Disclamier: El argumento de este fic pertenece a Warner Bros y los personajes pertenecen a Sony y Nobuhiro Watsuki, así que me temo, que nada de éste fic es mío.
Roku Tomodachi-ra
By: michel 8 8 8
Prólogo
Era una tarde como otra cualquiera en el Fourth Avenue Café, donde, como en otra tarde cualquiera, cinco amigos, aunque aquel día eran sólo cuatro, se reunían para charlar en los sillones de la sala central del café.
-Sólo es un compañero más, no es nadie especial- se defendía Kaoru, sentada en el centro del sofá.
-Confiésalo, jou-chan vas a salir con ese tío, algo raro debe de tener- dijo Sanosuke, sentado en una silla, a la derecha de Kaoru, apoyando los brazos cruzados sobre el respaldo, tras gesticular, mientras apoyaba la barbilla sobre los brazos.
Kaoru le dirigió una mirada furiosa, mientras llamas se dibujaban a su alrededor
-Qué le ocurre? Es jorobado? Lleva peluquín?- preguntó Kenshin, sentado sobre el reposabrazos del sofá, a la izquierda de Megumi y Kaoru.
-Espera un segundo- interrumpió Megumi, mientras las llamas de Kaoru seguían creciendo- Suele comer tiza?
Todas las miradas se dirigieron hacia Megumi
-Qué?- se defendió- es sólo que no quiero que pase por lo mismo que yo pasé con Hide.
-Tranquilizaos- Kaoru retomó la palabra- Ni siquiera es una cita. Somos sólo dos compañeros de trabajo que van a cenar juntos y no harán el amor.
Kenshin, mirando a Sano, añadió
-A mí eso me suena a cita
Un rato después-Anoche- contaba Kenshin, ya sentado como una persona normal junto a Kaoru, mientras que Sano y Megumi se habían sentado en los sillones que había a los lados de la mesa, que estaba frente al sofá-soñé que estaba en el café... cuando me di cuenta de que estaba... completamente desnudo (Chicas, cuidado con el teclado, q no es sumergible).
-Bah, eso es muy normal- contestó Sano, mientras todas las miradas se dirigían a él- Qué?- cogió el café de la mesa y dio un sorbo, instando a Ken a que siguiera
-En ese momento, miré hacia abajo y vi que tenía un teléfono...- gesticuló con las manos unos instantes, mientras buscaba las palabras adecuadas- entre las piernas- finalizó
Sano dejó la taza y meditó unos instantes antes de añadir:
-En lugar de...
-Exacto- le cortó Ken, volteándose hacia él
-Eso no lo he soñado nunca- dijeron todos al unísono
-En ese momento suena el teléfono...- Megumi sonrió ligeramente- y resultó que era mi madre- todos pusieron cara extraña- lo cual es muy muy extraño, ya que ella... no me llama nunca.
La conversación siguió por temas más... normales, hasta que llegó Aoshi, con el paraguas en la mano y un poco mojado.
-Hola- saludó con desanimo, mirando al suelo
-Cada vez que lo veo, me dan ganas de suicidarme- dijo Sano
Ignorándole, Kaoru se giró y le dijo
-Te encuentras bien, ani-chan?
-Me siento como sí- comenzó a andar, para rodear el sofá- alguien me hubiera metido la mano por la boca, me hubiera sacado el intestino y me lo hubiera atado al cuello...
-Una galleta?- le interrumpió Ken, cuando pasó por su lado.
Aoshi se le quedó mirando con cara de circunstancia
-Yumi se ha llevado hoy sus cosas del apartamento- indicó Kaoru, lo que provocó un "Aaahhhh" general, mientras le ofrecía el sitio a su hermano y ella se levantaba- quieres un café?
-Gracias...- contestó, mientras se sentaba junto a Megumi. Esta, le miró extraño un momento, hizo una mueca de repulsión, y comenzó a hacer como si quitara cosas que había sobre Aoshi, éste se apartó y le dijo- ya vale, Megumi, deja de limpiarme el aura.
-Pero, es que está...
-Por favor, déjame un segundo en paz, de acuerdo? Os aseguro que ya todo está casi superado. Soy feliz y espero que ella también lo sea.
-No es cierto- contestó Kaoru, desde la barra.
-Claro que no! La odio por haberme abandonado.
Sano, que estaba negando con la cabeza, añadió:
-Y no te habías dado cuenta de que era lesbiana?
Aoshi se quedó mirándole neutralmente.
-No, no lo sabía- mientras gesticulaba- por qué todos alucinan tanto con eso?
Sanosuke esbozó una sonrisa con la que dejaba a entender ese "por qué"
-Si no lo sabía ni ella, como iba a saberlo yo?
Durante unos segundos, todos se quedaron en silencio.
-A veces me gustaría ser lesbiana- dijo Ken, rompiéndolo con toda naturalidad, mientras miraba una revista.
Todos le miraron.
Él levantó la vista y preguntó:
-He dicho eso en voz alta?
Kaoru que estaba volviendo de la barra, negó con la cabeza, mientras chasqueaba la lengua y le dio el café a su hermano, para sentarse ella después.
-Está bien, Aoshi. Sé que en este momento has de estar enfadado, dolido, jodido, pero... aceptarías un consejo?- preguntó Sano.
