ESTA NUESTRA HISTORIA

Donde tu estés yo quiero estar… porque mi historia está en donde tú estas

Cap. 1 Solo Tú y Yo

La bella luna se hace presente en el firmamento, cubriendo el cielo con su manto nocturno estrellado, una suave brisa daba caricias transparentes a aquellos transeúntes que aun vagaban por las calles de esa bulliciosa ciudad, mientras que en aquel departamento donde se encontraban esos dos hombres otra disputa sin sentido tenía lugar…

-Te dije que no Morinaga, duerme en el futón o me marcharé a mi departamento-

-Pero si no me sientes a mi tú no puedes dormir-

-Escucha maldito, no digas cosas que no son-

Abrazándolo y arrojándose a la cama arrastrando a Souichi con él, le aprisiono las manos sobre su cabeza mientras le hablo, de un modo serio -Souichi, yo no te haré nada si eso es lo que te preocupa, pero he visto que tú no puedes dormir, excepto las veces que hemos dormido juntos, solo quiero estar asi contigo, abrazarte y dormir tranquilamente-

-Mori…- dando un suspiro resignado le dijo -si te atreves a hacer algo te mataré a golpes y dormirás en la calle-

Acariciándole dulcemente su mejilla mientras soltaba el aprisionamiento en sus manos le dijo -solo duerme sempai, tú necesitas dormir-

Ambos hombres se acomodaron en esa cama pequeña, de lado, con Morinaga apoyado en la espalda de él, mientras lo rodeaba con su brazo acariciando dulcemente su vientre. Souichi estaba intranquilo, era cierto, el insomnio que ha padecido todo ese año aún no se iba… "maldito ahora se abusa de que no puedo dormir" … pero le tranquilizaba sobremanera saber que estaba ahí, que no se iría al dormirse, aunque su inconsciente aun no quiera convencerse de esto.

Morinaga se dio cuenta de su inquietud asique tomo la mano de Souichi entre la suya y con un suave apretón le susurro -no me iré… intenta dormirte-.

Souichi no le respondió, pero luego de unos minutos en que trataba de calmar su nerviosismo se giró atrapándolo en un abrazo, escondiendo su rostro en el pecho de él, necesitaba sentirlo… sentir su calor… sentir su aroma… sentir el latir de su corazón… dejando al descubierto ante el su vulnerabilidad, aquella que solo ese hombre le provocaba… Morinaga no le dijo nada, entendía muy bien que su amado estaba completamente avergonzado por tal acto, solo lo acerco más a su cuerpo aprisionándolo en ese reconfortante abrazo.

Otro día mas era arrancado del calendario. Ellos cerraron sus ojos abandonándose al sueño.

Un nuevo amanecer se hacía presente… un nuevo sol comenzaba a asomarse por el horizonte iluminando con sus primeros rayos aquel hermoso firmamento despejado, encontrando bajo aquellas blancas sábanas a esos jóvenes amantes que aún se encontraban enlazados en sus brazos.

Morinaga despertó primero, contemplaba el hermoso rostro de su amado iluminado por los suaves rayos del sol. Amaba ese rostro de él al dormir… tan apacible… reflejaba paz… transmitía tranquilidad… haciendo que su corazón fuera invadido por la felicidad. En solo dos días su vida había cambiado completamente. Con su mano contorneo el rostro de él en una suave y delicada caricia que lo fue despertando de a poco…

Souichi aún se encontraba completamente adormecido, hundido en ese letargo entre la vigilia y el sueño. Realmente había descansado bien, hacia tanto que no había dormido de ese modo que no quería despertar. Saliendo de su letargo sintió las suaves caricias de ese joven que le miraba tan profundamente. Despertando de golpe estuvo a punto de reclamarte pero Morinaga lo cayó con un delicado beso y con una gentil sonrisa le dijo -Buenos días… sempai-, logrando desarmarlo por completo… haciendo que sus mejillas se sonrojaran sutilmente, provocando que corriera su mirada hacia algún otro punto. También le respondió con un tímido -bu-buenos días-

Con una mano en su mejilla Morinaga hizo que lo viera -sempai… ¿quieres ayudarme a preparar el desayuno? -

- ¿Eh? -

- ¿Podrías hacer el café? Yo prepararé el resto, y el almuerzo para ambos..

-Ha… s-si… claro- sin decir más se levantó de aquella cama y se encerró en el baño. "¿Pero qué…?" tocando sutilmente su mejilla y su pecho sintiendo el latir agitado de su corazón se acercó al lavamanos y lavó su rostro con agua fría. El límite del contacto físico era extremadamente diferente en ambos, y si su cuerpo solo reaccionaba a su cercanía, el sentir su piel hacía que en su interior se levantara todo un torbellino "maldición… tengo que acostumbrarme… ya no puedo huirle como antes…", terminando de asearse adecuadamente con un leve suspiro y una muy sutil sonrisa que no se alcanzaba a apreciar en su impasible rostro susurro -tampoco quiero hacerlo-

Saliendo del baño encontró a Morinaga terminando de arreglarse en la habitación. Lo observaba discretamente, lo veía feliz mientras terminaba de abotonarse la camisa, silbando distraído alguna canción bastante alegre, tomando su propia vestimenta se estaba por dirigir al baño…..

-Sempai, cámbiate aquí, yo iré a preparar el desayuno, te espero en la cocina-

- ¿Qué es lo que vas a preparar? -

-Huevos con tocino y tostadas, ¿quieres una ensalada? -

-No, yo no, si tú quieres hazla para ti-

-No, está bien, haré pero para el almuerzo, te espero allá-

Dicho esto se retiró, y Souichi se vistió solo con un pantalón de mezclilla y camisa, su puesto no exigía vestimenta formal por lo que estaba más que agradecido, las odiaba.

En la cocina, Morinaga solo tarareaba alguna canción de las muchas que sabía, mientras tenía el mango de la sartén sostenida en su mano, y en la otra tenía una espátula, vigilando que los huevos se cocinaran adecuadamente. Estaba extremadamente feliz, tenía al hombre que ama con todo su ser y había despertado con él entre sus brazos sin recibir ningún golpe por ello, no podía pedir absolutamente nada más.

Souichi se acercó al lugar, seguía observándolo en silencio, Morinaga estaba tan distraído que no había reparado en su presencia "¿cómo es posible que actué como si nada hubiese ocurrido? Pero no se ve triste, se ve como el mismo tarado de siempre, como si tolo lo ocurrido este año en verdad no hubiera pasado… acaso ¿en verdad era suficiente darle estabilidad?"

-Ha sempai, lo siento, no te había visto llegar, esto ya casi esta, te estoy haciendo huevos fritos, ¿o los prefieres revueltos? -

Preparando el café de ambos, para el negro y amargo, y para Morinaga con crema y azúcar le respondió -no, fritos están bien-

Luego de desayunar Morinaga se colocó su corbata, su saco, y tomo su maletín y se reunió en la entrada del departamento con Souichi…

-Oye idiota, tu corbata quedó torcida-

-AAHHH no me di cuenta-

-Eso porque andas distraído, pensando vaya a saber que-

Morinaga le sonrió y comenzando a desatar su corbata le dijo -solo tu estas en mi mente, lo siento, es que estoy muy feliz-. Cuando estaba por anudarla nuevamente Souichi poso sus manos sobre las de él, sin decirle absolutamente nada, con un lindo sonrojo adornando sus mejillas, el comenzó a realizarle el nudo. El más joven solo lo miraba embelesado, su sempai estaba teniendo una atención inesperada con él y lo había completamente emocionado, con el dedo índice y el pulgar de su mano derecha elevo suavemente el mentón de él y atrapo sus labios en un beso, acariciándolo suavemente y rodeando su cintura con ambas manos lo acercó al calor de su cuerpo, mientras Souichi apoyó sus manos en los hombros de él.

Se besaban serenamente… se acariciaban con sus dulces labios… se seducían con sus suaves besos…

-Te amo mi adorado sempai-

Souichi no le respondió, rodeándolo de su cintura lo abrazo un momento apoyando su frente en el hombro de él. Queriendo en ese gesto trasmitirle sus sentimientos. Morinaga le entendió, sabía que para su sempai decir las cosas era difícil y debía ser paciente.

Ambos se abrazaron de sus cinturas un momento… atrapando sus almas… fusionando sus mundos…

-ya… hay que ir a trabajar-

-si sempai-

Al cruzar el umbral Jacob los intercepto, él también iba saliendo en ese momento -Muchachos necesito hablar con ustedes, lo haré aquí asi no los importuno en el trabajo.

-Sí, diga señor ¿Qué se le ofrece? -

-Por favor no piensen que estoy involucrándome en sus vidas privadas, pero es mi deber como jefe de ustedes decirles que si tienen una relación establecida, por políticas de la empresa deben informarlo a recursos humano-

- ¿QQUUUÉÉÉÉ? ¿ACASO TODO EL MUNDO TIENE QUE ENTERARSE DE ESTO? - Souichi se había sobresaltado ante aquello.

-No joven Souichi, solo a recursos humanos, es para evitar conflicto de intereses, no es necesario que lo hagan público si no lo desean-

-De acuerdo señor, hablaré con Souichi y solucionaremos este asunto cuanto antes-

Ese mismo día después del trabajo juntos conversaron sobre eso

-Sempai yo sé que no quieres que sea algo público y lo entiendo, no te presionaré para que lo aceptes, a mí me basta con saber que estás conmigo, pero si no lo informamos en recursos humanos podríamos terminar teniendo problemas-

-sí, si lo sé, da igual, mañana hablaremos allí asi no comienzan a fastidiar-

Asi lo hicieron al día siguiente, antes de dirigirse a sus puestos de trabajo, juntos se dirigieron a las oficinas de recursos humanos, esperaron un rato hasta que se les permitió el paso. Una mujer fue quien entrevisto a ambos…

- ¿Desde hace cuánto tiempo ustedes mantienen su relación? -

-En realidad- respondió Morinaga -nos conocimos en Japón hace ya seis años, y mantenemos una relación desde dos años-

-Haa, es decir que ustedes ya mantenían una relación antes de iniciar a trabajar aqui, se que no será un problema para la compañía ya que ustedes dos son excelentes empleados, usted Morinaga siempre ha mantenido sus trabajos más que adelantados y usted joven Tatsumi sabe exactamente como dirigir un laboratorio y sus investigaciones están dando un gran avance-

Con seriedad Souichi les dijo -no quiero que esto se sepa, esta relación es solo nuestra-

- ¿Qué tiene de malo que se sepa?, ¿acaso no es algo serio? Porque en ese caso puede incluso tener implicaciones negativas en sus desempeños laborales en caso de una ruptura-

-No señorita, nuestra relación es seria, nosotros vivimos juntos un año en Japón y ahora vivimos juntos aquí hace poco más de un mes, es solo que no todos aceptan una relación como la nuestra y no queremos tener problemas- si fuera por él lo habría gritado a los cuatro vientos, pero respetaba la decisión de Souichi, no lo presionaría, quizás más adelante se sienta menos cohibido y lo puedan hacer público. Por ahora tenía que ayudar a su sempai a acostumbrarse a él.

