahí sin compañía, por lo que antes de que éste pudiera pararse lo agarró con ambas manos de un brazo y lo hizo sentarse otra vez.
-Daaaaaaaaaale!! No seas malo!!-.
-Mañana hay entrenamiento temprano-el comentario, si bien no tenía malas intenciones, solo logró aumentar el enfado en sus mejillas bronceadas.
-Siempre pensando en eso, vos! Que nunca te dedicás a descansar?!-.
Viendo que no iba a poder convencer a los ojos azules de quedarse un rato más, le soltó el brazo y se volvió a sentar en el banco, cruzando sus delgadas piernas y brazos, con cierta carga de molestia. O más bien capricho. Así como estaba, con su enfado y todo, bajo el resplandor de la profunda luna y la campera negra que tanto le gustaba de Rukawa sobre sus hombros, se veía como un muchacho normal y cualquiera. El pelo corto, de un marrón tosco y brillante, le caía sobre la cara y orejas, pero sus enormes ojos se dejaban ver con su característica negrura y su cara redonda le daba un toque infantil a su expresión. Sus mejillas femeninas aún conservaban un viejo bronceado y sus labios brillaban con la misma intensidad que la luna llena. No había nada en su sola imagen que no recordara a un muchacho cualquiera…
Rukawa se levantó lentamente y tras dar media vuelta para emprender el camino a casa dio una última mirada a la persona sentada en ese banco de plaza.
-Claro, total, al final yo me olvidaba que vos preferís ir bien a tu estúpido entrenamiento y dejarme acá tirado para que venga un tipo grande y feo y me mate!!-.
En ese momento, de haber sido de otra forma, Rukawa seguramente se hubiera reído de la obvia exageración de su acompañante, pero él no era de los que se reían con tanta facilidad. Además, quería salir de ese lugar lo antes posible, irse a su casa, encerrarse en su habitación, alejarse de las tiernas mejillas bronceadas y de ese ardor en el pecho que lo estaban volviendo loco. Al contemplarle, sin embargo, y oír sus reproches sin sentido, sintió una enorme necesidad de abrazarle y expresarle realmente cuanto le importaba, de hacerle saber lo que estaba sintiendo en aquel momento, quizá de sus labios saliera una explicación lógica para toda esa incómoda situación por la que estaba pasando…. Pero no, no podía seguir pensando en ello; era el momento de concentrarse en su única pasión: el básquet. Las clasificaciones para el torneo Inoue se acercaban rápidamente y Shohoku definitivamente tenía que entrar.
-Ya, vámonos-.
Sin cambiar su semblante enojado, se paró y se acercó hacia el apuesto muchacho. Una vez detrás suyo largó un largo suspiro, y resignándose se dispuso a permitir que Rukawa le acompañara hasta su casa. Inconscientemente lo tomó de un brazo y le mostró una gran sonrisa repentina, como si todo su enojo se hubiera escapado junto con el suspiro. Había recuperado su ánimo habitual, después de todo Kae-kun había hecho suficiente con acompañarle hasta ahí.
-Bueno, igual no puedo dejar que te vayas solo porque tengo que devolverte tu campera y hace mucho frío como para sacármela… además alguien tiene que cuidarte a vos de que no te quedes dormido acá en la calle, no?-.
Siguió con su sonrisa burlona mientras lo miraba con picardía. Ambos caminaban con lentitud a pesar del frío, pero las ocasionales brisas casi congeladas los obligaban a acelerar el paso… y a acercarse cada vez más. Rukawa, por su parte no prestó atención al frío; él estaba sumido en sus pensamientos, que lo transportaron unas semanas antes a una cálida tarde de Marzo en el gimnasio de la secundaria Shohoku…
***
Capítulo 1 "Llegada"
Era una tarde común y corriente en la secundaria Shohoku, y en el gimnasio de la misma los miembros del club de básquet empezaban uno de sus tantos entrenamientos. Todos pensaron que ese sería un día más como todos los otros, pero éste se venía con sorpresas…
La noticia llegó con un grupo de estudiantes de la secundaria Seiryuu, los miembros del equipo de básquet de dicha secundaria para ser precisos, que, según explicó el profesor Anzai, estarían entrenando en Shohoku las siguientes semanas.
-El gimnasio de Seiryuu quedó destruido tras un reciente terremoto por lo que he invitado al club de básquet del mismo a que entrenen aquí con nosotros. Las clasificaciones se acercan y todos deben entrenar muy duro. Y creo que la compañía del equipo de Seiryuu les será de mucha ayuda a todos ustedes, muchachos, ya lo verán-.
