.

Kagura Pan

.

OkiKagu

.

Dedicado a: ´´Gabyru07´´ quien me ayudo a elegir la pareja para comenzar con este fic

.

En Edo ciudad de progresos y grandes comerciantes, vivían tres jóvenes hermanos. La mayor de ellos era Okita Mitsuba, la más recta y responsable de los tres. El segundo hermano, Okita Sougo, quien se mostraba como un joven responsable, pero solía liberar su sadismo con su hermano menor, el cuatro ojos que su padre adopto, Shimura Shinpachi.

´´ya no me funciona el orochi y esta historia necesita tres hermanos´´ les había explicado al momento de traerle al cuatro ojos ´´espero que Peter Pan los secuestre pronto así tengo tiempo libre con su madre´´ y es que si, su padre era un hombre despreocupado que lo único que quería era tirarse a su esposa y hacer de lobo feroz en la cama.

Sougo, se entretenía torturando a su adoptado hermano con sus técnicas sádicas. Según su padre, lo había adoptado porque esos lentes lo hacían ver inteligente, pero viendo como siempre caía en sus trampas le hizo darse cuenta que era malo juzgar a las personas por su apariencia.

El tiempo pasó, los niños crecieron y Peter Pan, el secuestrador, jamás apareció. Sougo ya cumplía dieciocho años, su hermana era mayor de edad y su padre se arrepentía de haber adoptado a Shinpachi, si nadie los secuestraba ¿que importaba que fuesen solo dos hermanos? Pero… un día, mientras estudiaban para sus exámenes, una fuerte brisa golpeo el ventanal de su puerta y una silueta verde se sentó sobre la cama de la mayor.

―he venido para llevarlos conmigo, mocosos de mierda―un grito proveniente de una voz chillona se oyó antes de que pudieran localizar su procedencia.―los vengo a buscar para llevarlos a Nunca Jamás…―la pelirroja quedo estática al ver que esos supuestos niños eran… ¿adultos? Los miro con espanto.

Mitsuba la miro asombrada y maravillada, mientras que Sougo solo le brindaba una mirada descreída observando toda la situación. Shinpachi se acomodó los anteojos mientras comenzaban a formularse preguntas que…

― ¿no era un niño Peter Pan?―pregunto confundido el cuatro ojos.

―yo no veo una mujer―comento Sougo ganándose una mirada fulminante de parte de la chica que recién llegaba.

― ¿de qué hablan?―los regaño Mitsuba con calma y mucha paciencia―es muy tierna―confeso mientras la abrazaba con cariño y estiraba sus mejillas.

―pero aun no comprendo…―siguió Shinpachi con sus divagaciones―tú no eres Peter Pan―acuso.

Kagura quien se encontraba muy cómoda en brazos de Mitsuba soltó su agarre con cuidado mientras comenzaba con sus explicaciones.

―soy Kagura Pan y vengo en busca de los mocosos que van a ayudarme en Nunca jamás―explico―Peter Pan murió, se lo comió el cocodrilo―dijo con pena fingida―alguien lo empujo y callo al mar. Dicen, las malas lengua, que fue para robarse su puesto de Rey de nunca jamás, pero aún no se ha hecho una investigación― Sougo y Shinpachi no le creyeron nada ´´ella lo mato´´ pensaron en conjunto mientras la inocente Mitsuba acompañaba a Kagura en su falso dolor.

― Pero ya somos grandes, ¿para qué nos quieres?―se quejó Sougo― búscate a mocosos para torturar en tu isla de fantasía―trato de echarla.

―Sou-chan, no, debemos ayudarla―esas palabras ayudaron a que Sougo se calmara y desistiera de sacar a esa asesina de su habitación.

―debería explicarles mejor―dijo levantándose mientras les lanzaba polvos plateados encima de ellos―pero este fic no debe extenderse, así que iremos a nunca jamás para explicarles la situación―de una patada abrió nuevamente la ventana rompiendo a su paso parte de la pared mientras los tomaba del cuello de la camisa, tanto a Shinpachi como a Sougo, Mitsuba iba como princesa entre los brazos de Kagura― ¡nos vamos!― su grito fue lo último que termino trayendo a la habitación a los padres de los tres hermanos.

― ¡Espera!―imploro el padre entre lágrimas― mi esposa ha engordado treinta kilos en este último tiempo, ha envejecido y sus hemorroides han crecido, si te los llevas no tendré excusas para no cumplirle―gritaba suplicas desesperadas. Si hubiese aparecido hace un par de años no hubiese pasado nada, su mujer estaba en muy buenas condiciones… pero ahora… Kagura salió a vuelo dejando caer unas pastillas junto a una nota.

