La siguiente obra tiene su origen en la idea y personajes de Hiro Mashima "Fairy Tail" Sin embargo, por su naturaleza ficticia, la trama así como los nuevos personajes no siguen los eventos, situaciones o cronología original después del Arco de Tártaros.
Es realmente extraño e inquietante que aquella inexistencia se haya hecho tan viva, tan real y necesaria en mi vida
¡Una rosa! Una rosa negra florecía ese día a mitad de la nada
El fondo del valle se encontraba impregnado de su inusual fragancia ¡Era tan hermosa! Su sola presencia era envolvente y fascinante aunque se veía tan frágil crecía desafiante bajo los cálidos rayos del sol
¡Mi propia existencia!
Esa era una rara rosa negra que florecía en ese día… el día en que te conocí
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—LA ROSA NEGRA—
Zeref Dragneel es un joven de 17 años que acaba de descubrir que es un mago ¡Pero no cualquier mago! ¡Es un Dragon Slayer! Todo se complica cuando un inmenso y desconocido poder mágico comienza a desarrollarse dentro de él ¿Sera posible que Zeref descubra la verdadera naturaleza de este asombroso poder? ¿Dejará que la oscuridad lo corrompa y domine su ser?
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OPENING: Tetsuya Kakihara - Eternal Fellows
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—PROLOGO—
¡Quién siquiera pudo imaginarse que el ascenso del caos estaba tan cerca!
—AÑO X814—
"Invocar el caos, es tener dominio sobre tu propio destino"
Era un día como cualquier otro, en el gremio más escandaloso de Fiore, donde una vez más, una pelea clásica tenía lugar. Las mesas, sillas y personas volaban por todo el salón ante la mirada apacible de la siempre dulce y comprensiva Mirajane.
Un joven pelirosa con la chaqueta y el pantalón negros, esquivaba los feroces ataques de una joven de cabellos azules —tan oscuros como la noche— que llevaba puestos unos shorts azules y camiseta naranja de tirantes, que dejaba al descubierto su abdomen.
—¡Ven acá cabeza de lava! No he terminado contigo. —Gritaba la peliazul.
—¡¿A quién le dijiste cabeza de lava?! —Le respondió el joven pelirosa inmediatamente dándose vuelta sobre sus talones. —¡Rei-rei-reina strip-per de hielo! —Tartamudeó apuntando a la chica, enrojecido hasta las orejas por la pena que lo había invadido.
—¡Kya! (Waw) ¿Cómo sucedió esto? —Exclamó alarmada la maga de hielo al verse. —¡Ya verás cuando regrese lagartija! —Le gritó al chico y salió rápidamente a ponerse algo de ropa.
—¡Uhaja, ja, ja, ja! —Se rió estrepitosamente el joven Igneel Dragneel tratando en vano de ocultar el rubor que le produjo ver el escultural cuerpo de Ur Fullbuster.
¡Sí! ¡Así es amigos! Nos encontramos en el gremio más escandaloso de Fiore, pero ¡Veinte años en el futuro! ¡Y casi nada ha cambiado!
Es más la llegada de la cuarta generación trajo consigo una serie de consecuencias, tan benignas para la reputación del gremio número uno del reino y a su vez tan malas o bien debería decir ¡Devastadoras para su economía!
¡Pobrecito del octavo maestro! ¿O era el noveno? Ni siquiera en los días del abuelito Makarov la situación había sido tan crítica.
Sin embargo, como el anciano maestro le había dicho a su nieto y actual maestro, Laxus Dreyar, hacia tantos años ¡De eso se trata un gremio! ¡De vivir en familia! Y aquella numerosa familia con sus formas tan extrañas de demostrarse el amor fraternal ¡Era la mejor!
—¡Te guuusta! —Revolvió la lengua con malicia un pequeño gato de pelaje gris perlado que hacía uso de su par de alas blancas al flotar con un aura peligrosamente sombría a espaldas del pelirosa.
—¡Gato metiche cierra la boca! —Le amenazó el muchacho al exceed. —¿O quieres que otra vez te deje sin tus pescados?
—¡Pero que malo eres Igneel! —El pequeño exceed comenzó a llorar dramáticamente.
—Ara… ara… —Una hermosa jovencita de enormes y profundos ojos azules se acercó hacia el pequeño gato alado. Traía puesto un conjunto de cuero negro —revelador y muy ajustado— que consistía en una camiseta y pantalones cortos. Su larga cabellera dorada estaba elegantemente sujeta en una cola de caballo por un listón rojo. —¡Oh Nappy! ¿Otra vez te está castigando Igneel?
—¡Jane-sama! —Nappy se lanzó hacia los brazos que la dulce rubia había extendido fingiendo un débil lloriqueo. —Me dejó sin comer pescados… —Lo acusó.
—¡Mentiroso! —Se defendió el joven Dragneel irritado. —¿Qué te dije de mantener la boca cerrada? Veo que eres incapaz de hacerlo, así que ¡Ahora te quedarás sin pescados!
—¡Ñaaah! —Comenzó a llorar el exceed más abundantemente mientras era arrullado en brazos de la rubia quien lentamente se lo llevó hacia la barra.
—Maldito gato manipulador… —Pensaba Igneel mientras observaba la escena apretando fuertemente los puños, con una vena sobresalida en la frente.
—¡Oye lagartija ya regresé!
—Te habías tardado reina strip… —No terminaba de hablar cuando al darse vuelta sintió el peso de un enorme y frío martillo que literalmente lo había dejado noqueado.
—¡Las chicas mandan! —Exclamó sentada desde su lugar cruzada de piernas elegantemente, una delgada chica de piel ligeramente bronceada, de largo y abundante cabello miel castaño, que se cubría parcialmente el rostro con su afelpado abanico magenta, el cual sostenía en su mano derecha. Llevaba un corto vestido verde —cuya forma y detalles simulaban una flor— medias nylon y zapatillas cafés.
—¡Esa es mi hija! —Gritó desde el fondo de la barra orgulloso y muy emocionado —al borde de las lágrimas— un hombre alto y musculoso de cabello blanco y con una cicatriz en el ojo derecho. —¡Es todo un hombre!
—¡Gracias papá! —La chica agradeció a su padre golpeando el abanico contra su mano libre. —Pero recuerda que yo soy una mujer.
—Eso fue cruel Ellen-chan… —Intercedió en defensa del joven pelirosa que yacía inconsciente en el suelo, una muchacha peliazul de enormes y bonitos ojos café-rojizos que tenía un libro en las manos. —Creo que es mejor que llame a Wendy-san…
—¡Lenny-chan déjalo que duerma un poco! —Le interrumpió una joven pelirosa que traía un ajustado vestido azul pastel y una chaqueta blanca de mangas cortas que combinaba con sus botines.
—Demo Layla-chan…
—No deberías preocuparte por pequeñeces Lenny-chan. —Con sarcasmo, se justificó la menor de los Strauss apuntando hacia el muchacho con el abanico. —¿Acaso no es un hombre?
Y entonces…
El grupo de chicas sentadas a la mesa, se encontraba interactuando alegremente y con total cordialidad. Inesperadamente la joven pelirosa levantó la vista hacia la planta alta del gremio y su semblante hasta el momento despreocupado y risueño de inmediato cambió en uno más maternal.
—¿Cómo es que insiste en estar aislado siempre? —Se preguntó en voz baja, pero aun así, la menor de los Redfox logró escucharle.
—Layla-chan ¿Por qué no vas a hacerle compañía un rato?
—¿Estás segura Lenny-chan?
—¡Aye sir! No te preocupes yo me encargo de los últimos detalles de nuestra misión. —Le dijo a la pelirosa con una sonrisa que le inspiró confianza.
La joven Layla Dragneel se levantó de su lugar y dirigió sus pasos hacia la planta alta del gremio sin saber que esperar.
—oOo—
Un joven rubio de ojos color jade —iguales a los de un dragón— se encontraba recostado posando su mentón sobre sus brazos cruzados en la barandilla del piso superior del gremio, observando con melancolía la típica pelea que se libraba en esos momentos en Fairy Tail.
—¿Qué te pasa hermanito estas bien? —Le preguntó con preocupación la chica de cabello color rosa y enormes ojos café chocolate a aquel joven rubio que estuvo observando en silencio por largo rato.
—¡Layla-nee! Etto… yo… —Tan distraído estaba que de un salto volteó su rostro hacia otro lado, acción que provocó se encendieran todas las alarmas en la joven Dragon Slayer de fuego.
—¡Yo conozco esa mirada! —Le reprochó. —¿Estás tramando algo no es verdad?