En esos momentos Rukawa no se imaginó el impacto que tendría ese visita del equipo vecino a su vida. Él solo se limitó a escuchar y asentir indiferentemente con la cabeza… tan solo esperaba que los miembros de Seiryuu no fueran tan estúpidos o engreídos como sus actuales compañeros…
Dos o tres días atrás, en una conocida escuela del estado de Kanagawa, el club de básquet de la secundaria Seiryuu estaba deliberando el futuro de su equipo. Su problema era que solo tenían 6 jugadores de los cuales la estrella, Hideyoshi Nakata, se encontraba lesionado en el hospital. Sin un mínimo de 6 jugadores no podrían entran en las clasificatorias para el torneo Inoue, por lo que necesitaban encontrar urgentemente un jugador extra. Touya Kouji, el vice capitán, por su parte, ya tenía planeada una solución para el problema, pero ésta obligaba a los miembros de Seiryuu a correr ciertos… riesgos…
-Pero, Touya, estás seguro que funcionará…?-el capitán del equipo, Fuuma Niigata, miraba preocupado a su compañero. Ésta era su última oportunidad de entrar en un torneo tan importante como el Inoue, por lo que no quería perderla.
-Tanto como que me llamo Touya Kouji… ella me debe bastante dinero así que supongo que no se negará. Tú preocúpate por explicarle al supervisor el asunto que yo arreglaré mis cuentas con ella, Fuuma…-.
-Si, pero… no sé, es muy riesgoso, francamente no creo que una chica acepte hacer una cosa así…-.
-Je-Touya miró con confianza a su capitán, -es porque tú no la conoces en lo más mínimo-.
Se alejó con una sonrisa inusual en el rostro. Era un muchacho alto, apuesto y atlético, de cabello marrón rojizo y unos ojos verdes que dejaban parada a cuanta chica se los clavaba (y algún que otro chico también ^o^U), sin embargo, era un sujeto callado y serio, aunque más de una vez se ponía cargoso como todo adolescente de 17 años suele hacer. Tan extraño como resultaba el hecho que este chico no tuviera novia aún también resultaba extraño su querido amigo con el cual pasaba aproximadamente 20 de las 24 horas del día (básicamente esas 4 horas restantes las usaban para dormir, en caso de que uno no se encontrara durmiendo en la casa del otro o viceversa). Akito Masami era el cuarto miembro del equipo de básquet, pero él no era exactamente un miembro permanente sino que hacía apariciones esporádicas cuando Touya se lo pedía. Era un chico más bien dulce, pequeño. Su cabello era rubio pálido, tirando un poco a gris y tenía los ojos más hermosos de toda la secundaria; dorados y siempre con una ternura que lo caracterizaba. En su rostro siempre había una sonrisa inmutable, acompañado de una gentileza única y un carácter muy pasivo. Era una persona muy dulce y querida por todos, además de un excelente deportista, aunque no era tan alto ni grande como Touya. Tampoco tenía novia… todos pensaba que no debía haber una chica en toda la secundaria que estuviera a su alcance, ellos dos juntos se veían simplemente perfectos.
Luego estaba Seki Tomokazu, el tirador del equipo, aunque era el más sumiso de todos se había convertido en una importante parte del equipo. Era un muchacho impulsivo pero lleno de confianza y energía. El último integrante del equipo era un chico un poco más cabeza dura de pésima reputación. A pesar de que no era realmente malo, siempre vivía causando problemas y no era de llevarse muy bien con las demás personas. Su nombre era Hikaru Midorikawa, tenía 15 años y estaba en 1er año.
Ninguno de los integrantes de Shohoku mostró mucho interés en la noticia, excepto uno de sus miembros más recientes; Hanamichi Sakuragi, quien estaba ansioso por saber con quienes estaría compartiendo los siguientes entrenamientos y a ver si es que en otras escuelas existían los tensai como él (aunque más bien creía que debía ser el único, ya que es imposible que aparezcan dos en una misma ciudad, eso sería un milagro muy poco probable.) Quizá hasta podría encontrarle una pareja al zorro para que Haruko se olvidara de él… quien sabe, Rukawa no tenía novia ni mostraba interés alguno por las mujeres… la vida da sorpresas, ne? A lo mejor habría otro zorro con quien podría corretear por ahí… (Hanamichi no es conocido en la vida por ser demasiado coherente =_=.)
La puerta del gimnasio se abrió y entraron 5 jóvenes de los cuales había tres muy altos y uno que por alguna razón no dejaba de sonreír. El último era de mediana estatura y tenía el cabello negro con reflejos ligeramente violetas. El muchacho de pelo marrón-rojizo, por alguna otra razón, se veía muy molesto.
-Ju~~~~~~ssu!-dijeron los miembros de Shohoku al unísono.
-Estos son los miembros de Seiryuu, por favor, trátenlos con respeto. Ahora los dejaré para que entrenen-.
Al principio hubo un gran silencio, nadie se atrevía a hablar o a hacer nada. No se escuchaba más que los molestos suspiros de Touya Kouji que seguía esperando a alguien que parecía no llegar.
-Cuando agarre a ese chico, lo voy a matar, me las va a pagar!!-.
-Calma, To-ya, ya llegará, debe de haberse retrasado…-.
Ambos capitanes se acercaron entonces a conocerse y presentar a los respectivos jugadores, pero antes que ninguno de ellos dos pudiera decir nada, se escucho la puerta corrediza del gimnasio deslizarse a velocidad ultrasónica, dando aparición a un chico que, a igual velocidad, jadeando y con un aire de preocupación y disculpa, entró al gimnasio y corrió hasta donde Touya y compañía estaban.
