Este fic ha sido creado para el "Amigo Invisible 2013-14" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Querida Aerith:
Saludos desde San Juan, Puerto Rico.
¡Feliz Año Nuevo, cariño!
Que Dios te colme de muchas bendiciones y que todo lo que te hayas propuesto para este nuevo año se cumpla. Que este año 2014 sea uno de muchos logros personales, académicos y profesionales.
Cuando recibí el mensaje de que serias mi Amigo Invisible y leí tus peticiones casi me dio un soponcio. La primera petición un Drarry. O.O Nunca había escrito nada parecido. Es más no había leído nada slash y mucho menos Drarry hasta que me inscribí al Amigo Invisible. Gracias a Druida fue que comencé a leer los slash y luego me hizo desear escribir uno, por eso elegí tú primera petición para hacer mi regalo.
Reconozco que me ha dado más dolor de cabeza, ya que aparte del slash das unas especificaciones que fueron desafiantes para mí. Creo que me salí del canon, espero que no te importe. Incluí algunas cositas que son de mi gusto y espero que también sean del tuyo.
La verdad es que disfrute mucho haciendo tu petición. Me desafiaste como escritora. Te darás cuenta que utilice los libros para poder mantener la historia bastante canon, aunque no completamente, ya que querías a nuestro pelinegro en Slytherin. Y, por supuesto, que se quedara con el bomboncito de Draco Malfoy.
Las demás peticiones me gustaría hacerlas después. También es algo desafiante, al menos lo de la tercera generación, ya que ni leo ni he escrito nada parecido, pero para eso necesito tiempo.
¡Feliz Día de Reyes!
Espero que lo disfrutes y pueda cumplir con tus expectativas. Las críticas buenas o malas son bienvenidas. Ah, se me olvidaba… disculpa por la ortografía. Si se me fue un detallito, lo siento.
Un abrazo bien fuerte,
Deborah
(Aurora Caelestis)
Nota de la Autora:
La petición de mi AI fue un What if en el que Harry acabara en Slytherin. Que al principio se lleva mal con Draco, pero que tenía que terminar en Drarry. Le hubiera gustado una escena de cada año de Hogwarts, en pequeñas viñetas o lo que fuera. Que fuera Drarry pero no de repente, y nada cursi. Lo que termino en un Long-fic. Los fic cortos no son lo mío.
Este fic es una serie de capitulo (no los puedo llamar viñetas porque algunos llevan más de 3,000 palabras) de Harry y Draco. Es posible que incluya uno que otro sobre Harry solamente, pero es que quería desarrollar otra personalidad en Harry, ya que está en Slytherin. Además de darles protagonismo a otros personajes que me agradan de la saga.
DISCLAIMER Y ADVERTENCIAS:
Este fic está basado en la obra literaria de J.K. Rowling. Ha sido modificado con las especificaciones de mi AI, más ideas y creaciones mías. Por lo tanto debo dejar constancias de los siguientes disclaimer y advertencias.
Disclaimer del fic:
Todos los personajes y/o lugares conocidos del mundo de HARRY POTTER le pertenecen a la maravillosa escritora J.K. ROWLING. Sólo la trama es mía. CONTIENE SPOILERS.
Derechos de autor:
Copyright © J.K. Rowling, 1999-2008.
"Harry Potter y la piedra filosofal" © 1999
"Harry Potter y la cámara de los secretos" © 2000
"Harry Potter y el prisionero de Azkaban" © 2001
"Harry Potter y el cáliz de fuego" © 2001
"Harry Potter y la orden del fénix" © 2004
"Harry Potter y el príncipe mestizo" © 2006
"Harry Potter y las Reliquias de la Muerte" © 2008
El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, para su adaptación cinematográfica, son propiedad de Warner Bros, 2000.
Advertencias de géneros, rating, etc.:
Longfic, UA/What if, OoC, Rated M, Lemon, Slash/Yaoi. Totalmente fuera del canon.
AHORA SI, ESPERO QUE LO DISFRUTEN. EN ESPECIAL TU, AERITH, QUE ES TU REGALO.
¡SOLO UNA VEZ!
Por: Aurora Caelestis
CAPITULO 1: La tienda de Túnicas
Después de salir de Gringotts, Harry no sabía a donde ir. No sabía cuántos galeones había en una libra, para darse cuenta que tenía mucho dinero. Más del que pudieran tener sus tíos jamás. Aún estaba sorprendido de todo lo que se había enterado en las últimas veinticuatro horas.
Sus tíos le habían mentido sobre cómo habían muerto sus padres. Se había enterado que era un mago y que iría a un colegio de magia. Que sus padres le habían dejado una fortuna y él había tenido que vivir en la miseria. Había sido un infierno vivir con sus tíos y su odiado primo. Viviendo en la alacena. Que diferente hubiera sido si sus padres hubieran vivido.
