Capítulo 1.

En el lejano reino de Clamp, una presentación real estaba por realizarse. Las altas torres resplandecían con el sol de un verano caluroso, las trompetas sonaban alegres de recibir a sus visitantes y el aroma de un gran banquete se esparcía por todo el castillo. Los cocineros reales estaban por servir el banquete y la cocina era un completo caos. Una juguetona mano salió por debajo de la mesa en la que se preparaban los postres, la anciana y regordeta cocinera segura que se trataba de su inquieto hijo de 15 años no dudó en darle un golpe con la cuchara.

-¡Auch!-

-¡Shaoran no estés pellizcando la comida!.-

-Buena esa má, pero no fue mi mano.- el muchacho de ojos ambar y cabello castaño asomó su cabeza por debajo de la mesa

-¿Qué? La cocinera se agachó para ver que una bella joven se sobaba la mano.- ¡Princesa! Lo siento tanto es que yo…-

-Descuide, fue mi impertinencia.- dijo saliendo de su escondite

-Después de todo esto es suyo así que sírvase de tomar lo que guste y mande…-

-¡Qué modosita!.- se quejó Shaoran al ver el cambio en la expresión de su madre, sólo recibió una mirada de esas que sólo las madres dan a sus hijos cuando quieren que se callen.

-¡SAKURA!- la voz del príncipe se escuchó

-¡Mi hermano!- se asustó la princesa

-¡corre!- Shaoran agarró la mano no lastimada de la princesa y salieron corriendo de la cocina real

-¡Te van a atrapar Shaoran!- gritó la cocinera cuando ambos jóvenes huyeron. Una vez que se internaron en el jardín real, descansaron bajo un gran árbol de manzanas.

-Tu mano está bien. Mi madre no pega tan fuerte.- Shaoran masajeó la mano herida de la princesa

-Gracias.- O//O se sonrojó cuando recibió el masaje

-¿Estás segura que no quieres ir?- preguntó el joven una vez que soltó la mano de la princesa para pesar de ella.

-Definitivamente, será un desastre como las otras veces. Además todavía faltan tres años para que me case, será mejor simplemente llegar al altar y casarme con un desconocido, tendré toda la vida para amargarme junto a él ¿Para qué conocerlo desde ahorita?- Sakura sacó su lengua mostrando su gran disgusto ante la idea de conocer a uno de tantos pretendientes que tenía. Un ruido en su estómago le hizo recordar que no habían tenido éxito en robar comida para pasar la tarde.

-Podrías enamorarte de éste y no sufrir.- el ágil Shaoran se trepó más rápido que un gato al árbol para bajar los mejores frutos.

-No me he enamorado de los otros. ¿Por qué éste podría ser diferente?- Sakura atrapó con su vestido las manzanas que Shaoran le dejó caer. –Quisiera ser tan libre como tú.- dijo dándole una mordida a una manzana y sentándose en el piso

-¿Libre? Un jardinero no es libre.- Shaoran bajó del árbol y acompañó a Sakura comiendo manzanas

-Sales al pueblo, comes frutas debajo de los árboles, no tienes que vestir ropas caras que se rompen con facilidad, no te cuidas de lo que dices ni de cómo te sientas… puedes enamorarte de quien quieras…- la princesa se sonrojó al decir esto último.

-Tu también puedes hacer todo eso, pero te regañan.- ambos rieron por ese comentario.- y en cuanto a enamorarte eres libre de enamorarte de quien quieras, sólo que no puedes casarte con quien quieras.- Shaoran rió

-¡Es tan injusto!- se quejó Sakura.- Quisiera ser lo que fuera menos princesa.-

-No digas eso, si no fueras princesa no te habría conocido.- Sakura se sonrojó ante ese comentario.- además, cuando seas reina podrás hacer lo que quieras porque tu esposo se irá a la guerra, no lo tendrás aquí, dictarás la moda entre las mujeres y no tendrás que darle hijos.-