-En ese caso, es importante que sean discretos y profesionales, y sobre todo tratarse el uno al otro como colegas y no como una pareja romántica, lo único que esperamos de ustedes es que tengan la madures suficiente como para seguir rindiendo eficientemente en sus labores en caso de que haya una ruptura-

-Por eso no se preocupe- respondió Morinaga con una agradable sonrisa, Souichi casi ni había hablado, si fuera por él ni habrían ido ahí, después de todo ese solo era asunto de ambos, no quería a terceros metiendo sus narices donde no debían. Pero ambos estaban de acuerdo en que no habría una nueva ruptura en ello, por lo que no se preocupaban.

Solucionado ese asunto cada uno se retiró a su puesto acordando en encontrarse en la cafetería para el almuerzo.

…..….

Cierto día se encontraban ambos en la sala de su departamento, con una taza de café cada uno, viendo la tele, un programa de variedades como al peliazul le gustaba. En un momento Souichi le pregunta -Morinaga, ¿Qué paso con tus amigos de Japón?

- ¿He? ¿mis amigos? -

-Si el homo del bar y la loca de Shizuoka, ellos me dijeron que intentaron contactarse contigo, pero nunca recibieron respuestas ¿no les has llamado? -

-AAHHHH LO OLVIDE POR COMPLETO- dijo en un escandaloso grito. A decir verdad había pensado en llamarlos apenas llego a Vancouver pero no se sentía listo por lo que decidió esperar, pero luego, con la llegada de Souichi todo había dado un giro tan drástico que andaba flotando por vaya a saber dónde olvidándose hasta incluso de él mismo.

-Oye idiota no hagas tanto teatro por eso… de todas maneras, deberías llamarlos, ellos estaban preocupados por ti-. Ciertamente Souichi estaba agradecidos con ellos, en ese momento él estaba realmente mal y cada uno intentó darle ánimos "tal vez no todos los gay sean iguales". Quizás sea momento de dejar de meter a todos en la misma bolsa, "incluso este idiota es especial"

Esa misma tarde Morinaga les llamo, de los dos recibió la regañaría para completar toda una vida, ambos estaban molesto con él por haberse ido sin despedirse y por dejar tan mal al tirano. Cada uno le conto como lo habían visto, lo que le produjo un nudo en el pecho por ser el causante del sufrimiento de su amado. Asique se disculpó con ambos y les conto su actual situación, que se encontraba viviendo en Canadá, les conto que ahora tenía una relación formalizada con el hombre de su vida y ambos le desearon toda la felicidad y le pidieron que los invitara a la boda. Lo que Morinaga tuvo que responder -habrá un cataclismo nuclear que destruya toda la Tierra antes de que algo asi pase-, a él solo le bastaba con saberse amado por ese hombre de fuertes barreras y puro corazón.

También llamó a su hermano de quien no había tenido noticias en todo ese tiempo, al igual que con sus amigos, le conto su actual vida, omitiendo todas las cosas sucedidas

- ¿ES ENCERIO? -

-Ya hermano, no comiences a regañarme tú también, ya mucho escuché de mis amigos de allá, tampoco es para tanto-

-Como que no es para tanto idiota, estuve todo este tiempo intentando llamarte y no respondiste nunca, después de que tu matón llamo a casa preguntando por ti mama y papa quedaron preocupados-

-Lo siento, es que sucedieron muchas cosas que ya no vienen al caso-

-Tú no cambias, siempre huyes, seguro que te peleaste con tu tirano y por eso te fuiste, la próxima vez terminarás en Marte, ¿tendré que comprarte una valija más grande como regalo por tu relación? Digo… para la siguiente pelea que tengas-

-Ya… no digas esas cosas… eso no volverá a pasar-

-Si, si lo que digas, bien llamaré a nuestros padres y les diré que estas vivo todavía, en el otro lado del mundo, pero tienes que volver y encararlos de una buena vez Tetsuhiro, no puedes esconderte por siempre de ellos-

-En verdad hermano, no quiero hacerlo, no me siento listo aun, sé que me terminaran rechazando aún más cuando sepan que vivo con un hombre-

-Ya paso años Tetsuhiro, tendrán que aceptarlo alguna vez… bien… no importa… cuando te sientas listo avísame, yo te apoyaré, iremos juntos-

- ¿Eh? ¿Enserio? -

-Si.. es enserio… yo… tengo mucho que decirte pero será en persona cuando decidas volver-

-De-de acuerdo-

Había pasado poco más de una semana desde que formalizaron su relación, ese día habían decidido ir de compras… Bueno, el "habían" no sería la palabra correcta.. de hecho…

-Vamos sempai, tienes que comprarte ropa nueva, una lavada más que le dé a la tuya y terminará por romperse, no puedes seguirte negando, llevo toda la semana diciéndotelo…

-Deja de fastidiar ya te dije, NO QUIERO, odio salir a comprar ropa, la mía todavía sirve-

-Quizás deje de servir cuando el cloro se me caiga accidentalmente encima de tus prendas- le respondió burlonamente Morinaga

- ¿Qué dices gusano? ¿Acaso me estas amenazando con estropear mi ropa? -

-Creo que si lo hiciera se mejoraría-

-Hay ya, me cansaste, no aguantaré otro día con tus quejas-

-Anímate sempai, te llevaré a comer ¿Qué dices? Yo te invito- le dijo con una sonrisa conciliadora

Con un resoplido resignado respondió -de acuerdo, tú ganas, pero quiero sushi-

-Bien, podemos ir a un restaurant japonés que hay cerca del centro de la ciudad-

Asi, Morinaga logró convencer a su sempai de cambiar su guardarropas… luego de cinco días de éstas replicas

….

Se encontraban en el centro de la ciudad, de tienda en tienda eligiendo ropa para ambos, Morinaga era bueno en eso, sabia combinar perfectamente los colores y texturas… en cambio Souichi…

-Pero eso no combina sempai-

-Aahh eres un fastidio, es solo una camisa azul-

-No es azul sempai, es turquesa-

-tsk, es lo mismo-

Morinaga se reía disimuladamente "haa sempai, eres terrible". Asique el joven se encargó de elegir la ropa para ambos, al igual que los calzados. También le regaló una bata nueva a su sempai quien se sonrojo extremadamente cuando le susurro en su tan sensible oreja -algún día lograré verte… solo con esta bata puesta- alejándose inmediatamente riendo como un niño travieso esquivando por poco el puñetazo dirigido a su cabeza por parte de su amado.

"Ese maldito, seguro está en celo de nuevo, ¿Cómo se le ocurre decir eso?... pervertido".

Iban caminando por la vereda cuando pasaron por el frente de una joyería, Morinaga miraba cada una de aquellas piezas exhibidas en la vidriera mientras Souichi observaba los relojes, más que nada para esperarlo "este sujeto se tarda mil años en ver una vidriera" sin embargo una de aquellas joyas llamó la atención de Morinaga

-Sempai, ¿vamos a la cafetería de enfrente? -

- ¿Ahh? ¿te enfermaste? -

-N-no ¿Por qué? -

-Porque no tardaste nada viendo esta vidriera-

-Ah no es eso, vamos un momento-. Una vez ahí le dijo -Sempai ¿podrías pedir un café para ambos y para mí un pastel por favor? Pide lo que quieras para ti, yo invito. Mientras yo iré a la joyería de enfrente nuevamente-

-Oye, si sigues comprando cosas inútiles te juro que te quitaré la tarjeta, demonios Morinaga, eres un desastre, todo lo que vez lo quieres-

-No es eso sempai, por favor-

-Haa de acuerdo, ve, asi descanso un momento de ti-

-Eres muy cruel- le dijo con una gran sonrisa, y muy cerquita a su oído le dijo -jamás dejaras de ser un tirano muy tierno-

-No me digas tierno y vete ya maldito- "este tipo, con sus palabras tan cursis". Aunque no lo dijera, le gustaba mucho que se comportara como un tarado, le hacía sentirse tranquilo, le hacía sentir seguridad, y le daba calma, porque en su comportamiento se reflejaba su estado de ánimo, después de todo es un hombre muy expresivo, y eso solo significaba que estaba de muy buen humor "este tipo, la diferencia de sus estados de ánimos son enfermizas"

Morinaga atravesó la calle nuevamente y compro aquella pieza que llamó su atención, volviendo a la mesa en donde dejo a su sempai.

-Rayos, eso fue rápido-

-Es que no había nadie-

- ¿En qué malgastaste esta vez? -

-No es un malgasto, pero… te diré en casa ¿sí? - decía mientras se echaba en la boca un gran bocado de su pastel de chocolate con relleno de fresas que Souichi pidió para él…

-De acuerdo- le dijo bastante desconcertado "¿de cuándo anda con misterios?"

Ambos tomaron sus cafés y continuaron su recorrido, prácticamente habían estado toda la tarde de tienda en tienda. Morinaga estaba cargado a más no poder por las compras.

-Sempai por favor ayúdame, no puedo ver bien el camino por las cajas- intentaba hacer equilibrio para que no se les cayeran.

