Ya lo sé. Tengo historias que actualizar y yo aquí publicando otra más. También se que no tengo solución y siempre seré así u.u. Pero entiendan, esto es incontrolable, además de que yo soy así. Solo tenganme paciencia mis amorej :'v. Esto lo hago por que me gusta y por ustedes uwu

Y ya subiré un nuevo chapter en "De: Fairy Tail. Para: Escritores de Fanfiction", por si hay alguien que lo lea aquí uwu.

Tengan paciencia Porfis :'v puede que me tarde, pero siempre actualizaré :c

Espero que les guste :')

Esta vez es una historia de drama, tal vez un...56%, lo que sobra es romance más que nada.

Disclaimer: Los personajes de Fairy Tail no me perteneces, ellos son de Mashima. Solo la historia es mía u_u

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Chapter 1:

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No sabía que hacer. No sabía que pensar, ni siquiera como actuar. Sus palabras le habían calado a fondo en el corazón, atravesándolo. Sentía que le faltaba el aire, le pesaba el pecho y algo que se le apretaba la garganta. Quería llorar y gritar, pero no podía hacerlo. No ahí por lo menos, pero sentía que ya no lo podría soportar más. Le había afectado de verdad, una simple frase.

"Yo y Lis estamos saliendo".

Bueno, no era la frase. Sino que la persona que la había dicho.

Nunca pensó que él podría hacer que algo la afectara tanto. Pero Natsu era su amigo. No, no era tan simple como eso. Era su mejor amigo y no podía arruinarle el día con sus estúpidos sentimientos.

Él ya había elegido. Y ella no tenía que entrometerse en su decisión.

Lisanna había sido la elegida. No ella.

- "Muy bien Lucy, sonríe. No puedes delatarte, nadie puede saberlo" - se decía mentalmente, mientras veía a su mejor amigo y a Lisanna siendo felicitados por todos sus compañeros de gremio.

Si tan solo ella fuera la que estuviera ahí en lugar de Lisanna...

- "¡No seas estúpida! Ya no existe ningún 'Si tan solo...'. Deja de ser una niña caprichosa y sopórtalo. Sonríe, ve a felicitarlos, quédate un poco más y luego te vas" - luego de auto mentalizarse, se puso de pie, hizo su mejor sonrisa y corriendo fue hacia la nueva pareja. Tenía que hacerlo bien.

- Oh...¡Luce! - exclamó el chico de ojos jade cuando la vio acercarse.

- ¡Natsu! - dijo su nombre, mientras que por dentro lloraba.

- ¿Qué te parece? - le pregunto el chico cuando ella ya estaba frente a la nueva pareja.

- ¡Es asombroso! Te lo mereces - le respondió mientras le daba un abrazo - Felicitaciones - dijo ella, mientras su corazón se hacía pedazos.

- Gracias Luce - agradeció él mientras le devolvía el abrazo.

Sentía que todo dentro de ella se destruía.

- No hay de que. Debes ser feliz, Natsu - le contestó mientras se separaba de el chico. Ya no podía estar más entre sus brazos, eso solo la lastimaba más.

- Eres una gran amiga, Luce - suficiente con Natsu. Eso la había desarmado por completo y eso era lo que menos quería...aún.

Ella solo le dio una sonrisa, claramente falsa, pero era Natsu Dragneel. Nunca se daría cuenta de si era real o no.

Dio un suspiro disimulado y aún sonriendo, se giró hacia Lisanna.

Esta también mantenía una sonrisa, pero era igual que la de ella. Falsa.

- ¡Felicidades Lis! - exclamó la rubia al tiempo que se lanzaba a abrazarla.

- Gracias Lucy - respondió la chica de cabello albino.

- Cuida a el idiota - dijo la rubia soltando una breve risa.

- ¡Escuche eso Luce!~ - reclamó el aludido mientras que hacía un puchero.

"Detente idiota. Basta" rogó Lucy para sus adentros, al tiempo que fingía una sonrisa burlona.

- Esa era la idea - murmuro ella sonriendo con burla.

Lisanna comenzó a reír por la cara que había puesto Natsu y Lucy, para disimular, la siguió.

- Lucy, Natsu, Lis - los llamaron.

Los tres se giraron para ver a Mirajane ir hacia ellos con una bandeja en las manos. La cual estaba siendo ocupada por vasos con líquidos.

- Mira-nee.

- Tengan - les dijo la albina mientras les tendía la bandeja para que tomaran un vaso.

- ¡Genial! - exclamó el peli salmón mientras se tragaba el líquido - Gracias Mira - dijo el chico cuando termino.

Ella solo le sonrió alegremente.

Esta vez, fue el turno de Lisanna de tomar un vaso. Aunque esta, obviamente, se bebió el contenido con más tranquilidad.

- ¿Y tu Lucy? - pregunto la demonio ladeando la cabeza.

- Oh... No te preocupes por mi. De todos modos, luego tengo que salir. Debo ir a pagarle a la casera - sonrió ella convincentemente.

- Esta bien - la oji azul le correspondió la sonrisa y luego fue a ofrecerles algo de beber a Gajeel, Levy y Lily, que estaban sentados en una mesa más allá.

Lucy suspiró de alivio mentalmente y luego se giró hacia la pareja. Que aunque, ahora, se encontraban siendo felicitados por Jet y Droy (aunque no le quitaban la vista de encima a Gajeel), logró acercarse a ellos.

