Antes de que empiecen a leer, esta es una historia en un universo TOTALMENTE ALTERNO. Aquí los chicos y chicas no son ninjas, sino que son estudiantes de secundaria y los Sensei son profes. XD

Este fic lo hice hace unos meses atrás cuando todavía no sabía cómo iba la serie y qué pasaba, por lo que estudié a los personajes y los hice estudiantes. Les advierto que este fic contiene lemon de NaruHina pero sólo en el capítulo 3. Así que ahí ven ustedes por donde empezar.

¡Espero lo disfruten y ojalá les guste!

Todo lo relacionado con la serie y el manga Naruto le pertenecen a Masashi Kishimoto. (Quién de seguro no nos dará el placer de ver un final NaruHina T-T

Capítulo 1: Un encuentro

Terminaba el día en la Secundaria Konoha. Los alumnos del salón 2 del tercer año se levantaban de sus asientos, tomaban sus cosas y se preparaban para irse. La clase del Profesor Iruka era realmente aburrida, casi nadie soportaba muy fácilmente la asignatura de Historia, aunque Hinata era una excepción pues le encantaba esta clase más que ninguna otra.

Mientras tanto, en la oficina de la Directora, estaban sermoneando a Naruto por décima vez consecutiva en tres días. Definitivamente: Un nuevo récord para el rubio.

-¡Pero vieja, no puedes castigarme por tercera vez en esta semana!- se quejaba el chico.
-Sin peros, Naruto. ¡Y ya deja de decirme vieja!- le gritó la Directora Tsunade.
-Pero…
-No se hable más. No podrás irte a tu casa sino hasta que limpies todo el gimnasio de tu desastre- sentenció la directora.
-¡Pero tardaré una eternidad!- se quejó Naruto.
-No tardaste una eternidad en hacerlo, así que no creo que tardes todo el día en limpiarlo.

Naruto se rindió, bajó su cabeza con resignación y salió de la oficina de la directora.
El muchacho se dirigió al gimnasio sin mucha prisa, dobló una esquina, sólo para impactar con alguien y caer ambos al suelo.

-¡Eso me dolió mucho, Dattebayo!- se quejó el chico. Entonces miró al frente para ver quién había sido el idiota que se cruzó en su camino, gran sorpresa se llevó al darse cuenta que era una chica- ¡Perdona¡Discúlpame¿Estás bien?
-Sí, estoy bien. No te preocupes. Soy un poco torpe- se excusó la joven. Entonces levantó su cabeza lentamente y observó con atención al rubio con el que había impactado-. ¿Naruto?- preguntó sin creérselo.
-¿Uh¿Nos conocemos?- preguntó algo confuso.
-Esto… no, creo que no- respondió rápidamente la chica con su tímida voz.
-¿Entonces cómo es que sabes mi nombre?
-Es que… bueno, yo…- trataba de hablar la chica mientras jugaba con sus dedos-… verás… una vez fui a dejarle unos expedientes a la Directora y oí que decía tu nombre.
-Ah, sí. Debió haber sido en una de mis tantas visitas a su oficina- dijo el rubio al rememorar tan "bellos recuerdos" (N/A: Eso fue un claro sarcasmo de mi parte XDDD).

En eso, sonó la campana de la escuela anunciando que ya iban a comenzar los clubes de la tarde.

-¡Oh no¡Ya se me hizo tarde¡Neji me va a matar!- dijo la chica toda preocupada. Intentó ponerse en pie mas volvió a caerse al suelo.
-¿Te encuentras bien?- preguntó un preocupado Naruto.
-Creo que no. Me duele mucho la rodilla.

Naruto se acercó a ver y examinó la pierna de la chica como si de un doctor se tratase. La chica enrojeció a tal punto que casi parecía un tomate.

-Me está tocando la pierna. ¿Qué hago?. ¿Lo detengo?- pensaba la chica totalmente alterada en el interior de su mente.

Mientras tanto, el inocente de Naruto seguía examinando la pierna de la chica buscando alguna anomalía.