Tomando algunas cajas entre sus manos le dijo -haa que fastidio contigo, debería dejar que te jodas solo por comprar como un imbécil, tsk, enserio Morinaga, ya quiero ir a casa, estoy cansado, ya deja de comprar, te llevas cada cosa que ves, te juro que si compras una cosa más no te ayudaré con los paquetes-

-De acuerdo, tomemos un taxi-

Asi ambos llegaron al departamento de Morinaga y dejaron los paquetes en la sala mientras el peliazul comenzaba a quitarle las etiquetas a las prendas para lavarlas -sempai, ¿estás muy cansado? -

-Si, me hiciste caminar mucho y tengo hambre, ¿Qué vas a cocinar? -

- ¿No íbamos a ir al restaurant japonés? Habías dicho que querías sushi-

-No, no quiero salir al menos por unos años, con hoy fue suficiente-

-En verdad eres un ermitaño sempai, si por ti fuera te recluirías en el laboratorio y no volverías a ver la luz del sol-

-Si, si lo que digas, esto cansado como para seguirte el juego hoy- decía tirándose cansinamente en el sofá-

-Haré la cena entonces-

Suspirando en resignación, Souichi decidió levantarse del sofá y le dijo - ¿en qué te ayudo? -

Una gran sonrisa escapo desde lo más profundo de Morinaga - ¿puedes pelar las verduras en lo que yo preparo el pollo? -

-Si está bien-

Los dos compartían un agradable momento juntos preparando su cena "somos como un matrimonio" pensaba sonriente Morinaga imaginándose a ellos dos casados ya compartiendo varios años "¿Cómo puedo preguntarle que vivamos otra vez juntos sin que me de sus excusas?", esa pregunta lo tenía a mal traer "no sé porque sigue conservando su departamento si siempre está aquí".

Souichi lo observaba de tanto en tanto de reojo -y ahora que tanto piensas-

- ¿Eh? -

-Estas muy callado, eso nunca es una buena señal-

Terminando de lavarse las manos con ya todos los ingredientes cocinándose le dijo -hay algo que quiero darte sempai- tomando de su mano lo condujo a la sala y lo hizo sentarse en el sofá, de su abrigo que utilizo por la tarde sacó una pequeña caja de terciopelo angosta, chata y alargada. Sentándose al lado de Souichi abrió la cajita, dejando a la vista de su asombrado y abochornado sempai un hermoso y fino colgante con un elegante dije rectangular de plata - ¿sabes qué significa el tulipán? -

- ¿Eehh? No, pero que…-

-El tulipán… representa una promesa… es una promesa de un amor sincero. Simboliza una declaración romántica honesta, es una apuesta por una relación estable. Quiero regalarte este colgante que tiene grabada una flor de tulipán, como una muestra material de la promesa que te hice a ti de nunca volver a dejarte. Mi amor por ti es sincero sempai, te he amado desde que te he visto y te seguiré amando incluso más allá de mi último respiro- acariciando suavemente su mejilla y luego tomando una de sus manos coloco el colgante en su palma -Tú lo eres todo para mi Souichi, eres el único hombre con quien yo quiero compartirlo absolutamente todo, no te pido que lo uses si no quieres, solo te pido que lo conserves-

-Mori…naga- dijo en un susurro, no sabía cómo reaccionar, no era por aquel regalo, si no por esa mirada con que era observado… esa mirada… tan profunda… tan penetrante… como si pudiera ver mucho más allá de su ser… lo hacía sentirse desnudo… tan pequeño ante el…

-Solo consérvalo ¿sí? -

-Asique por eso volviste a la joyería… eres un idiota- le dijo en un suave susurro acompañado con una sutil y delicada sonrisa avergonzada… No sabía sinceramente que decirle, lo único que salió de sus labios fue un titubeante -gracias-

Morinaga no esperaba respuestas de ningún tipo, solo lo beso, era un suave beso casto con el que sellaba aquella promesa, acariciando sutilmente los labios de él con los suyos, un beso inocente… puro… con la única intención de trasmitirle su más sincero amor.

-Lo conservaré-

En lo que esperaban que la cena se cocinara permanecieron allí, Morinaga se recostó en el sofá haciendo que Souichi se recostara sobre él, quedando completamente asombrado al no recibir ninguna queja. Permanecieron en silencio, disfrutando de esa cálida atmosfera que juntos crearon, disfrutando del calor del otro. Morinaga le soltó su cabello permitiendo que cayera en cascadas sobre él y comenzó a acariciarlo con dulzura. Mientras mantenía su mano en la espalda de él, acariciándolo sutilmente sobre su camisa.

Souichi no sabía realmente cómo reaccionar, "maldito Morinaga no entiendo como logras dejarme en blanco al punto de no saber que hacer… quiero golpearte por eso…pero mi cuerpo no me obedece… Tu cuerpo… es tan cálido… tu corazón… tan tranquilo…" poco a poco se iba relajando, ambos cerraron sus ojos disfrutando de aquel silencio… de aquel momento… disfrutando de aquel sentimiento que tenían… un sentimiento tan difícil de explicar y tan fácil de sentir… ese sentimiento que alimentaba sus almas… que hacía crecer sus esperanzas. Solo querían estar asi, en los brazos del otro… solo asi se sentían vivos.

Estuvieron bastante tiempo en aquella burbuja, hasta que el timbre del horno sonó indicando la terminación de la cocción, sin embargo en la sala Morinaga estaba embelesado, su amado sempai se había quedado completamente dormido sobre él. No sabía cómo moverse, no quería despertarlo, no quería siquiera moverse de su sitio, sin embargo, se lamentaba por tener que romper tan romántica atmosfera "el pollo se quemara y a él no le gustara". Con movimientos sutiles logro recostarlo sobre el sofá y él se dirigió a la cocina a terminar con la cena. Dispuso la mesa para ambos y despertó a Souichi. Pero éste no mostraba señales de querer regresar del mundo de los sueños, asique lo removió con más insistencia

-Ya, ya deja de fastidiar, ya me desperté- dijo bastante molesto con los ojos aun cerrados por el sueño con un notable sonrojo en sus mejillas "ese tipo siempre hace que me duerma en situaciones raras".

-Lo siento sempai, es que duermes como un muerto, es muy difícil despertarte. La cena ya está, no quería que te quedaras dormido con hambre-

Dirigiéndose a la mesa, dándole la espalda, suspirando imperceptiblemente le dijo en un suave susurro avergonzado -Morinaga… gracias-

El peliazul se acercó nuevamente a él, lo giro para que quedaran de frente, proporcionándole una suave caricia a sus mejillas, sabía que ese agradecimiento no era por el regalo, si no que era por reafirmarle que nunca más se volvería a ir, "sempai, a veces pareces tan indefenso" dándole un suave beso en los labios le dijo -vamos a comer, sempai, asi nos podemos ir a dormir, ambos estamos cansados-

Acomodándose en la silla Souichi le dijo -me debes el sushi-

Otra semana transcurrió y con ella llego el tan ansiado fin de semana largo…

-Porque diablos se te ocurrió gastar dinero en un hotel cuando vivimos en esta misma ciudad-

-Dale sempai no seas asi, es un hotel con vistas al mar, serán nuestras merecidas vacaciones… y sabes que el hotel tiene buffet, la pasaremos bien-

-Pero no es necesario derrochar el dinero de esa forma-

-No te preocupes, tengo mi sueldo de este año acumulado en la cuenta, desde que llegue aquí apenas lo use para lo básico, solo quiero pasarla bien contigo sempai, los dos nos merecemos unas buenas vacaciones… será nuestro obsequio por volver a estar juntos

-Hay ya, no empieces con tus cursilerías- viendo su valija le dijo - ¿acaso piensas mudarte al hotel o qué?

-N-no… ¿por qué? -

-Llevas todo el placar allí Morinaga-

-Pero son 4 días sempai… y andaremos mucho, necesito varios cambios… no me digas que solo te llevas ropa interior-

-Eso y algo de ropa-

Suspirando imperceptiblemente, negando con su cabeza con gracia le dijo -seguro solo es un cambio, prepararé la valija para ti-

Luego de terminar de preparar las ultimas cosas que quedaban, apagaron todas las luces y se fueron en un taxi que los esperaba a la entrada del edificio con destino a ese hotel a la orilla de la playa en donde pasarían los siguientes cuatro días. Al entrar Morinaga estaba asombrado por la habitación que se encontraba en un 5to piso. Era una matrimonial, con cama grande, con una mesita de noche a cada lado, un televisor de pantalla plana colgado a lo alto en la pared, el sofá estaba sobre una hermosa alfombra cerca de una estufa estilo hogareña, el baño tenía una bañera grande, perfecta para que entrara ellos dos "eso si logro convencerlo de que se bañe conmigo" pensó Morinaga. Una de las paredes era un enorme ventanal que daba hacia la playa, parecía un cuadro de paisaje con el horizonte azul, en lugar de una verdadera vista, en ese amplio balcón había dos reposeras con una mesa redonda.

-Tendremos servicio a la habitación las 24hs, asique si quieres algo solo pídelo sempai-

- ¿Haa? Si lo que digas… aquí también tendré que soportarte en la misma cama ¿cierto? - realmente no le molestaba para nada la idea, pero si quería molestarlo a él.

Acercándose despacio a él rodeándolo de la cintura lo aprisionó en su cuerpo aguantando aquel intento de resistencia de su adorado -tranquilo sempai, no haré nada que no quieras, ¿de acuerdo? Estamos aquí para empezar de nuevo ¿sí? -

-Si ya suéltame de una buena vez-

-Cediendo su agarre tomo el rostro de su amado en una de sus manos haciendo que lo mirara, mientras la otra continuaba rodeando la cintura de él -escúchame sempai, este pasado año tú y yo hemos sufrido mucho, tu padre me conto lo que tu viviste-

-Ese viejo entrometido, no tenía por qué decirte eso-

-Sempai, era importante para mí saberlo, y sé que tú nunca me lo habrías dicho, yo no había entendido el daño que te cause hasta que el me contó lo mal que lo pasaste, y luego el estado de pánico que tuviste al creer que me había ido hace unas semanas atrás, tú y yo la hemos pasado realmente mal, solo quiero que dejemos todo eso atrás, incluso los años en que estuvimos en Nagoya, no te digo que lo olvidemos, solo quiero que empecemos de nuevo-

- ¿De-de nuevo? no entiendo a qué diablos te refieres-

Soltándolo de su agarre lo dirigió de la mano al sofá, ambos se sentaron y Morinaga comenzó a acariciar sutilmente la mano de él -nosotros hemos tenido una relación extraña, tú me dijiste que tenías sentimientos por mí de antes de que yo me confesara, y también iniciamos nuestra relación de noviazgo, solo quiero que tengamos una relación normal, como cualquier otra-.