-¿Hijos?- sakura nuevamente sacó su lengua ante la idea de tener hijos

-Por eso te digo, no deberías preocuparte.- Shaoran se acostó bajo la sombra del árbol y Sakura lo imitó, se sentía la fresca brisa y el ruido de las hojas relajaba cualquier pensamiento

-Shaoran, ¿qué nunca te preocupas por nada?-

-Tengo un bello jardín, tengo comida en mi mesa, una familia y te tengo a ti. No necesito nada más.-

-En tres años no estaré aquí.-

-En tres años me preocuparé de qué hacer. Por lo pronto, hoy estamos aquí así que relájate.- la sonrisa de Shaoran alejó cualquier pensamiento de Sakura, por eso cuándo la levantaron de un jalón no pudo defenderse.

-¡Aquí estabas!- reclamó el príncipe

-¡Hermano!- gritó Sakura aterrada al verse descubierta. Dos guardias agarraron a Shaoran que hacía lo posible por zafarse.

-¡A ti te espera el calabozo por rapto!- gritó Touya a los guardias que se lo llevaban

-¡No! Hermano Shaoran me encontró y evitó que escapara.-

-¿Qué?- se sorprendió el príncipe

-Así es, hermano me quiero ir y él me estaba convenciendo para que no huyera.-

-Sakura, él es un jardinero; no es tu dama de compañía ni tu guardia personal así que no está autorizado para que esté cerca de ti. Ve a cambiarte que los invitados han llegado. ¡Guardias! Acompañen a mi hermana.- ante la orden del príncipe, soltaron a Shaoran y escoltaron a Sakura.- ¡Tú!- le gritó a Shaoran.- Si te vuelves a acercar a la princesa haré que te corten los dedos.-

Shaoran regresó a sus labores, el jefe del jardín le reprendió por tomarse más tiempo del autorizado para su descanso así que trabajó hasta muy tarde. Era casi media noche y apenas había terminado de recoger todas las hojas. Observó la luna resplandeciente que iluminaba todo el jardín, le agradaba mucho cómo se iluminaba por completo el laberinto y la forma en la que las flores abrían aún sin sol, se encontraba maravillado con su propio trabajo cuando observó una figura a la entrada del laberinto.

-No deberías estar sola.- habló cuando estuvo cerca

-¡Shaoran me asustaste!- le reclamó la princesa cuando lo reconoció

-¿Sakura? Te ves tan hermosa que no te reconocí.-

-Shaoran…- Sakura agradeció que fuera de noche para que no viera su sonrojo tanto.

-Es broma, sabía quien eras, sólo que nunca te había visto con vestido de gala. No sé porqué no te gusta vestir así si te ves muy bien.-

-¡Ya! No me digas eso.-

-No es broma, de verdad. Ese príncipe debe ser el más afortunado si va a verte vestida así a diario.-

-Pero no soy afortunada porque tú sabes que la única persona con la que me quiero casar es contigo.- dijo Sakura viendo al piso, unas lágrimas querían salir de sus ojos.

-Sakura… perdóname por no ser un noble.- Shaoran se sentía humillado ante su estatus social.

-Me van a casar con él… en tres años seré reina, me llevarán lejos y no te veré ya más y…- Sakura se sorprendió enormemente cuando Shaoran levantó su mentón y le dio un beso. Siempre había imaginado cómo sería su primer beso y deseaba que fuera Shaoran quien se lo diera y ahora que sucedía no sabía cómo reaccionar, sólo cerró sus ojos y los abrió cuando se separaron.

-En tres años, estaré contigo.- Shaoran salió corriendo aún cuando la muy confundida Sakura lo llamaba.

-¡Ahí estás!- el rey dio con su hija.- El príncipe Eriol pregunta por ti, tienen que bailar antes que te proponga matrimonio.-

-Si.- Sakura no podía ocultar su felicidad y el rey pensaba que por fin habían dado con el indicado para su hija.

