Disclaimer: Digimon no me pertenece, ni sus personajes. Historia narrada en un universo alterno, variando levemente en sus personalidades.


"No eran amantes, no eran novios, y tal vez no eran amigos. Pero siempre fueron el uno para el otro"
Ishida Yamato cuenta la historia de como creyó que esa era la peor semana de su vida.

Acostumbraba a verla cada mañana salir de su departamento a eso de las 7:30, siempre se miraba tan arreglada, con su uniforme bien planchado, su cabello era perfecto, creo que siempre me llamó la atención lo bien cuidado que se veía. Caminaba con delicadeza las dos calles antes de llegar a la parada de autobús, donde constantemente revisaba su móvil hasta que la recogía. Se sentaba en el tercer asiento junto a la ventana y centraba su vista hacia afuera mientras se colocaba sus audífonos y tarareaba algunas canciones en los 20 minutos que duraba el viaje. Sus ojos siempre tenían un brillo especial, algo que reflejaba calidez y ternura.
Me gustaba verla caminar, tenía gracia, sus níveas piernas se veían tan suaves, sus brazos se movían con delicadeza. Entraba al instituto siempre con una sonrisa, saludando a quien se cruzara en su camino, subía la escalera y se adentraba en el pasillo hasta el salón.
"Buenos días" decía mientras hacía notar su presencia, era tan dulce e inocente, con esa voz tan angelical. Se sentaba en el primer puesto, y yo en el último y desde allí la observaba durante toda la mañana. No, no era un psicópata, solo era un adolescente de 17 años con la suerte de tenerla de vecina y compañera de clase.

— ¿Y tú que tienes?

— ¿Eh? — Esa voz burlona me traía de vuelta a la realidad.

— ¿Otra vez mirando a Tachikawa? — rio él.

— Claro que no...

— Yamato — se sentó a mi lado — Eres tan extraño...

— Ella no sabe que existo

— Pareces nena enamorada — enarcó una ceja — Tienes 17 años, la conoces desde los 10 ¡Claro que sabe que existes!

— Ese no es el punto, Taichi

Suspiró — Pues entonces ve y le hablas

— No, no sabría de qué hablarle

— De lo que sea, es una chica, le hablas de unicornios y arcoíris y ya se estarán entendiendo

Bufó — Solo me gusta mirarla

— Pues espero que con mirarla consigas algo más que asustarla por tus instintos psicópatas

El maestro entró y el silencio inundó el salón. No podía negarlo, había algo en ella que llamaba tanto mi atención que me sentía atraído con solo mirarla.
La conocía desde los 10 años, aún recuerdo la primera vez que la vi. Se había mudado desde Hikarigaoka con sus padres al departamento junto al mío. Aún conserva esa cara de niña inocente, pero había crecido, su cuerpo cambió, su voz ya no era tan chillona como antes, sin embargo, nunca me atreví a decirle una palabra, en los 7 años que llevamos viviendo juntos. Tenemos personalidades diferentes, no es que yo sea tímido, pero prefiero mi soledad, mi espacio, podrán decirme que soy raro, pero no, solo no me gusta relacionarme con cualquier persona. Aprendí a conocer el dolor y la amargura cuando mi madre falleció, yo solo tenía 7 años. Claro que tengo amigos, tampoco soy una especie de emo-anti-social, Taichi y Takato han estado conmigo bueno, desde siempre.
Ella en cambio era tan efusiva, estoy seguro que a cada lugar que va su presencia se le hacía agradable a todos, era tan carismática, tenía una sonrisa encantadora, tan mimada por sus padres pero a la vez tan dulce, Tachikawa Mimí sí que sabía cómo ganarse el corazón de la gente, por supuesto, que con el mío lo hizo.

Cada día para mí era una rutina. Despertar por los gritos de un irritable padre reclamando que una vez más su despertador no sonó, siendo que lleva más de 5 meses averiado. Pelear por el baño con un inmaduro hermano y siempre terminar perdiendo. Desayunar a una velocidad increíble solo para salir del departamento a las 7.30, ya se imaginan por qué. Y pasarme todo el día en el instituto sin entender qué diablos hacía ahí. Por la tarde generalmente me encontraba solo, Papá no vuelve del trabajo hasta media noche, y Takeru entrena basketball hasta las 8. Por lo que mi única compañía, es mi guitarra. Como la amo, es la salida a todos mis problemas. Luego de que mi padre llegue con la cena, me voy a dormir esperando que el día siguiente sea diferente... Y... Creo que este día lo fue, el comienzo de lo que yo llamé "La peor semana en la vida de Ishida Yamato"

Todo comenzó en el segundo periodo, en la clase de historia mundial, diablos, no estaba entendiendo nada de lo que hablaba el maestro, lo único que logré escuchar fue...

— Ok muchachos, luego de que la mayoría de la clase reprobara el examen anterior, he decidido hacer un cambio respecto a la próxima evaluación — sonrió — Los juntaré en parejas y la semana siguiente deberán entregar un proyecto, usando los medios que ustedes estimen convenientes, aplicando las unidades 4, 5 y 6 mencionadas anteriormente en el libro de texto ¿Se entiende?

— ¡Sí! — se escuchó al unísono

— ¿De qué está hablando? — le susurré a Taichi

— ¿Eh? — Se quitó sus audífonos — ni idea

— Eres un inútil... — empujé levemente la silla a la persona que tenía enfrente — Hey, Takato...