´´no seas idiota y cúmplele a tu mujer.

P.D.: Gin-chan dice que el viagra es la mejor medicina para el hombre de hoy en día´´

Kagura Pan siguió la ruta de viaje, voló hasta lo más alto del cielo, giro en la segunda estrella a la derecha, hasta llegar al amanecer. Ruta que Peter, en tiempos de vida, le comento.

― ¡llegamos!―dijo con felicidad. La isla no se veía nada mal. Los tres hermanos parecían bastante confundidos con todo aquello. Dejándolos en tierra Kagura Pan extendió sus brazos para brindarles la bienvenida―esto es nunca jamás…―mirando lo exótico del paisaje, los barcos naufragando, escuchando el cantar de las sirenas Kagura continuo con su bienvenida― nunca jamás tener responsabilidades, pagar la renta a viejas amargadas, trabajar como esclavos, ni hacerse cargos de mocosos de mierda que no son tuyos―explico con sabiduría.

―Oye, ¿no te estas yendo del tema? ¡Estamos en un cuento de niños, respeta!― Kagura tapo sus oídos al escucharlo gritar tan fuerte.

― ¿Qué dijo el cuatro ojos?―pregunto ignorándolo.

―no sé, siempre grita por todo―explico Sougo―suele hacer escándalo por simplezas―Shinpachi sentía que se estaban burlando de él. El joven megane recordaba ser el centro de maltratos de Okita Sougo quien se divertía torturándolo. Sabía que por eso se quejaba de que no aguantaba nada, pero… ¿Qué tipo de niño se aguantaría métodos de tortura de la edad antigua?

Comenzando con su caminata hasta la madriguera donde la joven Kagura convivía con ciertos niños perdidos… aunque… ¿aquello que veían eran niños? Al entrar a su humilde morada, no solo vieron botellas y revistas porno tiradas, también colillas de cigarrillos y cartas esparcidas por doquier. Seis hombres durmiendo con baba colgando de la comisura de sus labios, descansando debajo de un kotatsu.

―les presento a los viejos perdidos―explico como si fuera su mayor adquisición.

― ¿vi… viejos perdidos? ¿Acaso no eran ´´niños´´?― se quejó Shinpachi al verlos.

―los viejos perdidos…―Kagura señalo a las seis cabezas que permanecían ocultas sin inmutarse por los recién llegados―son unos viejos que artos de terminar siendo unos madaos despreciables terminaron acá, en el país de nunca jamás―explico Kagura

― ¿acaso no siguen siendo madao?―se irrito nuevamente Shinpachi―dime cual es la diferencia que hay al venir a esta isla―

Uno de los hombres comenzó a levantarse haciendo coro junto a sus otros cinco compañeros.

―acá no tengo que pagar la leche de fresa, solo la bebo libremente― explico uno de cabellera enmarañada y plateados cabellos.

―acá puedo fumar todo lo que quiera y donde quiera sin que me miren mal―el segundo de flequillo en ´´v´´ llamo la atención de una divertida Mitsuba.

―nadie te habla mal de tus hemorroides o de si tienes sangrado en tu cu**―explico un ninja mientras mostraba la crema ´´ultimátum hemorroidal´´ que usaba.

―podemos hacer grandes negocios con piedras, la abundancia del material es primordial para conseguir ganancias, hahahahaha―la risa del de ojos azulados y permanente morena consiguió que dos de sus dos compañeros lo callaran a la fuerza.

―la banana es gratuita y podemos ver como Otae-san se desviste en la laguna―comento un gorila hormonado.

―y además…―el rey madao se alzaba a hablar a compartir sus momentos de sabiduría, sus progresos en la isla, a dar una explicación de cómo sus vidas de fracasado mejoraron en esas tierras― ¡Además no tenemos que estar llamando a esposas que lo único que quieren es que uno esté trabajando como mula!―se abrazó a si mismo mientras sentía la libertad golpeando en su cuerpo seguido de un coro de aplausos de sus demás compañeros― la vergüenza de ser un madao no existirá más, soy un MADAO sin vergüenza―comenzaron a reír mientras volvían a servirse bebidas en sus vasos.

Dejando a los ebrios consumir libremente la bebida, Kagura Pan comenzó a explicar el por qué los había traído hasta allí.

― ¿quieres que los eduque?―pregunto Sougo sorprendido― ¿acaso no eran libre aquí?―

Kagura bufo.