—Onee-chan quisiera que no… —El rubio se puso a la defensiva.
—¡Entiendo! —Refunfuñó la mayor de los Dragneel cruzándose de brazos ofendida al darle la espalda y no dijo nada más.
—¿Layla-san? —Les interrumpió con dulzura una niña pequeña, con enormes ojitos cafés y larga cabellera morada —la cual llevaba suelta— Iba vestida de un corto vestido sin mangas —de pliegues horizontales azules y amarillos alternados— que acompañaba con brazales y tobilleras blancas en forma de alas y zapatillas planas de color azul. —¡Oh estás ocupada! Será más tarde entonces…
—No te preocupes ya terminamos aquí. —Se dirigió la pelirosa hacia la niña forzando una sonrisa que irónicamente la contagió. —¿Es sobre la misión?
—De hecho ¡Sí! —Respondió la pequeña Conbolt en su clásica pose tímida —mirando al suelo—
—Bien, entonces no hay tiempo que perder. —La pelirosa le dirigió aquel comentario al chico con una mirada de puñal mientras lentamente se dirigía hacia las escaleras.
—De acuerdo. —Respondió el rubio a su hermana mayor que continuaba asesinándolo con esa mirada de: "tu ganas esta vez, pero" que él conocía muy bien.
La pequeña Conbolt siguió dócilmente a la joven Dragneel. Ambas ya se retiraban del piso superior, cuando la pelirosa inesperadamente regresó sobre sus pasos y dándose media vuelta le hizo a su hermano pequeño una señal de despedida con la mano derecha, en donde tenía la marca roja del gremio.
—¡Nos vemos en la casa hermanito! —Le dijo con una pequeña sonrisa sincera.
—Te veré allá onee-chan.
—¡Ah! Y no dejes que Igneel se acerque a la cocina.
El muchacho asintió con el pulgar en alto y una ligera sonrisita en los labios.
—Nos vemos luego Grandeeney.
—A-ad-adiós Zeref-kun —Tímidamente se despidió la niña.
El joven rubio vio como las dos Dragon Slayer bajaban por las escaleras conversando en voz baja y dejó escapar un largo suspiro de alivio.
—oOo—
Zeref recorría las calles de Magnolia con las manos ocultas en los bolsillos de su chaqueta azul con detalles de llamas doradas y rojas. Por un momento se detuvo en un puente de piedra y se recargó en el para ver su reflejo en el agua del río. Su alborotado y puntiagudo cabello rubio se mecía con el suave viento de la tarde.
—¡Cielos! ¡Como odio mi nombre! —Se dijo así mismo en voz alta con cierta frustración y rabia contenida. —¿Qué clase de padre le pone un nombre como ese a su hijo? —Se preguntó una vez más en ese día.
¡Zeref! El mago oscuro más temible de los últimos tiempos. De todos los jóvenes en todas las épocas en este mundo él tenía que llamarse así: ¡Zeref Dragneel! ¿Tan terrible era? ¿Vivir sabiendo que arrastraba las miradas de terror en todo mundo a su alrededor —que no fuera su familia o de Fairy Tail— por el simple hecho de llevar aquel nombre? ¿Aceptar no tener amigos e incluso que la gente guardara su distancia por temor a que algo malo les suceda? ¡En ninguna manera! Se podría decir que a Zeref Dragneel no le daban gran importancia esas cosas. Es más, a pesar de su corta edad, ya estaba acostumbrado a aquel estigma. Sin embargo, había algo ahí que lo inquietaba. Algo en su interior que estaba creciendo y que lo llenaba de terror. Algo que más que ver con aquel nombre ¡su nombre! tenía que ver con…
Inesperadamente una vocecita dulce a sus espaldas lo sacó de sus sombríos pensamientos.
—¿Sucede algo Zeref-kun?
El joven rubio se dio vuelta para encontrarse cara a cara con una menuda jovencita de cabellos azules y enormes ojos cobrizos que lo miraba con curiosidad.
El menor de los Dragneel gritó aterrado levantando sus brazos al aire, acción que provocó que la joven peliazul soltara la bolsa de papel con productos comestibles que llevaba en las manos.
—¡Oh vaya Zeref-kun! —Le reprochó la chica peliazul al rubio cruzándose de brazos y arqueando la ceja.
—Lo-lo siento Letty-chan. —El rubio se rascaba la cabeza torpemente al pedir las respectivas disculpas y de inmediato se hincó para comenzar a levantar las cosas de la joven peliazul regadas en todo el puente.
—No entiendo porque te asustas tanto… —La chica se puso de rodillas para alcanzar una naranja. —No que tenga la apariencia de un mago oscuro o un demonio o…
—¡Meta-chan! —Zeref se llevó las manos a la boca, suplicando que aquel comentario suyo hubiera sido mental.
—¡TÚ! —La chica le gritó enfurecida.
—¡Lo siento! ¡lo siento! ¡lo siento! —El muchacho comenzó a disculparse nerviosamente repitiendo la típica pose de disculpas una y otra vez.
Esta escena conmovió a la pequeña Redfox. Lo último que deseaba era ver a Zeref convertido en un tapete de Fairy Tail, todo por mencionar que su hermana mayor le aterraba. ¿Y a quién no? Si había alguien de temer en este mundo, esa sin duda era la líder del nuevo "Shadow Gear" Metalicana McGarden.
—No te preocupes… —La chica se levantó del suelo con su bolsa de comestibles en las manos. —No le diré nada a Meta-nee. —La suave voz de la peliazul tranquilizó al alborotado Dragneel.
—Gracias Letty-chan…
—Pero debes tener cuidado en decir lo que piensas Zeref-kun. —Le aconsejó dulcemente. —Mira que Natsu-san y Happy-san pudieron haberse evitado muchos problemas si hubieran considerado esta regla de oro.
—Sí, de eso estoy seguro… —Zeref se levantó del suelo depositando las últimas verduras en la bolsa de Letty.
Repentinamente el joven Dragneel sufrió un raro y pesado sentimiento de vértigo que se apoderó de él y mientras el mundo giraba a su alrededor oscureciéndose…
—oOo—
—¡Malnacido! —Salamander perdiendo la paciencia, tomó al sirviente oscuro por su mugrosa túnica y lo obligó a verlo directo a los ojos antes de rematarlo con su puño de fuego.
Lucy, Charlie y Happy llegaron volando hasta la gruta oscura.
—¡Natsu por favor detente! —Lucy detuvo al Dragon Slayer de fuego antes que hiciera algo de lo que luego se arrepentiría. —¡Anda tú repite lo que dijiste! —La maga de espíritus celestiales se dirigió hacia aquel mago oscuro con una mirada asesina, apuntándole al rostro con la llave dorada de Leo.
El demacrado sirviente de la oscuridad, soltó una carcajada siniestra que retumbó en las ruinas de aquel templo.
—El vacío inmenso y tenebroso está para descender sobre este mundo… —Mientras decía esto los ojos del hombre se desenfocaron y revelaron su horror. —Ha arribado la edad cósmica del CAOS y todo esto se lo debemos a ustedes ¡Fairy Tail!
—¡Imposible! —Charlie se llevó la mano a la cabeza al recibir confusas pero alarmantes imágenes del futuro.
—¿Charlie estás bien? Dime lo que estás viendo. —Happy se acercó a la exceed blanca preocupado.
—¿Qué dices? —Preguntó la rubia haciendo un esfuerzo por mantener la calma.
—Gracias a ustedes no tememos más a los Etherias ni a su amo oscuro, porque ¡Todos desaparecieron! —Se rió.
El sudor resbalaba frío por la frente de Natsu quien comenzó a temblar ni bien escuchó mencionar a los demonios de Zeref. Lucy le dio ánimo colocando una de sus manos sobre su hombro.
—¡Pero ¿Qué es esto?! —Se dijo a sí misma la gata blanca desconcertada. No había sentido algo similar desde hacía tanto.
—¡Son todos unos tontos! —Se volvió a reír el hombrecillo. —Y sin ellos ¿Quién os salvará de lo que viene? —La vida del infortunado sirviente de la oscuridad se apagó lentamente mientras pronunciaba sus últimas palabras acompañadas de una terrible carcajada lastimera y demoníaca. —Fueron ustedes los que abrieron el paso para el ascenso de "Amorphya" ¡Es el fin! ¡El fin! ¡El fin…!
Y luego, silencio total…
—oOo—
—Zeref-kun ¿Estás seguro que no necesitas atención médica?
