"Fairy Tail es propiedad de Hiro Mashima. Esta viñeta participa en el reto: Confort Romántico del Foro: Cannon Island."
Aclaraciones Importantes:
Personajes:
Lucy Heartfilia. — Natsu Dragneel.
Género: Romance/Tragedia.
"Please don't do this, you're only going to hurt the people you love." "Who said I ever loved them?"
"Por favor, no hagas esto. Solo vas a lastimar a la gente que amas" "¿Quién dijo que alguna vez los amé?"
¿Miedo? Sí. Lucy Heartfilia tenía miedo.
¿Pero quién no lo tendría? Su fortaleza se caía a pedazos al verlo a él, convertido en una bestia descontrolada. Incapaz de formular una sola palabra sólo contemplaba como Natsu Dragneel reducía a cenizas a su hermano el Mago Oscuro.
Todo había pasado tan rápido que no podría decir con certeza en qué momento fue que inició todo.
Ese no era Natsu, se repetía. Intentaba creerlo con todas sus fuerzas, no obstante, todo era real. Tan real como los tatuajes que escalaban el cuerpo del tragafuegos enroscándose en sus brazos como serpientes. Se llevó las manos a la boca incapaz de contener su llanto.
Porque eso era él. No importaba cuánto quisiese esconderlo, no podría huir de sí mismo. De lo que significaba ser lo que era él. Y gritó. Porque era lo único que le quedaba. ¿Qué más importaba? Lo perdería.
Natsu era consciente de lo que significaba aniquilar a su sangre y lo había aceptado. Sin embargo ella no lo había hecho. ¿Cómo podría? Mientras no podía moverse, su mente imploraba a gritos que hiciera algo, que no lo dejara morir. Pero ella no se movió, se lo había prometido o más bien, le había hecho prometer tal cosa.
¿Cómo podría defraudarlo en el final? ¿Aunque quisiera hacerlo?
Él se acercó a ella. Y al clavarle los ojos una lágrima se hizo camino desde su mejilla hasta el suelo. Natsu aún conservaba su mirada jade; brillaban como dos perlas relampagueantes de un esmeralda incandescente. No pudo evitar llorar de nuevo al verlo.
— Luce. — Sonríe débilmente, como si el hecho de desaparecer le valiera en lo más mínimo. «Tan típico de él» pensó ella con una sonrisa triste. — No llores Luce.
— ¡¿Cómo no hacerlo?! — le gritó. Porque se sentía morir. Su cuerpo desfallecía de sólo pensarlo, de sólo imaginarlo. ¿Cómo no podría? Natsu era un tonto y los dos lo sabían, por eso dolía.
El tragafuegos sólo sonrió. Porque no le quedaba nada más. Su piel quemaba y las marcas de su maldición brillaban al rojo vivo, indicándole el final. Zeref le aguardaba. Lo maldijo al recordarlo.
— Luce, yo…
— Por favor, no hagas esto. Solo vas a lastimar a la gente que amas. — le interrumpió, desesperada. Se aferró a él con tanta fuerza que Natsu sintió que iba a quedarse sin aire.
— Luce… — la apartó con suavidad. — Es casi una locura quererte a escondidas Luce. No puedo, no podría.
— ¿Eh? — sus ojos marrones brillaron, sin entender.
— Es por eso que debo despedirme, no he hecho las cosas bien. Espero puedas perdonarme.
Lucy Heartfilia no entendió. Pero cuando los labios de Natsu Dragneel rozaron con suavidad los suyos no se opuso. Sino que se aferró aun con más fuerza de la que quisiera. Y no le importó en lo absoluto, sabía lo que esto significaba.
Un amargo y desesperado adiós.
— ¿Quién dijo que alguna vez los amé? No podría ni aunque quisiera, porque no puedo amar a nadie que no seas tú, Luce.
Ella lo miró. Lejos de alegrarla, se sintió morir aún más. « ¿Por qué lo haces? » se preguntó. Así no era como debería haber sido. No era ésta la forma en que hubiera querido que pasaran las cosas. Se suponía que no sería así entonces ¿Por qué?
— ¿A quién engaño? — una lágrima cayó desde el rostro del tragafuegos. — Esto no debería de haber pasado. Perdóname Luce.
— No… — ella lo abrazó. — Pero no podemos hacer nada ¿verdad?
Él se dejó abrazar, consciente del daño que le hacía. Pero ya no podía detenerse. No cuando quería llegar tan lejos para protegerla.
— Hey, Luce. — habló despacio, como si meditara las palabras antes de decirlas. — ¿Aún recuerdas cuando Asuka nos pidió un beso? Creo que sí debí hacerlo entonces. Quizás y las cosas hubiesen sido distintas.
Ella reforzó su agarre, consciente de que se estaba despidiendo, aunque no es como si ella lo aceptara. No lo haría nunca, no importaría cuánto Natsu la sostuviera, ella no quería.
— Aún recuerdo la primera vez que nos vimos — volvió a hablar, esta vez con menos fuerza. Su piel morena empezaba a fragmentarse en trocitos minúsculos que brillaban como el oro y como si fueran polvo. — También recuerdo cuando vi cómo morías asesinada por Rogue, aunque no fueras tú realmente. No te haces a la idea de cuánto sufrí con ello, creí que te perdía. — La rodeó con sus brazos, cayendo de rodillas por el esfuerzo. — Espero recordarlo a donde quiera que vaya, sino tal vez no lo soporte.
— Estarás bien sin mí. — La tomó de las mejillas, limpiando sus lágrimas en el proceso. — Erza y el mucho cuidarán bien de ti, mejor que yo, debería decir. — le obsequió una sonrisa cálida. — Cuida de ellos también ¿vale?
— No te vayas Natsu… — ella lloró. Porque no podía soportarlo. ¿Quién podría?
— No quiero hacerlo, Luce. — de su rostro caían lágrimas. — Hice lo que hice por protegerlos, por que vivieras. Lo sé y aun así no deja de dolerme. No quiero dejarte ¡Maldición! — la abrazó con más fuerza.
— Vive Luce — su abrazo se hizo más débil. — Vive la vida que no pude vivir contigo.
Ella lloró.
— Sabes Luce… — su voz se hizo un murmullo difuso — estoy agradecido, de haberte tenido en mi vida.
Y él desapareció.
Sin Notas de Autor.