El plan en un principio había sido buscar esos mocosos de la historia ´´Peter Pan´´ pero, al perder la dirección de Wendy y hacer un trato con el viejo padre de esos sujetos para secuestrarlos, termino llegando tarde a su destino. Esos críos ya habían crecido y Gin-chan se había vuelto un adicto a los juegos de azahar y demás vicios junto a sus destructivos amigos. Si las cosas seguían así, terminarían convirtiendo a ´´nunca jamás´´ en un prostíbulo o un casino, la inocencia de esas tierras se perdía con sus mierdas simplonas.

―sí, pero todo tiene un límite―se cruzó de brazos ofendida―ya gastaron mi oro. Cada vez que van con las Picaninny lo único que hacen es acortar mis ganancias―explico molesta.

Los Picaninny eran una tribu que había llegado a esas tierras con dudosas procedencias. Además de un momento a otro, esa tribu paso de ser gobernada por un cacique a ser gobernada por mujeres y solo tener miembros femeninos, aunque según Gin, eran más hombres que ellos mismos.

―bien, pero será con mis métodos y no puedes quejarte, China Pan―la burla no pasó desapercibida para Kagura quien lo miro con fastidio pero la preocupación de Shinpachi se coló antes de que siquiera pudiera defenderse.

―pero… ¿estas segura? Es un rey sádico que lo único que hace es torturar a las personas―Shinpachi recordaba sus primeros años donde, comparándolos con el presente, eran un juego de niños. Sus técnicas de sadismo se habían perfeccionado.

Sougo lo agarró del cuello en una especie de abrazo fraternal para acallar a ese adoptado ser. En medio de su tan ´´cariñoso abrazo´´ y antes de que Shinpachi quedara azul, Sougo se percató que a su lado Mitsuba no se encontraba.

―Toushirou-san eres muy bueno con esto―comentaba al lado del sujeto amante de la nicotina. El sonrojo del hombre era notorio por lo que intentaba desviar la mirada para que la joven a su lado no se diera cuenta.

Sougo no necesitaba explicaciones o que aceptaran sus métodos de tortura, con que le den a ese sujeto, ya estaba hecho.

―los entrenare―acepto.

Sin esperar una aceptación o negación por parte de Kagura, Sougo se acercó a su hermana y pidiendo que se alejara saco una bazooka que tenían guardada entre los escasos tesoros de la cueva.

Inconscientes entre la humareda pidió ayuda para confiscarles todas sus pertenencias. Kagura Pan y Shinpachi amarraron a los seis sujetos mientras Mitsuba y Sougo juntaban sus objetos preciados en una bolsa que tiraban a una hoguera. Con una buena limpieza y unas astas de maderas, clavadas en la entrada de dicha cueva, esperaron a que despertaran.

Aunque había una petición más que necesitaba Sougo para comenzar con su entrenamiento, Mitsuba no debía estar presente. Con una amenaza simple a Shinpachi, ´´si no quieres pertenecer al grupo de mutilados te aconsejo que te largues con mi hermana a juntar flores´´, ambos partieron de allí en busca de alguna flor para decorar la morada de esa mocosa de orejas puntiagudas.

― ¿Qué sucede?―pregunto Gin algo somnoliento aun― ¿dónde está el alcohol?―

Con pasos firmes Sougo se mostró ante esos hombres perdidos.

―soy Okita Sougo― sonrió con sadismo― ¿realmente quieren seguir siendo la escoria de la sociedad?―Sakamoto Tatsuma, el hombre de la risa escandalosa, comenzó a hablar sin sentir siquiera el sadismo en la voz de Sougo, su estupidez no lo dejaba comprender la realidad de la amenaza.

―mmm…―pensó por unos segundos― ¿eso quiere decir que no saldremos con las Picaninny?― los otros cinco lo miraron con ganas de romperle la cara, ese era un secreto. ´´estúpido, muere, ¿acaso no notas el ambiente?´´ le gritaba Gintoki con su mirada, al mismo tiempo que Hijikata Toushirou y Hasegawa, alias madao, lo mandaban a callar mientras otra aura demoniaca se presentaba delante de ellos. Kagura, con los brazos cruzados los miraba con ganas de romperles la cara.

―sádico, tienes todo el permiso de torturarlos como quieras―

Un entrenamiento que… ¿Qué tipo de entrenamiento? El solo quería torturar al adicto a la nicotina por hacerle ojitos a su hermana. Pero teniendo libre decisión sobre ellos los entreno para que tuvieran fuerza. Había que sacarlos de su estado de flojera, ejercitarse y aprender a ser responsables. Él sabía cómo hacerlo.

―vamos, corran o de lo contrario me encargare de extinguir toda la nicotina de la isla―los amenazo.