-¿Te duele aquí?- preguntó el rubio examinándole la rodilla.
-Sí, me duele mucho.
-¿Y aquí también te duele?- preguntó el chico pero palpando un poco más arriba.
-Un poco- a este punto, la muchacha estaba al borde del desmayo.
-¿Y aquí te duele?- volvió a preguntar pero tocando una zona que estaba muy cerca de la falda de la chica quién, ante este acto, sucumbió en un desmayo.
-¡Oye¿Qué te sucede¡Respóndeme!- le gritó el chico mientras la sacudía para ver si despertaba, pero ella no respondía. Estaba inconsciente.- ¿Y ahora qué hago, Dattebayo?- pensó el muchacho. Le costó unos diez segundos darse cuenta que lo indicado era llevarla a la enfermería y así lo hizo.

Pasaron horas antes de que la chica despertara. Abrió los ojos lentamente, sólo para darse cuenta que aún seguía en la secundaria pero en la enfermería de ésta.

-¡Al fin despiertas Hyuuga!- dijo una alegre voz de niña.
-¡Profesora Chibiko!- exclamó la chica.
-Pensé que ya no despertabas- le sonrió la pequeña profesora mientras acercaba una pequeña escalinata para poder examinar mejor a su paciente que se encontraba recostada-. Parece que todo está bien- aprobó-. Uzumaki hizo bien en traerte. Te vendé la zona de la rodilla, no pude hacer más ya que se te inflamó bastante esta vez- en eso, la enfermera sacó del bolsillo de su bata dos pastillas-. Te dejaré estos calmantes: Tómate uno ahora y el otro te lo tomas mañana si es que amaneces con algún dolor.
-Muchas Gracias- dijo Hinata mientras se tragaba una de las pastillas con un poco de agua que le había dado la Profesora Chibiko.

Entonces llamaron a la puerta.

-¡Ese debe ser el Profesor Gai!- exclamó entusiasmada, y algo sonrojada, la enfermera.

Se arregló un poco su bata blanca y abrió la puerta. Sin embargo, no apareció la persona que esperaba, sino que en su lugar entró todo apresurado un chico rubio, con su uniforme de secundaria totalmente sucio.

-¡¿Uzumaki?!- preguntó anonadada la profesora mientras imaginaba como se iba el amor.
-Acabo de terminar con el gimnasio. ¿Se encuentra bien la chica?
-Mira detrás de ti- le dijo la enfermerita con aire resignado.

El muchacho dio la vuelta y observó a la chica que estaba sentada en la cama.

-¡Genial, ya te recuperaste!- exclamó alegre.
-Sí- respondió la chica.
-Ejem- carraspeó la pequeña profesora-, no quisiera interrumpir este lindo momento, pero ya casi es hora de que la escuela cierre.
-¿Qué ha dicho?- la muchacha miró la hora en el reloj de la pared y comprobó que eran…- ¡WAAAA¡Van a ser las nueve!
-Llamé a tu casa hace media hora para explicarle lo sucedido a tu padre, pero él me dijo que no tenía tiempo para venir a buscarte- le explicó la Profesora Chibiko.
-Entiendo- se resignó la chica.
-Así que, Uzumaki…- el chico volteó a la profesora cuando ésta mencionó su nombre- estarás de acuerdo conmigo de que ya es bastante tarde para que una jovencita como ella ande totalmente sola por la calle y, más aún, con una rodilla lastimada. ¿Cierto?
-¿A qué quiere llegar Profesora Chibiko?- preguntó Naruto.
-Te encargarás de llevarla hasta su casa- respondió tajantemente la niña.
-¿Q-QUÉÉÉÉÉ?- se sorprendió el chico.
-He dicho- volvió a decir tajantemente-. Además, se lo debes por lastimarla.
-¡Pero si le dije que fue un accidente!
-Vamos, Uzumaki. No te cuesta nada ser un caballero y dejar a esta linda damisela en su casa. ¿A qué no?- le dijo una sonriente Chibiko-. Además si lo haces te daré esto- le dijo enseñándole un papel.
-¿Un "cupón de almuerzo?
-El almuerzo de mañana es Ramen. Si te llevas este cupón podrás comerte un bol de tu platillo preferido. ¿Qué dices¿Serás un caballero?
-¡Sí, acepto!- dijo todo entusiasmado.
-Buen muchacho- le felicitó la enfermerita-. Te daré el cupón si vienes a verme mañana.
-Muy bien.

