Descargo de responsabilidad: Akatsuki no Yona pertenece a la maravillosa Kusanagi Mizuho.
Línea temporal: Tras el encuentro de Soo-Won y Yona en Awa.
Dedicado a cristianrey1980. Quizás no es lo que esperas, pero es lo que salió…
FUTUROS
Primero alcé la espada para matarte.
Luego no quise verte morir.
Pero no aparté la mirada. Endurecí mi corazón y oculté mis manos.
Te dejé huir. Con él.
No era ese el destino que tenía previsto para ti. Ni la muerte ni el exilio. Hubiera llorado contigo la ausencia de tu padre frente a la corte mientras me ceñía la corona contigo a mi lado. El linaje de Hiryuu se mostraría fuerte en la desgracia con la celebración de los esponsales de sus únicos descendientes vivos. Y el hijo del príncipe destronado y humillado legitimaría por medio del matrimonio su acceso al trono, reivindicando el derecho que le fue negado.
Te hubiera mantenido ignorante de todo. De la hipocresía de tu padre, de la miseria de este reino, de la podredumbre de mi corazón. Tú seguirías adornando tu cabello con las más hermosas joyas mientras yo limpiaba la hediondez que tu padre permitió sin mover un dedo. Lucirías las mejores sedas y yo reforzaría nuestras fronteras. Te seguirías acicalando frente al espejo y yo buscaría cómo llenar el vientre de los que pasan hambre. Dormirías feliz a mi lado y yo seguiría despierto pensando en cómo sanar este reino.
Pero en algún momento empezarías a hacer preguntas, Yona. Quizás no en un año, ni en dos. Pero las harías. Y yo, entonces, te llevaría a la sala de audiencias y te haría escuchar la verdad. La terrible verdad por boca de los que sufren bajo el gobierno de tu padre. Que fueran otros los que abrieran tus ojos. Que fueran otros los que destrozaran esa imagen perfecta que tienes del rey que no hizo nada por su pueblo. Otros. No yo.
Pero al final sí que fui yo…
Te lo robé todo. Tu inocencia, tu vida, tu padre… Tu sitio en mi cama…
Te condené a una vida de caminos siempre vigilando tu espalda.
La persona que eres hoy, me lo debes a mí.
Eres mi creación. El espejo errante de la parte de mí que aún querría jugar en la nieve y secar tus lágrimas.
Fuerte, como supe que serías. Valiente, como jamás dudé que lo fueras. Capaz de tomar una espada para buscar venganza. Aunque sea contra mí.
Yo te he creado.
Porque sé que has aprendido la regla más importante. Aquella que tu padre incumplió.
El reino va antes que nada.
Antes que nadie.
Antes que tus deseos o los míos.
Yo te la enseñé.
Y sé que llegará un día en que tendré que devolverte este reino. Vendrás con tus dragones y cumplirás en mí la antigua profecía.
Derramarás mi sangre.
Y ese día, yo no te detendré.