-Gomennnnnnnnnnnnnnnnn, senpai!!!! haa No podía Haa dar con la calle…! haa Perdón!!-su voz femenina sonaba cansada, como si en un suspiro hubiera corrido las 20 cuadras que separaba a Seiryuu de Shohoku. Era sin duda el más extraño de todos los nuevos integrantes. Demasiado bajo y pequeño para ser jugador de básquet, de seguro no llegaba al metro sesenta y tenía un físico extremadamente femenino; piernas largas, delgadas, hombros pequeños… incluso en su rostro, lo que lo hacía ver más como un niño. Su corto cabello marrón caía sobre su cara, sus ojos eran grades y negros… debía ser extranjero, seguro.
Se apoyó sobre sus rodillas, inclinando todo su torso, respirando con agitación. Se veía algo preocupado, pero sin darle mucha importancia.
-Tarde!! Te he dicho que salieras antes para llegar puntual y has llegado MEDIA HORA TARDE!-.
-Me perdí!-.
-Te he dado un mapa y todo, y aún así te has perdido!! Dios, no tienes remedio o qué?!-.
-Bueno, perdóooooooooooon!!!!-.
Touya pasó su brazo por detrás de la nuca del muchacho y lo llevo hacia su cuerpo al tiempo que éste ponía una cara de sorpresa.
-Escucha, y escucha BIEN, ya sabes lo que tienes que hacer, si? No metas la pata, recuerda ser discreto, es solo un mes, hasta que Nakata se recupere, has entendido? Yo sé que tú puedes aprender a jugar básquet moderadamente bien en cuestión de días, así que ponle todo tu esfuerzo y no me decepciones. Después de eso tu cuenta estará saldada, entendido?-.
Al chico no hicieron más que salirle lágrimas de los ojos y una cara de felicidad radiante.
-??!! ¡¿¿Por qué estás llorando??!-.
-Ah… no puedo creerlo, lo único que tengo que hacer es rebotar una pelotita… y se salda mi cuenta… que bueno, voy a poder almorzar decentemente toda la semana… ah…-.
-………. ¬_¬ lo que sea, tan solo actúa NORMAL, si?-.
-Dalo por hecho-una enorme sonrisa asomó la cara del joven mientras los dos equipos formaban en el centro del gimnasio.
Cada jugador, por orden, tendría que presentarse, decir su nombre y todo eso para poder empezar de una vez por todas con el entrenamiento. Los primeros, por lógica, fueron los capitanes. Akagi comenzó por ser el "anfitrión", y pronto le tocó el turno a Niigata.
-Soy Niigata Fuuma, tengo 18 años y soy el capitán del equipo, esperamos nos causarles problemas y estamos muy agradecidos de poder estar aquí con ustedes-.
El siguiente en la fila era Tomokazu.
-Soy Tomokazu Seki, tengo 15 años y voy en 1er año. Mi posición es la de tirador-.
-Mi nombre es Midorikawa Hikaru… tengo 15 años, espero que no me estorben…- su presentación fue interrumpida por Niigata que le dio un golpe seco y certero en la cabeza.
-Soy Masami Akito, tengo 16 años y voy en 2do año-dijo con una graaaan sonrisa.
-Kouji Touya, 17 años, también voy en 2do año-.
-Estem, bueno yo tengo 17 años, voy en 2do también y soy…….. -el muchacho hizo un alto en seco, como si no tuviera idea quien era. No creía que debía dar su verdadero nombre…
A un lado suyo, Touya entraba en pánico. Nadie le había dicho que nombre usaría, y su nombre REAL no era exactamente una opción… es que acaso estaría todo perdido antes de empezar?
-Osea,-siguió-yo sé cual es mi nombre, no me olvido de esas cosas, sería tonto… mi nombre…-.
El capitán pudo sentir un gran desastre caer sobre el equipo, por lo que recomendó que no hicieran caso ya que ese chico estaba medio loco y se presentaran los de Shohoku.
Luego de todo eso todos miraron fijamente al muchacho que seguía pensando en su nombre, extrañado.
"Doahou" se pudo escuchar desde el fondo, mientras Hanamichi Sakuragi se acercaba con cautela al chico que no dejaba de hablar para sí mismo.
-Mi nombre, claro…-de repente su cuerpo fino y delgado se tornó completamente superdeformed y con una cara de pánico y confusión dijo: -Seta! Soy Soujiro Seta!!-.
Todos los miembros de Seiryuu cayeron de espaldas al piso ante semejante estupidez. En ese momento Touya se paró rápidamente y se llevo a Seta a un rincón del gimnasio.
-SOUJIRO SETA??! QUE SE SUPONE QUE ES ESO?!-.
-Estem… lo leí en un manga! Es un chico muy simpático y rápido que…-.
-No me interesa!! No hagas esas cosas!-.
-Pero senpai, además de todo eso, es muy parecido a Akito-san, no le parece un nombre perfecto?? Si voy a entrar acá, es mejor que adopte una actitud diferente para que no me reconozcan, ne? Entonces pensé 'claro, Akito-san es perfecto y…-Touya no pudo evitar sonrojarse ante la mirada inocente de Seta. Seguro que se lo hacía a propósito.
