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Un ángel entre Vampiros II: Una mirada al futuro.
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Disclaimer: Algunos de los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling y la Warner BROS. El resto de ellos pertenecen al grupo CLAMP. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.
Sumario: Después de derrotar al mago más oscuro de la historia, Harry y Eriol hacen sus preparativos para su "verdadera" boda. Esto incluye un viaje a Japón, para invitar personalmente a los mejores amigos de Hiiragizawa.
*X-over entre Harry Potter y Card Captor Sakura.*
Parejas: Harry Leuchtenberg/Eriol Hiiragizawa.
Aclaraciones: El fic contendrá embarazo masculino, muchos personajes OOC (sobre todo Harry) y es un Universo COMPLETAMENTE Alternativo.
Aclaraciones de lectura:
-Letra normal: dialogo, relato.
-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.
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Capítulo 1: Llegada a Tomoeda.
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Harry se cruzó de brazos, mientras miraba cómo la gente caminaba de un lado al otro en el aeropuerto muggle. Por pedido explícito de su esposo, habían decidido venir a Japón mediante un avión, que Harry aceptó con renuencia, puesto que prefería medios mágicos; pero no podía negar que sentía cierta nostalgia de viajar en aviones, cosa que había mermado una vez que ingresó al Mundo Mágico.
Sin embargo, el aeropuerto de Narita estaba colmado de Muggles y casi se le dificultaba caminar.
-Ten, aquí están tus cosas –dijo Eriol, alcanzándole la maleta que había pasado por la cinta de equipajes. Era una pequeña valija, puesto que la mayor parte de sus cosas las tenían en un baúl empequeñecido en sus bolsillos. Esto era simplemente para dar apariencias.
Harry gruñó y Eriol puso los ojos en blanco.
-Quita esa cara, o voy a pensar que tienes cinco años y eres un niño que se está enfurruñando porque no le compraron el juguete que quería.
Inmediatamente, el ojiverde relajó la cara e hizo una mueca.
-Me hiciste viajar por avión y ahora quieres que tomemos un taxi. ¿Sabes cuantas horas nos va a tomar en total para llegar a Tomoeda? Si usáramos transportes mágicos, íbamos a estar allá en cuestión de minutos.
-Pero yo quería hacer algo más "muggle" y tú aceptaste. –Le dio una mirada dura, antes de tomarlo de la mano y comenzar a caminar. –Además, concedí tu capricho de que trajeras el coche que te regaló tu padre por tu último cumpleaños, así que no te quejes, ya cuando lleguemos allá lo podrás usar.
Harry hizo muecas, recordando el clásico que Lancelott le había regalado y que descansaba empequeñecido en su baúl. Era un Ford Mustang Fastback 1965 de color negro (1) que su padre le había comprado, para mucho al horror de Louis, quien decía que su bebé era demasiado joven para tener un coche propio.
-Está bien –suspiró-. Pero no bien lleguemos a tu casa, lo saco de mi baúl y vamos a dar una vuelta por el famoso Tomoeda.
Eriol le dio una sonrisa pequeña, antes de acercarse para picotear sus labios. Pero Harry no se iba a contentar con eso, así que rodeó la cintura del más pequeño con un brazo y lo aplastó contra su cuerpo, para poder devorar mejor su boca. Usando la lengua de una manera tan experta que Eriol gimió con gusto. Ninguno de los dos hizo caso de la mirada escandalizada de los Muggles, que no estaban tan acostumbrados a estos espectáculos como los magos y brujas.
Cuando al fin Hiiragizawa pudo desenredarse de los brazos posesivos de su amante, caminaron hasta la entrada del aeropuerto y tomaron un taxi. El viaje iba a ser un poco largo hasta la ciudad donde Eriol tenía su casa y bastante costoso, pero ambos estaban preparados para ellos.
Era casi el anochecer cuando llegaron y, después de pagarle al conductor, Harry abrió la puerta, sólo para ser recibido por un chillido exuberante de Nakuru, quien había llegado una semana antes que ellos.
-¡Estoy tan contenta que llegaron! –chilló-. ¡Suppy-chan es tan aburrido!