—¡No! Para nada Letty-chan. —El chico lanzó una fingida carcajada al aire mientras se rascaba la cabeza nerviosamente con la mano que tenía libre. —Eso fue solo una pequeña descompensación que me cayó de sorpresa ¡Pero ya estoy bien!
La pequeña Redfox se acercó suspicaz dando un rodeo alrededor del chico rubio que temblaba ante su mirada inquisitoria.
Ella no lo demostraba pero estaba muy preocupada por su mejor —más bien su único amigo— había notado el cada vez más extraño y taciturno comportamiento del joven Dragneel y no podía evitar preguntarse por qué. Después de unos breves minutos de silencio incómodo, la chica sentenció con la mano en su barbilla —aquella pose pensativa suya—
—Zeref-kun no me gusta entrometerme en la vida de los demás, pero creo que es necesario que hables de esas cosas tan raras que te están sucediendo, con tus papás o tus hermanos, yo que sé, alguien del gremio ¡el maestro tal vez!
—Pero Letty-chan… —Zeref estaba a punto de protestar.
—Shhh… —La peliazul puso su dedo índice sobre los labios del rubio. —Tal y como yo lo veo, es eso o se lo diré todo a Layla-chan.
—Eres mala Letty-chan. —Rezongó el joven rubio inflando sus mejillas.
Ambos chicos se rieron en medio de la calle, pero cuando silenciaron Letty le acarició el rostro con ternura.
—Sabes que solo me preocupo por ti… —Le dijo con aquella misma ternura con la que bordeaba la barbilla del joven con sus dedos. —Prométemelo ¿Sí?
Zeref suspiró rindiéndose ante la voluntad de su amiga peliazul.
—Está bien Letty-chan, en cuanto mis padres regresen de su misión haré lo posible por darles una explicación de lo que me está sucediendo. —Pero luego se dijo así mismo tristemente por lo bajo. —¡Lo siento! Sé que eso no podrá ser, no después de…
—¡Perfecto! —La pequeña peliazul sonrió traviesamente y tomando su bolsa de comestibles de manos de un imperceptiblemente acongojado Zeref se alejó de allí corriendo y antes de dar vuelta en la esquina se despidió del joven rubio haciendo un exagerado gesto con la mano que él respondió.
—No permitiré que nada malo te suceda ¡lo prometo! —Susurró él con melancolía.
Zeref no supo cuánto tiempo se quedó allí parado, mirando hacia la calle vacía. Era tan solo cuestión de horas para cambiar su destino. Aquel pensamiento le hacía sentir triste, solo y perdido en la inmensidad. Sin embargo, otro pensamiento mucho más arrollador de súbito lo asaltó y lo atemorizó.
—¡Demonios! ¡Es mi funeral! Ya es tarde y no he preparado la cena. —Se dijo así mismo exaltado llevándose la mano a la frente.
El joven Dragneel emprendió una carrera veloz hasta su casa esperando hallarla intacta, pues con dos Dragon Slayer de fuego hambrientos y que no saben ni hervir el agua, seguramente a esa hora la casa se encontraría en llamas.
—oOo—
La noche comenzaba a caer sobre la hermosa ciudad de Magnolia y sus alrededores y en la residencia Dragneel-Heartfilia se estaba llevando a cabo el ya común interrogatorio del día a consecuencia de la típica y bochornosa pelea Igneel/Ur.
El joven pelirosa se encontraba prácticamente desparramado en una silla del comedor con la mano en su cabeza justo sobre el vendaje —la chica Fullbuster le había pegado tan fuerte ese martillazo que fue necesario llamar a la curandera del gremio Wendy Marvell-Conbolt para tratar al chico— y el pequeño Nappy sentado sobre la mesa lloraba a grandes chorros, pues el Dragneel pelirosa hizo efectiva su amenaza de la tarde.
—Dime Igneel-niisan ¿Qué se supone que hiciste esta vez para que Ur Fullbaster te golpeara con un martillo? —Fue la pregunta obvia de Zeref que inocentemente lanzó a su hermano mayor desde su lugar en la cocina donde terminaba de preparar la cena.
—¡Tsk! —El pelirosa chasqueó la lengua con disgusto al recordar lo que había sucedido, aunque realmente no podía recordar casi nada —aunque quisiera—
—¿No lo sabes acaso? —La mayor de los Dragneel se apresuró a formar parte de la charla con un leve sonrojo y una sonrisilla pícara en los labios mientras ponía la mesa. —Es la comidilla del gremio.
—¿Qué cosa? —Preguntó esta vez con curiosidad el chico rubio.
Inexplicablemente Nappy dejó de hacer su patética escena y se unió a ese cada vez más animado bullying.
—¡Díselo Layla-chan! —Le animó el gato gris a la chica pelirosa tapándose la boca con sus patitas para ahogar su risita diabólica y se elevó con sus alas blancas sobre la mesa de manera que Igneel no pudiera alcanzarlo.
—¡Gato metiche ya verás cuando te atrape! ¡Layla no te atrevas a…! —El pelirosa lanzó sus amenazas al exceed y a su hermana gemela desde la silla en donde estaba recargado, pero ella le ignoró por completo y rápidamente soltó toda la sopa.
—Se dé buena fuente que hoy… —Pausó e hizo un pequeño gesto divertido. —Nuestro ilustre hermano invitó a la "Princesita de hielo" a Hanami. —Soltó una risita ahogada.
—¡Eso es mentira! —Igneel intentó negarlo pero… —¡Demonios! ¡Demonios! ¡Demonios! —Maldecía interiormente mientras rechinaban sus dientes. —De todas las personas en Fairy Tail ¿Por qué tuvo que aparecerse Cornelia?
Y tenía razón en estar tan preocupado, pues con Cornelia Clive como la mayor chismosa del gremio, seguramente a esa hora todos allí ya se habrían enterado. Y al día siguiente que se suponía era cuando sus padres regresaban de su misión se iban a enterar inevitablemente.
—Pero Igneel-nii… —Comenzó a reprocharle el rubio a su hermano tratando de contener la risa sin éxito alguno. —¿Un Dragneel y una Fullbuster? ¡Oh vaya! —Zeref sacó su cabeza rubia de la cocina hacia el comedor con una sonrisa divertida. —¿Pero no se supone que faltan tan solo un par de días para Hanami? Esto no le va a gustar nadita a mi oto-san.
—¿Y sabes que es lo más gracioso? —El exceed se reía divertido con el jugoso chisme.
—Me lo imagino. —Intuyó el más joven de los Dragneel mientras se secaba las manos y se quitaba el delantal.
—Que la chica stripper le dijo que no. —Cantaba el pequeño gato perlado mientras volaba haciendo piruetas sobre las cabezas de los gemelos.
—¡Lo que es un alivio! —Sentenció Layla entre risas. —Oto-san se va a desmayar cuando se entere.
—¿Eso te preocupa? —Zeref entró en el comedor llevando consigo la cena, que modestias aparte, olía delicioso. —¿Qué crees que le hará Gray-san a nuestro hermano cuando se llegue a enterar?
—¿El cubo de hielo? ¡Nada por supuesto! —Remató el neko. —¡Se morirá en cuanto se entere!
—¡Está bien ya entendí! —Respondió Igneel al insistente hostigamiento de sus hermanos golpeando la mesa con sus puños y se levantó de su silla enfurecido, dejando a Layla, Zeref y Nappy en completo estado de perplejidad.
—Layla ¿Qué es lo que acaba de pasar? —El joven exceed preguntó con voz entrecortada mientras veía a Igneel salir del comedor en medio de tambaleos.
—Onee-chan creo que esta vez nos excedimos. —Susurró Zeref con cierto remordimiento.
—Sí, es verdad. —Le respondió Layla sin salir de su asombro.
Los dos humanos y el exceed se sentaron a la mesa y comenzaron a comer en completo silencio meditando acerca de lo que había sucedido.
—A lo mejor Igneel-niisan si siente algo por Ur-chan… —Pensaba Zeref dentro de sí mientras observaba por la ventana a su hermano que había salido a sentarse sobre las ramas de un árbol cercano a la casa a observar las estrellas.
—oOo—
Zeref se había levantado temprano esa mañana. Realmente no había pegado ojo. Aquella pesadilla lo mantuvo despierto durante toda la noche. Sus parpados llenos de cansancio amenazaban con cerrarse. Arrastraba los pies perezosamente hacia la cocina dando grandes bostezos y rascándose la cabeza, cuando repentinamente se detuvo en seco y sus ojos se abrieron enormes perdiendo al instante todo rastro de sueño.