-………ah, que diablos…………..Seta, eh?-el muchacho le sonrió. Exacto.
Por detrás de ellos se encontraba Hanamichi Sakuragi. Seta se sacó a Touya de encima como pudo, dejándolo mortificado y consolado por Akito, y se fue a curiosear a los jugadores. El primero que encontró, cuándo no, fue a Hanamichi que lo miraba muy sorprendido.
-Hola… Seta? Soy Sakuragi Hanamichi, q tal?-.
-Como decís, Michi?? Jajaja tenés el pelo rojo, que divertido!!-Hanamichi hizo caso omiso al comentario y se ofreció a presentarle a los demás jugadores, ya que era obvio que en la incansable búsqueda por su nombre no había oído nada más.
-Mira,-lo llevó con un muchacho alto, morocho y bien parecido. Tenía una pequeña cicatriz en la barbilla que Seta encontró, según sus propias palabras, 'KAWAII!', -este es Mitchi, bueno, Hisashi Mitsui, es un ex vándalo, antes venía al equipo a molestar pero siempre terminaba sangrando y lastimado-.
-Hisashi algo, ex vándalo, ajá. Ok, Ok-Seta repetía las palabras de Hanamichi mientras lo llevaba por todas partes. Siguieron con un chico más bien bajo, que tenía un arito en una oreja.
-Ryota Miyagi, pero dile Ryochin que suena mejor. Es el mejor defensa del estado! Además está enamorado de Ayako (esa chica de ahí con el abanico de papel) pero ella no quiere saber nada con él" (ese último comentario no dejó a Ryota muy contento que digamos)-.
-Ryochin, arito (muy fuera de moda, es de gay) (ese comentario no ayudó tampoco a mejorar el ánimo del defensa)-.
-Mira, ese grandote que está ahí es el capitán Gorila, y tiene un amigo que es un jefe orangután, ten cuidado con ellos porque tienen muy mal carácter. Y… allí está Megane-kun, el de los anteojos-.
-Ah, y… quien es él?-el solitario muchacho de cabellos negro carbón y fría mirada atrajo de sobremanera la atención de Seta. Definitivamente no era un chico normal.
-Ah, ese es solo un estúpido zorro dormilón que no sirve para nada, no le hagas caso…-pero Seta ya estaba corriendo felizmente como abeja a la miel hacia aquel muchacho. Una vez llegó cerca suyo puso sus manos detrás de su cuerpo y acercándole la cara lo más que pudo lo miró como un niño tratando de satisfacer su curiosidad.
-Ah, kakkoii! Y quién sos vos?-pero como respuesta recibió un silencio indiferente. El joven dio media vuelta y miró para otro lado ("baka…")-Oi!! No me des la espalda te hice una pregunta!!!-Seta no era de esas personas que dejan que la gente los ignore, y se había puesto muy molesto.
-Déjame, vete-.
-Grr! Zorro!! Contestáme!!-ya empezaba a salirle vapor por las orejas, hasta que Hanamichi se le acercó y le dio su respuesta.
-Olvídalo, ese zorro es más callado que las moscas… es Rukawa, Kaede Rukawa, no esperes que te hable mucho, te dije que solo es un zorro que le gusta lucirse-.
Un breve silencio bastó para que Seta procesara la información que le acababan de dar.
-Cómo decís? Rancagua??-de repente todos los presentes, excepto Seta y Rukawa, cayeron de espaldas al piso. Touya se había decidido por matar a Seta ni bien le sacaran los ojos de encima.
-Ah…-Rukawa suspiró exasperado-idiota…-.
Sin nombre (por ahora XD)
(Advertencia: este fic contiene algunas escenas shonen ai (relación hombre- hombre) que pueden afectar la sensibilidad de algunas personas. Quedan Avisados!)(pero igual es lindo!! ^ ^.)(Tb contiene escenas de sexo!)
By: Yumi Rukawa Diciembre 2001
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-Que noche más bonita, ne?"-.
Rukawa miró al par de ojos distraídos que se apoyaban en su hombro. Era una noche muy fría, y el incansable brillo de la luna llena bañaba cada banco de la solitaria plaza. Poca gente solía pasearse por allí a esas horas de la noche, y él mismo no estaba muy seguro aún de qué hacía en ese banco de plaza junto a aquella persona que lo tenía tan extrañamente confundido.
-Mirá, mirá las estrellas, Kae-kun! Son hermosas!-.
Kae-kun… nunca nadie se había animado a llamarlo por su primer nombre, mucho menos ponerle un apodo. Ni siquiera en su familia le trataban con tanta familiaridad… quizá esa era la razón por la que en ese momento, al sentir la cabeza de esa persona recostada en su hombro y el calor de su pequeño cuerpo mezclarse con el propio, pudo sentir otra vez esa dulce sensación crecerle en el pecho. Tan agradable y a la vez aterradora…
-"Antes de que mi hermano muriera, recuerdo que él siempre se sentaba a mirar las estrellas diciendo que mamá seguramente nos estaría mirando desde algún lugar en el cielo… eso me reconfortaba mucho, de alguna forma…-.