-Sigo sin entenderte-

-Me refiero a los cortejos sempai, a salidas asi como esta, a momentos compartidos juntos, a conocernos mejor, solo quiero que tú y yo iniciamos esta relación bien, como siempre debió ser, un noviazgo normal… estas minivacaciones quiero que sean nuestro nuevo inicio... que tú y yo empecemos de cero…

-Bien… si eso te hace feliz…- le agradaba bastante esa idea, él también quería dejar todo lo malo atrás, quería poder olvidar esos meses de la ausencia de él, todas las cosas negativas que ambos habían vivido.

-También quiero que tú seas feliz sempai, por eso te pido que disfrutemos de estos días, que los usemos para olvidarnos del pasado y de todas las cosas malas ¿sí? -

-Está bien… -

-Bien… ¿listo para salir? -

-Ha, espera, iré al baño- dirigiéndose allí, sacó de su bolsillo derecho el colgante que Morinaga le regalo la semana anterior "empezar de cero ¿he?, él me prometió que no volvería a irse, y yo le prometí conservar este colgante, pero…" colocándose el colgante en el cuello se vio en el espejo y tomándolo entre sus dedos le dio una suave caricia, terminando por ocultarlo bajo su camisa "lo usaré…"

Morinaga se cargó a su espalda una mochila que preparó con todo lo necesario, como agua, comida que hizo la noche anterior y demás cosas y juntos se dirigieron a tomar un taxi a las afueras del hotel iniciando con su recorrido para conocer aquel lugar. La idea para ese día era ir al parque Stanley, el más grande de Canadá, asique se dirigieron directamente al puerto deportivo, donde ambos quedaron maravillados con el paisaje del puerto lleno de veleros, aunque a Morinaga se le notaba más.

-Vamos sempai, sonríe, es una hermosa vista- Morinaga estaba con su cámara tomando fotos por todos lados realmente emocionado

-Si es una agradable vista- le respondió Souichi, aunque en su rostro no se notara, él también se encontraba emocionado, no tanto por el paseo en sí, si no por ver que Morinaga no dejaba de sonreír como un idiota, quería que siempre se mantuviera asi, alegre como se encontraba ahora, no sabía cómo manejar las situaciones cuando él se encontraba desanimado "ni modo, tendré que soportarlo".

-Mira Souichi, podemos alquilar bicicletas, hace años que no me subo a una- no lo pensó, agarrándolo de la mano lo arrastró hasta el lugar en donde alquilaron dos.

Souichi solo se dejó hacer ¿de qué le valdría oponer resistencia? "sí me niego a hacer algo seguramente se deprimirá y será para más problemas…"

En uno de los puestos compraron un mapa de la zona y dieron un gran paseo en bicicleta por los senderos de aquel lugar, uno al lado del otro

-Oye idiota deja de filmar, te caerás-

-No te preocupes sempai, quiero tener mucho recuerdos contigo-

-Haa corre eso, deja de filmarme-

-MIRA SEMPAI, SON TÓTEMS, VAMOS ALLI-

"Demonios, estoy con un niño grande", realmente le causaba ternura en su interior verlo asi, comportándose como un estúpido niño mimado que no dejaba de sonreír, era tan opuesto a él que siempre se encontraba serio. Eran como la luz y la oscuridad… "él es la luz". Ambos se dirigieron a ese lugar en donde estaban todas esas figuras de maderas con forma de animales, como osos, halcones y búfalos, a quienes los nativos norteamericanos les atribuían fuerzas sobrenaturales. Se tomaron muchas fotografías en el lugar, y en la mayoría Souichi salía con su cara seria y ceño fruncido. Odiaba sacarse fotos y odiaba aún más su incapacidad de negarle algo a ese tipo cuando le sonreía de esa manera. Mientras en un gran contraste Morinaga tenía una gran y radiante sonrisa y los ojos brillantes, o hacia gestos y morisquetas que le causaban gracia. Luego se dirigieron a la costa.

-WAAA SEMPAI MIRA… LA VISTA ES INCREIBLE-

-Si sacas una foto tras otra y filmas al mismo tiempo gastarás rápido la memoria de tu cámara, recién iniciamos y aún queda mucho que ver…-

-No importa Souichi, tengo dos tarjetas de memoria de repuesto asique puedo tomar muchas fotos-

Souichi no respondió, solo suspiro en resignación. Luego de una hora, momento en el que llegaron al Second Bechs se detuvieron a descansar y a almorzar.

Pasaron todo ese día en el Parque, Morinaga hizo que Souichi lo fotografiara al lado de una escultura de una mujer que se encontraba sobre una roca, aprovechando que la marea estaba baja. De allí siguieron el camino hasta el Lost Lagoon

-Este lugar es mágico- menciono Morinaga con asombro… a donde mirara estaba lleno de aves de diferentes especies y del otro lado del lago se podía contemplar los edificios de la ciudad, era maravilloso. Allí también descansaron un momento

-Me duele el trasero tanto andar sobre la bicicleta- se quejó Souichi, llevaban ya bastante tiempo recorriendo el lugar.

-Podemos seguir a pie sempai, según el mapa, si seguimos aquel camino llegaremos al lugar donde se encuentra la Roca Siwash-

- ¿Por qué querría ver una estúpida roca? -

-Haa sempai no te molestes, según esto esa roca mide como 15 mt y tiene más de 32 millones de años de antigüedad, y también dice que los espíritus Xáays transformaron a un hombre en roca como símbolo de la paternidad-

-Tsk, eso es ridículo-

Ambos hombres exploraron kilómetros y kilómetros de senderos atravesando los bosques en partes sobre las bicicletas y en parte a pie. También visitaron el acuario, la Isla Deadman´s Insel, el Teatro y varias otras atracciones que brindaba el lugar. La habían pasado realmente bien, rodeados de la naturaleza y el aire del mar. Estaban realmente cansados, llegaron al hotel cerca de las nueve de la noche.

-Sempai, en una horas comienza el recorrido por las cervecerías artesanales ¿vamos a ir? -

-No, olvídalo, estoy muerto, solo quiero bañarme e irme a dormir… tú no te cansas ¿cierto?

-Oh bueno, la verdad estoy un poco cansado. Entonces, será para otro día… pero … ¿Me puedo bañar contigo? -

-HAAA NI SE TE OCURRA… YO ME BAÑO PRIMERO, Y POBRE DE TI SI ENTRAS CUANDO YO ESTE, PORQUE TE JURO QUE ESTA VEZ NO LE ERRARE Y SI TE LO QUEBRARE-

-AAHHH NOO, NO ME LO RECUERDES… AUN ME DUELE- decía haciendo un enorme teatro cubriendo sus amigos de abajo acompañado con su típico puchero que secretamente causaba ternura y gracia en Souichi -Entonces… ¿me dejarías lavar tu cabello? -

- ¿Qué clase de enfermo fetiche tienes tu con mi cabello? Eres un maniático-

Acercándose a él, abrazándolo suavemente, acariciando su mejilla y extendiendo su caricia dulcemente hacia su cabello que libero de aquella liga, dejando que callera en cascadas sobre la espalda de él, tranquilizando asi sus crecientes nervios le susurro -no es eso sempai, es que sé que tu odias que toquen tu cabello, y el que me permitas a mi tocarlo me hace sentir especial para ti-

-HAAA MIERDA, TU ERES UN MALDITO MANIPULADOR- bajando la voz le dijo -de acuerdo, pero solo mi cabello, ni se te ocurra meterte conmigo en la ducha o te mataré y nunca más permitiré que vuelvas a tocarme-

- ¡Que bien! Gracias… gracias sempai… ¡te amo! Yo prepararé tu baño-

-Puedo hacerlo yo solo, soy un adulto, no necesito que me atiendas Morinaga-

Robándole un casto beso le dijo -lo sé sempai, eres dos años mayor que yo, pero a mí me gusta atenderte, me gusta hacer cosas para ti que te hagan sentir bien… espérame aquí, te avisaré cuando esté listo- dicho esto se dirigió al baño a llenar la bañera, tarareando alguna canción que de seguro sería muy melosa con una gran sonrisa plasmada en su rostro.

Souichi se había quedado estático parado en medio de la habitación, era el poder que Morinaga desconocía que tenía en él, solía dejarlo completamente en blanco. Saliendo de su lapsus se recostó en la cama, realmente estaba molido, anduvieron todo el día fuera y él no es el tipo que le gusta salir mucho a la calle. "Hacer cosas ¿eh?, ese tipo, siempre tan atento, pero es cierto, el me hace sentir… bien… cuando hace ese tipo de cosas, el viejo también me dijo que hiciera cosas simples, no se mucho de eso, tal vez, debería hacer para él las mismas cosas que él hace para mí, tal vez asi él también se sienta bien"

-Sempai, el baño ya está listo-

Levantándose de su cama paso por al lado de Morinaga sin dirigirle la mirada, sin embargo el joven noto el sonrojo que tenía hasta las orejas, dándole la espalda le dijo -Báñate… conmigo-

-Haa ¿enserio puedo? - "sempai ha de tener doble personalidad, siempre dice cosas contrarias"

-No lo repetiré… idiota- lentamente comenzó a desvestirse delante de él, completamente avergonzado… "¿Por qué aun me avergüenza? Este tipo me ha visto desnudo no se ya cuántas veces". El cuerpo le temblaba de pies a cabeza, ante la impactada mirada de Morinaga, quien tragó en seco al ver como su sempai se quitó toda la ropa quedando solo con el colgante que él le regalo hace una semana atrás y que no sabía que traía puesto. Metiéndose en la tina y mirando al lado contrario le dijo -Si no te apuras… me arrepentiré-

Morinaga no lo dudo y comenzó a desvestirse rápidamente, se acomodó detrás de la espalda de él dejándolo entre sus piernas. -Sempai… relájate ¿sí? Te prometo que no te haré nada si es lo que te preocupa… gracias por dejarme bañar contigo- Souichi no le respondió, tenía un enorme nudo en su estómago, "algún día quizás me acostumbre", sentirlo tan cerca de él hacía que su cuerpo se despertara inmediatamente. Morinaga comenzó a lavarle en cabello con una suave caricia, disipando los nervios de su amado, haciendo que se relajara por ese cosquilleo que le producía, cerro sus ojos disfrutando de las atenciones que ese hombre le regalaba tan innecesariamente. Una vez que terminó con su cabello, masajeo sus hombros -sempai, estas muy contracturado, mira, tienes muchos nudos en la espalda, ahora que salgamos de aquí te haré unos masajes para que te destensiones-

-No hagas cosas innecesarias-

Susurrándole seductoramente le dijo -nada es innecesario cuando se trata de ti… mi Souichi-

-NO, no me hables en el oído- su sonrojo había crecido mucho más y el latir de su corazón se había disparado.