Aoshi le hizo un gesto con la mano, instándole a seguir.
-Búscate un ligue!
Aoshi se quedó mirándole fijamente
-Vamos, eres soltero, Libera a tus hormonas!
-A mí nunca me gustó estar soltero, entiendes? Sólo quiero volver a casarme lo antes posible.
En ese momento, una chica bajita, vestida de novia, entró por la puerta del café, a la que todos se quedaron mirando, cuando Kenshin, señalando a la puerta y con un tono más o menos jocoso dijo:
-Y yo sólo quiero un millón de yenes!
Kaoru se levantó y se dirigió la chica, que estaba de espaldas a ella
-Misao?
La joven se giró y encaró a su amiga
-Ah, Kami-sama, por fin te encuentro- dijo ella, abrazando a Kaoru- te he estado buscando. Primero fui a tu casa, pero había un señor viejo con un martillo que me dijo que a lo mejor estarías aquí y era verdad!Estás, estás, estás!
La chica de la barra la interrumpió:
-Desea un café?
-Descafeinado- respondió Kaoru, que estaba acompañando a la chica a la zona de reunión de sus amigos.
-Atención todos- anunció la joven Shinomori- os presento a Misao Makimachi, una antigua compañera del instituto, os presentaré.- señalando a cada uno dijo- Estos son Kenshin, Megumi, Sano y, te acuerdas de mi hermano Aoshi?
-Claro! Hola- respondió la chica, acercándose al mencionado.
-Hola, Cómo estás...- dijo Aoshi, que se acercaba a saludarla cuando... se le abrió el paraguas, obligándole a alejarse y sentarse- perdona...
Misao se sentó en el centro del sofá, entre Megumi y Aoshi, mientras que Kaoru lo hacía en el reposabrazos del lado de Megumi.
-Nos lo vas a explicar o... esperamos a las damas de honor?- interrumpió Kaoru, rompiendo el silencio que se había formado.
-Está bien, veréis- comenzó Misao, mientras no cesaba de gesticular y respirar rápidamente- todo comenzó media hora antes de la boda. Entré en la habitación donde guardábamos los regalos, cuando me quedé mirando fijamente una salsera, os aseguro que era la salsera más bonita que jamás he visto cuando, de repente... sacarina? -le dijo a la camarera que estaba tras ella con el café, mientras ella lo cogía- de repente... me di cuenta de que aquella salsera me excitaba más que Soujiro... En un principio aluciné mucho... gracias- se interrumpió de nuevo, mientras la camarera le daba la sacarina- aluciné al darme cuenta de lo mucho que Soujiro se parece al hombre del tiempo... ya lo entendéis... me parecía alguien familiar pero... – le dio la sacarina Aoshi, que se quedó extrañado, pero abrió la sacarina y se la puso en el café, mientras que Misao había seguido con su historia- pero qué más da, sólo sabía que tenía que irme de allí, y empecé a preguntarme, "por qué estoy haciendo esto? Por quién estoy haciendo esto?"- se detuvo, milagrosamente, por un segundo, para retomar la palabra a la misma velocidad- La verdad es que no sabía a dónde ir y es verdad, que en los últimos años nos hemos distanciado un poco, pero eres la única persona que conozco en esta ciudad.
-Y también la única que no invitaste a tu boda
-Bah, esperaba que no te lo tomaras tan a pecho...
Unas horas más tarde En el apartamento de KaoruEstaban todos reunidos, para variar viendo los culebrones en el salón del piso de Kaoru. Megumi, Kenshin y Sano sentados en el sofá, mirando atentamente la televisión, Kaoru sentada en un sillón situado a la izquierda de la mesa que hay entre el sofá y la televisión, aclarándoles sus dudas y Aoshi sentado en el respaldo del sofá observando la conversación que Misao estaba manteniendo con su padre, Okina.
-Matilde Antonia Pérez está muy enfadada porque el órgano que María Jimena Jiménez le regaló por su cumpleaños estaba defectuoso y se lo está reprochando al novio de ella, su hijo Antonio José López.
Todos hicieron gesto de entender, pero en el momento en el que se dio la vuelta para volver a mirar a la televisión, los tres que estaban sentados cruzaron miradas de "Tú entiendes lo que ha dicho?".
-Pero, papá, entiéndelo, no puedo casarme con él- decía Misao, mientras daba vueltas de un lugar a otro, atrayendo la atención de Aoshi- y lo siento mucho, pero la verdad es que no le quiero... Pues mira, a mí si que me importa!
Mientras tanto, en la televisión, se veía a dos mujeres discutiendo al pie de la escalera.
-Nunca debía haberse puesto esos pantalones- decía Sano, refiriéndose a los vaqueros que llevaba la actriz que daba la espalda a la cámara.
-Eh!- exclamó Ken, señalando a la pantalla, en la que estaban empezando a forcejear.
-Voto por que la tire escalera abajo- sentenció Sano
-Eso, eso, que la tire por las escaleras- exclamaban todos menos Misao, que seguía con su conversación- vamos, vamos, vamos- en ese momento, la actriz que estaba de espaldas a la cámara cayó en el forcejeo rodando por las escaleras- Bien, así se hace!- comenzaron a exclamar todos, mientras aplaudían.
