DISCLAIMER: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, son propiedad intelectual de Rumiko Takahashi. La obra es mía, escrita sólo con el fin de entretener – a ustedes y a mí. Sin fines de lucro. Fic participante de la actividad de San Valentín "Érase una vez el amor..." del foro "¡Siéntate!"


Desde la inocencia… —

I —


La orilla del río era un lugar perfecto para alejar el calor producido por el sol de media tarde, por lo que no era de extrañar que los más jóvenes estuviesen ahí con ese propósito. Kohaku soltó un suspiro, sonriendo levemente mientras sus ojos se fijaban en la chica de cabellos azabaches que saltaba en el agua junto a sus sobrinas en tanto su hermana terminaba de lavar la ropa. Sintió el corazón acelerarse cuando ella levantó su vista y lo saludó alegre, respondiendo el gesto de forma torpe.

— Qué linda…

Volvió a suspirar, ignorando por completo que ya no estaba solo, sus ojos hipnotizados con el fresco y juguetón movimiento de Rin, que parecía danzar con gracia mientras sostenía a las más pequeñas para evitar que se cayeran.

— Vaya, vaya… al parecer, alguien atrapó el corazón de mi querido cuñado.

— Keh, su corazón terminará siendo arrancado, si Sesshōmaru llega a enterarse.

Kohaku se sobresaltó con la repentina aparición de Miroku e InuYasha, enrojeciendo completamente al ver que había sido descubierto, y los nervios a tope al procesar las palabras del hanyō.

— ¿A-Arrancado?

— InuYasha, como siempre, no tienes tacto para decir las cosas — el monje le dio un codazo a su amigo antes de dirigirle a él una sonrisa tranquila —. Tú descuida, Kohaku, te ayudaremos con esto.

— ¿Ayudarme? — El exterminador parecía confundido, entrecerró los ojos con duda.

— Sí, soy un experto en lo que al amor se refiere, por lo que puedo darte muchos consejos — le guiñó un ojo, en tanto InuYasha entornaba los suyos, obviamente en desacuerdo.

— No creo que tú seas un ejemplo que seguir en este aspecto. Le saldrá mejor si lo dejas por su cuenta.

Ambos adultos comenzaron a discutir sobre si el ojiazul era o no apto para guiar en los temas amorosos, por lo que el menor negó con un gesto y dejó de prestarles atención, para seguir contemplando a Rin, quien ahora ayudaba a Sango a sacudir la ropa para luego dejarla en el canasto que llevarían al tendedero. Sonrió como idiota al verla, pensando en la situación. Rin había sido la primera niña con la que había tratado después de la muerte de sus compañeros y de su padre, alguien más cercana a su edad que otras personas con las que se cruzó durante esa época, y a pesar de lo duro que habían sido sus vidas hasta ese momento, ella siempre le había mostrado una sonrisa cariñosa, la calidez de sus palabras de ánimo, incluso la confianza pese a todo lo que arrastraba su pasado.

Después, Naraku fue derrotado y ella se quedó en la aldea para ser educada por Kaede, porque Sesshōmaru había considerado que lo mejor era que volviera a convivir con humanos, intentar llevar una vida normal. Y en la aldea, habían compartido más tiempo, porque ninguno de los dos conocía a los otros niños de su edad, además tampoco se sentían a gusto con otras personas, ya que era difícil encajar después de todo lo que habían vivido. Pronto se hicieron grandes amigos, ambos cuidándose, apoyándose y brindándose cariño. Ya después de un tiempo, Kohaku decidió continuar con su preparación como exterminador y la muchacha se alegró de que pudiera seguir con el legado de su familia. Con cada salida, le hacía prometer que volvería a salvo, y en cada regreso, lo recibía alegre y preparándole algún regalo de bienvenida.

Y no se dio cuenta del momento en el que esos gestos de cariño comenzaron a ser una especie de motivación, porque ahora buscaba no sólo hacerse más fuerte y seguir un legado, sino poder tener las habilidades para darle a Rin todo lo que ella necesitaba y merecía. Él quería ser el hogar que ella había perdido hacía tanto tiempo.

Se puso de pie, llamando la atención del par de inmaduros que aún discutían – en ese punto ya habían mencionado cada uno de sus errores y hasta invocado a Kikyō y a otras antiguas pretendidas de Miroku – y logrando que por fin guardaran silencio, al ver que Kohaku le ofrecía su mano con calma a Rin para ayudarla a subir ese tramo de la colina.

— ¿Qué tal estaba el agua?

— Refrescante. Tus sobrinas son muy inquietas, pero me gusta ayudar a cuidarlas. Es divertido.

— Lo sé. ¿Te acompaño hasta la cabaña?

— Está bien, muchas gracias.

Siguieron caminando, dejando atrás al grupo de adultos, al que ahora se habían unido Kagome, Sango y sus hijos. Todos sonrieron al verlos, palpando el amor en el aire.

— Bueno, acepto que, al parecer, Kohaku no necesita de nuestra ayuda con Rin.

— Gracias al cielo, así no termina arruinándolo — la castaña se alivió, ignorando la mirada dolida de su esposo.

— Hacen una bonita pareja, ¿no lo creen?

Todos asintieron a la afirmación de Kagome antes de tomar el camino a sus hogares, conscientes de que la historia de la joven pareja apenas estaba comenzando.


¡Buenas y feliz mes del amor! Como siempre, no puedo evitar ser seducida por las sexys actividades del foro, y una vez más caí en la tentación. Esta vez con una pareja no muy popular, considerada crack, pero que en mi modo de ver podría ser muy posible por todo lo que ya describí en el fic. Creo que nadie más podría haber comprendido al otro tan bien después de todo lo que habían vivido.

Si les interesa la actividad, o quieren leer más historias nacidas de ella, en mi perfil hay un link al foro~

Gracias por leer, espero poder actualizar pronto :)

Yumi~