"Me voy a una misión, no sé cuándo volveré. Igneel"
La nota se encontraba pegada al refrigerador con un imán que tenía la cara de Happy. No le gustaba para nada cada vez que Igneel hacia algo como eso. Si recordaba bien la última vez que algo así sucedió, él se había ausentado por cerca de ocho meses. Zeref respiró con resignación y abrió el refrigerador buscando algo para preparar el desayuno.
—oOo—
—No entiendo porque te preocupas tanto por él ¡Ya conoces a Igneel! va a estar bien. —Le aseguró la pelirosa a su compañero gris con una sonrisa forzada.
—¡Aye! —Zeref intentó darle peso a las palabras de su hermana desde su silla en el comedor, donde se encontraba tomando su desayuno.
Pero el pequeño neko tan obstinado como era, hizo como que no los había escuchado y continuó preparando su equipaje. Layla se encogió de hombros divertida mientras observaba al hijo menor de Happy encajar en su pequeña mochila roja, todo el pescado que encontraba a su paso.
—¡No te preocupes más Nappy! Ya regresará cuando se le pase el enfado. —La pelirosa intentó razonar con él.
—¡No puedo creer que pienses así! —Nappy le reprochó a Layla con coraje y al borde de las lágrimas, señalando acusadoramente a la humana que en vano intentaba contener la risa. —Igneel es como un niño chiquito que a la primera puede meterse en problemas ¡Y muy graves además! Si yo no me preocupo por ustedes tres ¿Quién lo hará? —Se dijo así mismo el pequeño exceed cruzándose de brazos y frunciendo el entrecejo. —¡Cielos! ¡Cuándo van a madurar!
En ese preciso instante Zeref, que se encontraba tomando un zumo de frutas lo escupió, para luego comenzar a toser ya sin poder aguantarse la risotada que se tenía guardada desde hacía buen rato. Layla hizo lo propio desde su lugar en el sofá de la sala. Era bastante gracioso escuchar hablar así al pequeño Nappy —el primero en meterse en problemas— quien sin comprender a cabalidad dicha actitud en ese par de humanos según él "inmaduros" prosiguió con su labor.
—¡Está bien! —Layla expulsó todo el aire de sus pulmones con un gesto entre divertido y resignado. —Por lo menos deja que te lleve a la estación, desde allí podrás tomar un tren hacia donde te plazca…
La chica seguía al pequeño exceed por toda la habitación mientras Zeref terminaba de desayunar.
Imprevistamente el neko perlado salió de la sala junto con la mayor de los Dragneel dejando solo al muchacho rubio que esa mañana se encontraba más distraído de lo normal. Repasaba mentalmente el sueño de la noche anterior, el mismo sueño que lo había estado atormentando durante varios días.
Tan concentrado estaba en lo que había determinado hacer, que su corazón se sobrecogió cuando su hermana mayor —siguiendo a su intuición— lo abordó de sorpresa en aquel mismo instante en el que se disponía a lavar los platos.
—¿Me vas a decir que pasó ayer? —Le preguntó Layla a Zeref con un tono de advertencia que hizo que se sobresaltara.
—¿Qué? ¡Nada neechan! —El rubio respondió nervioso tratando de enfocarse en sus quehaceres para así no tener que mirar a su hermana a los ojos. —Últimamente ando muy distraído es todo…
—¡Zeref no me mientas! —Layla se cruzó de brazos y arrugó su nariz como siempre hacia cuando se enojaba ¿Le había llamado por su nombre?
Zeref dejó escapar un pesado suspiro. No podía permitir que ningún miembro de su familia o del gremio se viera involucrado en tanta locura suya. Sin embargo, recordó la promesa que le había hecho a su querida amiga la tarde anterior y aunque no quería, le iba a mentir a su hermana. Aún si eso significara que…
Afortunadamente no tuvo oportunidad de hacerlo pues se escuchó el repicar del timbre.
—Lenny-chan… —Respiró Zeref aliviado.
—¿Qué dijiste? —Le preguntó Layla al muchacho mientras se dirigía hacia la puerta.
—¡No nada! —Zeref fingió volver a lo suyo.
—¡Ohaio Layla-chan! ¡Zeref-kun! —La joven peliazul saludó cortésmente desde el vestíbulo.
—¡Ohaio Lenny-chan! —Respondieron al mismo tiempo Layla y Zeref este último desde la cocina.
—¿Lista Layla-chan?
—¡Lista Lenny-chan!
—¡Oh! También debemos ir a recoger a Grandeeney, ya debe estar esperándonos en el gremio.
—Espera un momento… ¡Nappy! —Le llamó la pelirosa desde la entrada donde terminaba de abrocharse las botas. —¡Vámonos pero ya!
El joven exceed salió de la casa refunfuñando al arrastrar su pesada mochila llena de pescado.
—¿Qué sucedió? —Preguntó la peliazul a su amiga cautelosamente.
—Larga historia… —Respondió Layla divertida encogiéndose de hombros. —¡Cuídate hermanito!
—¡Buen viaje onee-chan! —Gritó Zeref desde la cocina. —¡Lenny-chan!
—¡Hasta luego Zeref-kun!
Entre bromas y risas, las chicas salieron detrás del enfurruñado Nappy. La puerta de la casa se cerró y luego de unos instantes el silencio que gobernaba, era roto solo por el sonido de los platos y tazas chocando los unos con los otros. Una vez más en esa mañana Zeref se encontraba repasando su plan. Aunque eso no impedía que realizara sus deberes. Si no era él ¿Quién lo haría?
—¿Vas a extrañar todo esto? —Preguntó una exceed de brillante pelaje azabache y enigmáticos ojos fucsias, que apareció flotando a espaldas del chico. —¿A todos?
—¡Por supuesto! —Afirmó él convencido y con una sonrisita triste.
Dentro del chico un cúmulo de sentimientos encontrados se estaba encargando de hacer aquellos momentos —como había estado sucediendo durante días— tan tristes y miserables para él.
Zeref todavía no podía entender cómo es que podría llegar a hacer algo como "eso" ¡No tenía lógica ni ningún sentido! Y por esa misma razón, se negaba a creerlo. Como deseaba con todas sus fuerzas que todo aquello se tratara de un error, una broma de pésimo gusto o un mal sueño. ¿Qué más daba? ¡Cualquier cosa era aceptable! Pero porque tenía que ¿Dejar a los suyos atrás? ¿Marcharse de Fairy Tail? ¡Lo detestaba!
—Así tiene que ser Zeref-kun. —La exceed respondió aquel cuestionamiento del chico sin demostrar emoción alguna.
—Al menos me hubiese gustado despedirme de mis papás y de Igneel-nii. De Happy, Charlie, Gale… —Zeref dejó escapar un pesado suspiro.
Repentinamente como un bólido aquella visión de la tarde anterior regresó a su mente. ¡Esa horrorosa pesadilla! Pero si era tan solo un sueño ¿Cómo es que lo sentía tan real?
Era como un enorme espacio vacío, pero pesado ¡Muy pesado! ¡Y frío! Tan frío que le quemaba hasta las entrañas. ¡Aquel ardor era insoportable! Era una sensación intensa de su denso núcleo oscuro que lo atraía, lo rodeaba, lo ahogaba y finalmente se ¡Apoderaba de él! ¡Una nada!
:-:-:-:
¿Qué es la nada?
Imposible saberlo realmente.
Pues al igual que el infinito y el alma,
Concebirlo a través de algo es necesario en nuestra mente mortal
Y si algo es más que la nada, entonces… no es más nada
Algo que fue…
Y algo que es…
Y también… ¡Algo que podría llegar a ser!
¡Destino!
"El amo del caos, es el amo del destino."
:-:-:-:
—¡No! —Zeref soltó el plato que llevaba en las manos y este se rompió al estrellarse contra el piso.
Casi de inmediato apoyó el peso de su cuerpo contra el friegaplatos sosteniéndose con sus brazos. Sus piernas le temblaban y sentía que iba a desmayarse. Mantenía la cabeza agachada y su cabello rubio caía cubriendo su rostro. Así se mantuvo por unos minutos hasta que aquella horrible sensación desapareció, tal como había llegado.
La misteriosa gata negra observaba todo insensible. A esas alturas, la exceed no tenía necesidad de preguntar nada al menor de los Dragneel, porque sabía exactamente lo que estaba sucediendo con el chico. Ella también lo había visto y más que eso ¡Lo había sentido!
—¡Van a atacarlos hoy! A ti y a Letty. Solo puedo salvar a uno y aun así ¡Tú insistes que sea ella! —Pausó la exceed para meditar con los ojos cerrados. —Sabes lo que puede llegar a suceder en cuanto te atrapen…
—Créeme que lo sé ¡Lo sé muy bien!