-Pero por favor, papá, escúchame. Es como... si durante toda mi vida, todos me hubieran dicho "Eres un zapato"- todos se giraron- "Eres un zapato, eres un zapato y eres un zapato" y de repente hoy me he preguntado "Y si no quiero ser un zapato? Y si quiero ser... un sombrero" Entiendes? O un bolso...- Aoshi, que se había levantado a coger un poco de leche, se le quedó mirando, embobado, con el birck en la mano- No papá, no quiero un sombrero, digo que YO soy un sombrero, es una metáfora, papá.
En ese momento Aoshi, el más culto de todos, salió de su ensimismamiento y señaló:
-Es lógico que le cueste entenderlo.
En ese momento se fue rápidamente al sofá con los demás, tras recibir una mirada MUY peligrosa por parte de Misao.
-Mira, papá, se trata de mi vida... Pues... puede que me quede una temporada en casa de Kaoru.
Todos se giraron hacia la chica, que se hizo la loca un segundo, pero después, al ver que no apartaban la mirada, les respondió:
-Está claro que va a quedarse a vivir con Kaoru.
Todos, menos Misao que seguía aún con el teléfono, sonrieron y volvieron la cabeza hacia Misao de nuevo.
-Papá, esa decisión sólo debo tomarla yo... pues tal vez no necesite tu dinero... ESPERA, HE DICHO TAL VEZ... masaka, ha colgado.
Unos minutos despuésKenshin y Sano estaban muy atareados intentando abrir unas bolsas con el pan para la cena, mientras que Misao realizaba ejercicios de respiración con una bolsa, junto a Kaoru.
-Así es, muy... bien... intenta pensar sólo en cosas bonitas y tranquilas.
En ese momento, Megumi empezó a cantar una nana:
-La lluvia empapa al pobre pajarito... si sigue así va a estar resfriadito...
Las otras dos chicas la miraron significativamente
-Su novia le ha dejado no sé qué pa' que se tape...
-Oye Megumi, ya estoy mucho mejor- dijo Misao rápidamente, para evitar que siguiera torturando sus tímpanos.
-Ahm, vale- Megumi se dio la vuelta sonriente y miró a los dos chicos- lo veis, está mejor y es gracias a mí, jeje.
Los chicos optaron por no hablar, pues como decía Sano "Una kitsune enfadada vale por 100" (Sanosuke ha dicho algo inteligente, anótenlo!)
-Tranquila, Misao, era lo mejor que podías hacer. Independízate, toma el control de tu vida.
-Eso, y tú tranquila- intervino Sano, sentándose en el respaldo del sofá con el bocata en una mano- si necesitas cualquier cosa, siempre puedes acudir a mí. Ken y yo vivimos en el piso de enfrente, pero el nunca está en casa- finalizó sonriendo.
-Sano, por favor, deja de ligar con ella, es el día de su boda.
Sano se levantó, indignado
-Qué pasa? Es que acaso hay alguna ley que lo prohíba? (Ya ha vuelto a ser el Sano de siempre)
En ese momento, sonó el timbre. Ken se acercó a contestar.
-Por favor, no vuelvas a hacer eso, es un sonido horrible.
-Hola, soy Ryusaguro.
-Oh, es Ryusaguro, déjale pasar- gritó Kaoru, levantándose del sofá.
-Quién es Ryusaguro?- preguntó Sano.
-Ryusaguro? El famoso pintor y tratante de vinos?- cuestionó Aoshi
-Quizás...
-Un segundo- continuó Sano- Tu "cita que no es una cita" es con Ryusaguro el pintor?
-Por fin te ha invitado a salir?- preguntó Aoshi
-Sí!- exclamó la chica, muy feliz, a lo que Kenshin, visiblemente molesto, contestó:
-Oh, por fin algo para escribir en tu diario.
-Espera. Misao, si quieres, puedo cancelarlo...
-No, no te preocupes, ya estoy mucho mejor.
-Aoshi, si lo prefieres me quedo...
-Te lo agradecería...
-De verdad?
-No, es Ryu, el tío de los dibujos! No digas tonterías (Aoshi gritando y feliz, Sano diciendo cosas inteligentes... aquí ha pasado algo).
Todos se dirigieron a la puerta, para recibir a la visita.
Cuando Kaoru abrió, un joven, alto y moreno, de unos 29 años, entró.
-Hola- saludó él.
-Hola Ryu- le contestó Kaoru, haciendo que, por un segundo, la cara de Kenshin cambiara ligeramente- verás, te presentaré.
Kaoru cerró la puerta y se disponía presentarlos uno por uno, cuando los vio a todos hechos una piña cerca de Ryusaguro.
-Ryu, estos son... todo el mundo. Todo el mundo, este es Ryusaguro.
-Hola- saludaron todos.
-Tú eres Ryusaguro, el famoso representante de vinos?
-Así es...
-Lo siento, no he entendido tu nombre, Ryusaguro, verdad?- interrumpió Kenshin.
-Siéntate un segundo, enseguida estoy.
Mientras entraba, todos le seguían disimuladamente.