Rukawa no contestó ninguno de sus comentarios. Simplemente le dejaba hablar; siempre, desde aquel lejano día en el que se habían conocido estos dos perfectos extraños, él había encontrado muy curioso el peculiar acento que tenía y su forma tan distintiva de hablar, de referirse a su persona. Su voz imparable le hacía olvidarse del mundo y vivir ese momento, esa fantasía imposible y esa locura ciega que lentamente iba tomando forma en su corazón.
-…y me trataba como si fuese un niñito… a mí! Como un nene! Podés creerlo? El colmo, qué molesto era! Una vez…-ésta vez era igual. Hablaría de sus cosas sin siquiera molestarse por ver si él le escuchaba. Simplemente hablaba, como si las palabras se le escaparan insistentemente de los labios sin darle un respiro. Él no ponía atención en lo que decía, tan solo escuchaba el vago eco de su voz y el ardor que éste le producía en el pecho.
-Nee, vos tenés hermanos, Kae-kun??- despegó su cabeza del hombro de Rukawa y lo miró con curiosidad buscando en sus ojos algún tipo de respuesta, pero solo vio sus seriedad habitual. Quizá esta vez tampoco le respondería…
-No… y ya es tarde, mejor vamos-.
-………qué aburrido sos! Acompañáme un rato más, no me quiero volver solo!- .
Lo volvió a mirar insistentemente con una cara de enfado que le quedaba muy graciosa. No parecía disponerse a dejar que ese muchacho tan lindo le dejara ahí sin compañía, por lo que antes de que éste pudiera pararse lo agarró con ambas manos de un brazo y lo hizo sentarse otra vez.
-Daaaaaaaaaale!! No seas malo!!-.
-Mañana hay entrenamiento temprano-el comentario, si bien no tenía malas intenciones, solo logró aumentar el enfado en sus mejillas bronceadas.
-Siempre pensando en eso, vos! Que nunca te dedicás a descansar?!-.
Viendo que no iba a poder convencer a los ojos azules de quedarse un rato más, le soltó el brazo y se volvió a sentar en el banco, cruzando sus delgadas piernas y brazos, con cierta carga de molestia. O más bien capricho. Así como estaba, con su enfado y todo, bajo el resplandor de la profunda luna y la campera negra que tanto le gustaba de Rukawa sobre sus hombros, se veía como un muchacho normal y cualquiera. El pelo corto, de un marrón tosco y brillante, le caía sobre la cara y orejas, pero sus enormes ojos se dejaban ver con su característica negrura y su cara redonda le daba un toque infantil a su expresión. Sus mejillas femeninas aún conservaban un viejo bronceado y sus labios brillaban con la misma intensidad que la luna llena. No había nada en su sola imagen que no recordara a un muchacho cualquiera…
Rukawa se levantó lentamente y tras dar media vuelta para emprender el camino a casa dio una última mirada a la persona sentada en ese banco de plaza.
-Claro, total, al final yo me olvidaba que vos preferís ir bien a tu estúpido entrenamiento y dejarme acá tirado para que venga un tipo grande y feo y me mate!!-.
En ese momento, de haber sido de otra forma, Rukawa seguramente se hubiera reído de la obvia exageración de su acompañante, pero él no era de los que se reían con tanta facilidad. Además, quería salir de ese lugar lo antes posible, irse a su casa, encerrarse en su habitación, alejarse de las tiernas mejillas bronceadas y de ese ardor en el pecho que lo estaban volviendo loco. Al contemplarle, sin embargo, y oír sus reproches sin sentido, sintió una enorme necesidad de abrazarle y expresarle realmente cuanto le importaba, de hacerle saber lo que estaba sintiendo en aquel momento, quizá de sus labios saliera una explicación lógica para toda esa incómoda situación por la que estaba pasando…. Pero no, no podía seguir pensando en ello; era el momento de concentrarse en su única pasión: el básquet. Las clasificaciones para el torneo Inoue se acercaban rápidamente y Shohoku definitivamente tenía que entrar.
-Ya, vámonos-.
Sin cambiar su semblante enojado, se paró y se acercó hacia el apuesto muchacho. Una vez detrás suyo largó un largo suspiro, y resignándose se dispuso a permitir que Rukawa le acompañara hasta su casa. Inconscientemente lo tomó de un brazo y le mostró una gran sonrisa repentina, como si todo su enojo se hubiera escapado junto con el suspiro. Había recuperado su ánimo habitual, después de todo Kae-kun había hecho suficiente con acompañarle hasta ahí.
-Bueno, igual no puedo dejar que te vayas solo porque tengo que devolverte tu campera y hace mucho frío como para sacármela… además alguien tiene que cuidarte a vos de que no te quedes dormido acá en la calle, no?-.