― ¿Porque solo te metes con mis adicciones? Ahí tienes al adicto del azúcar o al idiota de las hemorroides―grito fastidiado, desde que comenzaron con ese entrenamiento comenzó a darse cuenta del abuso hacia su persona. Ese chico parecía tener alguna fijación con su ser.

―Cállate, estúpido mayonesa―grito Gin con preocupación, ese Hijikata idiota ponía en peligro su oro blanco.―y tú, Souchirou-kun―lo señalo con irritación―por lo menos danos un entrenamiento decente. ¿No te parece exagerado salir de la flojera y entrenar con una piedra como esta en nuestra espalda?―y es que Sougo los había obligado a llevar una piedra de veinte toneladas sobre su cuerpo mientras seguían un trote moderado.

―lo único que diré es que avancen si no quieren terminar empalados―sonrió sádicamente teniendo de fondo seis estacas embadurnadas con aceite. Gin y el resto miraron con pavor. Corrieron como si no hubiera un mañana.

El atardecer llego y Kagura Pan de su paseo matutino. Había salido en busca de su fiel compañero Sadaharu, la pequeña hada plateada que brillaba a su alrededor.

―nunca los había visto tan exhausto―dijo sorprendida―aunque recuerdo cuando sudaron después de comer mucho queso y terminaron rogando porque les saliera todo en el váter―rio divertida.

―mis hemorroides―lloriqueo Zenzou, el ninja que rogaba por sus cremas.

―la banana esta deliciosa, mamá―dijo en medio de una alucinación el gorila.

Gin se liberó de sus ataduras y camino libre de peso extra para increpar a Kagura.

― ¿explícame porque estoy con estos vagos? ¿Dónde esta zura? ¿Y Takasugi? ¿Él no puede pertenecer al grupo de perdedores? ¿acaso se le caerá su corona de emo?―grito con envidia. ¿Porque esos dos eran los únicos que no cayeron en desgracia al igual que esos sujetos?

Kagura lo miro por unos segundos mientras daba la vuelta a la página para seguir releyendo su revista de ´´la mujer de hoy en día´´.

―Zura tiene un papel como el capitán enemigo―suspiro mientras se acomodaba en una roca―Capitán Zurarfio―explico― y recibimos amenazas de parte del fandom cuando hablamos que sería parte de los viejos perdidos. Pidieron un cambio, ´´Gin-chan es mejor para ese puesto´´―leyó la entrevista de la líder del grupo ´´amamos a nuestro Emo Tuerto´´. Gin tomo la revista con fastidio mientras la rompía en mil pedazos.

― ¿Y que tiene ese Takasugi? ¿Qué papeles hará?―histérico era poco, ¿lo estaban poniendo por debajo que ese tuerto Chibisugi? Gin era más apuesto y cool, según él, claro está.

―creo que…―Kagura se puso unos lentes mientras leí los libretos de las siguientes semanas―será Takanieves en el capítulo tres o cuatro…―respondió. Gin rio al escucharla hablara, Takasugi sería una princesa, usaría vestido… su risa se descoloco, pero…

―un momento―comenzó a hablar― ¿acaso no será de clase alta? ¿Pasara toda la historia durmiendo? Comer una manzana y dormir hasta que sea besado, no suena tan mal… es más, suena demasiado bien. El bastardo es rico, se quedara acostado hasta que todos se muevan para salvarlo, no moverá un dedo para ello y…―Gin colapso de la envidia mientras lloraba junto a los otros por la mala suerte que les tocaba.

Kagura miro sorprendida como los métodos de tortura de ese sádico hacían efecto, aunque estaba más que claro que la culpa del llanto desenfrenado de esos hombres era la misma Kagura.

―hey, china, deberíamos tomar un descanso por hoy, creo que los torturaste bastante―comento Sougo mientras se alejaba del lugar empujando suavemente a Kagura desde la espalda. Pero…

El detector de Sadaharu se prendió con una alarma centellante.

―´´registro posible flirteo entre los protagonistas´´―la voz de una computadora programada en un dispositivo colocado en el collar de ese perro de juguete los alejo a ambos. Sadaharu gruñía al ver como su ama se había dejado tocar, aunque fuese un rose, por ese sujeto.

― ¿qué le sucede a este perro?―

―´´la escritora siente tentación por hacer una escena romántica entre ambos´´―la voz de la computadora lo obligo a ladrar de manera más estridente, mordiendo el dedo del sujeto de ojos carmín.

―pero que mierda…―se alejó de ese perro y lo miro con fastidio―lo siento, juguete, no me gustan los hombres―sonrió con sorna. La pelirroja pateo sus tobillos provocándole una caída.