-Vaya, me he arrancado cuatro pestañas- interrumpió Megumi- no es una buena señal- todos se giraron y la miraron con cara de "ya empezamos...", mientras Ryusaguro se puso ligeramente morado, mientras empezaba a temer que todos fueran como aquella morena que decía cosas de pestañas y mala suerte
Mientras, Aoshi y Misao se habían quedado en el recibidor-cocina, ella sentada y él de pie.
-Oye, Misao, qué vas a hacer esta noche?
-Bueno... se supone que debería estar volando rumbo a Araba de luna de miel... así que nada!
-Uf, vaya, lo siento, ni siquiera vas a tener luna de miel... aunque Aruba en ésta época del año... esta llena... de lagartos enormes- concluyó, mirando su vaso de leche.
Misao se quedó mirándole.
-Ehm... quería decir que, si no quieres estar sola... Kenshin y Sano van a ayudarme a montar mis muebles nuevos.
En ese momento, ambos aparecieron y Kenshin dijo:
-Sí, estamos verdaderamente emocionados.
-Os lo agradezco- respondió ella, levantándose de la silla- pero prefiero quedarme y descansar... ha sido un día realmente largo...
-Oh, claro, lo entiendo- respondieron los tres.
-Y tú, Megumi- dijo Sano, al verla pasar tras de ellos, con dirección al baño- quieres ayudarnos?
-Me encantaría...- respondió ella, con voz neutra- pero no me apetece
Por la noche
En el apartamento de AoshiKenshin y Sano estaban cada uno con una estantería diferente, mientras Aoshi repasaba los planos, agachado.
-Se supone que tenemos que sujetar una especie de escuadra, cada uno a un lateral y luego unirlas utilizando las herramientas con forma de gusano...- Aoshi retiró su vista del plano y se centró en las herramientas- pero no veo ninguna escuadra ni ninguna herramienta con forma de gusano y... tampoco siento las piernas.
En ese momento, se apoyó en la pared que estaba detrás de él
-Oye, Ken- dijo Sanosuke, ya de pie y mirando algo- tú sabes qué es esto?
El pelirrojo se acercó y miró lo que su amigo le enseñaba. Eran dos trozos de metal unidos, que formaban una especie de L.
-Ni puñetera idea- dijo, mientras entrecerraba los ojos, como si lo estuviera examinando.
Sano meditó un segundo e hizo lo primero que se le vino a la cabeza, escondió rápidamente la "cosa" en una planta que estaba junto a ellos y ambos, velozmente, se dieron la vuelta gritando- Acabamos!
En ese momento, Aoshi se acercaba a ellos con una lata de cerveza
-Esta era... la cerveza favorita de Yumi.
-Oh...- susurró Sano
-Le encantaba beberla a todas horas... debí suponer que quedaría alguna.
-Oye, Aoshi, perdona que te interrumpa este momento tan romántico pero... ella se llevó los muebles, la tele que funciona, el equipo de música... que te dejó a ti?
-Pues, a vosotros
-T'an jodío macho- exclamaron los dos inmediatamente.
Mientras tantoEn un céntrico restaurante italiano
-Pero, eso es increíble!- exclamó Kaoru
-Lo sé, ya sé que soy un idiota. Debí empezar a imaginarme algo así cuando empezó a ir al dentista 5 o 6 veces a la semana. Tanto se tarda en un empaste?
-Ya... mi hermano, ahora mismo, está pasando por algo parecido, está destrozado... qué hiciste tú para superarlo?
-Hmm... no sé... dile que rompa algo valioso para ella...
-Sus piernas?- interrumpió Kaoru
-Bueno, esa es una posibilidad... pero yo me conformé con su reloj
-De verdad le rompiste el reloj?
-Así es...- contestó Ryusaguro, sonriendo.
En esos momentosEn el apartamento de Aoshi
-Pero, chicos, sabéis qué es lo que más me asusta de todo esto?- preguntaba el dueño del inmueble- y si sólo hay una mujer para cada uno en este mundo? Te toca una y ya está, se acabó... desgraciadamente... en mi caso... sólo había una mujer para otra mujer, así que...
-Una mujer? Pero qué dices, macho?- interrumpió Sano, apareciendo desde la cocina. Salió de allí con unas latas de Pepsi y, mientras le daba una a Ken, continuó- Tío, eso es como decir... que sólo hay un sabor de helado para cada uno. Deja que te explique algo, amigo. Hay afuera hay muchos sabores hay... turrón... ron con pasas... chocolate con almendras... y sí, también hay vainilla con fresa y, además, los puedes pedir con chocolate caliente, con sirope o... con nata montada...- a Aoshi se le escapó una pequeña risilla- Bienvenido de nuevo al mundo libre de la soltería! Coge un cucurucho y disfrútalo!.
Tras un segundo de silencio, Aoshi contestó, con duda y desgana:
-La verdad, no sé si estoy caliente o... hambriento.
-Pues, sea lo que sea...-le contestó Ken- aléjate de mi nevera.
En el restaurante-Verás, desde que ella se fue... yo... yo...
Ryusaguro comenzó a mover los spaghetti de un lado para otro
-Qué? Me lo vas a deletrear con la pasta?
-No... no es eso... es sólo... que no lo veo apropiado para una primera cita
-Entonces... va a haber una segunda cita.
-Crees que la habrá?- preguntó él, esbozando una discreta sonrisa
-Por supuesto- le sonrió Kaoru- y... qué ibas a decirme?