Morinaga no le dijo nada, sabía perfectamente el efecto que él tenía sobre su sempai, asi como también sabía que la necesidad de su amado estaba creciendo, por lo que comenzó a provocarlo sutilmente con sus masajes en el cuello y en la espalda de él mientras dejaba libres sus suspiros cerca de su oído.

-YA BASTA… LO HACES A PROPOSITO MALDITO BASTARDO-

- ¿EEHH? ¿QUÉ DICES? NO TE ENTIENDO, SOLO ES UN MASAJE-

Girándose de golpe le dijo -ya… no puedo más- su corazón vibraba con fuerzas, tenerlo tan cerca le provocaba una gran necesidad de él, necesidad que no podía contener. Agarrando su rostro entre sus manos lo beso… un beso puro… una dócil y delicada caricia sobre los gruesos labios del peliazul.

Morinaga sonreía a sus adentros "haa sempai, realmente no puedes seguir refrenándote". Rodeándolo con sus brazos de su cintura lo acomodó de horcajadas sobre sus piernas haciendo que le rodeara sus caderas, transformando el casto beso de su sempai en uno más profundo, probando su saliva candente que se esparcía entre sus lenguas y caricias, dejando de existir en esa mezcla en la que se diluían. Respiraba depravado sobre su piel, mientras meneaba el cuerpo de su sempai sobre el de él, rozando sus miembros, haciendo que la excitación creciera en ambos… haciendo que el deseo aumentara con rapidez… haciendo imposible el detenerse -te necesito sempai… ¿tú me necesitas a mí también? - Souichi no respondió con palabras, un movimiento de su cadera sobre él fue suficiente para hacerle entender que quería que se apurara. Morinaga tomo el miembro de su amado, comenzando a masturbarlo bajo el agua mientras le sacaba suspiros de placer entre un besos y caricias. Cuando sintió que su amado se correría dejo de estimularlo para bajar a su entrada y enterrar sus dedos en él, comenzando a prepararlo para recibirlo. Souichi se aferró a sus hombros gimiendo suavemente en su oído, encendiéndolo cada vez más -Mírame sempai… quiero ver tus hermosos ojos- Souichi abrió un poco sus parpados, su excitación era tal que no podía abrirlos bien, haciendo que Morinaga se sintiera más que complacido al sentirse necesitado por el… - ¿puedes levantar un poco tus caderas? - avergonzado Souichi acomodó su entrada en la virilidad de él.

-Du-duele- decía cerrando sus ojos en un claro gesto de incomodidad.

-Solo relájate… mi amado Souichi… respira profundamente y relájate para mí- poco a poco se fue introduciendo en él, pasando el umbral de su intimidad, hasta lo más profundo de su ser, llegando hasta el fondo de cada rincón alcanzando esos puntos placenteros oculto, ambos se besaban con dulzura, con suavidad, con amor - ¿puedes moverte para mi sempai? -

- ¿Eehh? ¿Por qué me pides eso? -

-Por favor, es que me hace muy feliz que seas tú quien esté encima de mi- le decía con una gran sonrisa mientras lo aprisionaba más a su cuerpo, haciendo que lo mirara desde arriba -en verdad sempai, estoy tan perdidamente enamorado de ti y que me permitas este tipo de cosas me hacen sentir especial- lo tenía como él quería, lo tenía atrapado en las redes de su cuerpo

-Tú… si que eres un manipulador muy experto- le dijo sonriéndole sutilmente cautivando aún más a ese hombre bajo su cuerpo, volviendo a besarse comenzó a menear sus caderas con la ayuda de él que le movía de forma circular y de arriba hacia abajo, enloqueciendo la cordura del joven con el misterio oculto entre sus piernas.

Souichi se encontraba perdido en su mirada esmeralda que inmaculada brillaba pintando de ilusiones y alegres sonrisas las expresiones de su rostro, lo hacía sentirse tan vulnerable que lo traspasara de esa forma, sus ojos eran como dardos que con fuerzas se introducían en él, abriéndose paso, clavándose sin permiso en su corazón, iluminando todo su interior, con él había descubierto lo que es el amor -realmente… te amo- le susurro suavemente en su oído "este idiota… hizo de mi lo que quiso… me moldeo a su antojo… ahora todo lo mío está lleno de él", Souichi le pertenencia por completo a aquel niño caprichoso, su ser estaba hecho para él, a su medida, estaba hecho para amarlo y ser amado por él, para sentir deseos y ser deseado por él, todo su ser le pertenecía a él -tú me perteneces solo a mi… Morinaga-… no se dio cuenta que lo dijo en voz alta, no se dio cuenta del gran estremecimiento que causo en ese muchacho que comenzó a moverlo con más fuerzas sobre él, haciendo que sus gemidos se transformaran en gritos llenos de placer.

Entre cortados gemidos y jadeos le dijo -yo te pertenezco por completo… mi Souichi… todo mi ser te pertenece solo a ti-

Con fulgor se fundían en sus labios, ellos eran un par de locos a los que se les erizaba la piel con solo tocarse. Bestias sedientas despertaban en su interior haciendo latir con desenfreno aquel par de desbocados corazones hambrientos que se amaban con tal frenesí.

Levantando las piernas de su apasionado amante, con las rodillas de él por encima del agua y con una coqueta sonrisa le dijo -que travieso eres… sempai-

Souichi se aferró con fuerzas a su espalda, gimiendo en su oído, estaba ido en el placer, su juicio se había nublado, su cuerpo se mecía sobre el cuerpo de él.

Morinaga no podía más, tenerlo de ese modo, encima de su cuerpo era el mejor clímax que pudiera sentir, enterró sus dedos en los glúteos de él y comenzó a moverlo con más fuerzas, embistiéndole de abajo él también.

Jadeos, gemidos y el agua resonaba en las paredes de aquella caja musical contenedora de aquel placer. El agua de esa tina no podía apagar el incendio que se desataba en esos ardientes cuerpos, sus sensuales y frenéticos movimientos levantaban una marejada que desbordaba el agua hacia afuera escapando de la intensa pasión de aquellos dos hombres que se amaban tan irracionalmente.

La libertad de uno terminaba en los brazos del otro. Naufragaban en sus cuerpos, se tenían completamente atados, se adherían en aquel abrazo, se fundían en el cuerpo del otro. Cada uno vivía en cada parte del otro

….

Para el día siguiente tenían contratado un tour guiado que los fue a buscar a la entrada del hotel y los llevaron hasta la bahía Swartz, y de ahí subieron en un autocar con aire acondicionado hasta los Jardines Butchart en donde se pasearían por las 22 hectáreas de los impresionantes paisajes de los Jardines -es como estar dentro de un sueño- murmuro Morinaga asombrado ante aquella abundancia de flores, fuentes y vegetación.

Burlándose de el Souichi le dijo -para ti siempre es como estar viviendo un sueño Morinaga-

-Haa sempai… eso es porque todo lo que hago y vivo contigo es un sueño cumplido- acercándose a él, dándole un beso en la mejilla le susurro -tú haces de mi vida una maravilla sempai, te amo- Souichi solo miro al lado contrario intentando esconder ese bonito sonrojo que aparecía en sus mejillas causando gracia y ternura en Morinaga por aquel gesto.

Ambos almorzaron en la casa restaurant del lugar y continuaron con el recorrido unas horas más. Luego se dirigieron al centro de la histórica ciudad de Victoria pasando por el pintoresco barrio de Chinatown. Allí admiraron los edificios patrimoniales, como él Empresas Hotel y el museo Royal BC entre muchos otros lugares.

Estuvieron todo el día fuera, al llegar al hotel eran cerca de las once de la noche

-Hasta que al fin logro verte cansado- le dijo Souichi burlándose de el

-Estoy molido sempai, el recorrido de hoy realmente me canso, me duelen las piernas de tanto andar-

-Esto es algo que tendré que registrar… bien, te preparare el baño, no vayas a dormirte-

- ¿Eh? N-no es necesario Souichi, yo lo preparo- le dijo levantándose de la cama

-Quédate ahí, no fastidies-

Morinaga estaba asombrado, pero le dejo que le atendiera, eran pocas las ocasiones que lo hacía y las disfrutaba al máximo

….

El día sábado ambos bajaron a desayunar al restaurant del hotel que contaba con buffet, mientras conversaban de su día anterior, las cosas que les habían gustado de lo visto y sus expectativas para este día.

-Sempai, tenemos dos opciones, o tomamos el autobús gratuito o el transporte público para ir a la Montaña Grouse-

-No, el transporte público, lo que decía la página de internet es que el gratuito en días como hoy es muy difícil conseguir lugar, no quiero hacer tanta fila para nada-

-Haa sempai… eres un caso, eres muy impaciente- le decía sonriéndole.

-Si ya está bien, vámonos, se hace tarde y hay mucho para recorrer hoy- Souichi estaba por tomar la mochila en donde había pertenencias de ambos pero Morinaga le ganó-

-Yo la llevare sempai-

-Has lo que quieras-

Ambos se dirigieron hasta la estación Waterfront, donde quedaron asombrados con el seabus que debían de abordar -vaya… mira sempai, aquí hay transportes públicos marinos, ¿no es genial?

Souichi se había mareado con solo ver la flota "tal vez hubiera sido mejor no desayunar antes de venir" no le agradaban mucho los barcos pero estaba dentro del itinerario que habían planeado "y encima en la noche subiré a otro, diablos, ¿en qué demonios estaba pensando cuando acepte?". Dejando sus quejas internas en el olvido subió a aquella flota con Morinaga quien paso una parte del recorrido mirando por la ventana aquel esplendoroso paisaje, sin embargo, veinte minutos después ya se encontraban en el intercambiador Lonsdale Quay, en donde el joven corrió a un cesto de basura y devolvió todo el desayuno.

-Haa que blando eres- le dijo Souichi burlándose de su compañero. A decir verdad a él no le había afectado como había pensado.