Siguió con su sonrisa burlona mientras lo miraba con picardía. Ambos caminaban con lentitud a pesar del frío, pero las ocasionales brisas casi congeladas los obligaban a acelerar el paso… y a acercarse cada vez más. Rukawa, por su parte no prestó atención al frío; él estaba sumido en sus pensamientos, que lo transportaron unas semanas antes a una cálida tarde de Marzo en el gimnasio de la secundaria Shohoku…
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Capítulo 1 "Llegada"
Era una tarde común y corriente en la secundaria Shohoku, y en el gimnasio de la misma los miembros del club de básquet empezaban uno de sus tantos entrenamientos. Todos pensaron que ese sería un día más como todos los otros, pero éste se venía con sorpresas…
La noticia llegó con un grupo de estudiantes de la secundaria Seiryuu, los miembros del equipo de básquet de dicha secundaria para ser precisos, que, según explicó el profesor Anzai, estarían entrenando en Shohoku las siguientes semanas.
-El gimnasio de Seiryuu quedó destruido tras un reciente terremoto por lo que he invitado al club de básquet del mismo a que entrenen aquí con nosotros. Las clasificaciones se acercan y todos deben entrenar muy duro. Y creo que la compañía del equipo de Seiryuu les será de mucha ayuda a todos ustedes, muchachos, ya lo verán-.
En esos momentos Rukawa no se imaginó el impacto que tendría ese visita del equipo vecino a su vida. Él solo se limitó a escuchar y asentir indiferentemente con la cabeza… tan solo esperaba que los miembros de Seiryuu no fueran tan estúpidos o engreídos como sus actuales compañeros…
Dos o tres días atrás, en una conocida escuela del estado de Kanagawa, el club de básquet de la secundaria Seiryuu estaba deliberando el futuro de su equipo. Su problema era que solo tenían 6 jugadores de los cuales la estrella, Hideyoshi Nakata, se encontraba lesionado en el hospital. Sin un mínimo de 6 jugadores no podrían entran en las clasificatorias para el torneo Inoue, por lo que necesitaban encontrar urgentemente un jugador extra. Touya Kouji, el vice capitán, por su parte, ya tenía planeada una solución para el problema, pero ésta obligaba a los miembros de Seiryuu a correr ciertos… riesgos…
-Pero, Touya, estás seguro que funcionará…?-el capitán del equipo, Fuuma Niigata, miraba preocupado a su compañero. Ésta era su última oportunidad de entrar en un torneo tan importante como el Inoue, por lo que no quería perderla.
-Tanto como que me llamo Touya Kouji… ella me debe bastante dinero así que supongo que no se negará. Tú preocúpate por explicarle al supervisor el asunto que yo arreglaré mis cuentas con ella, Fuuma…-.
-Si, pero… no sé, es muy riesgoso, francamente no creo que una chica acepte hacer una cosa así…-.
-Je-Touya miró con confianza a su capitán, -es porque tú no la conoces en lo más mínimo-.
Se alejó con una sonrisa inusual en el rostro. Era un muchacho alto, apuesto y atlético, de cabello marrón rojizo y unos ojos verdes que dejaban parada a cuanta chica se los clavaba (y algún que otro chico también ^o^U), sin embargo, era un sujeto callado y serio, aunque más de una vez se ponía cargoso como todo adolescente de 17 años suele hacer. Tan extraño como resultaba el hecho que este chico no tuviera novia aún también resultaba extraño su querido amigo con el cual pasaba aproximadamente 20 de las 24 horas del día (básicamente esas 4 horas restantes las usaban para dormir, en caso de que uno no se encontrara durmiendo en la casa del otro o viceversa). Akito Masami era el cuarto miembro del equipo de básquet, pero él no era exactamente un miembro permanente sino que hacía apariciones esporádicas cuando Touya se lo pedía. Era un chico más bien dulce, pequeño. Su cabello era rubio pálido, tirando un poco a gris y tenía los ojos más hermosos de toda la secundaria; dorados y siempre con una ternura que lo caracterizaba. En su rostro siempre había una sonrisa inmutable, acompañado de una gentileza única y un carácter muy pasivo. Era una persona muy dulce y querida por todos, además de un excelente deportista, aunque no era tan alto ni grande como Touya. Tampoco tenía novia… todos pensaba que no debía haber una chica en toda la secundaria que estuviera a su alcance, ellos dos juntos se veían simplemente perfectos.
Luego estaba Seki Tomokazu, el tirador del equipo, aunque era el más sumiso de todos se había convertido en una importante parte del equipo. Era un muchacho impulsivo pero lleno de confianza y energía. El último integrante del equipo era un chico un poco más cabeza dura de pésima reputación. A pesar de que no era realmente malo, siempre vivía causando problemas y no era de llevarse muy bien con las demás personas. Su nombre era Hikaru Midorikawa, tenía 15 años y estaba en 1er año.
Ninguno de los integrantes de Shohoku mostró mucho interés en la noticia, excepto uno de sus miembros más recientes; Hanamichi Sakuragi, quien estaba ansioso por saber con quienes estaría compartiendo los siguientes entrenamientos y a ver si es que en otras escuelas existían los tensai como él (aunque más bien creía que debía ser el único, ya que es imposible que aparezcan dos en una misma ciudad, eso sería un milagro muy poco probable.) Quizá hasta podría encontrarle una pareja al zorro para que Haruko se olvidara de él… quien sabe, Rukawa no tenía novia ni mostraba interés alguno por las mujeres… la vida da sorpresas, ne? A lo mejor habría otro zorro con quien podría corretear por ahí… (Hanamichi no es conocido en la vida por ser demasiado coherente =_=.)
