Bajo la lluvia
Por: Led Astray
Esta noche la lluvia caía torrencialmente hacia la tierra, humedeciendo prados y laderas con la pasividad de su presencia. Se vislumbran los rayos que caen con fuerza estrellándose contra los troncos de los árboles, abatiendo cada pequeño latido en nuestro pecho en medio de la veracidad del miedo.
Se cubre sus oídos apretando los párpados con fuerza, intentando borrar el temor de sus sentidos en el refugio de una pequeña y grata oscuridad interior. Su cabello está siendo empapado por las gotas que arrastran sus lágrimas haciéndolas derramar en sus labios, pequeños y rosados, congelando todo en un destello incoloro.
El vestido que porta, largo y de hermosos tonares púrpura y lila se junta a su cuerpo, despojándola de la calidez que embarga a su piel, haciéndola temblar en medio de un recorrido de escalofríos. Sus brazos la rodean, protectores e inútiles, tan sólo añadiendo un destiñe blanco a sus mejillas. Sus labios tiemblan incesantemente, en medio de un gesto frío y cordial.
La cobijo entre mis brazos, rodeándola desde la espalda hasta el abdomen. Su silencio se vuelve más profuso, ocultando los susurros interiores en una opresión infinita.
— ¿Tamaki-senpai? —Me habla dulcemente, permitiéndome notar el quiebre de su vulnerable voz.
Deposito mi camisa en su espalda, cubriendo sus hombros desnudos de las inclemencias de la tierra que pisamos. Noto un sonrojo, leve y sutil recorriendo sus mejillas como una flecha al percibir que parte de mi torso está desnudo, y sin querer, también capturó la pena de sus ojos para compartirla en los míos.
—Tamaki-hentai, eso no se hace frente a una dama —Dice sonriendo con cierto reproche. Le correspondo, también sonriendo, entregándome a la dulzura de su rostro.
La caballerosidad jamás debía de ser olvidada. Sin embargo ser su padre es como una cadena pesada que van arrastrando mis pies a cada paso en una tierra fangosa.
Recuerdo el día en que la vi por primera vez, cuando fue depositada en mi abrazo, dirigiéndome sus pequeños y brillantes ojos caoba contra los míos. Una emoción descriptible fluye a través de cada vena de mi cuerpo al sentir su tersa piel, y cuando su risa inocente recorrió mis oídos no pude hacer más que sonreír como nunca en la monotonía de una familia refinada había podido hacer.
Olvidándome de la conducta responsable de todo buen padre, tomé presas sus labios, llevándome la infinita sorpresa de ser correspondido. Suave y cada vez más profundo, llenándonos de un sin fin de emociones y también, haciéndonos probar el sabor de lo prohibido.
Esto era lo que los adultos, con sus reglas estúpidas prohibían, ¡que importaba! Sólo estábamos nosotros dos en medio de la noche. Besándonos sin pudor. El primero para mí y, lamentablemente para ella, su segundo beso.
Tamaki quiere tener una inmensa colección de fotos de Haruhi que le ofrece Kyoya, por cada review que me des yo le doy una foto, ¿qué dices, nos haces feliz a ambos?