-No seas cruel sempai, no creí que me marearía tanto-

Sacando de la mochila que Morinaga traía en la espalda una botella se la extendió a él y le dijo -ten, enjuágate y luego bebe-

-Gracias sempai, eres muy amable-

-Haa nada de eso, apúrate en reponerte o perderemos el autobús- una vez recompuesto ambos subieron al transporte que los llevo directamente a la entrada de la montaña en donde compraron sus pases -por aquel lugar se encuentran los teleféricos, no te descompondrás estando arriba ¿cierto? Sería un desastre-

-No sempai, no te preocupes, no tengo problemas con las alturas-

Desde allí arriba podían observar el espectáculo que brindaban las aves rapaces, podían contemplar la hermosa naturaleza, todo estaba completamente verde -haa este lugar es hermoso sempai- girándose hacia él le robo un enorme y dulce beso dejándolo completamente desconcertado -estoy demasiado feliz porque estoy disfrutando de esto contigo Souichi-

-si… que… bien…- le dijo apenas, ese beso había sido demasiado arrebatador, dirigiendo su rostro al lado opuesto de él miro hacia abajo observando a los osos Grizzlies, completamente sonrojado "¿Por qué siempre tiene que hacer esto?"

Morinaga solo sonreía ante la tierna expresión de su adorado "haa sempai, siempre avergonzándote por estas cosas". Sutilmente tomo su mano izquierda con su derecha enlazando los dedos de ambos, provocando que inmediatamente le mirara, regalándole una gran sonrisa y un -te amo mucho- y sin soltarlo dirigió su mirada hacia abajo contemplando aquel bello paisaje, y Souichi hizo lo mismo. Durante ese rato que estuvieron sobre aquella silla casi no hablaron, pero no se soltaron de las manos, disfrutaron cada segundo de aquel momento.

Al bajar de allí vieron un divertido espectáculo de los leñadores y luego se dirigieron a la ruta Grouse Grind que es un sendero de 3km de longitud con una elevación de 853 mt. A Souichi se le estaba dificultando mucho subir, cada vez debían detenerse para que él se recuperara.

- ¿Te encuentras bien sempai? ¿crees que puedas subir? -

-Si, no te preocupes, es que es muy empinado- estaba realmente agitado, bebiendo agua como no recordaba haberlo hecho antes -si tan solo pudiera ponerte un enchufe podríamos ahorrarnos en gastos de electricidad, ¿cómo es posible que tu no estés ni un poco cansado? Es irritante-

-Sentándose al lado de él le dijo -no es eso sempai, es que yo no fumo, por eso es que aguanto más-

-Oye que estas insinuando-

-Solo digo que si no fumaras tanto tu resistencia mejoraría y mucho, solo vamos por la mitad, aún nos queda camino por recorrer, enserio sempai, te lo diré ahora, me gustaría y mucho que dejaras los cigarrillos- Souichi lo miro aún más irritado, tenía una adicción demasiado fuerte con esos tubos de nicotina -no te digo que lo dejes de golpe, sería muy difícil para ti, pero al menos reducir la cantidad, quiero tenerte conmigo el mayor tiempo posible, no quiero que esas cosas te terminen arrebatando de mi lado mucho antes-

Souichi notó claramente la tristeza al decir aquellas palabras, y no le había gustado nada, de golpe recordó aquel sueño en donde él había muerto primero, muchos años antes que el tal Kuma, y recordaba ese rostro, no quería que Morinaga pasara eso, no quería dejar este mundo antes que él, suspirando imperceptiblemente le dijo -lo intentaré-

- ¿Enserio? ¡Qué bien! Gracias sempai… te ayudaré lo que más pueda para que sea más fácil para ti-

-Si… está bien…- le respondió comenzando a caminar con Morinaga a su lado "me esforzare para dejarlos, no quiero ver ese rostro cargado de tristeza nuevamente".

Tardaron unas dos horas y media en subir hasta la cima, como tenía un total de 274 mt de altura por encima del nivel del mar, había afectado mucho a Souichi, por lo que tenían que hacer paradas para que él se recuperara de su agitación, pero aun asi el ascenso fue muy agradable para ambos, conversaron de muchas cosas, sobre todo de asuntos personales. Como todo investigador, Souichi observaba la vegetación a su alrededor imaginándose, haciendo experimentos con aquellas hojas y con Morinaga diciéndole que dejara de pensar en el laboratorio y disfrutara del paisaje. Luego de subir hasta la cima y luego de que Morinaga se hartara de tomar tantas fotos del lugar, ambos bajaron por el funicular, una especie de ferrocarril para subir o bajar ese tipo de pendientes

-Pero que idiota- se quejó enseguida Souichi -pudimos haber subido por esta cosa-

-Pero asi no tendría chiste sempai, la cosa era caminar en la naturaleza y disfrutar del aire puro-

-Si claro, tú porque tienes las energías de un niño que come dulces a la hora en que deberían dormir, creo que eres hiperactivo, una persona normal estaría muerto luego de subir eso-

-Ya te dije que no se trata de eso sempai, es solo porque yo no fumo que rindo más, y sí, estoy algo cansado pero no tanto, hemos hecho varias paradas en el ascenso asi que en cada una descanse lo suficiente-

-Haa que más da, yo si estoy molido, quiero tomar un café, había una cafetería a la que íbamos a ir ¿no?

-Ah sí, al Parck Chalé, reserve una mesa en la terraza asique tendremos una agradable vista del lugar-

Luego de que reposaran en la cafetería continuaron con el itinerario para ese día, realmente lo disfrutaron de maravillas. Atravesaron el puente colgante de Capilano, tuvieron su emocionante "aventura sobre las copas de los árboles", visitaron el refugio para especies en peligro de extinción y también fueron al criadero de peces de Capilano-

-Mira Souichi, son muchos salmones ¿no son lindos? - Morinaga entusiasmado sacaba foto a todos lados.

Con una sonrisa socarrona en el rostro le respondió -Se verían más lindos si estuvieran en mi plato con muchas verduras y setas acompañándolos-

Morinaga reía ante el comentario de su adorado -Haa sempai, rompiste la magia del momento-

"Hoy no ha hecho más que reír, en realidad se ve como si nada hubiera ocurrido, como si realmente se hubiera olvidado de todo, es… admirable… o enfermizo". Pero Souichi lo prefería asi, el prefería a ese niño que lo acompañaba en estos momentos. Realmente la estaba pasando muy bien con él, aunque estuviera horriblemente agotado trataba de aguantar para verlo feliz, era lo único que quería "solo quiero que seas feliz".

…..

Aunque hayan llegado al hotel aun el día no terminaba para ellos, Morinaga había hecho una reservación en un crucero para cenar, lo que lo tenía muy inquieto, estarían a bordo por dos horas y media, y solo veinte minutos habían bastado para dejarlo con el estómago completamente revuelto.

-Si no quieres ir, no vayamos, sería terrible que te enfermes a bordo-

-No importa, me tomaré algunos medicamentos para los mareos y descomposturas, estaré bien-. Ambos se habían vestido de trajes, Souichi tenía uno negro con camisa rosa pálido y corbata color salmón, mientras que Morinaga uno gris oscuro, una camisa lila bien clarita y una corbata violeta oscura -Sempai, te vez hermoso, pero… ¿podrías usar tu cabello suelto? - no le dio tiempo a replicar, simplemente le quito la liga que se encontraba aprisionando aquellas hebras sedosas plateadas, enterrando sus largos y finos dedos en su cabellera -amo como te ves con el cabello suelto-. Souichi se sonrojo extremadamente ante los comentarios de él, estaba mudo, no sabía que responderle "solo quiero golpearte idiota", pero su cuerpo no le obedecía. Estaba allí, estático, viendo fijamente aquellas gemas esmeraldas que le observaban detenidamente, mientras correspondía aquel beso que ese muchachito manipulador le estaba arrebatando en este momento haciendo que todo su cuerpo tiemble, terminando por sujetarse en los brazos de él, y que él lo sujetara de la cintura para evitar una posible caída. Los besos de él siempre terminaban por arrebatarle sus fuerzas -es hora de irnos-. Le dijo con una sonrisa. Tomó su mano y juntos se dirigieron hasta el muelle.

Estaban navegando por sobre el Pacifico. Por todo lo que anduvieron durante el día estaban realmente hambrientos. El buffet era al estilo costa oeste, asique ambos primero cenaron escuchando música en directo en una agradable charla sobre lo emocionante de ese día y de lo que aún faltaba por conocer. Luego de terminar de cenar, ambos se dirigieron a la cubierta, andaban bastantes parejas, tanto gay asi como heteros, en el lugar admirando el mismo paisaje que ellos. Veían el horizonte de la ciudad, las montañas tras la Orilla Norte, el oeste de Vancouver, mientras observaban la mejor puesta de sol que hayan contemplado alguna vez, el ambiente romántico inundaba aquel lugar. Había algo que Morinaga querría hacer, y sabía que el precio a pagar sería muy alto "pero lo vale" con una gran sonrisa le pregunto -Souichi podemos tomarnos una foto juntos? Le puedo pedir a alguien que la tome-

Souichi lo miro con sospecha, una voz en su interior le decía que ese chico algo se traía entre manos "pero este tipo siempre se trae algo entre manos, no sería nada nuevo, haa que más da, si hace algo solo lo golpeare y ya..." Morinaga solo lo observaba cavilar en sus pensamientos, estaba bastante desconcertado, estaba tardando mucho para solo decirle que no… "pero… si lo golpeo… podría tomarlo a mal, y volvería a entristecerse… no importa… trataré de soportarlo" -de acuerdo-

Esa simple respuesta dejo completamente sorprendido a Morinaga, él se esperaba una rotunda negativa, asique se arrepintió de lo que tenía planeado y le dijo directamente -Souichi me gustaría tener una foto contigo, besándote con la puesta de sol atrás de nosotros-

- ¿QQUUÉÉÉÉ? ¿PE-PERO QUÉ…? -

Apoyando una mano en el hombro de él y sonriéndole tan cálidamente le dijo -Esta bien sempai… no te alteres… una común con los dos está bien ¿sí? -

"Mierda". Souichi no sabía que responderle, asique se tomaron una foto común los dos juntos y luego, respirando profundamente, Souichi se armó de valor y tomándolo de la corbata lo atrajo hacia si en un movimiento brusco y lo beso.

