Disclaimer: Los personajes de Naruto, tanto del anime como del manga, no me pertenecen todos son propiedad de Masashi Kishimoto.
Aclaración: Este fanfic ya lo tenía escrito en mi otra cuenta (NatsuLaufeyson), lo dejé aclarado en mi perfil. Por cuestiones de la vida tuve que abandonar esa cuenta, la verdad se me olvidaron tanto la contraseña como el email se me olvidaron (soy idiota, lo sé) pero ahora que me vengo a acordar de tan hermoso fic (le estuve dando una releída) no quise dejarlo inconcluso. Así que, publicaré de nuevo los primeros ocho caps que ya tenía y lo continuaré.
Esa situación no era nada normal, más bien, su situación no era nada normal. Se sentía extraño, para ser más exactos, se sentía un pedófilo de mierda, sentir cosas como esas por un alumno era malo, horrible y enfermo. Pero es mucho peor cuando es el último miembro del clan Uchiha, tiene tendencias antisociales y... ¡Tiene doce años! Esa era su situación, el gran Kakashi Hatake, el ninja que copia, Kakashi del Sharingan, enamorado de su alumno no tan preferido de cabellos azabaches y piel tan pálida como la nieve.
¿Quién imaginaría que un gran ninja como él llegaría a sentir cosas así por uno de sus alumnos?
Ni siquiera él lo vino venir.
Siempre había visto al joven Uchiha como un hijo a pesar de que este no lo viera como un padre, o bueno, eso pensaba él y pensándolo bien, ahora no solo sería pedofilia, en su mente también podría llegar a ser incesto. Y ahora cada vez que pensaba en él se le revolvía el estómago de una forma agradable pero al mismo tiempo no tan agradable con esas cursis y molestas maripositas, el Uchiha tenía un no sé qué que le fascinaba, enamoraba y encantaba, quizás era su forma de ser, el condenado era perfecto sin siquiera esforzarse en ello, o tal vez era su rápido aprendizaje para las técnicas ninja, o tal vez era su linda carita. De cierto modo entendía a las demás niñatas de la aldea que gustaban de él.¡Cómo no hacerlo! El muy gilipollas era increíble en todos los sentidos, además no podía negar que el desgraciado era muy atractivo, quizás demasiado para su edad.
—Kakashi... quiero aprender una nueva técnica—era lo que le había ordenado sin gota alguna de respeto.
La desgracia era que el pequeño Sasuke tenía una arrogancia y un orgullo tan grandes como el monumento de los Hokages. Era en parte por eso que sus diminutas e ingenuas esperanzas de ser algo más con Sasuke se marchitaban cada día más, aparte de que ambos eran hombres y las diferencias de edades eran demasiadas.
—Está bien te enseñaré una—accedió con su ya típica serenidad.
Lo bueno de ser su sensei era el simple hecho de poder estar con él mayor parte del día, poder preocuparse por él con la misma excusa de "Soy tu sensei,es por eso que me preocupo por ti", poder ayudarlo en lo que sea sin necesitar de alguna razón creíble. Eso era lo positivo de su situación.
—¿Y cuándo me enseñarás?—su estilo tan presumido y antisocial, cómo lo amaba.
—Mañana, si quieres—respondió algo desinteresado tratando de no ver hacia sus hechizantes ojos negros como la noche.
—Cuanto antes mejor—lo miró con extrema atención.
Su mirada atenta le ponía nervioso pero aún así, amaba que lo mirase, sólo a él y a nadie más. Era en ese entonces en donde agradecía que el menor no le prestara a las chicas, si no ahora mismo tendría que soportar verlo rodeado de niñas o peor... con una novia.
—Te veré a primera hora mañana, ¿te parece?—le sonrió por debajo de la máscara.
—Hmp—fue la 'gran y profunda respuesta' del azabache, aún así era adorable a sus ojos.
—Tomaré eso como un sí—le revolvió los cabellos de manera agradable y amistosa, era sedoso.
—¡N-no hagas eso!—le reclamó el menor con las mejillas ligeramente coloradas, oh por Dios, le hizo sonrojar, traigan el sake para celebrar.
—¿Te has sonrojado?—preguntó el peliplata con una poco notoria emoción y ternura.
—¡Claro que no! Nos veremos mañana—se alejó del mayor con las manos metidas en los bolsillos mientras aceleraba el paso.
¡Eso le había alegrado el resto del día como nunca! Sasuke sonrojado y por su culpa, qué ternura. Si no fuera porque era hombre y jonin, se habría puesto a saltar de felicidad como esas niñatas locas cada vez que Sasuke las veía por una milésima de segundo. A veces, hasta a él le sorprendían las reacciones de las chicas.
Eso te pasa por enamorarte de un niñito, para colmo el más codiciado entre esas locas pre adolescentes.
¡Hola! Je, je. Me ausente por mucho tiempo lo sé pero ya regresé y también quería que edite unas cuantas cosas pero en sí la trama del fic seguirá en lo mismo, espero que les haya gustado y que dejen su review, ya sea para comentar algo o para darme algún consejo o sugerencia sobre el fic o la redacción. Un beso.