La noche anterior había aparecido Hagrid para entregarle su carta de aceptación para ir al colegio Hogwarts de Magia y Hechicería y él no se había sentido más feliz en toda su vida. Ahora se encontraban en el callejón Diagon, donde compraría los utensilios que necesitaría para ir al colegio. Se sentía extasiado. Por un momento pensó que todo había sido un sueño, pero no era así. Iban caminando por el callejón Diagon, miraba a todas partes y a todo el mundo.
—Tienes que comprarte el uniforme, Harry—dijo Hagrid señalando hacia "Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones". Hagrid lo había dejado en la tienda y se había ido. Se sentía un poco nervioso. Madame Malkin era una bruja sonriente y regordeta.
— ¿Necesitas una túnica para Hogwarts?—pregunto. Harry simplemente asintió. –Todos vienen aquí… En realidad, otro chico se está tomando las medidas para su túnica ahora.
En el fondo de la tienda, estaba un niño de rostro pálido que estaba de pie sobre un banquito mientras otra bruja tomaba sus medidas y le ponía alfileres en su larga túnica negra. Madame Malkin acompaño a Harry a otro banquito, le deslizo una larga túnica y comenzó a marcarle el largo apropiado para el colegio.
—Hola—dijo el chico pálido— ¿También vas para Hogwarts?
—Si—respondió Harry.
—Mi padre está en la tienda de al lado, comprando mis libro, y mi madre ha ido a Ollivander a mirar las varitas—dijo el chico pálido con voz aburrida y arrastrando las palabras. —Luego voy arrastrarlos a ver las escobas. No sé porque los de primer año no podemos tener una escoba propia. Voy a molestar a mi padre hasta que me compre una y la meteré de contrabando al colegio de alguna manera.
La primera impresión de ese chico le recordaba al repulsivo de su primo, Dudley. Y no le agradaba. Le parecía demasiado arrogante y petulante. Mimado como su odiado primo. Sabía que no debía a juzgar a las personas sin conocerlas, pero este chico no le inspiraba nada de confianza. Tenía la misma sensación de cuando estaba con el odioso de su primo y sus amigos. Desconfianza y desprecio.
— ¿Tú tienes escoba propia?—pregunto el chico pálido.
—No—le respondió el pelinegro, preguntándose para que quería una escoba.
— ¿Pero al menos juegas al Quidditch?
—No—dijo nuevamente el pelinegro, preguntándose qué demonios seria el Quidditch. Por un momento se sentía un pario al desconocer tantas cosas del mundo mágico, pero al recordar lo que había sido su vida con sus tíos y su primo, se sintió mucho mejor al darse cuenta que ese era su mundo. No con los Dursley.
—Yo sí. Mi padre dice que sería un crimen que no me eligieran para jugar por mi casa, y la verdad es que estoy de acuerdo. ¿Ya sabes en qué casa vas a estar?—seguía diciendo el chico pálido.
—No—dijo Harry, sintiendo cada vez más tonto por desconocer de que hablaba el chico, pero de algo si podía estar seguro y era que no quería pertenecer a la misma casa del chico. Era cada minuto más arrogante y le seguía recordando a su odiado primo.
—Bueno, nadie lo sabrá realmente hasta que lleguemos al colegio, pero yo sé que seré de Slytherin, porque toda mi familia ha ido a esa casa. ¿Te imaginas en Hufflepuff? Mi padre dice que todos son unos perdedores. Yo creo que me iría, ¿no te parece?—seguía diciendo el chico, mientras el pelinegro no veía la hora de salir de allí. El chico realmente no le agradaba. No se había equivocado. No estaba siendo prejuicioso. El chico no le agradaba. Punto.
—Mmm—dijo Harry sin saber que más contestar, pero pensando que preferiría ir a esa casa que estar con el chico pálido en la misma casa. No sabría cómo podría aguantar al chico. Y no le parecía justo que ahora que descubría una nueva vida, tuviera que vivir en la misma casa con Dudley Dos.
— ¡Hey, mira a ese hombre!—dijo el chico pálido señalando al vidriera de delante. Hagrid estaba allí, sonriéndole a Harry y señalando dos grandes helados, para que viera porque no entraba. Harry le devolvió la sonrisa, feliz de que Hagrid hubiera regresado.
— ¿Lo conoces?—pregunto el chico pálido.
A Harry se le borro la sonrisa del rostro y miro al chico. Ya estaba cansado de él y quería salir de allí, para comerse el helado con Hagrid. Además de que estaba cansado del parloteo incesante del rubio. Se daba cuenta de que el chico lo hacía sentirse como un tonto y le recordaba al idiota de su primo. Y él prefería que por ese momento, no tener que recordar a sus tíos y ni a su odioso primo. Quería simplemente disfrutar de ese nuevo mundo que se le abría. Quería conocer el mundo de sus padres. El suyo. Y este chico le recordaba cada segundo que abría la boca a su primo, a sus tíos y todos los años miserables que había vivido con ellos.