―Sadaharu, nada pasara―acaricio con cariño a esa aberración mientras con soberbia lo observo desde arriba―no me atraen las damiselas―

Una pelea comenzó a darse, golpes de puños, patadas y cabezazos. Comenzaron a usar objetos contundentes mientras usaban sus manos para tirar sus mejillas o sus cabellos.

Shinpachi y Mitsuba habían llegado a escena mientras veían la pelea entre esos dos.

―que tiernos, parecen recién casados―comento Mitsuba al verlos combatir con todo. Shinpachi la miro sin concordar con ella, al igual que Sougo y Kagura que detuvieron su combate.

―acá nadie está casado con nadie, Gin-chan, idiotas vamos a casa―comenzó a patear a los llorones de sus compañeros.

Pero… Una flecha se clavó en la cabeza de Kondo, el gorila amante de las bananas, provocándole una hemorragia. Ver de dónde provenía aquella flecha no fue una tarea complicada, las agresoras se mostraron como símbolo de intimidación.

― ¡oh! Ya llegaron las Picaninny―comento asombrada kagura.

―hola Kagura-chan―saludo la morena líder del grupo―lamentamos aparecer por estos lugares, pero esos seres del estiércol consumieron don Perignon en nuestro bar y no pagaron ni una moneda―se trono los dedos aguantando las ganas de pulverizar a ese grupo de hombres. Tae miro al grupo de personas que acompañaban a Kagura Pan y que no pertenecían, según tenía entendido, al grupo de ´´los viejos perdidos´´ chocando su vista con unos lentes que le fueron muy familiares― ¡shin-chan!―

Shinpachi la miro detenidamente mientras recordaba varios momentos de su pasado donde su querida hermana lo dejaba, entre llantos desolados, en un orfanato.

―he… hermana―Shinpachi se lanzó entre lágrimas mientras Mitsuba se enternecía y Sougo miraba como si nada sucediera

―shin-chan, lamento haberte abandonado―se disculpó―pero compraban por muy buena cantidad a niños que usaran anteojos―el amor de Shinpachi se hizo piedra al sentir como la descarada de su hermana seguía llorando―el dojo de nuestro padre lo valía―comentaba con pesar.

― ¿PERO QUE MIERDA DICES?―su recto comportamiento se fue por el retrete al escuchar a su hermana, tae, hablar tan descaradamente sobre la venta ilegal de niños―ME VENDISTE A LA FAMILIA DE ESTOS SÁDICOS―señalo con histeria a los hermanos Okita.

Entre lamentos y gritos y un par de golpes de Tae por levantarle la voz a quien él debería tenerle sumo respeto, Tsuki, una de la Picaninny avanzo tomando a los viejos perdidos.

―lo lamentamos, Kagura, pero deben una gran suma de dinero―explico la rubia.

― ¿cuánto?―quiso saber. Kyuubei se acercó a ella extendiendo una cuenta con más de diez dígitos impresos… Sougo miro burlón la factura mientras Kagura quedaba en blanco.

―te…tenemos una explicación para ello―Gin que comenzaba a levantarse con precaución mientras ondeaba la bandera de rendición pedía un segundo entre todas esas nativas necesitadas de sangre humana o de viejos perdidos. Tosió para disimular su incomodidad―todo es culpa de Zura, él nos invitó a beber toda la noche y salió antes de que nos enteremos dejándonos con la cuenta―Kagura quedo estática al escucharlo, ¿estuvo bebiendo con el enemigo? ¿Cuál era la causa de que sea tan generoso? ¿Acaso el…?

Desde unos arbustos se pudo escuchar una voz quejumbrosa que gritaba a todo pulmón…

― ¡No es Zura, es Zurarfio!―grito a todo pulmón mientras Elizabeth, su compañero de viajes mostraba un letrero con las palabras: ´´ estupi… Zurarfio nos descubrieron´´

―capitán―critico uno de los piratas, mientras Zurarfio se mordía la lengua al darse cuenta de su estupides.

― ¿Cómo nos encontraste?―se paró de manera retadora Kagura Pan junto a su fiel Sadaharu.

La risa psicópata de Zura contagio a Sakamoto, quien comenzó a reír sin causa aparente. Por suerte Gin lo silencio de un solo golpe en la cabeza.

―Sakata Gintoki me dio la dirección de la ubicación, también se dónde queda el tesoro que guardas perfectamente Líder Pan―rio recordando la conversación de ebrios. Mientras unos bebían y reían, el recolectaba información valiosa―pague una gran cuota de dinero para conseguirlo, merezco mi recompensa―su risa se detuvo abruptamente por el torrente de sangre que fluía de su frente, un dardo colgaba en su frente.

Zura cayo desmallado.