-¡Mamá! ¡Papá!- Shaoran entró gritando a su casa

-¡Shaoran! Pasa de la media noche…-

-No me regañes mamá, ya sé lo que quiero hacer.- el joven ignoró a su preocupada madre.

-Shaoran, otra vez tan tarde de seguro el señor Chantelier te castigó.- el papá bajó las escaleras al escuchar el escándalo de su hijo

-Si bueno ya que se esperen, les digo. Quiero entrar a la academia para ser guerrero del reino.-

-¡Qué idea es esa!- se sorprendió la cocinera

-Es que quiero tener más dinero y en el jardín no lo obtendré.- respondió Shaoran

-Hijo, tu sabes que tu madre empezó limpiando la cocina y ahora es cocinera, yo empecé limpiando establos y ahora soy criador de los caballos de la infantería…- comentaba su padre

-Si pero tardaron mucho y yo quiero dinero rápido, la admiración del pueblo cuando estemos en guerra y protegerlos a todos.- contestó Shaoran

-Deberías pensarlo bien, si llegamos a la guerra como se rumora…-

-Má, no importa, no me matarán, soy muy fuerte además quiero regresarles todo lo que han gastado en criarme.-

-Shaoran!- contestó su madre.- eso no se puede regresar de se modo.-

-Al parecer no te educamos bien, sigues siendo muy impertinente en tu forma de hablar y actuar.- su padre ya no se molestaba con él, no había podido levantarle una mano cuando era niño debido a que era su único hijo, además por su edad podría fácil pasar por su nieto.

-Pá, má…- Shaoran se dejó caer pesadamente sobre una silla y los miró como nunca antes los había visto, tomó aire y habló pausadamente lo que casi nunca ocurría por lo que sus padres también se sentaron presintiendo algo malo.- Ya sé que soy adoptado.- La cara de asustados de sus padres hablaba más que cualquier palabra que deseaban articular.- pero no se los reclamo, han sido los mejores padres que haya podido tener… y es por eso que quisiera agradecérselos. Si me hago guardia real…- calló un segundo tratando de ocultar su verdadera intención.- o si me convierto en soldado podría tener un salario superior al que me espera en el jardín del palacio. Podría hacer que descansaran de trabajar tanto porque no tenían porqué tomar el hijo de alguien más y quererlo como sé que me quieren a mí.- la pareja abrazó a su hijo que soltó lágrimas.- Son la única familia que tengo y los quiero mucho.-

Al día siguiente, Shaoran presentó su renuncia en el castillo; el jardinero real tenía sentimientos encontrados pues si bien éste era el aprendiz más arrogante y contestón que había tenido, lo cierto era que tenía una mano para la jardinería que sorprendía a muchos y una habilidad para cultivar todo tipo de plantas por más raras que éstas fueran. El exjardinero se dirigió al cuartel general de infantería, había una fila de varios jóvenes que rondaban su edad. Las entrevistas eran con un hombre con apariencia de ogro que les daba a los cadetes su casco inicial y ropa de entrenamiento. Habría pruebas cada semana y al final de cada mes se eliminarían los últimos lugares en las pruebas.

-"Será difícil".- pensó Shaoran.


Dos años después…

-¡Saluden!- los ex cadetes se pusieron rígidos ante la orden, hicieron el saludo militar ante el pueblo que los recibía como nuevos soldados. Recibieron la ovación de la gente y les permitieron romper filas.

-¡Shaoran!- el joven se detuvo en seco, se dirigía a abrazar a sus padres cuando la voz del coronel se dirigió a él.

-Señor.- saludó él dándole la espalda a sus confundidos padres

-Me decepciona que decidas quedarte como guardia de palacio, podrías ser muy útil en el frente de batalla.-

-Si me lo permite, deseo proteger al reino desde adentro de posibles invasores.- respondió el castaño

-Creo que tus habilidades podrían evitar que muchos invasores pusieran un pie dentro del palacio. Eres ágil, fuerte, joven y todo un bravucón para atacar psicológicamente a los adversarios. Shaoran, te necesitamos en el frente, serías rápidamente general.- ésta última frase la dijo colocando una mano en el hombro del joven.