Morinaga, saliendo del asombro, correspondió a su arrebatado sempai, tomándolo de su cintura atrayéndolo más a su cuerpo, mientras Souichi se aferró a su hombro, encerrándose ambos en aquella burbuja que solían crear solo para ellos dos, esa burbuja que los aislaba de todos. Sentían invocar sus corazones en ese beso que consumía sus almas. Tenían sed de esos dulces labios rojos de los que no podían despegarse.. Ese beso… tan suave… tan profundo… tan tibio que palpitaba en íntimos anhelos, dejando una cálida huella en sus labios…

Separándose lentamente, se perdieron en las profundidades de sus ojos, en donde cada uno podía verse reflejado en el otro… la intensidad de la mirada de uno desnudaba el alma de su amante… esos ojos… allí era el único lugar en donde encontraban su felicidad…

El ocaso no estaba en el horizonte… el ocaso estaba en ese abrazo en el que se unían aquellos hombres…

-Sempai, tu eres único… te amo tanto-

Una mujer se acercó a ellos rompiendo esa magia que ambos tenían -vaya caballeros, ustedes sí que se ven hermosos juntos-

Ambos la quedaron mirando con sorpresa, no tenían ni la más mínima idea de porque les hablaba, no la conocían -disculpe señorita, ¿Qué se le ofrece? - le pregunto Morinaga amablemente

Sonriéndoles le dijo -nada en especial, yo soy la fotógrafa de este lugar, disculpen mi atrevimiento, pero no pude evitar fotografiarlos a ustedes, es que se ven muy lindos- Souichi estaba completamente irritado, tal vez por la palabra "lindo" o tal vez porque esa mujer interrumpió aquel momento -miren aquí están las fotos que les saqué, son tres instantáneas, un obsequio para ustedes, no vayan a decir nada-

- ¿Eh? ¿Es enserio? - preguntó con desconcierto Morinaga

-Si, es enserio muchacho, disfruten lo que resta de la velada chicos. Dicho esto se marchó a fotografiar a otra parte.

Ambos se miraron y revisaron las fotografías, Morinaga estaba completamente emocionado y Souichi estaba horriblemente abochornado, ese beso sí que había sido profundo y especial, y ahora estaba registrado en aquellas imágenes que perdurarían en el tiempo.

-Vaya… y yo que quería una asi contigo y ahora tengo tres- Morinaga acariciaba aquella foto con ilusión en su rostro, sin notar que Souichi le observaba dedicándole una tenue sonrisa y en su mirada se reflejaba la ternura que ese hombre le provocaba, corriendo su mirada hacia el horizonte, enlazando las manos de ambos pensó "bueno… no es tan malo si eso lo hace feliz…"

…..

Luego de que desembarcaran ambos regresaron al hotel, se sentían dichosos por aquella velada, en verdad que ambos la pasaban muy bien estando juntos. Morinaga abrió la puerta de la habitación permitiéndole el paso a Souichi y luego de cerrarla se quitó el saco junto con la corbata largándolos en el sofá y acercándose a su adorado lo abrazo por la espalda pegándose a él le dijo -Haa sempai, gracias, la he pasado muy bien contigo, te amo tanto-

- ¿Ya estás en celo de nuevo? Pervertido que tanto tramas ahora-

-Te amo sempai, y planeo hacerte el amor, te necesito, necesito sentirte-

-N-no no quiero- dijo más por costumbre que por otra cosa. Comenzó a temblar, su cuerpo reaccionaba por completo ante él, ante su suave voz, ante su calor, no podía responderle, solo podía sentir, sentía como el aflojaba poco a poco los botones de su saco, que lo retiro delicadamente de su cuerpo arrojándolo al sofá y mientras aflojaba su corbata que tiro al suelo le dijo -sabes sempai… amo verte vestir un traje…- comenzando a desabotonar uno a uno, con dedos hábiles y diestros, los botones de su camisa, acariciando delicadamente la piel que iba quedando expuesta a sus manos, mientras besaba su cuello, pasando su ansiosa lengua en una suave caricia en su nuca -amo ver tu cabello suelto cuidadosamente peinado y arreglado- Souichi sentía las caricias sobre su cabello en donde Morinaga enterraba tan sutilmente sus largos dedos, deleitando su tacto con la suavidad de él. Froto su nariz en su sensible oreja inundando su olfato de su suave y delicado aroma. -pero… ¿sabes que amo también?... amo desvestirte…- Souichi solo cerro sus ojos, suspirando extasiado, disfrutando de aquellas sensaciones que le proporcionaba tan delicadamente. -pero no solo me refiero a la ropa…- Morinaga apretó su oreja entre sus labios -sino que también amo desvestir tu alma… - suaves suspiros escapaban de Souichi, mientras su cuerpo se estremecía ante el -llegar a lo más profundo de ti…- él lo desnudaba con las palabras que le susurraba con su voz profunda en su oído provocándole fuertes temblores, haciendo que sus piernas comenzaran a debilitarse. –

Con una suave caricia comenzó a dejar sentir sus manos en el vientre de él erizándolo por completo haciendo que su respiración se vuelva pesada, ascendiendo lentamente hacia sus hombros, apoyando las puntas de sus dedos en ellos deslizo su camisa gentilmente mientras dejaba un placentero rastro en sus brazos por donde recorrían sus dedos. Lentamente lo volteo dejando frente a el tomo ese dije del colgante que le regalo entre sus dedos acariciándolo suavemente - ¿Puedes quitarme la camisa tú?

-Hoy estas con la autoestima alta ¿he? -

-Tú haces que mi autoestima suba sempai… por favor… ¿me retiras tu mi camisa? -

Titubeante y ruborizado, Souichi comenzó a desabotonar torpemente con manos trémulas uno a uno los botones de aquella prenda… rozando con sus finos dedos la piel de ese hombre mientras se extraviaba en los ojos de él…

Morinaga se perdió en las iris de Souichi… sus luceros, la ventana de su corazón que reflejan la luz… el paraíso se encontraba en su mirada… sus ojos, tempestad sin viento… no necesitaba oír de sus palabras cuando sus ojos eran los que hablaban en el silencio… atrapo sus labios en un beso insondable, demandante, haciendo bailar sus lenguas en una sensual danza, quitándose hasta la última gota de aliento. Haciendo que Souichi comenzara a perder poco a poco su razón… rindiéndose a él… desfalleciendo en sus manos… abandonándose a su cuerpo.

Separándolo se si un momento lo contemplo, deleito su vista con el sensual hombre entre sus manos, comenzó a besar su cuello arrobado, descendiendo a sus pectorales dejando un rastro húmedo y ardiente a su paso. Atrapando en sus labios una de sus coronas, jugueteando con él, torciéndolo en sus dedos mientras una suave caricia de su lengua deja su rastro húmedo en ellos, besándolo, succionándolo, y mordisqueándolo con delicadeza, mientras acariciaba la otra con sus dedos, haciéndole llegar en este acto sus dulces sentimientos mezclado con su pasión Haciendo que el éxtasis de ambos se prenda cual llama. - ¿Te gusta Souichi? Mmmm, eres tan dulce-

-C-cállate imbécil, n-no digas mmmm eso-

- ¿Te avergüenza estar expuesto a mí? ¿Te avergüenza qué te diga lo mucho que me excitas?

-Maldito aaahhh per-pervertido nnnggg-

-Haaa eres tan tierno sempai… no te avergüences, solo somos tu y yo… en estas cuatro paredes… deja fluir tu pasión por mi… sempai-

-Mmmm n-no sigas aahhh, no digas eso mmmm-

Atrapando nuevamente sus labios en un sensual beso lo fue arrastrando hasta aquella cama que esperaba ansiosa por ellos. Recostándolo suavemente rompió aquel dulce beso -no sientas temor mi amado Souichi, solo somos tu y yo, solo nosotros- Souichi rodeo el cuello de él atrayéndolo a sí, besándolo con timidez, "eres tan dulce sempai". Ambos se encontraban bajo el embrujo del otro, ambos creando alrededor una jaula de espinas que los protegían, ambos se atraparon en las cadenas de sus brazos -necesito hacerte mío Souichi- besaba su cuello, bebía de su cuerpo, le hacía perder la razón ante su pasión - ¿estás listo sempai? -

-N-no me preguntes eso idiota… solo… hazlo- su cuerpo le busca desesperado, solo él podía apagar su fuego abrazador.

-Haa sempai… te haré sentir bien- nuevamente atrapo uno de sus suaves botones que coronaban sus sensuales pectorales entre sus labios, succionándole con delicadeza, mordiéndolo con suavidad, estirándolos con sus labios, mientras desabrocha su pantalón, bajando con sigilo en cierre, haciendo que una de sus intrusas manos se colara bajo aquella prenda, estimulándolo sobre la ropa interior, que espera ser arrancada por el - ¿lo disfrutas? –

Souichi no respondía, solo suaves gemidos escapaban de sus labios ante el placer que el le coaccionaba. Estaba siendo arrastrado por las suaves olas del deseo, que iban naufragando su cordura con las manos y besos de él.

Sigue besando su sensitivo pecho, seduciendo sus sentidos con su delicado sabor mientras con su mano atrapaba su miembro palpitante, estimulándolo lenta y tortuosamente, quitándole la mano que apretaba sus labios le dijo -no te restrinjas… déjame oír tu voz- complaciéndolo dejo en libertad sus gemidos endulzando los oídos de él con su placentera melodía. Morinaga seguía masturbando su centro de placer mientras terminaba de quitar esas molestas prendas que le impedía contemplarlo. Besando su cuerpo desciende dejando un rastro húmedo sobre su plano vientre, estimulando su ombligo con su lengua afilada - ¿te gusta?... ¿disfrutas tanto como yo? - lo deja completamente expuesto ante él… expuesto a su deseo… expuesto a su pasión… -sabes sempai… amo que solo sea yo el único que te despeine de esta manera… ¿sientes esta pasión que tengo por ti? -…Lo observa detenidamente, sus mejillas sonrojadas, sus cabellos plateados esparcidos sobre la cama, sus pupilas dilatadas, sus labios rojos e hinchados entreabiertos dejando escapar suspiros y jadeos.

-N-no me mires asi- Souichi se sentía completamente avergonzado ante esa mirada que le desnudaba todavía más, intentaba cubrir sus ojos pero ese hombre sobre su cuerpo no se lo permitió.

-Quiero que me mires, que veas que soy yo el que te hace el amor-

Cerraba sus ojos con fuerza, -no-no no quiero, no me mires asi- no podía soportar la profundidad de esa mirada.