Un gruñido vino desde dentro de la casa, indicando que la extraña mascota voladora creada por su marido estaba en su forma más grande.
Harry sonrió y abrazó a la muchacha, todavía era extraño para él saber que ella era otra de las creaciones de Eriol, con esa extraña magia que había heredado al ser una reencarnación de aquel mago. Eso sin contar que Nakuru no era un mujer en sí, sino más bien un ser asexual.
-Ya llegamos para darte diversión –anunció Harry, pasando un brazo por el hombro de la chica.
-Hola, Eriol, es bueno verte –dijo una voz desconocedora.
Harry giró sus ojos verdes en dirección de la voz y vio a una mujer de cabello castaño rojizo muy largo, que debería estar cerca de sus años treinta. Enarcó una ceja y después dio vuelta para mirar a su marido. Su ceño se frunció instantáneamente al ver la sonrisa cariñosa que le daba Eriol.
-Kaho, estás aquí –murmuró el chico, antes de caminar hacia la mujer y abrazarla con todas sus fuerzas.
Harry dio una especie de gruñido, que era parecido al de un hombre lobo y no un mago normal. Eriol se atiesó enseguida y soltó a Kaho, dándose vuelta para mirarlo.
-Ah, Harry –sonrió-. Ésta es Mizuki Kaho, mi mejor amiga.
Harry enarcó una ceja, dándole una sonrisa sardónica.
-¿Sólo una amiga?
Eriol frunció el ceño.
-No seas grosero, Harry.
La sonrisa de Harry se volvió fría y caminó hasta Kaho, tomando una mano de la mujer, para besársela galantemente. Sólo ella sintió que su mano era tomada con más fuerza de la necesaria y como los ojos verdes brillaban con amenaza.
-Disculpe mi falta de tacto, Mizuki-san –sonrió galante-. Soy Harry Leuchtenberg y siempre me han acusado de ser muy celoso de mí marido.
Kaho sonrió y separó su mano, que amenazaba con ser fracturada si seguía siendo sostenida con tanta fuerza.
-No hay nada por lo qué disculparse, también sería protectora si tuviera a alguien como Eriol a mi lado.
Notando la tensión en el aire, Nakuru saltó al rescate.
-¡¿Por qué no entramos a la casa?! –exclamó con más fuerza de la necesaria, enganchando un brazo con el de Harry y el otro con el de Eriol-. ¡Quiero mostrarle su habitación! ¡Yo misma la decoré!
Ambos fueron arrastrados a la casa, con una sonriente Kaho siguiéndolos. Tenía dudas de este muchacho, pensó ella. Puesto que Eriol siempre me dijo que lo amaba con todo su corazón, pero que él nunca incluso lo notaba. Pero ahora veo que no existe nada más para los ojos de Harry Leuchtenberg que Eriol Hiiragizawa.
La habitación que Nakuru había decorado era la antigua de Eriol, pero en vista que ahora iban a vivir dos personas allí, la chica había agregado más sillones y otro escritorio, había agrandado el closet y puesto un cuadro bastante grande con una imagen de Eriol y Harry abrazados arriba de la chimenea de la habitación. Estaba pintada con un color azul de Ravenclaw, pero las cortinas eran de un color rojo Gryffindor.
Ellos se excusaron de la chica excitada, diciendo que iban a desempacar y la sacaron de la habitación.
-¿Qué fue todo eso? –Fue lo primero que dijo Eriol, mirando con irritación a su marido.
-¿A qué te refieres? –preguntó desentendido, sabiendo muy bien de lo que hablaba el más pequeño.
-¡Tú actitud con Kaho! ¡Si las miradas hubiesen podido matar, ella habría estado muerta en la puerta de mi casa! –exclamó, apenas levantando la voz.
-¡Pues yo quiero saber lo que te pasa a ti! –gritó Harry con sus ojos verdes ardientes-. ¡Vengo y me encuentro con una tipa de la que no sabía de nada que está instalada en nuestra casa! ¡La cual dices que es tu mejor amiga, que por cierto nunca me hablaste, pero las sonrisas que se daban me decía todo lo contrario!
