[17/03/2014- N. de la A.: Hola lectoras! Estuve releyendo este viejo fic que tanto éxito tuvo y me dieron ganas de corregir algunas cositas de redacción y nombres que a una le empiezan a molestar después de los años y la experiencia. Este fic me hizo morir de risa y ternura y espero que lo relean y les cause lo mismo que a mi! De paso, cañazo, las invito a pasar por mi nuevo Onshots fic: "Tesis del número siete" . Las quiero y gracias por hacer posible esta historia!]

Hola, ¿qué tal?

Bueno, empiezo con un nuevo fic, con 7 capítulos más o menos y cortitos. Mucho humor, muchas hormonas y una trama medio complicada así que a estar atentas :) Prometo subir frecuentemente porque ya tengo todos los capítulos escritos.

Las dejo con un egocéntriquísimo y muy sexy Scorpius Malfoy. ¡Disfruten!


SCORPIUS

—Oh Scorpius, eres fantástico. Yo...

—Sí, sí lo sé, Lo soy. Hmm, mira, me tengo que ir.

Abrí apurado la puerta de la Sala de Menesteres, sin haberme puesto todavía la túnica y salí. No tenía ningún tipo de interés en escucharla. Estaba buena y ya. Para hablar, a terapia.

Bajé las escaleras corriendo cuando vi un espejo colgado en una columna. Oh, dulce reflejo, el mejor amigo de los Malfoy. Me acerqué sin prstar atención a nada más que a la bestial figura que me miraba desde el espejo y choqué con el hombro a un chico que protestó. Este calló en seguida al verme y siguió su camino con la cabeza gacha. Seguramente se habría acobardado pues nadie se mete con los Malfoy.

"Nada mal" —pensé sonriendo— "¡Por Merlín! ¡Qué Sex Appeal!"

Oh, sí, me encanta admirarme. Ser hermoso no es fácil, pero yo puedo manejarlo. Algunos pueden decir que es vanidad, pero queridos amigos, yo sé que tan sílo es buen gusto.

¿Cómo fue que llegué con esa chica a la Sala de Menesteres? No lo recuerdo muy bien. Recuerdo que tenía dos horas libres y no me las iba a pasar en la sala común de Slytherin, escuchando a mis bobos amigos hablar de Quidditch, tareas y la última espantosa criatura que había llevado el viejo Hagrid a la clase. Había miles de cosas más divertidas para hacer, por ejemplo, pasar un candente rato en la Sala de Menesteres con… Bueno, ella.

De pronto, apareció de la nada una nueva figura a mi lado, en el espejo.

—¡Ah! —grité asustado. No. Asustado, no. Sorprendido. Vamos, ¿quién no gritaría si una... una cosa roja se te apareciera en el espejo? Me sorprendió, eso es todo. Bueno, está bien, quizás me asusté un poquito, pero eso no viene al caso.

—¿Te asusté Malfoy? Oh, lo siento, no quise interrumpir tu sesión de autoestima diaria. —Siempre tan sarcástica…

—Ah, eras tú, Weasley.

Tenía que ser ella. Era obvio. Rose Weasley, la única chica en Hogwarts que parecía no morir por mí. Diablos, ¿por qué tenía que ser justo ella la excepción? Estaba justo detrás de mí y no sabía desde cuándo las usaba, pero esas dos colitas recogiendo su cabello le quedaban muy bien.

—Así que aprovechaste las horas libres… —dijo mirándome. En su voz se notaban... ¿Celos? —¿Se puede saber con quién o de repente desarrollaste un minúsculo sentido de la caballerosidad? —agregó.

—Por supuesto que las aproveché, Rosie —odia que la llame así y como verán, a mí me encanta hacerla sacar de quicio—. Que tú te pases las horas libres en la biblioteca, no quiere decir que la gente con vida social también lo haga —la pobre se sonrojó (soy experto en hacer sonrojar a las chicas) —Pero ya que te interesa tanto saber quién fue la afortunada que pasó dos horas completas haciéncole compañía al chico más codiciado de Hogwarts… —Bueno, mentira. No lo sabía. Esperaba y hasta rogaba que así sea. Todo por mi bien merecida reputación de "Don Juan", cabe aclarar.

