¡Hola a todos! Estoy aquí con una idea que se me ocurrió hace poco, aún no entiendo por qué hice esto, pero, siempre quise escribir algo sobre un primer beso y como se siente (lastimosamente, el mío no fue así de lindo) ¡Y que la pareja fuera Gon y Alluka hizo más malditamente tierna a la situación!

Disclaimer: Ningún personaje que aquí aparezca o sea mencionado me pertenece, todos son propiedad de su respectivo autor: Yoshihiro Togashi.


Una mirada dulce fue lo primero que recibió de él.

Alluka se sonrojó levemente más no apartó sus ojos de los ajenos, permitiendo que ambos continuaran contemplándose en silencio. ¿Para qué interrumpirlo? No había necesidad de palabras, ni mucho menos sentía que era algo indispensable para el momento…

De pronto, le siguió un tímido roce de manos.

Ella dio un pequeño respingo ante la acción, pero, tomando toda la fuerza y valor oculto en su interior, terminó correspondiendo y afianzó sus dedos en torno de la mano ajena; esperando y rogando ─internamente─ a que él entendiese su mensaje oculto. Ese deseo que no se atrevía a decir en voz alta... una petición, que solo a él podría cumplir.

Luego, una sonrisa apareció en el rostro de su acompañante y Alluka supo que ya no debía preocuparse.

Unos cálidos y suaves dedos acariciaron su mejilla, con cuidado y ternura, sintiendo además como el tono carmín se acentuaba en aquel lugar. La sintió temblar y como el aliento escapaba poco a poco de sus labios rosados; Gon volvió a sonreírle y bastó una mirada para que ella se sintiera segura; sus dedos continuaron trazando un camino imaginario hasta llegar a destino y permanecer allí, elevando levemente la barbilla de la pelinegra.

Ella mantuvo sus ojos violeta fijos en Gon, y al momento que una tímida sonrisa apareció en su rostro sus parpados comenzaron a cerrarse; ahora era él quien sabía que ya no debía preocuparse…

Y al fin, llegó eso tan esperado…

Aquel afable y amoroso ─amable─ contacto entre ambos.

Un beso tierno que roza la piel suave de los labios del otro, tan castamente se acerca a reconocer, y recordar, su dulce respirar, apropiándose de esos labios, dejando a un lado toda la timidez, para recorrer cada milímetro de esa boca; un gusto dulzón en los labios, una sensación confortable en el pecho, un cosquilleo que se sitúa en sus vientres; un beso que termina cediendo poco a poco mientras ambas manos se pierden sobre la cintura de ella y deshacen el pecho de él... y en un instante ─uno que no deseaban que llegara─ se alejarían lentamente para que sus ojos volvieran a encontrarse.

...Ese beso tan deseado, anhelado, que tan solo por aquella ocasión sería efímero, pero que estaría presente en ellos, para toda la vida...

Porque sabían que este sería el primero de muchos besos.