―a mí no me importa esas cosas, Kagura Pan, nos llevaremos a este pirata y a esos viejos perdidos a que vendan sus órganos para pagar la deuda―respondió sonriente tae.

― ¿HEEE? ¡MI HERMANA SE VOLVIO UNA TRAFICANTE!―grito Shinpachi sin poder creer lo que escuchaba, mientras los Okita miraban con pesar a esos sujetos que lloraban como nenas.

― ¡Yo quiero el pe** de Gin-san!―la Picaninny de cabello morado se aferró a la parte baja de Gintoki con mucho cariño mientras gritaba obscenidades y suplicas.

La pelirroja llego a sentir algo de pena, ya había tenido cierto afecto por esos vagos así que trato de solucionar el tema.

―pa…pagare la mitad…―dijo con pesar. Las nativas miraron a la pelirroja quien extendía una bolsa de oro mientras largaba lágrimas de pesar―el resto lo pagaran con su cuerpo― Elizabeth, quien seguía intentando salvar a su capitán mostro su letrero, ´´prostitución de ancianos´´.

―trato―sin pensarlo mucho, la rubia de ojos amatista cerro el trato mientras sus compañeras llevaban a esos sujetos―necesitamos personal en la zona roja―

―aun soy puro―pedía madao. Sakamoto seguía inconsciente y tanto Zenzou y kondo vislumbraban un futuro incierto.

― ¿a Toshi también?―murmuro preocupada Mitsuba. Sougo disfruto el pesar del adicto a la nicotina pero sentía confusión en su ser al ver el pesar de su hermana.

―También hay que llevar a este―llamo sachan, la chica del cabello morado.

Se inclinó para levantar a Zurarfio y llevarlo a su castigo cuando este abrió repentinamente sus ojos y empujo abruptamente mientras tomaba por la fuerza a la primera persona que se cruzo.

―deténganse todos―grito apuntando con su espada―si me tocan, matare a la dama―amenazo, provocando una explosión de risas entre todos― ¿de qué se ríen? La matare de encerio―

―no soy una dama, imbécil―murmuro fastidiado Sougo. ¿Confundirlo con una mujer? ¿Qué mal chiste era ese? Sougo era bien hombre.

―te dije que eras una damisela, sádico―se burló la pelirroja. Sougo estaba que explotaba de la rabia, incluso podía ver como su hermana aguantaba las ganas de reírse. Zurarfio lo había dejado en ridículo.

―maldita bastarda china―la insulto al momento de sentir un tirón de parte de ese capitán pirata.

―de cualquier manera―volvió a llamar la atención―me lo llevare junto al tesoro―una sonrisa torcida y burlona se formó mientras una red pasaba veloz capturando la bolsa llena de oro que Tsuki llevaba.―nos veremos―

Zurarfio se había atrevido a escapar con su botín y de paso una víctima, hubiera deseado que sea realmente una damisela, de preferencia, casada o viuda pero no pudo ser. Dejando atrás el grito desgarrador de Mitsuba por su pequeño hermano junto la exclamación de ese megane cuatro ojos que, a veces, aceptaba como miembro de su familia, Sougo fue arrastrado lejos de la ubicación inicial y subido a un barco.

Hubiera puesto resistencia pero, si bien había leído ese cuento absurdo, sabía que el capitán pirata debía capturar a Wendy para ser rescatada por Peter pan y poder regresar a su hogar, aunque… él no era Wendy, era un hombre, esa mocosa no era Peter pan y esto era un viejo y sucio cuento para dejarlo en ridículo. Maldiciendo a medio mundo intento poner resistencia a ese mal chiste contra su persona, pero no fue necesario.

― ¡Hijo de p***, devuélveme mi oro!―la líder de los Picaninny ataco a zura con una lanza afilada. La mujer de cabellera morena estaba desquiciada al igual que todo su sequito de compañeras que sometieron en dos segundos a los piratas.

― ¡No es Hijo de p***, es Zurarfio y debo ser derrotado por Líder Pan, apéguense al libreto!―comenzó a gritar poniendo resistencia a sus brutales ataques.

La guerra en pleno barco hubiera continuado hasta el infinito si no hubiera sido por un ruido gutural en el fondo del mar. Era un sonido tan pesado y fuerte que acallo a la gran mayoría, Zura se espantó al darse cuenta de quien se trataba.