—Cuando despiertes…
—¡Eso no va a suceder! —El rubio apretó los puños y endureció su mirada. —Necesito que me ayudes a que no suceda…
—¡Eso es inevitable!
—¡Entonces lo aplazaremos, lo aplazaremos lo más que se pueda! —Dijo Zeref enteramente convencido. —¿Estás conmigo?
La exceed azabache observaba atónita al muchacho. ¿Cómo era posible que el chico haya madurado aquella idea a tan solo semanas de haberse enterado de lo delicado de la situación?
—Bien Zeref Dragneel. —Respondió con una sonrisa enigmática. —Veamos a dónde nos llevan tus decisiones.
Minutos después ambos salieron de la casa a toda prisa. Cuando estuvieron a una distancia prudente, Zeref se dio vuelta y después de contemplar su hogar —pidiendo que no fuera la última vez— la exceed ágilmente levantó al humano y remontaron vuelo veloz adentrándose en el bosque del este.
—oOo—
Un par de horas más tarde…
Layla y Nappy alegremente entraron en la casa.
—¡Tadaima! —Saludó el gato perlado con entusiasmo. Al parecer ya se le había olvidado lo sucedido en la mañana.
—¡Hermanito soy yo! —Canturreó la pelirosa. —Regresé pronto porque se me olvidaron las llaves.
A veces la Dragon Slayer de fuego podía ser muy descuidada y olvidadiza. Rápidamente dirigió sus pasos hacia la mesita en medio de la sala y tomó su llavero con las llaves doradas de Aries, Cáncer y Sagitario y lo colocó en el cinturón que adornaba su corto vestido azul marino con detalles blancos y que hacia juego con sus botas cafés.
—¿Hermanito? —Preguntó Layla insistente al percatarse que no había recibido respuesta alguna y la casa se encontraba en completo silencio.
—¿Zeref-kun? —Nappy hizo lo propio. —¿Es una broma?
El neko y la humana llamaron y buscaron por toda la casa, pero no encontraron nada. Ninguna razón, ninguna nota. Zeref no tenía la costumbre de actuar de esa manera tan irresponsable y lógicamente Layla temió lo peor.
El alarmado exceed salió de la casa y desplegando sus alas remontó el vuelo, para iniciar una búsqueda aérea por toda Magnolia. Layla por su parte corrió hasta el gremio con la esperanza de que al llegar allá encontraría a su hermano sano y salvo.
Pero al estar tan apresurada no se fijó en el joven alto de larga cabellera oscura —que iba vestido de negro en su totalidad— y chocó de frente con él a la entrada.
—¡Oye que te pasa! —Protestó el moreno enfadado sentado en el piso. —¡Ten más cuidado cabeza de carbón!
—¡Lo-lo siento! ¡Es que llevo prisa! —Se disculpó la chica Dragneel llevándose una mano a la cabeza y la otra a su trasero. —¡Gale!
—Ara… ara… par de tortolitos… —Una mujer de cabellos blancos recogidos en una rosca sujetada con palillos, que llevaba puesto un elegante vestido gris de falda acampanada, se acercó a los jóvenes dejando escapar un suspirito. —Amor joven, se siente en el aire.
Aquel comentario abiertamente ofensivo para Layla —por no decir que también lo fue para el joven Gale Redfox— inmediatamente fue ignorado debido a la desesperante situación.
—¡Mira-san! —Exclamó la pelirosa con algo de alivio. Si alguien podía decirle donde estaba su hermano pequeño, esa persona era Mirajane Strauss-Dreyar. —¿Has visto a mi hermanito? —Preguntó desde el suelo en un hilo de voz inentendible.
—¿Qué?
—Qué si has visto a mi hermanito Mira-san ¿Se encuentra aquí en el gremio?
—¿A Igneel-kun? No lo vi desde ayer.
—¿Qué hay de Zeref?
—¿Zeref-kun? —Se dijo a si misma con los brazos cruzados llevándose el dedo índice hacia los labios dándose golpecitos en actitud pensante. —¡No! ¡No lo vi! Debe de estar con Letty-chan. Esos dos se llevan tan bien ¿No lo creen? —La albina sonrió dulcemente.
—¡¿QUÉ?! —El alarido que lanzó el joven Redfox fue lo bastante fuerte como para taladrar los tímpanos de la albina y la pelirosa, que se llevaron las manos a los oídos para tapárselos. —¡¿No sabes donde esta Zeref?! —Aquello sonó igual a un reclamo.
—¡No lo sé! —Respondió la chica a gritos con las manos en los oídos. —¿Por qué me gritas?
—¡Oh vaya!
—¡Ehhh! bueno… —El moreno desvió su mirada para ocultar su nerviosismo. —Yo… tampoco sé dónde está la enana… —Admitió al fin.
—¡Pero que escena más conmovedora! ¡Me van a hacer llorar!
—¡Charlotte! —Exclamaron los humanos volteando a ver a la recién llegada exceed.
—¿Qué sucede? ¿Por qué tanto alboroto? —Una pareja de jóvenes peliazules preguntó curiosa al salir por las puertas del gremio. Sin embargo, no recibieron respuesta alguna. ¡La atmosfera se sentía pesada!
—Onee-chan tengo un mal presentimiento. —Susurró el joven peliazul al oído de su hermana.
—Yo también Silver…
Por su seguridad, los hermanos Fullbuster observaron la escena guardando distancia.
—¿Qué haces aquí Charlotte? —Preguntó la pelirosa.
—Tuve una visión… —Comenzó a explicarse la gatita blanca con total altivez e indiferencia. —Y mi abuela ¡la reina! me envió para cerciorarme que "eso" aún no ha pasado.
Sin demostrar ninguna emoción, la pequeña exceed se acercó volando y aterrizó posando sus patitas blancas sobre el suelo elegantemente.
—¿Dijiste algo sobre una visión? —Preguntó curiosa la albina.
—Así es… —La exceed blanca con toda la naturalidad del mundo se llevó la mano a la cabeza para ver el futuro. —A Letty-chan y a Lenny-chan las van a secuestrar pero…
—¡¿QUÉ?!
—oOo—
Estación Magnolia 11:36 a.m.
Dos jovencitas y un pequeño exceed azul esperaban de pie en el andén con cierto nerviosismo.
—¡Ahhh! ¿Dónde estará Layla-chan? El tren parte en menos de diez minutos… —Protestaba la peliazul observando el gran reloj.
—Lenny-san. —La pequeña Grandeeney se acercó hacia la chica Redfox preocupada. —¿Qué se supone que vamos a hacer?
—¡Kya! ¿Habrá pasado algo? —Preguntó nervioso el joven exceed en brazos de la pelimorada.
—No lo sé. —La peliazul se puso a analizar la situación y cayó en cuenta que Layla y Nappy se habían ausentado por más de una hora.
—¡Lenny! ¡Grandeeney! ¡Lucky! —Un neko de pelaje negro llegó volando hasta donde se encontraban los magos de Fairy Tail. —¡Yukata!
—¡Lily-san! —La pequeña pelimorada soltó al exceed que llevaba en las manos y las utilizó para saludar. —¡Bienvenido!
El joven exceed azul por su parte extendió sus alas blancas para sostenerse en el aire.
—¿Pero cómo solo están ustedes dos? —Preguntó extrañado el exceed de orejas redondas observando con cautela a su alrededor. —¿Dónde está Layla?
—¿Qué sucede Lily? ¿Por qué no estás con Letty? —La pequeña hija de Levy comenzaba a preocuparse y tenía porque.
—oOo—
—Aqua está segura que Ur-neechan será vencedora de "Excelsus" este año. —Pensó en voz alta la versión adolecente de Juvia con estrellitas brillando en sus ojos azules. —¿No te parece Gale-kun? —Preguntó codeando al joven sentado a su lado.
Este joven pelinegro —con la apariencia y vestimenta propias de un metalero— se encontraba concentrado prácticamente con la nariz hundida en un grueso libro de tapa roja y bordes dorados cruzando los pies sobre la mesa.
—¿Estás bromeando? —El clon más joven de Gajeel respondió desviando un poco la mirada de su interesante lectura con un tic en el ojo.
¡Nadie podía culparlo! Pues todo mundo sabía lo terrible que podía llegar a ser aquel torneo de combate mágico con su hermana Metalicana en competencia y por eso ya nadie se atrevía a hacerlo. Además…
—¡Aqua-chan! ¡Gale-kun! —Saludó a los jóvenes una mujer de larga cabellera verde oscura —casi negra— la que llevaba trenzada. Vestía con un provocativo atuendo y sombrero vaquero.