— ¿Ah? — Se quejó asustado despertando del golpe que le dio Yamato

Rodó los ojos — Diablos, mis amigos son los renegados de la clase...

— Ishida Yamato — mencionó el maestro

— ¿Eh? Aquí... — Lo miré confundido

— Harás pareja con — revisó su lista

Si hubiera mencionado el nombre que venía después, si tan solo fuera otra persona, mi tortura jamás hubiera empezado allí... Claro, yo pensaba que los astros confabulaban a mi favor, pero me equivoqué.

— Tachikawa Mimí — continuó.

Y ese fue el primer momento en que ella me miró, en que ella se fijó en mí, el momento en el que dejé de ser un extraño en su vida y mi corazón se detuvo cuando me sonrió, Mimí me había dedicado la más dulce de sus sonrisas. Claro al principio pensé que fue por eso, porque me reconoció, luego entré en razón que fue por la ridícula forma en que reaccioné cuando el maestro mencionó su nombre.
"Tachikawa Mimí" y quedé pasmado en mi asiento, como si hubiera visto un fantasma, mis ojos se abrieron como dos enormes platos, y mi rostro se tiñó de un rojo que ni siquiera existe en la gama de colores, balbuceé quizás que estupidez hasta que escuché "Yamato, cálmate" proveniente de Taichi para suspirar y agachar mi rostro de la vergüenza que sentía en ese momento. Ahora Mimí me reconocería como un imbécil.

Traté de desaparecer el resto del día, evitar hacerme notar, a toda costa que Mimí no notara mi presencia en el salón, pero... creo que no se puede luchar lo inevitable.

— ¿Ishida Yamato, no?

Podía reconocer esa dulce y melodiosa voz en cualquier lado. Levanté mi rostro y allí la vi, mirándome.

— Sí...

Sonrió — No había tenido tiempo de acercarme, seremos compañeros en el proyecto de Historia

¿De verdad? ¿De verdad podía caber tanta dulzura en un cuerpo tan pequeño?

— Lo sé

— Nunca te había visto ¿Eres nuevo en el salón?

Un golpe bajo para mi orgullo, la miré extrañado ¿Realmente, desde hace 7 años, nunca había notado mi presencia?

— No, estoy aquí desde... desde siempre

— Vaya — sonrió — lo lamento, es que soy un poco distraída, me cuesta recordar los rostros de las personas

— No te preocupes — esta vez, yo le sonreí

— ¿Te parece si comenzamos esto mañana por la tarde? Hoy tengo reunión con el concejo estudiantil y tardaré mucho

— Sí, creo... creo que estoy disponible

— ¡Genial! ¿Me das tu dirección para ir luego de la escuela?

Esto realmente era una broma de mal gusto... ¿Ni siquiera como su vecino podía reconocerme? De vez en cuando la veía hablando con Takeru... ¿No podía al menos confundirme con él?

Respiré con pesadez — frente al parque central de Odaiba, el segundo edificio, piso 5 — Suspiré — departamento 52 A

Parpadeó un par de veces, como si no me creyera lo que acababa de decir.

— ¿Es en serio? ¡Yo vivo en el 53 A! ¿Cómo es que nunca te había visto?

— No salgo mucho... — mentí

— Vaya, Yama-kun, tantas cosas en común y jamás me había fijado en ti — sonrió — bueno ¡nos vemos luego!

Quería golpear mi cabeza contra mi pupitre, y lo habría hecho si cierto individuo no se hubiera acercado a mí con esa sonrisa de idiota.

— ¡Así que al fin te decidiste a hablarle!

Lo miré con desprecio — Ella se me acercó...

— ¡Es un punto a tu favor Yamato! — se sentó a mi lado — ¿Qué hablaron?

Hice una pausa y suspiré — ¿Puedes creer que ni siquiera sabía que éramos compañeros de salón?

— ¿Es broma?

— No... Dijo que — suspiré — que nunca me había visto por aquí... ¡Hubieras visto la cara de sorpresa cuando le dije que vivía junto a ella!

— Vaya... Ni que fueras invisible, eh rubio...

— Al parecer para ella si lo soy...

— Ya... no te eches a morir, además diste un gran paso ¿no?

Solo bufé, me limité a seguir esa conversación innecesaria con Taichi...

A penas llegué a mi departamento me tumbé en mi cama "Una vez más solo" Pensé... Tomé mi guitarra y dejé que mis dedos se deslizaran por las cuerdas hasta la hora de cenar.
No pude cerrar los ojos, el sueño no se apoderaba de mí, daba vueltas y vueltas y vueltas tratando de conciliarlo, lo único que se me venía a la mente, era el rostro de esa dulce castaña.


Nota del Autor: Hola una vez maaaaaaaaaaas! tenía esta historia en la cabeza y no me aguanté el escribirla :(

Sí, todas van a pensar que Yamato tiene una nube negra sobre su cabeza XDD pero, esto es solo el comienzo jajajajaja
Varíe un poco en la personalidad de los personajes, Yamato ahora es el "bobo enamorado" y Mimí una distraída, pero de a poco las cosas cambiarán.

¿CRÍTICAS Y OPINIONES? DEJEN RVWWWWWW !