-¡Es mi amiga! –exclamó, cerrando los puños-. ¡Y si no te dije nada sobre ella es porque tu reacción cuando te conté sobre Tomoyo no me dio ánimos para decirte de Kaho!
-¡Ah! ¡Qué bueno! ¿Entonces esperas que me entere así de repente, con ella estampándose sobre mi cara?
Eriol suspiró, tratando de tranquilizarse, no iba con él esta actitud de perder los estribos. Pero Harry podría a veces molestar al más tranquilo.
-De acuerdo, eso fue un error, pero contaba con que ella llegaría mañana, no hoy.
Harry angostó sus ojos.
-¿Qué tuviste con ella?
El de anteojos apretó su quijada.
-¿Importa?
-Mucho.
-Está bien –suspiró-. Tuve con ella… una especie de amor platónico.
-¡¡¡¿Tu qué?!!!
-¡Oh, por favor, no seas escandaloso! ¡Merlín sabe que tú has tenido más que amores platónicos antes de que nos casáramos!
Harry cerró su boca con un tecleo audible, sabiendo que no podía refutar eso. ¿Pero acaso él no había sido el primero en darle un beso a Eriol y el primero en hacerle el amor? ¿Su esposo no le había mentido, cierto? ¿Y a qué se refería con amor platónico, después de todo?
-Sé que hasta una vez te quisiste pasar de listo con Draco –continuó Eriol, implacable.
-¡Estaba bebido! –chilló enseguida, en defensa.
-¡Estabas bebido también cuando me diste mi primer beso y me robaste mi virginidad!
-¡No es lo mismo! ¡Lo de Draco nunca lo recordé, sólo lo supe porque Ginny me dejó un ojo morado al otro día cuando me levanté!
-Típico de ti –murmuró masajeando sus sienes-. El caso es que no tienes derecho a reprocharme nada.
Harry apretó su quijada.
-¿A qué te refieres con amor platónico?
Eriol suspiró, sentando en la cama, sabiendo que Harry no iba a dejarlo en paz hasta que no le dijera todo.
-La quiero mucho y, hace un tiempo, cuando terminé mi tarea de las cartas (que ya te conté), tuvimos algún tipo de relación –Viendo la cara de su marido, tuvo que agregar: -Que no pasó de tactos y sonrisas cariñosas, Harry.
Harry se cruzó de brazos, no sabiendo si sentirse revelado o enojado por esa respuesta. Pero todavía necesitaba que le aclare algo.
-¿Qué tipo de tactos cariñosos?
Eriol puso los ojos en blanco, antes de darle una mirada de incredulidad.
-Caricias en la mejilla y tomadas de mano, Leuchtenberg, ¿feliz? No es lo que tu mente podrida está pensando.
-¡No estoy pensando en nada sucio!
-Sí, sí –murmuró, antes de darse vuelta y estirarse para agarrar la ropa que estaba en la cama-. Parece que no recordaras que te confesé que fuiste tú quien me dio mi primer beso y que me tocó de manera íntima. Nunca hice nada de eso con nadie más aparte de ti, hombre celoso –masculló.
Luego, jadeó con sorpresa cuando sintió el cuerpo grande de su esposo por encima suyo, apretándolo contra la cama, sus brazos fueron encerrados por dos manos fuertes a cada lado de su cara. Los ojos verdes intensos lo miraban con atención.
-¿Ya no sientes nada por ella?
-Nada más que amistad –respondió sincero-. Incluso en aquel entonces, tú eras el único que amaba. Era ella quien me escuchaba delirar por el gran Harry Leuchtenberg, como una pequeña fangirl.
Harry sonrió de lado, haciendo a su marido bufar. Después, Harry llevó su boca al cuello descubierto de Eriol y comenzó a besarlo y mordisquearlo.
-¿Qué se supone que estás haciendo?
-Por ahora nada, dentro de un rato voy a enterrar mi pene en tu culo.
-Si tu papá te escuchara en estos momentos, no pensaría que eres el ángel que él crió –murmuró Eriol rojo de vergüenza. Empujó el cuerpo de su esposo, pero éste no se movió-. Todavía estoy enojado contigo por ser tan grosero con Kaho-san, Harry.