—¡Aqua-neechan! ¡Gale-niisan! —Saludó efusivamente un pequeño vaquero de cuatro años que se sostenía tras la falda de la vaquera mayor.
—¡Azuka-san! ¡Zacky! —Respondió la chica al saludo con una sonrisita.
—¡Azuka-senpai! ¡Hola duendecillo! —Saludó monótono el moreno Redfox con un ademán de la mano sin despegar los ojos de su libro.
—¿Se encontrará libre Ur-chan esta noche? —Sin rodeos la vaquera preguntó a la joven peliazul. —Tengo que salir en una misión y esperaba que me hiciera el favor de cuidar de mi Zack, solo por un par de horas.
—Hmmm… No lo creo Azuka-san. —Negó categóricamente la chica Fullbuster con la vista perdida en la mesa suspirando con preocupación. —Esta mañana Aqua encontró una nota sobre la cama de Ur-neechan diciendo que se iba a una misión y Aqua no sabe cuándo vaya a regresar…
—¡Baka! Seguramente se fue siguiendo al cabeza de fósforo. —Refunfuñaba desde una de las mesas cercanas un joven de piel pálida y corto cabello azul oscuro. Llevaba puestos unos pantalones negros y una camisa Hawaiiana de mangas cortas que mantenía abierta dejando al descubierto la marca negra del gremio sobre su pectoral derecho. —¡Esta es la quinta vez! Y cuando papá se llegue a enterar… —Murmuraba entre dientes mientras luchaba con los wafles de su plato.
Luego de unos minutos…
Azuka Connell y Aqua Fullbuster se encontraban entretenidas en una animada y cordial conversación —una de esas en las que se hablan cosas de mujeres— mientras el pequeño Zack disfrutaba jugar tiro al blanco con su pistola de juguete.
—¡Oye Gale! —Llamó a espaldas del moreno una joven y esbelta castaña, que vestía solo con un bikini rojo y unos ajustados pantalones cafés.
—¡Qué quieres! —El moreno azotó su libro contra la mesa. Si algo le molestaba al ojirojo era que lo interrumpieran a mitad de una lectura muy interesante.
—¿Sabes dónde está Letty? No la he visto en toda la mañana. —Se quejó la castaña manteniendo las manos sobre su cintura.
—¿Y porque debería interesarme donde está la enana? —El moreno fingió indiferencia.
—Quiero que me preste un libro…
—¿Un libro? ¿Qué acaso vas a leer? Esa actividad no te deja espacio para esparcir tus chismes ¡Gi-hi! —Se rió el joven Redfox maliciosamente. La chica se cruzó de brazos ofendida. —¿Y ese repentino interés por la lectura Cornelia? —Preguntó curioso Gale con una sonrisilla.
—¡Eso no te incumbe! —Gritó alterada la castaña agitando los brazos en el aire. Iba a decir algo más. Sin embargo, uno de los más famosos espectáculos de Fairy Tail comenzaría en breve, lo que alarmó a la chica de piel morena e hizo que se alejara de allí corriendo. —¡Oye mamá deja eso! ¡Es muy temprano para empezar a beber!
Mientras el pelinegro observaba a Cornelia Clive armar tremendo espectáculo junto a su madre discutiendo y disputándose un barril de alcohol —que seguramente ya estaba medio vacío— se dio cuenta que efectivamente la castaña tenía razón, ya que no había visto a su enana hermanita en toda la mañana.
Era casi mediodía y ella no había pasado por allí —como era su costumbre— para saludar a todo mundo en el gremio y luego dirigirse hacia la biblioteca, lo que lo preocupó mucho.
Sin más y muy a su pesar, el joven moreno se levantó y fue en su búsqueda, pero al no encontrarla decidió preguntar sobre su paradero a Jane Dreyar y no así a Mira-san, ya que no quería arriesgarse a escuchar comentarios fuera de lugar de parte de la madre de la rubia. Algo así como: "Debe estar con Zeref-kun… ellos son tan unidos…" o algo por el estilo.
Pero tampoco pudo encontrar a la chica demonio, pues justo ese día era la guía de los visitantes de Sabertooth en la nueva arena Magnolia, la sede del torneo "Excelsus" que se terminaría de construir ese año.
—¿Qué te traes hermanita? —Pensaba para sí el joven Redfox mientras salía apresurado por la puerta del gremio. Pero cayó sentado en el duro y frío piso después del fuerte golpe que se dio al chocar cabeza con cabeza con Layla.
—¡Oye que te pasa! —Comenzó a protestar el moreno frotándose la cabeza con una mano y sobándose la cola disimuladamente con la otra. —¡Ten más cuidado cabeza de carbón! —Gritó malhumorado al reconocer a la jadeante y distraída pelirosa.
—¡Lo-lo siento! ¡Tengo prisa! —Se disculpó la Dragon Slayer. —¡Gale! —Exclamó Layla Dragneel al reconocerle.
—Ara… ara… par de tortolitos. —La cupido de Fairy Tail sorprendió a los adolescentes en la entrada del gremio y el chico Redfox no pudo evitar hacer una mueca de disgusto.
—¡Mira-san! -Exclamó la pelirosa. —¿Has visto a mi hermanito se encuentra aquí en el gremio?
—¿Zeref-kun? —La albina se llevó el dedo índice hacia los labios pensativa. —¡No! ¡No lo he visto! Debe de estar con Letty-chan. esos dos se llevan tan bien…
—¡¿QUÉ?! —¡¿No sabes donde esta Zeref?! —Le reclamó Gale a la pelirosa enojado.
—¡No lo sé!
—Yo tampoco sé dónde está la enana.
—¡Pero que escena más conmovedora! ¡Me van a hacer llorar!
—¿Qué haces aquí Charlotte?
—Tuve una visión, a Letty-chan y a Lenny-chan las van a secuestrar pero…
—¡¿QUÉ?! —Gritaron en coro los humanos ante la mirada inexpresiva de la exceed blanca.
—¡Oigan! —Protestaba con disgusto la pequeña clarividente al sentirse ignorada por ese grupo de humanos escandalosos. —¡¿Van a escuchar lo que tengo que decir o no?!
Pero los jóvenes conmocionados por las recientes noticias y sordos a las protestas de la hija de Happy, salieron corriendo en búsqueda de sus hermanitos no sin antes encargar a Mirajane informara lo que estaba sucediendo.
—oOo—
En algún lugar del bosque del este…
—¡Baka! ¿Qué parte de: "Esta es una relación discreta" no entiendes? —Reclamaba la chica de corta cabellera azul oscura. —¿Cómo se te ocurre delatarnos así? ¡Y delante de Cornelia para variar!
—¡Huy! ¡Ya cállate! ¡Cállate! —El joven pelirosa colmado por la alharaca insistente de la chica comenzó a quejarse. —Me duele mucho la cabeza y todavía ¿Tengo que escuchar aquella letanía tuya todo el camino? ¡Eh prin-ce-ci-ta! ¿Y se puede saber dónde diablos esta tu ropa?
—¿Te estás burlando? —Se exaltó mucho más la maga de hielo que se encontraba solo en ropa interior y finalmente levantó los puños.
—¡No me grites chica stripper! —Igneel también se exaltó.
—¡No te estoy gritando cabeza de lava!
La paz de la naturaleza en el bosque se vio interrumpida por los gritos, discusiones, amenazas y jalones entre Igneel Dragneel y Ur Fullbuster, la manera más efectiva de liberar tensión y cultivar su extraño estado oficial/no oficial de novios.
—Shhh… ¡Ur cierra la boca!
—¡A mí no me callas Igneel!
—¡No! ¡Guarda silencio! —El pelirosa rápidamente empujó a la peliazul hacia los arbustos y comenzó a olfatear el ambiente.
—¿Qué te pasa? —Susurró la maga de hielo apenas lograron esconderse.
El joven Dragon Slayer de fuego mantenía la vista fija en un cercano grupo de árboles que formaban un pequeño y oscuro bosquecillo. Rápidamente le dirigió una mirada a su compañera peliazul al percatarse que alguien los estaba siguiendo y ahora se encontraba entre aquella floresta.
—¡Ice Make Lance! —Gritó la maga de hielo, sorprendiendo al mismo Igneel, moviendo sus manos para crear cientos de lanzas de hielo azulado disparadas hacia el bosque, solo como una advertencia.