―es…―dijo temblando―mi archienemigo, ¡el gorila gigante de mar!―´´ ¿gorila?´´ los Okita y el propio Shinpachi no comprendían esa patética y absurda advertencia. Y no necesitaron siguiera preguntar, un enorme gorila, del tamaño de King Kong con remera amarilla y babeando mientras sus ojos estaban desorbitados, emergió de las profundidades de esas aguas― ¿Vienes aquí a devorarme mi otro brazo, animal colosal?―a pesar de su tamaño, no se notaba muy atemorizante, era estúpido y parecía tener su mente en otro lado.

― ¿Me pueden explicar que hace un gorila viviendo en el fondo del mar?―el grito de Shinpachi llego a todos aquellos que solo miraban con preocupación la escena.

― No lo veo peligroso―comento sougo.

― Se ve tierno―Mitsuba seguía a su hermano mientras veía al gorila con buenos ojos. Zurarfio negó insistentemente ese comentario de Mitsuba.

― Que no te deje engañar, es un monstruo despiadado que arranco mi adorado brazo―Shinpachi lo vio con preocupación y comprendió la seriedad del asunto.

El pirata rememoro el evento contando con detalles mientras mantenía un ojo puesto en ese gorila por si deseaba acercarse, los cañones estaba armados y las bananas de las palmeras servían de distracción. Cualquiera que viera esa abominación pensaría que era un ser sin cerebro y muy manso, pero zura sabía que eso era una fachada.

Comenzó su narración. Supuestamente una tarde de quehaceres domésticos dentro del barco, mientras unos limpian los pisos y fregaban los platos, el capitán de la embarcación practicaba con su espada mientras cocinaba sushi, era una práctica al dos por uno muy eficiente para. Cortar sushi no era una tarea muy sencilla y la velocidad con la que lo hacia lo volvía un ser temerario en la cocina, si seguía así ocuparía el puesto del mismísimo Yukihira Souma arrebatándole el puesto. Tan espectacular fue su fantasía que no se percató lo fila y cerca que estaba su cuchilla de su brazo. Y si, el gran capitán Zurarfio se cortó el brazo derramando chorros de sangre y gritos por doquier mientras.

Pero en medio de su desmayo y la frustración por arruinar ese delicioso platillo con la hemorragia, ese gorila sanguinario que tanto mal le había hecho, devoro su brazo dejando do un vacío en el pobre capitan.

―suelten a nuestro capitán― sollozaba uno de sus camaradas.

―el ya sufrió mucho― decía otro.

―chicos…―zura se sintió agradecido por las palabras de consuelo de sus camaradas, recibiendo un abrazo grupal lleno de afecto.

Sacando a Shinpachi, Sougo y Kagura, todos se sentían conmovidos por esa absurda historia. Sougo incapaz de sentir compasión y más de ese sujeto que lo había tratado de mujer, Shinpachi al ver las incongruencias de esa historia, porque… ¿no había sido el mismo quien corto su brazo? Y Kagura quien sabía muy en su oscuro corazón que en pleno robo de la comida de ese pirata, que por cierto era deliciosa, había tirado el brazo al mar y ese pobre y mal interpretado gorila lo había confundido con una banana.

Luego de esas lagrimas compartidas, zura devolvió el oro de muy buena manera a las Picaninny, dando un dinero extra para terminar completar algo de esa cuenta. ¿lo malo? Quedaba un extra por pagar, arreglaron prostituir a madao y a Gin por un par de días. Kagura no podía estar más satisfecha, de alguna manera se tenían que dar cuenta que el alcohol era malo para su salud.

Despidiéndose de sus compañeros se encamino a dejar a esos tres hermanos en su mundo. Tae prometió ir a visitar a Shinpachi, así como Hijikata a Mitsuba, un detalle que malhumoro a Sougo.

―bien los dejo, no sé qué decir, no fueron de gran ayuda, Peter Pan me mintió―se quejó Kagura sacándose un moco de la naris.

Sougo la miro de mal humor por sus comentarios. Un ruido en los pasillos alertaron a Shinpachi y Mitsuba, su padre pedía ser salvado de las hormonas descontroladas de la mujer.

―creo que iré a mi habitación― Shinpachi no quería toparse con alguna imagen desagradable de esos viejos perversos. Mitsuba lo acompaño, quería estudiar un poco junto a él.

―que trágica vida que tienes, he, sádico―se burló esa pelirroja al escuchar gemidos perturbantes del pasillo. El chico bufo―tú tienes una vida muy estricta en este mundo, con obligaciones y demás, mientras yo iré a disfrutar de sukonbu y el oro en exceso que poseo―su risa desencajada provoco que Sougo la mirara con fastidio.

―china, no todo es malo en este mundo―comento sin darle mucha importancia a sus palabras. Ni siquiera sabía que podía ser mejor que vivir en un país en el que no tenías responsabilidades.