-No puedes culparme, sabes cómo me pongo cuando estoy celoso. Además –Levantó la cabeza, para mirar a los ojos azules– sé que ya no estás enojado y que quieres que te coja. ¿Por ahí dicen que el sexo después de una pelea es el mejor, mh?
Eriol frunció el ceño y después suspiró.
-No podemos ahora, Nakuru nos espera para la cena, ¿recuerdas?
-Ella es una chica inteligente –murmuró Harry, volviendo a atacar el cuello de su marido-. Sabrá que si no bajamos enseguida, es por algo.
-Prefiero no pensar que ella sabe que nos atrasamos porque estamos teniendo sexo, Harry.
-¿Oh? ¿Entonces sí estamos teniendo sexo?
Eriol, se ruborizó y frunció el ceño, sabiendo que había caído en la trampa.
-¿No me vas a dejar ir si no te dejo, cierto?
-Uh-oh –tarareó el ojiverde-. No quiero forzarte tampoco.
Eriol dejó salir un largo suspiro que sonó más como un gemido y logró soltarse del agarre que tenía su esposo sobre sus manos; luego las llevó hacia el hombro de Harry y lo abrazó. Los ojos verdes lo buscaron y él le dio una sonrisa de lado.
-Nunca dejaría que me tomaras si no lo deseo.
-Comienza el Yaoi-
Luego atrajo a su marido hacia su boca y al instante siguiente se besaban como dos poseídos. Con unas palabras murmuradas de Harry, ambos estuvieron sin sus ropas en un abrir y cerrar de ojos; era un hechizo que había aprendido de los gemelos, uno que ellos mismos inventaron con motivos de broma, en el cual, secretamente, su madre, que era un rompedor de maldiciones profesional, les había ayudado a crear. Era muy bueno para una broma, dejando en ridículo a quien la recibiera, pero Harry, siendo el pervertido que era, le había encontrado este uso sensacional.
Eriol abrió sus piernas de par en par y dejó que su amante se acomodara entre ellas, gimiendo con pasión cuando Harry comenzó a moler sus miembros juntos, que empezaban a endurecerse rápidamente. Con otras palabras susurradas, el Ravenclaw sintió algo viscoso aparecer en su trasero y su marido lo penetró así, sin siquiera otra preparación que el lubricante anterior.
Pero los músculos de Hiiragizawa ya estaban preparados para ello, puesto que Harry era conocido por ser un ninfómano, y tenía a Eriol prácticamente como un juguete del sexo. No que él chico con descendencia japonesa se quejara, después de todo, él sabía en lo que se metía al ser marido de Harry Leuchtenberg. Y él prefería tener sexo con su amor cuantas veces éste lo necesitara, antes que él buscara satisfacerse con otro cuerpo. Además, Eriol tenía su raya pervertida también y gozaba de cada encuentro, algunos los propiciaba él y todo, para nada tímido en encender a su esposo cuando estaban en la intimidad de su habitación.
Eran tal para cual, como había decretado su suegro Lancelot Leuchtenberg una vez.
-Um… tan estrecho –murmuró Harry, dejando un camino de besos por el pecho de su marido, mientras sus caderas no dejaban de moverse en un ritmo sensual y tortuoso.
Eriol jadeó, arqueó su cuerpo como si fuera un contorsionista y enterró sus manos en el cabello azabache despeinado de su esposo. Suspiró y murmuró palabras ininteligibles, puesto que las sensaciones que estaba atravesando su cuerpo eran increíbles, tanto que no le dejaban articular una palabra coherente.
Harry, por otro lado, demostraba tener mucho control… y una boca muy sucia.
-¿Te gusta que te haga esto, verdad perra? Jadeas y me pides más, abriendo tus piernas como una puta barata.
Harry acompañaba cada palabra con un empuje que iba directo hasta la próstata de Eriol, así que él no tenía tiempo de regañarlo por esas palabras sucias o avergonzarse por ellas. Muy por el contrario, estas palabras hacían que el calor de su cuerpo aumentara, así como el rubor y sus jadeos, que simulaban a los de la perra que Harry lo acusaba de ser.