- Hey Natsu, Lis - llamó la atención de los dos.

Les dedico una sonrisa, media sincera media triste y les dijo:

- Lamento que me tenga que ir ahora, pero luego la casera se pone como una bruja si no le pago a tiempo. En la mañana ya me ha llamado la atención.

- Claro, no hay ningún problema Lucy - contestó la peliblanca.

- Pero Luce~ - exclamó Natsu ladeando la cabeza.

Pero antes de que Lucy dijera pio, Lisanna miro a su ahora pareja y en cierta forma lo regañó.

- Anda, Natsu. Si detienes a Lucy la dejarás sin casa.

- Pero Lis~.

- Nada de peros, ya la escuchaste. No queremos que Lucy tenga problemas - repicó ella convincentemente.

Natsu giró la cabeza, se cruzó de brazos e hizo un puchero.

- Escucha a Lis, Natsu. Debo irme ya y no te preocupes, vendré luego - sonrió y se alejó hasta la salida.

Una vez afuera, corrió y corrió. Pero no en dirección a casa.


- Gray-sama... - murmuro la chica con timidez.

- Hm, ¿y tu que haces aquí? - pregunto el con fingida indiferencia.

Gray, por la naturaleza del elemento de su magia, tendía a ser muy frío con la mayoría. Y aunque, siempre lo fue con Juvia, él sabía perfectamente que no podía serlo con ella. Por otro lado, quizás, o era muy buen actor, o simplemente los demás se auto influenciaban con todo lo que veían. Tal vez alguien normal se pudo dar cuenta al instante, pero vamos, que los de el gremio, aveces podían ser, un poquito -mucho- idiotas y raros.

Por lo que no van en la clasificación de normal.

- Verá...J-Juvia, q-quería d-decirle algo m-muy import-tante a G-Gray-sama - siguió ella. Pero esta vez bajo su cabeza, como un niño siendo regañado por sacar una galleta sin avisar.

Gray alzó una oscura ceja. En realidad sentía curiosidad por lo que le diría. Y aunque no podía ser muy distinto a lo de siempre, presentía que no venía nada bueno. Y el que bajara su rostro así, le alertaba aún más.

- ¿Y? - la incitó a seguir con el típico: Ah vale, bien por ti que se percibía en su tono.

- Bueno... Juvia...solo quería decirle...que se ha rendido con usted, Gray.

- ...

Cuando Juvia lo llamó Gray, supo que ya no podía hacer nada. Si tan solo, hubiera agregado el sama, sentía que pudo haber hecho algo al respecto. Pero por lo que veía en la expresión de Juvia, ya no tendría a su acosadora personal, a la cual le había tomado mucho aprecio (N/A: Todos sabemos que no es verdad que es solo aprecio. Pero vamos, que no se daría cuenta tan fácilmente) a cada segundo.

Apretó fuertemente sus manos poniéndolas en puño. Y su rostro seguía igual de inexpresivo con la noticia.

De todos modos sabía que ya no podría hacer que la Juvia que siempre había conocido, volviera a el.

- Gray - dijo su nombre un poco cohibida.

- ¿Y qué quieres que haga? - preguntó el pelinegro con brusquedad y sin expresión en el rostro.

Sus manos seguían en puño dentro de los bolsillos de su pantalón. Ya casi sentía la yema de sus dedos junto con sus uñas clavándose en su palma. Aunque, no podía sentir nada de dolor o molestia.

- Yo..solo...

- ¿Para que vienes y me dices esto?, creo que sabes muy bien que poco me interesa lo que te sucede o deje de suceder.

A ese punto Gray ya no sabía que era lo que estaba haciendo. Por alguna razón se sentía bien decirle eso, pero por otro lado sentía que si seguía así, le haría más daño del que ya le había hecho todo ese tiempo al estarla ignorando por completo.

Tal vez solo quería remplazar las punzadas en su pecho o el fuerte nudo en su garganta.

Ya no sabía nada, realmente.

- ¿Sabe? Yo solo venía a decirle esto para que supiera que ya no lo molestaría más, Gray, es más porque me siento obligada que otra cosa - contestó ella intentando mantenerse fuerte.

Sus manos estaban igual que las de el pelinegro, con la diferencia que estaban muy a la vista. Gray sabía perfectamente que ella quería llorar, pero no se permitía llorar delante de el, para no darle el gusto de verla así.

El no se caracterizaba por tener el sadismo de hacer llorar a las chicas. De hecho, se desesperaba y se sentía impotente ante una chica con lágrimas. Aunque, claro, eso nadie lo sabía. Puesto que todos lo veían como un chico frío e indiferente con las chicas que se le acercaban con un interés más allá de lo amistoso.

Gray sabía que era muy cerrado con respecto a sus sentimientos hacia los demás. Un gran ejemplo era la misma Juvia. El sabía que la quería, pero era tan cohibido y desconfiado la mayoría de las veces. Que simplemente sus cuerdas bucales le prohibían decir algo de lo que sentía.

Y todo eso lo hacía sentir frustrado.

- Bien - dijo el oji gris haciéndose el desinteresado.

- Bien, nos vemos, Gray.

Así, Juvia se fue, dejando a Gray angustiado y ligeramente enrabiado.

Tal vez, por lo mismo todos terminaban dejándolo. De una u otra manera.