—¡Karyuu no Tekken! —Igneel se apresuró a encender sus puños y se acercó corriendo tomando la dirección de las lanzas.
—¡Ice Make Dome! —Desde el bosquecillo se escuchó una voz serena, fuerte y decidida.
El asombro de los chicos fue enorme cuando al disiparse la humedad del choque de magia vieron que ninguna de las lanzas de Ur alcanzó su objetivo, sino que se incrustaron contra una enorme cúpula de hielo —de un ligero color rosa— que apareció repentinamente.
—¡Igneel Dragneel! —Aquella voz serena detuvo el ataque del chico momentáneamente.
Detrás del domo de hielo, lentamente salió caminando una misteriosa jovencita de más o menos quince años, de largo cabello rosado recogido en una cola baja. Llevaba puesto un uniforme escolar compuesto de un marinero negro manga larga de franjas y corbata roja, falda tableada de color blanco, largas medias negras y botas rojas. Completando su vestimenta llevaba una capa gris con capucha que cubría la totalidad de su cuerpo. —Diecinueve años. Asesino de dragón de fuego. Especialidad: Inclinación hacia la deliberada destrucción.
—¡Te voy a mostrar que tan destructivo puedo llegar a ser! —El joven Dragneel le gritó a la pelirosa con enfado. —¡Alas de dragón de fuego!
Fue un golpe directo de las llamas de Igneel que envolvieron a la desconocida pelirosa… o eso fue lo que creyó. Las llamas y el humo se despejaron y la chica ya no se encontraba en el lugar de impacto. ¡Estaba justo detrás de él!
—Puntos de consideración… —La muchacha continuó con aquel análisis como si nada. —Es precipitado, se deja guiar por sus emociones al calor del momento, lo que a menudo nubla su juicio en combate y le dificulta obtener la victoria en batallas que fácilmente pudo librar.
El fuego de la ira se encendió en los ojos del Dragon Slayer cuando escuchó aquel comentario, lo que se reflejó en sus puños que volvieron a encenderse. Enloquecido lanzó una serie continua de golpes que la niña haciendo uso de la información que poseía de antemano evitó y en el peor de los casos bloqueó hábilmente.
—¡Ice Make Lance! —Ur por su parte aprovechó que la chica se mantenía concentrada con Igneel y creó una nueva serie de lanzas disparadas en dirección de la muchacha.
—¡Ice Make Frost Army! —Fuera de todo pronóstico la chica hábilmente creó un pequeño ejército de hielo ¡Con una sola mano!
Cientos y cientos de pequeñas copias de sí misma se movían recibiendo en sus cuerpos el ataque de las lanzas de Ur. Cuando Igneel se hubo cansado de su airada embestida, ambos pelirosas se separaron por unos instantes.
—¿Quién eres? ¿Qué quieres? —Interrogó finalmente el mago a la chica pelirosa. —Ur tu ropa. —Susurró el Dragon Slayer por lo bajo.
—¡Que demon…! (Waw)
—¡Ur Fullbuster! —La chica tartamudeó al mencionar el nombre de la maga de hielo y un extraño rubor —que no tenía nada que ver con el hecho de que la peliazul se encontraba totalmente desnuda— apareció en sus mejillas. —Dieciocho años. Magia de creación de hielo. Especialidad: Mantener a raya a Igneel Dragneel.
—¡¿Qué dijiste?! —Gritaron los dos al mismo tiempo rojos de la vergüenza.
La pelirosa sonrió misteriosamente.
—¡Maguilty Sodom! —Gritó la jovencita sorprendiendo a los magos y de inmediato un conjunto de espadas luminosas apareció a su alrededor. A una sola orden de su puño cerrado las espadas salieron disparadas en dirección de los magos de Fairy Tail.
—¿Qué pretendes? —Gritó Ur al esquivar sus espadas. —¡Ice Make Geiser! —Formó con sus manos una columna ascendente de hielo con la que esperaba atrapar a la pelirosa.
—¡Ice Make Big Chain! —Una larga y gruesa cadena de hielo se formó en manos de la chica. Esta comenzó a girar como un taladro deshaciendo el geiser de hielo de la peliazul.
—¡Karyuu no Nana Blaze! —Una enorme esfera de fuego se formó en manos del Dragon Slayer. Lanzó la esfera hacia la pelirosa, quien fácilmente la esquivó de un salto. Pero esta se fragmentó en siete esferas más pequeñas tomando múltiples direcciones. Un par de las mini-esferas impactó contra la chica en el aire quemando su capa. Ella se la quitó rápidamente.
—¡Ice Make Smack! —Aun en el aire, la niña juntó sus palmas acumulando hielo denso que después dispersó a su alrededor formando una ventisca que al contactar con las esferas de fuego las congelaron.
—¡No se te hará fácil el derrotarnos bruja! —Gritó enfadado Igneel apuntándole con el dedo. Realmente era algo insólito que alguien —que no sea Ur por supuesto— haya logrado congelar sus llamas.
—¡Lo sé! —Afirmó calmada la pelirosa que después de aquel derroche de poder mágico no tenía ni una sola señal de cansancio. Pero después de breves segundos observó algo en su muñeca y sonrió de labios. —El simulacro ha terminado, fue divertido mientras duró.
—¿Qué? —El pelirosa estaba indignado, pero la niña ignoró al Dragon Slayer.
—¡Ur-neechan… tu-tu ropa! —Apuntó hacia la maga de hielo avergonzada.
—¡Ahhh! —La peliazul al verse se escondió tras un árbol.
—¿Nee-chan? —Igneel estaba confundido. —¡Oye ven acá para que te patee el trasero! —El chico le reclamó a la pelirosa.
—Igneel-kun no es prudente abandonar el gremio justo ahora. —La chica se escuchaba amable y sinceramente interesada en el bienestar de los jóvenes magos y de su gremio. —Deben regresar seguramente los necesitaran en Fairy Tail.
—¿Cómo? ¿Qué sucede en el gremio? ¿Qué es lo que sabes?
Los chicos preguntaron con preocupación. Pero no recibieron respuesta alguna porque en ese instante la chica pelirosa de manera inexplicable dio un par de pasos y se esfumó. Igneel y Ur intercambiaron miradas perplejas. En medio de su confusión y coraje, el joven Dragneel no pudo evitar elevar la voz.
—¡¿Qué demonios está pasando aquí?!
—oOo—
—¡Jane-chan! ¡Drake-kun! —Exclamó a gran voz una joven de corto cabello plateado y enormes ojos rojos que en cuanto vio a los hermanos corrió atropellando a todo mundo a su paso hasta llegar a donde se encontraban para abrazarlos escandalosamente.
—¡Sorano-chan! —Respondieron los Dreyar al unísono desde su incómoda posición.
—Vinimos desde el gremio con Lance-san y Julian-san. —Comenzó a relatar la joven Dragon Slayer de sombras con toda naturalidad, soltando de su fuerte abrazo a los rubios, lo que ellos agradecieron. —Lector-san y Frosh también…
—Estamos aquí para inspeccionar cómo va el avance en la obra de la arena de Magnolia para el torneo "Excelsus" tan solo faltan tres meses y nos preocupa que no esté terminada a tiempo. —Movió la mano elegantemente un joven de largo cabello rubio que llevaba un antifaz azul.
Los cuatro jóvenes dejaron atrás a los obreros que afanosamente trabajaban en la obra y entraron en la enorme estructura por uno de los túneles de acceso.
—No hay nada de qué preocuparse Julian, el anfiteatro tiene un avance del 89 por ciento. —Amablemente comenzó a explicar los aspectos técnicos del complejo la hija y representante del maestro Dreyar con una sonrisita. —Las cámaras subterráneas y el palco principal están casi listos y los edificios adyacentes junto con…
INFORMACION ADICIONAL
ARENA MAGNOLIA: Un mega-complejo construido sobre un islote del lago Sciliore, a 13.7 kilómetros aproximadamente, al norte de la ciudad de Magnolia que a partir de ese año se convertiría —como dijo Julian Lorh— en la sede oficial de "Excelsus"
EXCELSUS: Un torneo de combate mágico —pudiendo participar en el cualquiera que se atreva— originalmente organizado con la cooperación conjunta de Fairy Tail y Sabertooth, que poco a poco fue ganando popularidad en todo el reino de Fiore y durante los últimos cinco años fue considerado como una antesala de los grandes juegos mágicos. Era el "torneo de los valientes por la gloria"
Una repentina explosión y su consecuente temblor se escucharon y sintieron dentro de la arena.
—¡Excelsus! ¡Grandioso! —Gritó el pequeño Drake con emoción al salir corriendo del túnel hacia el palco principal. —¡Este año mi onii-san ganará!