Pero cada vez que terminaban su acto, Eriol fruncía el ceño en Harry, y luego tenía que recordarse que, mientras que esas cosas sucias que decía el Héroe del Mundo Mágico no saliera de la habitación, todo iba a estar bien. Eriol moriría de la mortificación si alguien se enteraba la mitad de las cosas que Harry decía cuando se lo cojía.
Algunas cosas que ni siquiera ustedes, los lectores, deberían de enterarse.
El único castigo que atinaba a hacerle era enterrar sus manos en el cabello azabache y estirar con todas sus fuerzas con cada palabra y empuje, pero esto sólo servía para aumentar más la pasión de Harry, que después de luchar con Lord Voldemort cada año desde que tenía once, había tomado un gusto por el dolor.
-Oh, Eriol –gimió Harry, trabando su boca en el punto sensible de su marido en la piel sobre el esternón. Mordisqueó un poco y después lo lamió, causando que su marido llegara al orgasmo.
Sí, tan sensible era aquel punto que la suma del estímulo a ese lugar, más los empujes brutos que el pene de su esposo ocasionaba a su próstata ocasionara que Eriol se viniera sin que su propio pene tuviera que ser bombeado por la mano de su amor.
Harry gruñó cuando las paredes carnales se encerraron alrededor de su miembro, así que empujó aún más fuerte, haciendo que esos músculos se relajen, para que él pueda pasar. Eriol se convirtió en gelatina en sus brazos, cuando la relajación post orgásmica se apoderó de él, por lo que el ojiverde aprovechó la oportunidad para empujar con más desespero, de forma irregular y para murmurar más palabras sucias, hasta que su propio orgasmo golpeó su cuerpo con tal fuerza que lo dejó sin aire y viendo negro por un par de segundos.
-Fin del Yaoi-
-Merlín –jadeó Eriol, acariciando los cabellos sedosos de la cabeza que descansaba en su pecho-. ¿Hace cuánto que no lo hacíamos?
-¿Con todas esas molestas preparaciones para este viaje…? –preguntó Harry, acariciando un lado de la cadera de su marido-. Tres días.
-Mmmhhh –murmuró sonriendo de lado-. Cualquiera diría, por la intensidad de esta cojida, que no lo hacemos hace meses.
-Cada día es un mes para mí –respondió Harry, muy seriamente.
Eriol puso los ojos en blanco.
-Adicto al sexo.
-Puta.
El de anteojos lo pellizco.
-¡Auch! ¿Y eso a qué se debe?
-Sólo tienes autorizado a decirme esa clase de cosas durante el sexo, no mientras estamos relajados y acurrucados en la cama.
-Hn.
Unos suaves golpes a la puerta llamaron su atención.
-¿Eriol? La cena está lista, hace cinco minutos que los estamos esperando.
El chico se ruborizó ligeramente, mientras que Harry sonreía malicioso.
-Y-ya vamos, Nakuru. Estábamos algo… ocupados.
Continuará…
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-.-Importante: fíjate que te molestó en mi fic y que te agradó. Dímelo. Pero trata de mantener la cortesía y hazlo de una manera que pueda entender.-.-
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Notas de Uko-chan: ¡¡¡Hola!!!
(1) Búsquenlo con ese nombre en Google y van a poder ver el modelo XD
Bueno, lo prometido es deuda y acá le dejo el primer chap de mi fic más famoso. No tenía idea de qué ponerle para el nombre, así que ustedes sabrán disculpar la poca originalidad XD
No sé cuando voy a volver a actualizar esto, así que sólo mes queda decirles que estén atentas/os.
¡¡¡Gracias Angeli por betear este fic!!!
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¡Hey, espera! Si ya has leído todo, por favor, pásate por mi LiveJournal, donde encontrarás divertidos retos que he estado escribiendo.
Aquí: h t t p : / / utenapuchiko. livejournal. com (solo recuerda quitarle los espacios ;D)
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Atte: Uko-chan!
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