-Hm... pues... desde que ella me dejó... verás yo... no he vuelto a funcionar... sexualmente.
-QUÉ?- gritó Kaoru, quién tenía aún "un poco" de agua en la boca y que acabó empapando entero al pobre Ryusaguro.
-Ups, lo siento, de verdad, lo siento mucho.
-No, no pasa nada.
-De verdad que lo siento, sé que ahora mismo, lo que menos necesitas es que te escupan... por cierto, cuánto hace de eso?
-Dos años- le respondió el otro, meneando la cabeza
-Vaya... me alegro de que le rompieras el reloj.
-Hm... sigues creyendo... en esa segunda cita?
Kaoru asintió con la cabeza y sonrió:
-Sí, claro que sí.
En el apartamento de KaoruMisao estaba sentada en el sofá, abrazada a sí misma y mirando la tele, en la que se veía a una pareja casarse.
-Ves? Pero Sakura estaba enamorada de Mitsuo, ésa es nuestra diferencia.
En el apartamento de AoshiAoshi estaba sentado en la ventana, mientras que sus amigos ataban en la barra de la cocina, cerca de él.
-"Que coja un cucurucho?" "Que coja un cucurucho?" Sabes cuánto hace que no cojo un cucurucho? – miró la lata vacía de Pepsi y luego a sus amigos- Las palabras "Cariño, no te hagas el héroe conmigo" significan algo para ti?- Tras unos segundos de reflexión, continuó, cruzando las manos sobre sus piernas- Aunque tuviera el valor suficiente como para invitar a una chica a salir... a quién se lo pediría?- finalizó, mientras sacaba la cabeza por la ventana y miraba al cielo, muy cerca del apartamento de Kaoru
A la mañana siguienteEn el apartamento de Kaoru
Mientras que Kenshin y Sano estaban sentados, en la mesa del recibidor-cocina-comedor, ya listos para ir al trabajo, Misao aún estaba con la bata puesta y preparando un café. Se acercó a la mesa y dejó tres tazas de café, dos para los chicos y una para ella, mientras volvía para coger las tostadas del tostador.
-Ya que estás, podrías hacer también unas tostaditas o algo así...- en ese momento, ambos se llevaron las tazas a los labios, poniéndose azules al instante y luego morados. Disimuladamente, echaron el café en la planta que había en el centro de la mesa- O mejor no te molestes.
-Sí, no te molestes, hoy no tengo apetito.
En ese momento, Kaoru apareció por la puerta, en pijama y tambaleándose ligeramente, haciendo que Kenshin concentrara toda su atención en aquella puerta. La chica se acercó a ellos y saludó.
-Buenos días- mientras cogía la cafetera.
-Buenos días- respondieron todos volteándose a verla, menos Kenshin, que seguía con la vista fija en la puerta.
Entonces, Ryusaguro salió por la puerta.
-Buenos días- saludó él, mientras se ponía la chaqueta.
-Buenos días- saludaron amablemente Sano y Misao.
-Buenos días, eras Ryucanguro, verdad?- dijo Ken, cuando éste pasó por su espalda.
-Ryusaguro- corrigió él.
-Oh, Ryuinmaduro, no?
-Ryusa...- se disponía a corregirle de nuevo, cuando Kaoru le empujó cariñosamente hacia la puerta.
-Tranquilo- le dijo ella- ya se le pasará. Los niños chicos son así- añadió, fulminando con la mirada a cierto pelirrojo.
Salieron fuera, donde Kaoru dijo:
-Me lo he pasado muy bien, de verdad.
Los chicos, que estaban sentados alrededor de la mesa, se levantaron ligeramente, alzando levemente la mesa y la movieron hasta quedar frente a la puerta, entonces, se volvieron a sentar, junto a Misao, que acababa de coger otra silla y se había unido al grupo de cotillas.
-Gracias, muchas gracias- respondió Ryusaguro
-Hablaremos luego, vale?
-De acuerdo- respondió el joven, antes de inclinarse y besarla en los labios, provocando reacciones opuestas.
Sanosuke: Puso una cara de auténtico salido sexual con su media sonrisa y los ojos entrecerrados mientras se rascaba la barbilla.
Misao: Se inclinó más para poder ver mejor y, al ver la escena, puso sus dos manos sobre su corazón, suspirando.
Kenshin: Llamas se formaron a su alrededor mientras lanzaba la peor de sus miradas al joven Ryusaguro quien, al percatarse de ello, se separó rápidamente de Kaoru y se marchó.
La chica, se quedó extrañada y volvió a entrar, mientras observaba como Kenshin apartaba la mirada y la fijaba en el periódico mientras con la otra mano bebía del café.
-Kenshin...
-Hai?- respondió el aludido, mostrando una sonrisa amable y una mirada un tanto... estúpida.
-Ése es el periódico de ayer y...- Kenshin miró rápidamente el periódico, dándose cuenta de que era verdad- la taza de café está vacía- el pobre pelirrojo palideció por unos instantes- Qué has hecho, Kenshin Himura?
-Etô... Yo nada, Kao, por qué sospechas de mí?
Kaoru le dirigió una mirada fulminante que hizo sudar al pobre pelirrojo mientras Sano le susurraba disimuladamente:
-Vamos... díselo... quiero llegar vivo al estudio...