Unos minutos más tarde, Naruto se encontraba cargando a la chica en su espalda. A ella le costaba mucho caminar, por lo que el chico optó a cargarla en su espalda para que no se le hiciera tan pesado el camino.

-A todo esto, todavía no sé tu nombre- recordó el chico-. ¿Puedo saber cómo te llamas?
-Hinata. Hyuuga Hinata- le respondió la chica.
-Tienes un lindo nombre, Hinata. ¿Te molesta si te llamo por tu nombre?
-No. En lo absoluto- le respondió tímidamente.
-Parece que te llevas bien con la Profesora Chibiko- recalcó el chico.
-Es una vieja amiga de la familia.
-Es muy rara. No entiendo como puede ser profesora siendo aún una niña.
-No es una niña. Tiene casi treinta años.
-¡¿TREINTA AÑOS?!- se sorprendió Naruto- ¿Y cómo le hace para verse más joven que la vieja Tsunade?
-Es por un mal de familia. Tienen un crecimiento normal hasta que llegan a los doce años. Cuando cumplen esa edad dejan de crecer y también de envejecer.
-¿O sea que se quedan con aspecto de doce para toda la vida?
-Sí. Es por eso que le ha sido muy difícil el hallar un novio.
-¡Yo quisiera una novia, Dattebayo!- exclamó el rubio mientras una ola de lágrimas corría por sus ojos.
-¿Eh¿No… no tienes novia?
-No, jamás he tenido una- dijo tristemente-. Hasta hace poco me gustaba mucho Sakura, pero desde que comenzó a salir con Sasuke he intentado olvidarme de ella. Al fin y al cabo, él también es mi amigo y sé lo mucho que le gusta Sakura. Además a Sakura también le gusta Sasuke. ¡LO SÉ¡FUE UNA ESTUPIDEZ ARREGLAR LAS COSAS PARA QUE LOS DOS TUVIERAN UNA CITA¡FUE LA MAYOR IDIOTEZ DE MI VIDA!- gritó el chico totalmente frustrado-. Pero es que Sakura me gustaba tanto que no quería hacerla sufrir. Sabía que si estaba con Sasuke sería feliz. ¿Debes pensar que soy un tonto, cierto?
-Para nada- le dijo Hinata-. Creo que fue algo muy lindo de tu parte el querer hacer feliz a dos personas.
-¿En serio lo crees?- preguntó Naruto no muy convencido.
-Sí. La gente no es así de amable últimamente y casi siempre anteponen las prioridades propias antes que ayudar a los demás- explicó la ojiblanca, cosa que logró que Naruto se sonrojara un poco.
-Por cierto¿dónde me dijiste que quedaba tu casa?- preguntó el rubio intentando desviar el tema.
-Ahí, doblando esa esquina- le indicó Hinata.

Naruto fue por donde le indicó la chica y su quijada tocó el suelo al darse cuenta donde estaba parado: Frente a una gran mansión.

-¿No me digas que vives aquí?- se sorprendió el chico.
-Sí, aquí vivo- le confirmó Hinata, mientras se bajaba con algo de dificultad de la espalda de Naruto.
-Ten cuidado, no te vayas a caer- le dijo el rubio sujetando a la muchacha con delicadeza para que no tropezara.
-Muchas gracias por venir a dejarme- agradeció la chica.
-Cuando quieras si hay un bol de Ramen en juego- dijo Naruto con una sonrisa, cosa que hizo reír tímidamente a Hinata.
-Así que te gusta el Ramen¿cierto?
-Mucho, mucho.
-Bueno, mañana lo servirán de almuerzo en la escuela. ¿Te gustaría… esto… no sé… acompañarme a… almorzar?- logró decir entrecortadamente la chica al tiempo que jugaba con sus dedos.