La puerta del gimnasio se abrió y entraron 5 jóvenes de los cuales había tres muy altos y uno que por alguna razón no dejaba de sonreír. El último era de mediana estatura y tenía el cabello negro con reflejos ligeramente violetas. El muchacho de pelo marrón-rojizo, por alguna otra razón, se veía muy molesto.
-Ju~~~~~~ssu!-dijeron los miembros de Shohoku al unísono.
-Estos son los miembros de Seiryuu, por favor, trátenlos con respeto. Ahora los dejaré para que entrenen-.
Al principio hubo un gran silencio, nadie se atrevía a hablar o a hacer nada. No se escuchaba más que los molestos suspiros de Touya Kouji que seguía esperando a alguien que parecía no llegar.
-Cuando agarre a ese chico, lo voy a matar, me las va a pagar!!-.
-Calma, To-ya, ya llegará, debe de haberse retrasado…-.
Ambos capitanes se acercaron entonces a conocerse y presentar a los respectivos jugadores, pero antes que ninguno de ellos dos pudiera decir nada, se escucho la puerta corrediza del gimnasio deslizarse a velocidad ultrasónica, dando aparición a un chico que, a igual velocidad, jadeando y con un aire de preocupación y disculpa, entró al gimnasio y corrió hasta donde Touya y compañía estaban.
-Gomennnnnnnnnnnnnnnnn, senpai!!!! haa No podía Haa dar con la calle…! haa Perdón!!-su voz femenina sonaba cansada, como si en un suspiro hubiera corrido las 20 cuadras que separaba a Seiryuu de Shohoku. Era sin duda el más extraño de todos los nuevos integrantes. Demasiado bajo y pequeño para ser jugador de básquet, de seguro no llegaba al metro sesenta y tenía un físico extremadamente femenino; piernas largas, delgadas, hombros pequeños… incluso en su rostro, lo que lo hacía ver más como un niño. Su corto cabello marrón caía sobre su cara, sus ojos eran grades y negros… debía ser extranjero, seguro.
Se apoyó sobre sus rodillas, inclinando todo su torso, respirando con agitación. Se veía algo preocupado, pero sin darle mucha importancia.
-Tarde!! Te he dicho que salieras antes para llegar puntual y has llegado MEDIA HORA TARDE!-.
-Me perdí!-.
-Te he dado un mapa y todo, y aún así te has perdido!! Dios, no tienes remedio o qué?!-.
-Bueno, perdóooooooooooon!!!!-.
Touya pasó su brazo por detrás de la nuca del muchacho y lo llevo hacia su cuerpo al tiempo que éste ponía una cara de sorpresa.
-Escucha, y escucha BIEN, ya sabes lo que tienes que hacer, si? No metas la pata, recuerda ser discreto, es solo un mes, hasta que Nakata se recupere, has entendido? Yo sé que tú puedes aprender a jugar básquet moderadamente bien en cuestión de días, así que ponle todo tu esfuerzo y no me decepciones. Después de eso tu cuenta estará saldada, entendido?-.
Al chico no hicieron más que salirle lágrimas de los ojos y una cara de felicidad radiante.
-??!! ¡¿¿Por qué estás llorando??!-.
-Ah… no puedo creerlo, lo único que tengo que hacer es rebotar una pelotita… y se salda mi cuenta… que bueno, voy a poder almorzar decentemente toda la semana… ah…-.
-………. ¬_¬ lo que sea, tan solo actúa NORMAL, si?-.
-Dalo por hecho-una enorme sonrisa asomó la cara del joven mientras los dos equipos formaban en el centro del gimnasio.
Cada jugador, por orden, tendría que presentarse, decir su nombre y todo eso para poder empezar de una vez por todas con el entrenamiento. Los primeros, por lógica, fueron los capitanes. Akagi comenzó por ser el "anfitrión", y pronto le tocó el turno a Niigata.
-Soy Niigata Fuuma, tengo 18 años y soy el capitán del equipo, esperamos nos causarles problemas y estamos muy agradecidos de poder estar aquí con ustedes-.
El siguiente en la fila era Tomokazu.
-Soy Tomokazu Seki, tengo 15 años y voy en 1er año. Mi posición es la de tirador-.
-Mi nombre es Midorikawa Hikaru… tengo 15 años, espero que no me estorben…- su presentación fue interrumpida por Niigata que le dio un golpe seco y certero en la cabeza.
-Soy Masami Akito, tengo 16 años y voy en 2do año-dijo con una graaaan sonrisa.
-Kouji Touya, 17 años, también voy en 2do año-.
-Estem, bueno yo tengo 17 años, voy en 2do también y soy…….. -el muchacho hizo un alto en seco, como si no tuviera idea quien era. No creía que debía dar su verdadero nombre…
A un lado suyo, Touya entraba en pánico. Nadie le había dicho que nombre usaría, y su nombre REAL no era exactamente una opción… es que acaso estaría todo perdido antes de empezar?