-Verás Kaoru es sólo que... ese tío me parece un vil "buscatíasfáciles", y perdona que te lo diga.
Kaoru dirigió una mirada aún más amenazante al pelirrojo pero se contentó con decir:
-Pon la mesa en su sitio.
Mientras el pobre Kenshin la ponía él sólo en su lugar, Sano le dijo a Kaoru:
-Nop, definitivamente no ha sido una cita de verdad.- ridiculizando lo que dijo Kaoru el día anterior- Pero tú que haces en las citas de verdad?
-Cálate, Tori-atama.
Kenshin dejó también las sillas en su sitio y cogió su pequeño maletín:
-Bueno chicos, me voy a trabajar, hay que ingresar pasta en la cuenta... aunque veo que a vosotros no os importa mucho...
-Entonces...- intervino Misao-todos trabajáis?
-Sí... todos tenemos un empleo...- respondió Kaoru, mientras cogía una de las tostadas y le untaba mantequilla- Así podemos... comprar cosas, pagar la luz...
-Así es, yo soy actor- dijo Sano, señalándose con el pulgar y sonriendo orgulloso.
-Vaya, te he visto en alguna película?- preguntó Misao, emocionada
-Oh, lo dudo, suelo actuar en provincias o para miniproducciones.
-A no ser que hayas visto Pinoccio, Il Riistreno- intervino Kaoru, mientras esbozaba una maliciosa sonrisa
-"Mira, Geppetto, soy un niño de carne y hueso"- actuó Kenshin, con las manos en los bolsillos y poniendo una voz ridícula
Sano se levanto, intentando no enfadarse y dirigiéndose hacia la puerta:
-No pienso aguantar vuestras burlas.
-Tienes razón, lo siento tío...- respondió Kenshin, mirando al suelo.
En el momento en el que el pelirrojo oyó que la puerta estaba lo suficientemente abierta como para permitirle el paso, alzó los brazos y moviéndose como si fuera una marioneta se dirigió, rápidamente, hacia su apartamento cantando:
-"Antes era un muñeco de madera, de madera, antes era..."
Sano forzó una sonrisa, mientras con la lengua formaba un bulto en su mejilla derecha aguantando la furia. Un instante después, sus ojos se volvieron blancos y llamas le rodearon mientras alzaba un puño y gritaba:
-Juro que algún día le descuartizaré lenta y dolorosamente.
Misao y Kaoru, ignorando al castaño, siguieron con su conversación:
.Estás bien? Dormiste bien? Has hablado con Soujiro? No puedo dejar de sonreír...- finalizó ella, con una risita
-Sí!... parece que hayas dormido con una percha en la boca...
Kaoru se tapó la cara con las manos un segundo y, al retirarlas, seguía sonriendo igual:
-Lo sé, lo sé pero esto es tan... Te acuerdas de los tuyo con Shinji Ueda?
-Oh, claro- respondió la chica de la trenza, comenzando a mostrar interés
-Pues es algo parecido, pero con sentimientos.
La ojiverde meditó durante un segundo si tomárselo como un cumplido o como un insulto... optó, finalmente, por dejarlo pasar.
-Pues, chica, estás en un buen lío...
-Está bien, ahora me levantaré e iré a trabajar sin pensar en él ni en un solo momento- la chica meditó un segundo e inmediatamente rectificó- O simplemente, me iré a trabajar.
Kaoru se levantó rápidamente y se dirigió a su cuarto, del que salió poco después, completamente cambiada. Cuando iba a salir, Misao se levantó y la llamó:
-Kaoru, deséame suerte!
-Por?- preguntó la otra, confusa
-Voy a buscar un... trabajo d'esos
-Ahm... jeje- y se fue.
Por la nocheEn un restaurante del centro
Kaoru estaba en la cocina de un restaurante (Nooooo, el Apocalipsis), haciendo unos postres de chocolate cuando una compañera entró.
-Hola Tae, bienvenida, qué tal por California?
La otra se quedó a cuadros un segundo antes de responder:
-Tú has ligado, verdad?
-Cómo lo has sabido?- respondió Kaoru, sorprendida.
-Oh... y... con quién?
Kaoru meditó un segundo si decirlo o no, pero algo desde su interior la llamaba a cotillear y extender la noticia:
-Hm... conoces a Ryusaguro?
-Ryusaguro? El pintor y tratante de vinos?
-Sip, ese mismo.
-Pues claro que le conozco- dijo en un tono bastante feliz y chillón.
Kaoru se quedó estática unos instantes
-Un segundo. Conoces a Ryusaguro como "yo conozco" a Ryusaguro?
-Bromeas? Si su tortuguita funciona es gracias a mí. Antes de conocerme, su tortuguita no había asomado la cabeza en dos años.
En ese momento, a Kaoru se le cayó el mundo encima y se quedó de piedra...
Varias horas más tardeEn el Fourth Avenue Café
-Está claro que fue un farol!- dijo Sano, que estaba sentado en el respaldo del sofá con los pies en el reposabrazos
-Pero... por qué? Por qué iba a decirme algo así?- preguntaba Kaoru, aún incrédula.