-Lo pensaré.- respondió a lo que el coronel asintió, felicitó a los padres del joven y se retiró. Shaoran realmente le había tomado gusto al combate con campo, le gustaba la espada aunque con la lanza y el arco no lo hacía nada mal, además había desarrollado técnicas de ataque con escudo. Derrotó a cadetes de mayor edad e incluso había buscado pelea con soldados de rango menor, al principio había tenido muchos correctivos por conducta, pero el ejército descubrió que eso podría ser una ventaja mejor encaminada en la batalla contra el enemigo. Lo que no comprendían era porqué había aplicado como un simple guardia, si estar parado por horas no era precisamente su punto fuerte. A los cinco días de graduarse, fue asignado a su puesto dentro del castillo.

-Iré a la capilla.- la princesa salió mostrándose sonriente a los dos guardias que estaban fuera de su habitación. Ella caminaba saludando a todos y evitando que sus damas de compañía se reunieran con ella, les decía que prefería ir sola un momento para entrar en oración, deseo que ellas respetaban.- Espera afuera.- le indicó a uno.- Por favor entra a la iglesia y espera fuera de la capilla, no quiero que nadie me interrumpa.- El primer guardia acató la orden, y el segundo entró a la iglesia cerrando la puerta tras de él. Apenas se giró y la princesa saltó hacia él dándole un beso.

-Princesa debería guardar compostura en la iglesia.- contestó fríamente el guardia

-Dios sabe que no puedo evitarlo, estoy contigo tanto tiempo y apenas tenemos una hora para hablar libremente. No me importa, no es pecado le he dicho a Eriol que no lo amo y evito todos los días que me bese.- sacó la lengua

-Es normal, es tu prometido.-

-¿No te dan celos?- preguntó Sakura molesta

-Entendí mi lugar hace mucho.- dijo Shaoran

-Pero es que…- él la abrazó

-Por favor, no lo hagas así. Tenemos poco tiempo y seguir discutiendo esto no tiene sentido. Seamos felices con lo que tenemos, por favor Sakura.- la princesa asintió, sabía que no era posible que huyeran ya que los padres de Shaoran sufrirían las consecuencias y les estaba eternamente agradecida a las personas que había cuidado tan bien del amor de su vida, además por más que detestara la idea de casarse por decreto de su padre, sentía un gran amor por él y dejarlo sin la alianza necesaria para ganar la guerra sería el fin del reino.

Después de "orar" la princesa se retiró a sus aposentos, debía arreglarse para su fiesta de cumpleaños.

-Escuché que vendrá tu cuñada, tu futuro suegro llegará la próxima semana del frente así que no te pongas tan nerviosa porque… ¿Princesa estás bien?- preguntó la dama de compañía que arreglaba el cabello de la princesa. Hizo señas para que las sirvientas las dejaran a solas.- ¿Otra vez pensando en Shaoran?-

-¡Tomoyo!.- la princesa soltó a llorar.- Ya no quiero quererlo así, quiero arrancarme el corazón y dejar de sentir amor por él. ¿Por qué no puedo estar con él?-

-Sakura debes controlarte. Son tiempos difíciles, tu hermano está peleando por el reino y con las armas del reino Clow podremos ganar, se acabará la guerra. Entonces será tiempo para que pienses en cosas de amor, por ahora tu deber es buscar el fin de la guerra.- Tomoyo limpió las lágrimas de la princesa y la maquilló para evitar inútilmente que se notara su tristeza. –Anímate, cuando la guerra termine, podrás continuar con tus "oraciones" en la capilla.-

-¿Alguien sabe de eso?- se asustó de pronto

-Sólo me lo has dicho a mí, sabes que soy una tumba y hasta donde he podido investigar todos te hacen feliz junto al príncipe Eriol. La verdad te ves radiante al lado de él que nadie dudaría en afirmar que estás enamorada.- agregó alegremente Tomoyo

-Aparezco feliz porque da la casualidad que Shaoran está de guardia cada vez que me encuentro con Eriol, pero hoy estuvo de día así que… quizá no pueda mantener la fachada.-

-Recuerda la sorpresa de la que me contaste, la que te prometió la semana pasada.- Tomoyo estaba empedernida en hacer sonreír a Sakura.