-Osea,-siguió-yo sé cual es mi nombre, no me olvido de esas cosas, sería tonto… mi nombre…-.
El capitán pudo sentir un gran desastre caer sobre el equipo, por lo que recomendó que no hicieran caso ya que ese chico estaba medio loco y se presentaran los de Shohoku.
Luego de todo eso todos miraron fijamente al muchacho que seguía pensando en su nombre, extrañado.
"Doahou" se pudo escuchar desde el fondo, mientras Hanamichi Sakuragi se acercaba con cautela al chico que no dejaba de hablar para sí mismo.
-Mi nombre, claro…-de repente su cuerpo fino y delgado se tornó completamente superdeformed y con una cara de pánico y confusión dijo: -Seta! Soy Soujiro Seta!!-.
Todos los miembros de Seiryuu cayeron de espaldas al piso ante semejante estupidez. En ese momento Touya se paró rápidamente y se llevo a Seta a un rincón del gimnasio.
-SOUJIRO SETA??! QUE SE SUPONE QUE ES ESO?!-.
-Estem… lo leí en un manga! Es un chico muy simpático y rápido que…-.
-No me interesa!! No hagas esas cosas!-.
-Pero senpai, además de todo eso, es muy parecido a Akito-san, no le parece un nombre perfecto?? Si voy a entrar acá, es mejor que adopte una actitud diferente para que no me reconozcan, ne? Entonces pensé 'claro, Akito-san es perfecto y…-Touya no pudo evitar sonrojarse ante la mirada inocente de Seta. Seguro que se lo hacía a propósito.
-………ah, que diablos…………..Seta, eh?-el muchacho le sonrió. Exacto.
Por detrás de ellos se encontraba Hanamichi Sakuragi. Seta se sacó a Touya de encima como pudo, dejándolo mortificado y consolado por Akito, y se fue a curiosear a los jugadores. El primero que encontró, cuándo no, fue a Hanamichi que lo miraba muy sorprendido.
-Hola… Seta? Soy Sakuragi Hanamichi, q tal?-.
-Como decís, Michi?? Jajaja tenés el pelo rojo, que divertido!!-Hanamichi hizo caso omiso al comentario y se ofreció a presentarle a los demás jugadores, ya que era obvio que en la incansable búsqueda por su nombre no había oído nada más.
-Mira,-lo llevó con un muchacho alto, morocho y bien parecido. Tenía una pequeña cicatriz en la barbilla que Seta encontró, según sus propias palabras, 'KAWAII!', -este es Mitchi, bueno, Hisashi Mitsui, es un ex vándalo, antes venía al equipo a molestar pero siempre terminaba sangrando y lastimado-.
-Hisashi algo, ex vándalo, ajá. Ok, Ok-Seta repetía las palabras de Hanamichi mientras lo llevaba por todas partes. Siguieron con un chico más bien bajo, que tenía un arito en una oreja.
-Ryota Miyagi, pero dile Ryochin que suena mejor. Es el mejor defensa del estado! Además está enamorado de Ayako (esa chica de ahí con el abanico de papel) pero ella no quiere saber nada con él" (ese último comentario no dejó a Ryota muy contento que digamos)-.
-Ryochin, arito (muy fuera de moda, es de gay) (ese comentario no ayudó tampoco a mejorar el ánimo del defensa)-.
-Mira, ese grandote que está ahí es el capitán Gorila, y tiene un amigo que es un jefe orangután, ten cuidado con ellos porque tienen muy mal carácter. Y… allí está Megane-kun, el de los anteojos-.
-Ah, y… quien es él?-el solitario muchacho de cabellos negro carbón y fría mirada atrajo de sobremanera la atención de Seta. Definitivamente no era un chico normal.
-Ah, ese es solo un estúpido zorro dormilón que no sirve para nada, no le hagas caso…-pero Seta ya estaba corriendo felizmente como abeja a la miel hacia aquel muchacho. Una vez llegó cerca suyo puso sus manos detrás de su cuerpo y acercándole la cara lo más que pudo lo miró como un niño tratando de satisfacer su curiosidad.
-Ah, kakkoii! Y quién sos vos?-pero como respuesta recibió un silencio indiferente. El joven dio media vuelta y miró para otro lado ("baka…")-Oi!! No me des la espalda te hice una pregunta!!!-Seta no era de esas personas que dejan que la gente los ignore, y se había puesto muy molesto.
-Déjame, vete-.
-Grr! Zorro!! Contestáme!!-ya empezaba a salirle vapor por las orejas, hasta que Hanamichi se le acercó y le dio su respuesta.
-Olvídalo, ese zorro es más callado que las moscas… es Rukawa, Kaede Rukawa, no esperes que te hable mucho, te dije que solo es un zorro que le gusta lucirse-.
Un breve silencio bastó para que Seta procesara la información que le acababan de dar.
-Cómo decís? Rancagua??-de repente todos los presentes, excepto Seta y Rukawa, cayeron de espaldas al piso. Touya se había decidido por matar a Seta ni bien le sacaran los ojos de encima.
-Ah…-Rukawa suspiró exasperado-idiota…-.