-Supongo- dijo su hermano, sentado en el sillón de la otra esquina de la mesa, mientras apartaba la vista del libro- que buscas una respuesta más complicada que... "para llevarte a la cama"- dijo la frase, golpeando el aire con el marca páginas, como si golpeara los subtítulos.
Kaoru cayó aún más en su depresión:
-Soy yo? Es que emito unas señales que sólo captan los animales y los hombres con graves problemas emocionales?
-Ven, déjame verte los pies- dijo Megumi, que estaba sentada en el suelo, junto a la mesa, leyendo una revista de moda que estaba junto al café, en la mesa.
Kaoru se sentó en el sofá, se quitó los zapatos y extendió los pies hacia ella, que comenzó a realizar un masaje.
-Pero...- comenzó Kaoru, ya más relajada- me pareció una persona encantadora.
Todos estuvieron en silencio hasta que...
-No puedo creer que no supieras que era un farol, Jajaja.
Sano dijo lo más inteligente que pensó... no, pensar no... que le fue inspirado por algún ser superior y, como recompensa por su sabiduría, recibió un puñetazo de Kaoru que le sacó del Café y le estrelló con una farola que había justo en el cruce de la calle, golpeándose completamente "ahí", mientras Kaoru murmuraba...
-Por imbécil.
Aún con Sanosuke fuera, Misao entró corriendo con una bolsa en la mano y gritando:
-Adivinad qué, adivinad qué...
-Has conseguido un empleo?- sugirió Aoshi, irguiéndose ligeramente.
-Te burlas de mí- respondió la otra- no estoy lista para nada. Se han reído de mí en doce entrevistas.
-A pesar de ello estás bastante animada- observó el pelirrojo
-Tú también lo estarías si hubieras encontrado unas botas como éstas a mitad de precio... – sacó el contenido de la bolsa, mostrando una caja con un par de botas altas, de cuero marrón, de algún diseñador europeo y se las tendió a Kaoru.
-Ooohhh, que bien me conoces- ironizó Kenshin.
Haciendo que a todos se les escapara una risilla, incluso a Sano, que en algún momento de la conversación, había vuelto a entrar y se había sentado en un taburete de la barra, cercano a sus amigos.
-Así que no necesito a mis padres, ni un empleo, porque tengo unas botas preciosas- dijo, con un tono "ligeramente" pijo.
-Cómo las has pagado?- preguntó Kaoru.
-Con la tarjeta de crédito- respondió.
-Y... quién paga la tarjeta?
-Hmmm... mi padre- reconoció ella, mientras se sentaba en el sofá, entre Kaoru y Megumi.
Algún rato después En el apartamento de Kaoru-Venga, no puedes seguir dependiendo de tus padres- la animó Kaoru.
Estaban todos alrededor de la mesa, las chicas sentadas y los chicos de pie. En la mesa, estaban las tarjetas de crédito de Misao y unas tijeras.
-Ya lo sé, por eso mismo iba a casarme.
-Dale un respiro a la pobre chica- intervino Megumi- es muy difícil independizarse por primera vez.
-Gracias- le dijo Misao
-De nada- respondió Megumi, sonriendo- Recuerdo que cuando llegué a esta ciudad tenía 14 años... mi padre acababa de entrar en prisión por tercera vez y mi madre acababa de suicidarse. No conocía a nadie en toda la ciudad, pero acabé viviendo con un coreano que limpiaba cristales enfrente de la estación de trenes... pero también se suicidó. Entonces descubrí el shiatsu y créeme, sé exactamente como te sientes.
Nadie dijo nada, hasta que Megumi se levantó y entonces, Aoshi dijo, mientras se sentaba en la silla de Megumi:
-La palabra que estás buscando es... "Normal..."
Misao se quedó meditando un segundo hasta que Kaoru le extendió las tijeras:
-Preparada?
-Creo que no...- respondió la ojiverde
-Vamos, no es tan terrible- dijo Aoshi, mientras sostenía una de las tarjetas frente a Misao- Corta, corta
-Corta, corta, corta- comenzaron a animar los demás
Misao cerró los ojos y vaciló un poquito con las tijeras, haciendo que el pobre Aoshi temiera por la seguridad de su mano, pero abrió tímidamente los ojos y cortó la tarjeta por la mitad. Mientras todos seguían cantando, Misao cortó las otras cinco tarjetas.
-Bien!- gritaron todos.
Kaoru se levantó y abrazó a la aún sentada y shockeada Misao:
-Bienvenida al mundo real- la miró a los ojos, separándose ligeramente- es una mierda, pero te gustará- tras hablar, volvió a abrazarla.
Unas horas más tardeAoshi, Kaoru y Misao estaban en el sofá del salón de Kaoru, viendo una película. Cuando esta acabó, Kaoru apagó la tele e, incorporándose levemente, dijo:
-Bueno, se acabó- y dirigiéndose a su hermano, añadió- Vas a dormir en el sofá?
-No, supongo que tarde o temprano tendré que volver a mi apartamento.
-Seguro?- volvió a preguntar su hermana.
-Sí...- Aoshi se irguió en el sofá y le dio un beso en la mejilla a su hermana- Buenas noches.
Cuando Aoshi se iba a levantar, Misao dijo:
-Esperad- se agachó un segundo y cogió algo- De quién es éste reloj?
Kaoru se quedó mirando el reloj maliciosamente.