-También me dijo que mañana se iría al frente, necesitaban refuerzos. Quizá el día de hoy fue el último día que lo vería, de no haber estado en una iglesia… habría deseado tanto que él y yo…-

-¡Sakura!- asustó Tomoyo ante la idea que se formó en su mente

-Por eso te dije que de no haber estado en una iglesia lo habríamos hecho, pero sólo nos besamos y hablamos. Cumplo 18 años, el hombre a quien amo se va a la guerra y me caso en seis días… no podré sonreír después de todo esto.-

Durante la fiesta Sakura tenía una forzada sonrisa, la idea de contar los días para perder su "libertad" le turbaba la mente al igual que el pensar que Shaoran podría no regresar de una guerra que no entendía por qué se realizaba. El príncipe Eriol fue tan caballeroso como siempre, la acompañó a su habitación acompañada de sus guardias cuando terminó la fiesta.

-Me disculpo por mi hermana, tenía deseos de venir pero la idea de dejar el castillo a solas no le pareció.- hablaba el príncipe

-Descuide, la conoceré el día de la boda junto con su padre.- respondió Sakura

-Princesa, por favor diríjase a mí por mi nombre. Después de todo en menos de una semana nos casaremos.-

-Bien, por favor tome el mismo trato conmigo.- respondió Sakura, en ese momento llegaron a la puerta de su habitación.

-Entonces, me despido… Sakura. Debo partir para viajar toda la noche y enviar a mis tropas a primera hora.- el príncipe dio un beso en la mano de su prometida.- Ha sido un placer estar contigo en tu cumpleaños.-

-El placer ha sido mío.- en un impulso por evitar que notara el desagrado que tenía por él, Sakura lo besó rápidamente en los labios, abrió la puerta de su habitación y se encerró. El príncipe lo tomó como un acto de vergüenza y sonrió al tocarse los labios. Una vez que Sakura entró a su habitación, esperó a que los pasos de los guardias y del príncipe se alejaran los suficiente para soltar su llanto, había sido sólo un beso rápido y le había parecido desagradable, no estaba conforme y no quería nada más con él. Se dejó caer al suelo y lloró, entre sollozos no escuchó cuando alguien entró por su ventana.

-¿Sakura qué pasa?- ella se giró para ver la silueta de quien reconoció de inmediato

-¡Shaoran!- corrió hacia él y lo abrazó fuertemente repitiendo que no quería casarse.

-Sakura, te prometí un regalo.- contestó él apartándose del abrazo e ignorando las súplicas que le hacía para que no se fuera a la guerra.- Mira tu jardín.- la princesa se sorprendió al ver cómo la luna reflejaba sobre el laberinto del jardín una sección que brillaba como si fuera el reflejo de las estrellas, en ese brillo podía leerse una frase que siempre había querido escuchar a pesar que era de su conocimiento a la perfección: "Te amo Sakura".

-¡Shaoran!-

-No soy bueno con las palabras, pero si con las flores.- respondió Shaoran

-Es hermoso…-

-Durará un mes, cada noche cuando estés triste quiero que veas el jardín por tu ventana sólo desde aquí se puede leer. ¿Qué te pasa?- preguntó pues notó que lloraba

-Me casaré en una semana… sólo lo veré una semana…- Shaoran tomó su mano fuertemente, no sabía que le quedaba tan poco tiempo.

-Quería regresar antes que te casaras, me voy mañana y…- ninguno de los dos pensó más, se besaron intensamente pues sabían que les quedaba poco tiempo.


Fin Cap 1.

Super rápida la trama… lo sé. Lo escribí en cuatro horas :P.