—¡Drake! —Le regañaba su hermana mayor al seguirle. —¿Que son esos modales?
—Pero onee-chan. —Protestó el niño rubio.
—¡Lamento desilusionarte Drake-kun! —Un pequeño exceed de pelaje café-rojizo con chaleco verde olivo exclamó mientras observaba orgulloso hacia la arena cubierta por una densa nube de polvo y al joven alto de cabellos oscuros que se encontraba parado en medio cruzado de brazos.
—¡Lance-kun! —Gritó eufórico el niño rubio al reconocer al joven.
—Este año la gloria será para Sabertooth. —El orgulloso hijo del maestro del gremio de los tigres levantó su puño en señal de victoria.
—¿Sabertooth? No entiendo porque se molestan en venir… —La voz burlona de la terrible Dragon Slayer de hierro se escuchó fuerte y claro desde la nube de polvo que comenzaba a disiparse revelando su alta y esbelta figura. —¿Acaso quieren que les demos una paliza como la otra vez? ¡Gi-hi!
—No cuentes con ello Meta-chan. —Le respondió el pequeño Lector a la pelinegra con una sonrisa confiada. —Este año también tendremos a Spear-kun y Gajeel-kun en nuestro bando y no hay rival que pueda hacerles frente a nuestra nueva generación de dragones gemelos.
—Frosh piensa lo mismo. —El neko rana salió adelante con su siempre oportuno y edificante comentario.
—¿Dragones gemelos? —La mayor de los Redfox se llevó las manos a la cintura chasqueando la lengua con malicia. —No me importa cuántos sean ¡Acabaré con todo Sabertooth!
Lance Eucliffe soltó una risita franca y se dirigió hacia la chica con familiaridad.
—¿No crees que estás exagerando las cosas Ana? —Le preguntó con una sonrisa de lado.
—¿Quieres ser el primero Eucliffe? —La Dragon Slayer de hierro le lanzó el desafío al dios guerrero, seguido de un golpe sorpresivo con su famoso puño de hierro directo a la cara del chico. Este lo recibió con un bloqueo cruzado, sin embargo, la potencia del golpe lo hizo retroceder varios metros levantando una nueva nube de polvo.
—Ara… ara… ¡Ustedes nunca cambiarán!
—¡Pero qué mala eres Meta-nee! —Se ofendió la Dragon Slayer de sombras desde su lugar en el palco. —Este año yo también voy a participar.
—¡Sí como sea! —La McGarden movió la mano como si espantara un mosquito. —Fairy Tail ascenderá una vez más en "Excelsus"
—¡Pero miren nada más que sorpresa! — Todo el mundo volteó su mirada en dirección en la que escucharon aquella vocecita. —Las hadas y los tigres están aquí pero no se confíen nosotras las sirenas nos llevaremos la gloria.
Una muchacha de largo cabello púrpura que traía puesto un uniforme azul marino con botas blancas y llevaba una katana amarrada a su cintura, bajaba por las graderías con movimientos seguros y elegantes en dirección de los jóvenes magos.
—¡Sinmo-chan bienvenida! —Saludó la chica demonio.
—¡Mermaid Heel se alzará con la victoria! —Terminó de hablar con una sonrisita mordaz.
—¡Sinmone-chan! —Exclamó asombrada la peliplateada Cheney. —No me digas que tú también…
No terminaba de hablar la joven Dragon Slayer cuando las puertas de uno de los túneles de acceso de la arena se abrieron de par en par y dejaron ver a una abatida y muy cansada peliazul que tenía el pelo suelto y despeinado y su vestido rojo fuego hecho jirones.
—¡Letty! —Gritaron todos al mismo tiempo.
—¡Nos atacaron! pero yo logré escapar. —Antes que la chica se desplomara en el suelo suplicó. —Meta-nee por favor salva a Zeref-kun.
:-:-:-:
ENDING: ZAQ - Kimi No Tonari Ni
:-:-:-:
Y aquí termina el prólogo de —LA ROSA NEGRA—
Espero que haya sido un deleite para su imaginación y también ruego su comprensión a la hora de considerar lo extenso del mismo
¡Mil disculpas! Pero era necesario
Los próximos capítulos no serán tan largos lo prometo XD
Aguardaré sus preciados reviews que son vitales para la continuación de esta historia
¡He aquí! Vuelvo en breve... Pero les dejo solo una probadita de lo que se viene
Sobre una pequeña sierra en medio de un bosque de árboles muertos se levantan las ruinas de lo que antes fue el sagrado templo de la "Cuna Genésica"
Una pequeña niña con camisa blanca, vestido verde de tirantes y zapatillas negras, caminaba entre los escombros de aquellas ruinas con los brazos cruzados sobre su cabeza de larga cabellera verde, sujeta en dos coletas.
—¡Oh vaya! Este tal Salamander es un tipo muy interesante. —La niña le dirigió aquel comentario despreocupado a su acompañante. Un joven alto de ojos dorados y cabello blanco azulado recogido en una cola de caballo, que llevaba puesto un largo chaquetón azul oscuro y pantalón blanco con botas negras.
—Se supone que debemos acabar con los estorbos Ether ¡No adularlos! —Aquel joven regañó a la pequeña sin prestar mayor importancia al espectáculo de muerte y destrucción delante de sus ojos. —Sin embargo dudo mucho que todo esto sea obra de ese individuo…
—¡¿Pero qué clase de monstruo pudo hacer algo como esto?! —Murmuraba uno de los muchos guardias que habían acompañado a los jóvenes observando horrorizado el estado de los cuerpos regados por todo el templo.
—¡Seguramente esto es obra de la bruja roja! —Otro de ellos se decía así mismo temblando de miedo al arrastrar uno de tantos cadáveres hacia la pila que se encontraba a escasos metros.
La guardia apilaba los cuerpos de sus compañeros en completo silencio por temor a que sus comentarios "cobardes" despertaran la ira de sus comandantes, mientras que ellos ajenos a todo esto continuaban con su paseo por aquel lugar.
—¿Vez esto? —El joven se acercó a revisar uno de los cuerpos putrefactos, aunque no lo tocó. —A este lo atravesó una espada y lleva más de tres días así…
—Esto sin duda no es obra del Dragon Slayer. —Concluyó la pequeña de cabello verde pensativa. —Entonces ¿Fue ella verdad? —Preguntó entusiasta tallándose la nariz.
—¿Con que los niñitos bastardos de Crime Sorcière decidieron entrar al juego? —Se dijo a si mismo burlón. —¡Ja! ¡Son más tontos de lo que creí!
—¿Eso significa que todo marcha de acuerdo al plan? Si esto es obra de la bruja roja… —Sonrió la niña de cabello verde misteriosamente. —El maestro estará más que complacido.
La pequeña soltó una carcajada maléfica al aire para luego darle un giro completo a la conversación.
—¡Vámonos Dorian me muero de hambre! —Se quejó para luego marcharse dejando atrás al muchacho.
Cuando el joven se quedó completamente solo, levantó la mirada hacia el sombrío horizonte. Sus penetrantes ojos dorados cambiaron rápidamente a un color azul cielo, casi blanquecino.
De inmediato pasaron delante suyo diversos paisajes a gran velocidad, como si fuera un viaje instantáneo de kilómetros y kilómetros a través de blancas cordilleras, bosques profundos y exuberantes, poblados campiranos y grandes ciudades e interminables desiertos, hasta llegar a la cima de una lejanísima montaña.
—¡Scarlet! —Llamó con una voz escalofriante a la chica que tal y como si se tratara de un espejo estaba delante de él con una espada desenvainada dándole la espalda. Incluso podía sentirse el frío viento de la cumbre que revolvía con gracia, los largos y lacios cabellos rojos de la muchacha, que respondiendo a aquel llamado, lo vio sobre su hombro con una mirada de profundo desprecio. —Acabas de firmar "su" sentencia de muerte.
Casi como si lo hubiera escuchado —y en cierta forma así fue— los labios de la chica se curvaron en una sonrisa siniestra respondiendo a aquella provocación, de forma altanera y desafiante.
—¡Eso crees!
Después de largos años ocultos en las sombras, los enemigos finalmente se revelan
¿Qué es lo que pretenden?
Zeref y Letty son atacados en el bosque del este
Al mismo tiempo, una antigua alianza se refuerza
Conoce a los agentes de los "Niños Expiatorios" en el próximo capítulo de LA ROSA NEGRA: "ALIADOS"
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"Al final, el caos nos cubrirá"
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