Impulsándose con sus manos en el marco de ventana se acercó lo más que pudo a su rostro para mirarlo fijamente.

― ¿ha si? Dame un ejemplo, sádico―

Como si eso detonara algo en el sintió que era un buen momento para divertirse con esa chica. Tomando su cintura con sus brazos y pegándola a su cuerpo la arrincono más aun contra la ventana pero manteniendo sus manos en su pecho.

―como tu dijiste, en tu mundo solo abundan hombre mayores―roso su cuello con su nariz poniendo nerviosa a la pelirroja― y no sabes lo experimentado que puede estar alguien de tu edad. China, no disfrutaras, jamás, con un anciano de esos―un beso comenzó a darse en el cuello de esa chica mientras calmaba el calor y nerviosismo de su cuerpo.

―yo… yo no necesito esas cosas―trato de separarse aunque sin implementar mucha fuerza.

―mientes―aseguro mordiendo su cuello―puedo mostrarte de lo que te estas privando en estos momentos.

― ¡sádico, esto es un cuento de niños, idiota!―grito nerviosa mientras la recostaba en la cama.

― ¿no está la educación sexual?―pregunto haciéndose el desentendido.

― ¡Esto es demasiado explicito, detente!―le grito, ella era la heroína, no podía estar siendo sometida por un idiota―a penas te conozco―se sonrojo al decir ello.

Sougo quedo mirándola y pensó en sus palabras, ¿debía presentarse?

―soy Okita Sougo, tengo dieciocho años y me gustan las chinas―dijo burlón.

Kagura chillo al momento de escuchar esas palabras, eso no era lo que quería escuchar.

―No hablo de eso, no me acostare con alguien que recién conozco. Además si tanto te gustan las chinas, búscate otra―

―el amor empieza en la cama―

― ¡ESA NO ES UNA EXPLICACION!―ese chico era estúpido, la volvía histérica y sentía nervios, ¿por qué nerviosa si era un cara de niña?... un momento acaso… ¿se volvería lesbiana si lo dejaba tocarla?

―un calvo vagabundo me dijo eso. Así obtuvo dos bendiciones no deseadas―explico el, mientras Kagura insultaba mentalmente al calvo, bueno para nada de su padre.

―ese era papi, estúpido―

― ¿segura?―pregunto curioso―ves, ya conocí a tu padre, podemos avanzar libremente―

― ¡NOOO!―

―No te hagas rogar, china. No te estas negando―sonrió sádico―tu boca no dice lo mismo que tu cuerpo―

En la habitación contigua, Shinpachi no podía estar más ruborizado, las paredes de la habitación no eran muy gruesas y el griterío y la conversación de esos dos se escuchaba en aquella habitación. Mitsuba ignoraba lo que escuchaba y esto alteraba más a Shinpachi, quien sabía que la joven mayor de los Okita solía malcriar ese sádico hermano que tenia.

―sádico… espera no toques ahí… agh―avergonzado e irritado golpeo con su puño la pared. Comenzó a despotricar contra esos dos púberos.

―CALLENCE, TRATAMOS DE ESTUDIAR. ¡BUSQUENCE UN MOTEL!―el aún era una blanca palomita que se conformaba con figurillas de su cantante favorita, no podía dejar que perturben su mente con obscenidades, aunque muy en su interior el bichito de la envidia picaba al joven por seguir siendo tan virgen hasta la fecha.

―Shinpachi, no comprendo este texto―y ahí estaba la joven que dejaba e ignoraba ese comportamiento fuera de lugar de su hermanito.

― ¿ACASO NO ESCUCHAS QUE ESTAN HACIENDO?―estaba desesperado, ya era demasiado escuchar a su padre pedir ayuda en el cuarto contiguo.

―sí, están jugando―dijo muy inocente―Kagura-chan me agrada―

Y así era la vida de él pobre Shinpachi. El joven cubrió sus oídos al momento de escuchar sonidos chirriantes de la cama y susurros perversos.

Los niños que leerían esta historia se perturbarían, pero él mantendría su inocencia hasta el día en que entregue su flor a una buena y noble mujer.

Silenciando todo sonido perverso, se entregó a las palabras del verdadero cuento de Peter Pan.

.

.

.

.

Aviso:

Me costó mucho terminar este capítulo, perdí el toque en la comedia XD así que publicare un capitulo cada dos semanas.

Habrá variedad de parejas, desde un KamuNobu o OkiKagu, hasta un GinxTodos XD serán sutiles o poco se mostrara, porque la finalidad del fic será la comedia absurda.

Próximo Capítulo:

Tatsucienta: SakaMutsu

.

Nos leeremos,

¡Bye!