Naruto se quedó sorprendido ante lo que estaba sucediendo.

-iDebo estar soñando¡Una chica bonita me está invitando a almorzar!/i- pensó.
-¿Qué dices¿O no te parece buena idea?- preguntó Hinata sacando a Naruto de sus pensamientos.
-Para nada, para nada. Me encanaría almorzar contigo Hinata- respondió rápidamente el chico.
-¡Grandioso!- se alegró la ojiblanca.

Naruto se quedó viendo su expresión de alegría, hacía mucho que nadie le sonreía con esa calidez que le demostraba Hinata. No obstante, el romance no duró mucho. Un muchacho de cabello negro y mucho más largo que el de Hinata, observaba a la parejita sentado en uno de los muros que rodeaban la mansión.

-¡¿QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO?!- gritó una voz masculina y, un instante después, Naruto sentía una fuerte patada en su cara.
-¡Neji!- exclamó sorprendida la ojiblanca.
-Estas no son horas de llegar, Señorita Hinata. ¿Y quién es este tipo?
-Es Naruto, un chico de la secundaria.
-¿Naruto?- preguntó el ojiblanco viendo de reojo al rubio que estaba en el suelo sobándose el rostro-. ¿No eres acaso el que juega en la defensa del Club de Soccer?
-¿Y eso qué?
-Pues nada, sólo preguntaba- dijo Neji como si no tuviera la menor importancia-. Señorita Hinata, su padre está muy enfadado porque usted aún no llegaba. Así que le sugiero que se prepare.
-Sí- dijo Hinata en un suspiro resignado.
-¡Espera un momento¿Castigarán a Hinata sólo porque llegó tarde?- preguntó Naruto.
-Eso si tiene suerte- le respondió Neji.
-¡Eso no es justo¡Además no es culpa de Hinata¡Fue mi culpa que ella tropezara y se lastimara la pierna!
-Eso no es excusa para el Señor Hiashi. Ahora, si nos disculpas, debemos irnos- se despidió Neji mientras se adentraba a los terrenos de la Mansión Hyuuga.
-Te veo mañana en la escuela. Buenas noches, Naruto- se despidió Hinata con una pequeña reverencia antes de perderse con Neji en el oscuro jardín.

Media hora más tarde, Naruto entraba en su apartamento. Daba lo mismo si llegaba tarde o temprano, nadie lo esperaba de todas formas. Su madre había muerto poco después de traerlo al mundo, mientras que su padre murió en un accidente cuando Naruto aún era muy pequeño.

El chico entró en la cocina y se preparó un poco de Soumen al microondas. Y, mientras esperaba a que se calentara, no dejaba de pensar en Hinata. Le molestaba mucho el hecho de que pudiesen castigarla sólo por llegar tarde si se había lastimado por culpa de él. Además, ese idiota de Neji, se había atrevido a patearle la cara.

-Si vuelve a dejarme mal delante de Hinata nuevamente, juro que le romperé la cara- se prometió Naruto en voz alta.


¡Wau!. ¿Qué les ha parecido este comienzo?. ¿Excelente?. ¿Bueno?. ¿Pudo ser mejor?. ¿Mal?. ¿Pésimo?. A propósito, quisiera saber que impresión les ha dejado ver al mundo de Naruto en una secundaria japonesa del mundo actual. n.n

Como ya dije arriba antes de empezar el episodio: El fic ya está terminado y es "Calificación M" porque contiene lemon en el capítulo 3. Así que ahí va el ultimatum para los que quieran tanto ver, como no ver, un lemon de NaruHina.

Por cierto: La Profesora que trabaja en la enfermería es Chibiko Chibichi. No es un personaje de Kishimoto, sino que es una mera invención mía. Hagan como que siempre existió y no se lleven mucho tiempo imaginándola porque es una enana de 29 años con la apariencia y la altura de una doceañera. XDDD