Llegó la tentación
La tentación de Lily Evans
Llegó la tentación
En la habitación de hombres del 6º año de Gryffindor un muchacho de cabello azabache y unos hermosos ojos verdes se encontraba mirando un pergamino en el que se lograba distinguir que decía: 'El Mapa del Merodeador`. Este muchacho se llamaba Harry Potter mas conocido como el 'elegido' o simplemente Harry para sus amigos. No podía dormir y decidió observar el mapa, luego de unos minutos encontró una habitación que jamás había visto y como no tenía nada mejor que hacer partió para ver de qué se trataba. Llegó al punto en el que según el mapa estaba la habitación pero no encontró nada, se apoyo en la pared resignado pero cuando su cuerpo toco la pared apareció una puerta muy grande de oro solido que decía:
Habitación Potter
Todo aquel que no sea un Potter y entre en esta habitación jamás lograra salir…
Al leer la ultima parte un escalofrió le recorrió el cuerpo pero como todo adolescente se dejó llevar y entro a la habitación. Al entrar la puerta se cerró y una voz comenzó a hablar.
-Harry Potter lo que más quiere tu corazón es conocer a tus padres y eso vas a hacer.-Luego de eso Harry sintió que lo jalaban y se desmayó.
Dumbledore estaba sentado en su escritorio cuando Harry apareció. El director realizó un simple movimiento de varita y el muchacho despertó.
-Hola Harry.-dijo al anciano con una sonrisa dibujada en el rostro.
-Profesor, yo regresé en el tiempo ¿Cómo me reconoce?
-hay preguntas que no se responder Harry, pero creo que como ya estas aquí tendrás que quedarte hasta que encuentre la forma de regresarte a tu época, porque esa habitación a la que entraste solo se abre una vez cada 100 años. Te seguirás llamando Harry Potter y estarás con los merodeadores como compañeros de cuarto.
-Si profesor, me voy, quede muy cansado con este viaje tan… raro.- Al terminar de decir esto salió de la oficina del director para encaminarse a la sala común de Gryffindor, pero antes de llegar vio una cara que le parecía familiar, caminó hasta que vio a su madre, era la mujer mas linda que había visto, sus piernas largas, el pelo rojo como el fuego y esos ojos verdes como dos esmeraldas, solo su Ginny la igualaba. Lily se sintió observada y giro, al darse vuelta vio a Harry, lo vio y sus mejillas comenzaron a tomar el mismo color de su pelo.
-Hola, soy Harry, Harry Potter.-dijo el muchacho acercándose.
-Ho…hola, yo soy Lily Evans, soy prefecta de Gryffindor.
-Yo también soy de Gryffindor, soy nuevo, ¿me podrías llevar hasta la sala común?
-S… Si claro.
Los dos partieron a la sala común mientras conversaban animadamente. Llegaron al retrato de la dama gorda, Lily dijo la clave y entraron, cada uno se fue a su habitación. Harry entro y encontró a los cuatro merodeadores dormidos, se desvistió y se acostó en su cama a dormir plácidamente. Lily se acostó, le costó dormirse, pero al lograrlo ya no quería despertar porque soñaba con ese chico tan guapo llamado Harry.
