Este es un proyecto largo -largo significa más de un capitulo como siempre suelo escribirlos-, sí damas y caballeros. Este fic tiene más de un capitulo y kilos de lemon y perversiones :3

Pareja: Estados UnidosxInglaterra. (USxDemon!UK, USxIndependence!UK, USxPunk!UK, USxShota!UK, USxPirate!UK, USxVirgin!UK, USxFem!UK, USxQueen!UK, USxSherlock Holmes!UK, etc)
Disclaimer: Hetalia y todos los personajes que lo conforman no me pertenecen. El respectivo dueño es Himaruya Hidekaz.
Advertencia: Lemon, perversiones, shota, juguetes sexuales,viagra, afrodisíacos, entre otros.

Alfred no era en extremo pervertido ni nada parecido -quizás se le pegaron malos hábitos, de su tutor por ejemplo- pero no era tan pervertido, o sea, no pensaba en sexo cada dos por tres, sólo en algunas ocasiones, a veces incluso cuando estaban acariciándose él y Arthur es allí recién cuando siente que parte de su cuerpo le pide sexo, en especial con un británico rozando su hombría y apretándola contra sus suaves manos.

Sólo de pensarlo se excitaba. Ese británico, oh ese sensual británico, todas sus facetas eran encantadoras. O al menos eso creía. La verdad es que Alfred F. Jones desconoce gran parte de las facetas que puede tener Inglaterra o las que ya tuvo a lo largo de su vida.

Él no era pervertido sin embargo… tenía sus tentaciones, sus fetiches y sus sueños eróticos.

–¿Qué h-haces? –aquel ser alado se removía en el sillón con fuerza mientras un joven de lentes lo apresaba contra el sillón mientras lamía sutilmente la deliciosa carne de su cuello, saboreándola con suavidad para luego dejar pequeñas mordidas que dejaban marca en aquel celestial ángel.

Marcas de pertenencia, de propiedad e incluso de amor.

–Te hago mío…–susurra el americano mientras acaricia las deliciosas piernas desnudas del ángel quien aún irradia resistencia, sus mejillas se van coloreando y sus manos ceden y se van moviendo al ritmo de las caricias.

No soporta los espasmos que siente al ver al americano acariciar sus muslos con aquella frecuencia.

–D-Detente…–rogaba con un hilo de voz mientras su cuerpo se flexionaba en eróticas posiciones al sentir los dientes mordisquear su tetilla derecha por aquella tunica que traía.

El americano sonrió con suavidad atrayendo el cuerpo de su angelito para besar sus labios y luego frotar un poco más el pezón vulnerable hasta que se irguiera y causara deliciosos espasmos al ángel que estaba siendo profanado por ese estadounidense. Todo había comenzado hace una media hora atrás, donde por casualidad Arthur se transformó en ese ángel en el momento justo en que estaban en "plena faena". Si hubiera sido otra situación, Alfred se hubiera resistido, pero su polla estaba dura y daba contra la ropa blanca del angelito, simplemente no podía tenerlo allí y no devorarlo.

–M-Mi m-magia Alfr-ed…–cerraba los ojos entre pequeños sonrojos, sus manos apretaban con fuerza la varita mágica no queriendo soltarla a pesar de todas las cosas sucias que le hacían a su cuerpo. –N-No sigas… me des-descontrolo…–

Los gemidos, los sonrojos, esa escena tan erótica o simplemente el traje tan llamativo nublaron los sentidos del americano, no se detuvo, incursionó su mano por debajo de la toga del ángel celeste hasta encontrar y palpar un delicioso bulto que lo estaba mojando, la cara del inglés se nubló en vergüenza tratando de cerrar las piernas y taparse aquello, pero no podía, no con Alfred tan ansioso allí. Queriendo tocar, penetrar y escuchar roncos gemidos desde su amante.

Los besos fueron más profundos, el inglés sentía poco a poco como su aureola dorada en la cabeza de iba quebrando ante cada grito de sofocado placer que ese come hamburguesas le hacía tener.

La piel tiritaba y los cuerpos se unían en posiciones erotizas, rozándose fuerte, tratando de sentir el propio placer del contrario en piel propia. Arthur sentía las mejillas arder, su cuerpo caliente y sus piernas siendo elevadas al cielo, luego, sólo sintió un remezón fuerte y algo entrando a través de sus desnudas nalgas.

Algo húmedo y mojado, caliente y duro, su varita calló al suelo y se aferró con fuerza al organismo contrario gimiendo el nombre de aquel ser que lo estaba penetrando y haciendo suyo con aquella lujuria y dedicación, pero más que nada con amor, la varita estaba en el suelo, descontrolada gracias a la mar de emociones de su amo, centellando polvo brillante.

Arthur ya no pedía que se detuviera, pero a cada salvaje movimiento de cadera su aurora se trizaba más, hasta que se hizo añicos. La varita ya centellaba por debajo de los dos cuerpos en salvaje movimiento. Nadie lo intuía, pero cuando Alfred estaba cercano al orgasmo algo ocurrió, algo que jamás esperó que sucediera.

Se encontraba solo, completamente solo mientras una nube de humo lo cubrió, se corrió igualmente después de unos segundos eyaculando en el sillón, aunque gimió algo molesto al no haber acabado dentro de Inglaterra, le agradaba esa sensación, ese último grito de su amante y la unión de caderas, esa última estrechada que le daba el acogedor ano de su pareja a su miembro al sentir el orgasmo. Sí, era una sensación grata que por ese momento se había perdido, buscó a su amante algo molesto, pero aún seguía la gruesa capa de humo rodeando toda la sala de su casa.

No había nadie en ese sillón. Y cuando al fin puede ver algo sus ojos se abren de par en par, allí estaba Arthur… pero estaba seguro que no era completamente su "Arthur".

–¿Quién eres? –susurró atónito el americano.

Su vista se abrió y se cerró, algo le decía que era su Inglaterra y otra en cambio le decía que no lo era. Sólo podía contemplarlo allí, parado al lado suyo manteniendo la mirada junto a él.

Lo que Alfred no sabía es que ese sí era su Arthur, pero sólo una de sus tantas facetas, y menos imaginaría que para volver todo eso a la normalidad tendría que usar el mismo método que usó para descontrolar la magia del ángel, "el sexo". Alfred que pronto descubriría lo que tenia que hacer, quizás lo encontrara fácil, pero la verdad, es que necesitaría un verdadero manual para poder "sobrevivir" con cada Arthur.

Estaba muerto, realmente muy muerto. Pero aún lo ignoraba.

N.A: Y así va este fic, les contaré básicamente cómo se desarrollará, Alfred para ir "cambiando" de Iggy tiene que tener sexo con el que le aparezca, ejemplo, logra tener sexo con Punk!UK y le aparecerá Demon!UK u otro, con algunos es más difícil que con otros y tiene que sobrevivir a cada Arthur hasta llegar al "último" que sería su verdadero Arthur. El orden de las apariciones pueden escogerlas ustedes, son las que están arriba, si quieren alguna aparte de las mencionadas también acepto sugerencias :D

¡Habrá mucho lemon, prepárense y comiencen a votar por cual quieren que sea el primer Inglaterra a salir! *w*