—Oh, sí, Malfoy. A decir verdad, realmente quisiera saber quién fue lo suficientemente estúpida para aceptar andar contigo, para avisarle que deje de retroceder en la escala evolutiva o pronto será un Babuino —era de esperar. Acababa de desencadenarse la habitual Guerra de Orgullo—. Vamos, Malfoy, ni que fueras tan… —y calló de repente.

—Ni que fuera tan... ¿qué? ¿Atractivo?, ¿seductor?, ¿inteligente?, ¿gracioso?. Tú misma sabes que todo eso es verdad, querida Rosie. ¿Cuál de todas mis grandiosas cualidades ibas a decir, Weasley?

Rose se devanaba los sesos en busca de una respuesta pero, ¿desde cuándo tardaba tanto? Ah, sí, se veía tan genial haciéndolo. Y ese gesto de morderse el labio era realmente… Tentador.

—¿Me vas a decir con quién o no sabes el nombre?—soltó para mi sorpresa, pues no siguió con nuestra usual y larga guerrilla verbal.

Y de repente un blanco pánico comenzó a formarse en mi mente

—Oh, por Dios —dijo mientras una gran sonrisa (y qué sonrisa) comenzó a abrirse paso en su rostro— ¡No sabes el nombre!

Me había descubierto. La chica comenzó a reír.

—¡Si! ¡Sí que lo sé! —grité desesperado. Tenía que saberlo. No podía soportar semejante a humillación —Ella era…

"¡Mierda! ¿Cómo se llamaba? ¿Patty? ¿Magda?"

Pero una idea que la desencajaría totalmente me asaltó. A veces, me sorprende mi capacidad. Por esta, sólo por esta vez, sería totalmente sincero.

—Bueno, querida Rosie, no fue el nombre justamente lo que le pregunté y menos lo que pensé, cuando le vi el…

—¡Malfoy! –Rose estaba ofendidísima, había logrado mi objetivo. No esperaba que se pusiera a gritar como una loca, por supuesto. — ¡Eres un machista, hueco, engreído, orgulloso y…

A cada palabra, la chica se me hacía más y más apetecible. Con un paso por adjetivo, empecé a acercarme y cuando quiso respirar, la tenía sólo a unos centímetros de mi cara.

—¿Y qué más soy, Weasley? Vamos.

—Y… y… —No podía articular palabra.

—¿Te comieron la lengua los ratones? —apoyé un brazo en la pared acorralándola— Sabes, Weasley, quizás… Podríamos dejar de lado ese afán tuyo por superarme en lo académico y podríamos pasar a elementos más… —bajé la voz y hablé a su oído— Calientes...

—Ni lo… —y volvió a callar. Calladita se ve más bonita, ¿no creen?

Estaba tan cerca que sentía su respiración. Sus labios al fin estaban ahí servidos para mí, cuando…

—¿Qué hacen ustedes aquí? ¿No deberían estar en clases? —Victorie Weasley, su prima, apareció.

Me separé bruscamente y la miré, con ganas de echarle un maleficio.

La Prefecta nos miró a un otro con la boca abierta y las cejas levantadas. ¿Podría haber una situación más incómoda? A decir verdad, aquella no era la primera vez que nos encontraba en una... situación comprometedora. Hacía tiempo, nos había visto gritando, muy cerca y creo no tiene una muy buena opinión de mí. Pero no se por qué, si soy un buen chico… ¿No?

—Yo… Voy a clase —dije apresuradamente y corrí hasta el final del pasillo.

Fui al baño grande y me mojé la cara tratando de bajar un poco los latidos de mi corazón. Ya tendría yo que buscar un lugar más íntimo para completar nuestra charla.


Acá está. Prometí que sería cortito. Las dejo con una preguntitas para que vayan pensando y que SOLO ALGUNAS serán respondidas en el prozimo chapter, narrado por Rose Weasley.

¿Con quién estaba Scorpius en la Sala de Menesteres?

¿Y con quién chocó al salir?

¿De dónde salieron las colitas de Rose?

¿Será devuelta esa túnica?

¿Terminarán lo que empezaron?

Nos vemos pronto y dejen Reviews, por favor! Así me ayudan a seguir esta historia con TODAS las pilas :D