-Bah, es de Ryusaguro, déjalo en el suelo
Misao le hizo caso y, mientras lo redepositaba en el suelo, Kaoru se levantó y dijo:
-Buenas noches
Comenzó a andar rodeando la mesa en dirección a su cuarto
-Buenas noches- respondieron los otros dos
Cuando Kaoru pasó junto al reloj, lo pisó fuertemente con sus zapatillas y, con toda naturalidad, se dirigió a su cuarto, cerrando la puerta
Ya solos los dos, se quedaron en silencio hasta que Aoshi, no pudiendo soportar ese silencio, dijo:
-Seguramente no lo sepas pero en el instituto... yo estaba bastante... colado por ti
-Oh, lo sabía
-Sí? Yo pensaba que para ti, sólo era el loco hermano mayor de Kaoru...
-Y así es- le respondió la chica, haciendo que Aoshi soltara una risita forzada.
El chico meditó un segundo y dijo:
-Oye, crees que... y no dejes que mi vulnerabilidad afecte en tu respuesta, crees que algún día podría... invitarte a cenar a algún sitio?
La chica meditó unos instantes y contestó
-Sip, por qué no?
-Jeje- Aoshi se reclinó de nuevo y dijo- Bueno, quizás lo haga.
Misao le sonrió, se levantó y dijo:
-Buenas noches.
-Buenas noches- respondió Aoshi, mientras se levantaba y se dirigía a la puerta.
Cuando iba a salir, Kaoru salió a su habitación, con clara dirección a la nevera y le dijo a su hermano:
-Hasta mañana.
-Sip, adiós- respondió él, con una media sonrisa muy extraña en Aoshi
-Qué te ocurre?
Aoshi, ya con la puerta abierta, meditó un segundo y respondió:
-Acabo de coger un cucurucho
Y se fue.
Kaoru sonrió, pero rápidamente recordó cual era su objetivo primario y se volvió hacia la nevera.
Abrió el congelador, que está encima de la nevera y sacó una tarrina de helado de chocolate de 1L y justo cuando iba a empezar a comérsela, la puerta se abrió, apareciendo la cabeza de Aoshi por ella
-Qué haces?
-Hmm...- la chica, sorprendida, dijo lo primero que se le vino a la cabeza- Estaba ordenando el congelador
-A las doce de la noche?
-Sí? Por qué no?
Aoshi se preparó para salir corriendo y dijo:
-Pues deja de ordenar el congelador a las doce de la noche, o no encontrarás novio jamás.
Aoshi hizo muy bien en salir corriendo inmediatamente, de lo contrario, él habría recibido el macetazo que recibió la puerta.
A la mañana siguienteEn el FAC
-No puedo creer lo que estoy oyendo- dijo Sano, sentado del revés en la silla, como siempre
-No puedo creer lo que estoy oyendo- repitió Megumi, que se estaba "toqueteando" las uñas
-Sólo digo que...- respondió Kaoru
-Sólo digo que...
-Quieres parar?- dijo Kaoru, girándose hacia ella, molesta
-Oh- respondió ella, como reaccionando- lo estaba haciendo otra vez?
-SÍ!- respondieron todos.
Tras unos instantes, apareció Misao, con una cafetera en la mano, pues la habían contratado de camarera en el Café.
-Alguien quiere café?
-Lo has hecho tú, o sólo lo sirves?- preguntó Kenshin
-Sólo lo sirvo...
-Yo quiero- dijeron todos al unísono, acercando sus tazas.
Cuando ya todos tenían su café, Kenshin dijo
-Sabéis que soñé ayer?
Sin esperar respuesta, continuó:
-Estaba en las vegas y era Jessica Alba...
Notas del Autor: Holaaaaa, como están?
Aquí llego yo con otro posible proyecto. Si les gusta lo seguiré sin ningún problema, pero si no... aquí se quedará, jeje.
Cabe señalar que éste fic es una adaptación de la que, a mi gusto, es la mejor serie de televisión de todos los tiempos (quizá junto a Takeshi's Castle, más conocido como Humor Amarillo), FRIENDS, serie de la que me confieso seguidor absoluto. Por si alguien no se ha dado cuenta, aquí os dejo los papeles que hace cada uno:
Rachel Green (Jeniffer Aniston): Misao Makimachi
Monica Geller (Courtney Cox): Kaoru Shinomori
Phoebe Buffay (Lisa Kudrow): Megumi Takani
Joey Tribbiani (Matt Le Blanc): Sanosuke Sagara
Chandler Bing (Matthew Perry): Kenshin Himura
Ross Geller (David Scwhimmer): Aoshi Shinomori
Si alguien no la ha visto, se la recomiendo de verdad, es la mejor serie que ha habido o habrá.
Antes de irme, les recuerdo que El Protector fue actualizado hace poco y ya se acerca la venganza de Kenshin, jeje. Además, Everywhere, la segunda parte de Breathing, estará para el Sábado, como muy tarde, si no hay problemas.
Por favor, dejen reviews para que éste fic siga adelante y en El Protector también, que me estoy desanimando... Cualquier duda, un review (que a partir de ahora (aleluya) ya puedo responder) o un mail.
Cuidénse todos y sean felices, sin importar como
Sin más que añadir, me despide
michel 8 8 8