—él es Hagrid—dijo Harry contento de saber algo que al menos el chico pálido no sabía. –Hagrid trabaja en Hogwarts—dijo el pelinegro con suficiencia.
—Oh, he oído hablar de él. Es una especie de sirviente, ¿no?—pregunto en tono despectivo. A Harry cada minuto seguía pensando que el chico era insoportable.
—Es el guardabosque—le contesto Harry en un siseo, que lo sorprendió, porque jamás había utilizado ese tono de voz, ni siquiera con el insoportable de su primo, pero aun así mantuvo su rostro imperito.
—Sí, claro. He escuchado que es una especie de salvaje, que vive en una cabaña en los terrenos del colegio y que se vez en cuando se emborracha. Trata de usar magia, pero el muy inútil termina prendiendo fuego en su cama—dijo en tono de burla.
Harry uso todo su auto control, que ni siquiera sabía que tenía, para no golpear al idiota.
—Pues yo creo que es magnífico—le contesto el pelinegro con frialdad.
— ¿Eso crees?—pregunto el chico pálido en tono burlón. — ¿Por qué estas con él? ¿Dónde están tus padres?—
—Están muertos—respondió en tono lúgubre. La última pregunta le había ocasionado un profundo dolor. Mucho más la respuesta. Ya estaba cansado de hablar con el imbécil, que se había ganado en un segundo el título del chico más idiota que había conocido. Y eso que pensaba que Dudley era el ganador invicto por años consecutivos.
—Oh, lo siento—dijo el otro, aunque no pareció que le importara ni mucho menos que lo sentía—Pero eran de nuestra clase, ¿no?—pregunto con arrogancia.
A lo que Harry deseo contestarle con un puñetazo y eso que él jamás había sido violento. No sabía de donde le había salido esa vena tan violenta. Tal vez el enterarse sobre la verdad de sus padres y de su origen, fue el detonante que saco todos los años de represión por parte de sus tíos y su primo.
—Sí, eran un mago y una bruja, si es eso a lo que te refieres—contesto imperito mirando hacia la puerta por donde quería salir antes de que perdiera la paciencia con el idiota que tenía al lado.
—Creo que no deberían dejar entrar a los otros, ¿no te parece? A los impuros. Los que no son como nosotros. No fueron educados con nuestras costumbres. Dicen que ellos nunca habían escuchado sobre el mundo mágico o Hogwarts hasta que recibieron la carta. Creo que todo debería quedar en las familias de antiguos magos. Y, a propósito, ¿Cómo te llamas?—
Pero antes de que Harry pudiera contestarle o mandarlo a la mierda, Madame Malkin dijo:
—Ya está listo lo tuyo—
Harry bajo del banquillo más rápido que ligero, sin lamentarse de dejar de hablar con el chico pálido, sino todo lo contrario, creía que era lo más sano, porque se sentía extraño. Sentía una ligera oscuridad que jamás había sentido y creía que el chico podía ayudarlo a desarrollarla más sino salía de allí.
—Te veré en Hogwarts—dijo el chico pálido, pero Harry ni siquiera le contesto y salió de la tienda.
Estaba comiendo el helado de chocolate y frambuesa con trozos de almendras que Hagrid le había traído, pensando en esa sensación oscura que había sentido. Antes de ese día jamás la había sentido.
Hagrid lo observaba silenciosamente. Sabía que algo le había pasado. Cuando el chico salió de la tienda, su ojos esmeraldas se veían de un verde oscuro, casi negro que le enrizo la piel de la nuca. Había visto algo que prefería ignorar. Él era Harry Potter, el hijo de Lily y James Potter, el pequeño indefenso que años atrás había llevado a Privet Drive en la moto voladora de Sirius Black.
Hagrid iba a preguntarle qué le sucedía, pero al ver el rostro sobrio del pelinegro descarto preguntarle e incomodarlo. Así que siguieron caminando por el callejón Diagon. Se detuvieron a comprar pergaminos y plumas. Cuando salieron de la tienda aun Harry se sentía extraño y esperaba que cuando fuera al colegio no le tocara en la casa del idiota chico que había conocido en la tienda de túnicas, porque de lo contrario iba a desarrollar un lado oscuro que en el fondo le daba miedo o terminaría por darle el puñetazo que se había quedado con las ganas de darle.
ESPERO QUE TE HAYA GUSTADO EL PRIMER CAPITULO.
¡HASTA EL PROXIMO!