-No te avergüences sempai… recuerda… solo somos tu y yo… abre tus ojos, mírame, observa este amor que tengo por ti, observa esta pasión que tú me provocas-

Souichi lentamente abrió sus parpados perdiéndose en las profundidades de esas gemas esmeraldas. Morinaga necesitaba beber de él, no se resistía ante el derroche de su sensualidad. Sin romper el contacto visual, vuelve a besar su vientre, descendiendo hasta su virilidad, tomándolo con una mano, ascendiendo y descendiendo tortuosamente, acariciando con su lengua su glande, apretándolo con sus labios, rozándolo con sus dientes -gime… gime para mi sempai… déjame escucharte-

-N-no digas esas mmmm cosas aaahhh-

Lentamente introdujo un dedo explorando su rincón secreto, acostumbrándolo de a poco introduciendo un segundo dedo encontrando instantáneamente su punto máximo de placer que rozaba una y otra vez, con un suave y tortuosa caricia lenta, mientras seguía bebiendo del néctar que desprendía su miembro.

-Haaa mmmm de-deja de jugar aaahhh con-migo i-idi haaa idiota-

- ¿Estas ansioso sempai? Dime si te gusta… si no me lo dices… no dejaré que te corras- apretando la base de su miembro, comenzó a succionarlo con más fuerzas jugando con él, mientras sus intrusos dedos frotaban con más intensidad su interior…

-AAHHHH MMMMM DE-DEJAME CORRERME MALDITO HAAAA- estaba perdiendo la cabeza, el ardor lo consumía en sus infernales llamas, necesitaba correrse… apretaba con fuerzas las sábanas bajo de él, su cuerpo se contraía por completo -SU-SUELTAME HAAA YA N-NO PUE-DO MMMNNNGGG MAS HHAAAA-

-Dime si te gusta y dejaré que te corras- no lo soltaba, rozaba y apretaba su interior con insistencia, estremeciendo con fuerzas el cuerpo temblante de su amado, lo tenía completamente ido en el placer.

Souichi estaba mareado, no podía razonar, estaba en el clímax y no le dejaba correrse -SSIII HAAAA MMMM MEE AAAHH GUSTAA YAAA SU-SUELTAME GUSANO HHAAA-

- ¿Ves? No era tan difícil decirlo mi Souichi- soltando su amarre, apretó su interior con más fuerzas mientras su miembro lo llevo hasta el fondo apretándolo sensualmente con las paredes de su garganta... -HHHHAAAAAAAAA MMMMMM- provocándole un extremo estallido orgásmico que convulsionó violentamente su cuerpo.

Morinaga bebió por completo de esa miel que provenía del interior de él, irguiéndose completamente entre sus piernas, fijo sus esmeraldas en los topacios de él, limpio con su pulgar el hilillo de su simiente que recorría desde la comisura de sus labios con sus dedos que recorrió sensualmente con su lengua ante la vista avergonzada de ese hombre que no lograba recuperar su respiración - ¿q-qué de-monios haces enfermo-, increíblemente, esa imagen lo había excitado aún más, "tal vez yo también este enfermo".

-Tu sabor es exquisito sempai- Morinaga estaba extremadamente excitado ante su amado que tenía su cuerpo completamente perlado por el sudor, paso su lengua ansiosa desde sus tetillas hasta detrás de su sensible oreja, bebiendo de ese sabor de la pasión que su adorado emana desde sus rincones ocultos.

Souichi era una hoja temblante ante tan arrollador despliegue de pasión de ese hombre, ese orgasmo había sido uno de los más fuertes que había tenido, no lograba recuperar el aliento. Sin darle tiempo a recuperarse, Morinaga lo coloco de lado, acomodando sus piernas a los lado de una de las piernas de él, mientras la otra la acomodo con el pliegue de su rodilla en su hombro, introduciéndose de un solo movimiento en él, arrancándole un sonoro grito ahogado mientras las lágrimas se agolpaban en sus dorados ojos, siendo retiradas por Morinaga -haa sempai… estas tan caliente y sensible… te amo tanto sempai… abre tus ojos… mírame… mírame mientras te hago el amor-, a medias, Souichi obedeció ¿Cómo abrir los ojos cuando el placer es tan fuerte?. Morinaga comenzó a menear sus caderas en un tortuoso y sensual movimiento lento que fue en aumento, recostándose sobre él elevando aún más su pierna atrapo sus labios entre los suyos besándolo dulcemente contrastando con la fuerza de sus embestidas, introduciéndose cada vez más profundo en él, alcanzando con desquicio todos esos puntos que le hacen perder la razón a su adorado… mordía y besaba su sensible cuello - mmmm ¿sientes esta pasión sempai? ngn ¿Te gusta? Aahhh-

-Mo-Mori… haaa mmmm- Souichi no podía emitir palabra, perdió por completo su voluntad siendo prisionero en el cuerpo de él, estaba completamente ido ante él, ante el placer y el deseo que invadía cada centímetro de su cuerpo. La llama de su interior se había transformado en un arrebatador incendio que consumía por completo su razón. Ambos habían perdido el juicio ante aquella pasión arrolladora -n-no de-detente haaa mmmm-

Acomodando ambas piernas sobre sus hombros, aprisionando sus manos sobre su cabeza y comenzando a moverse con aun más fuerzas y brutalidad le dijo-mmmm ¿no te gusta sempai? -

La cama rechinaba ante tal desenfreno, el despliegue de pasión era tan grande que las llamas se habían convertido en un infernal incendio, ambos perdieron el control de sus cuerpos, los gemidos se transformaron en gritos de placer, no podían ni querían acallarlos, solo eran ellos dos. Mecían sus cuerpos a un mismo ritmo bestial.

-No pue-do HHHAAAAAAAA- cerrando con fuerzas sus ojos, todo su cuerpo convulsionó por segunda vez, estallando en un arrebatador orgasmo, derramando su simiente entre ambos. Antes de que pudiera recuperarse y sin dejar de ser uno, Morinaga lo giro poniéndolo en sus cuatro, haciendo que se apoye en sus codos. Sujetando su cabello elevo su cabeza atrapando sus labios, mientras le seguía embistiendo, meneando sus caderas en un constante ritmo llegando cada vez más profundo.

-Ah, mm sempai, aun estas ngn tan duro, e-eres exigente haa te amo tanto-

-Ca-cállate idiota, eso es porque aahh sigues haciéndolo aahh-

- ¿Sí?... que bueno que solo yo te enciendo así- sacando su virilidad de él, mordió su cuello al mismo tiempo que volvía a enterrarse en su interior de un solo movimiento, arrancándole un sonoro grito placentero, embistiéndolo con fuerza, haciéndole experimentar sensaciones intensas que incendiaban cada célula de su extasiado cuerpo, corrompiéndolo una y otra vez entre "te amo… te deseo… te necesito" Souichi estaba embriagado por el aroma de él, todo su ser le pertenecía a ese hombre que le amaba con dulzura y brutalidad, estaba completamente rendido ante el placer y el amor que ese muchacho le entregaba… una y otra vez gimió su nombre sin saber que eso incendiaba aún más a su joven amante quien aumentaba con más fuerzas y velocidad sus embestidas, mordisqueando y besando su cuello y orejas. Por cada célula de sus anatomías recorría un maravilloso fuego eterno que detenía el universo en un instante, y un segundo después estallaba en su interior, una vez más arrastrándolo con él en esta culminación perfecta de sus entregas, de sus deseos, de su creciente amor, cayendo ambos rendidos, aferrándose uno al abrazo del otro, cayendo ante el sueño en aquella cama testigo de la pasión que desplegaron, apoyando sus cabezas en aquella almohada, muda espectadora de su más ferviente amor.

….

El día domingo no hicieron mucho, ese sería el ultimo día que estarían ahí, asique se levantaron mucho mas tarde de lo usual, se bañaron por separado aunque Morinaga logro convencer una vez más a Souichi de lavarle el cabello, sin embargo, no le costó mucho, Souichi accedió luego de un intento de réplica, en realidad le gustaba esa atención que recibía de él. luego pidieron servicio a la habitación y almorzaron en el balcón admirando el paisaje en una agradable charla sobre ellos, sobre su fin de semana, lo bien que la habían pasado, Morinaga le mostraba las fotos que había sacado durante el recorrido y Souichi quería morir de vergüenza y matarlo a él de paso por la cantidad de fotografías que le tomo sin que se diera cuenta. Luego prepararon las valijas y se quedaron allí dentro. Estaban sentados en el sofá, Morinaga veía la tele mientras Souichi fingía leer un libro, estaba más concentrado observando la tranquilidad y paz que el rostro de ese muchacho reflejaba… "no sé qué es lo que tienes para hacerme sentir asi"… le causaba mucha ternura verlo de esa forma estaban en silencio, y de pronto Morinaga recostó su cabeza en las piernas de él, esperando no ser sacado a patadas por su amado y quedando completamente sorprendido cuando Souichi se recostó en el sofá arrastrándolo con él, acomodándolo entre sus piernas dejando que recostara su cabeza en su pecho.

Ninguno de los dos dijo nada, Morinaga sabía que su sempai estaba avergonzado por algo asi "tan lindo" asique solo se quedó en completo silencio, disfrutando del latir acompasado de su corazón, ambos disfrutando de la atmosfera tan tranquila que les rodeaba, querían permanecer siempre asi, sin que nada ni nadie estorbara, sin que nada destruya ese momento, ambos se relajaron al sentir el calor de sus cuerpos y fueron quedando dormidos, en esa posición hasta entrada la tarde..

En la noche, luego de la cena, se fueron un rato a la playa, hacía calor y ya no faltaba mucho para retornar al departamento, mañana ambos debían regresar al trabajo.

Era una hermosa noche estrellada, la luna coronaba de lo alto, cobijándolos, siendo testigo de ellos dos, de ese amor que se tenían. Se encontraban recostados en una gran roca en la orilla de la playa. Souichi fumando un cigarrillo y Morinaga buscando formas en las estrellas. Solo la música del mar los rodeaba, regalándole suaves caricias transparentes en sus pieles con sus frescas brisas. Estaban alejados de todo y de todos, estando juntos eran capaces de crear un mundo en donde solo ellos existían.

Souichi, sin dejar de contemplar el suave e hipnótico baile del mar, rompió el agradable silencio -Oye, ¿no has pensado en volver a Japón?

-En realidad no… sinceramente me gusta mucho este lugar… ¿y tú sempai? ¿quieres volver a Nagoya?... yo.. lamento no preguntarte antes, quizás debamos volver a Japón y…-

-Estaba pensando en eso, pero, a mí también me gusta este lugar, es fácil vivir aquí, la comida es buena y el clima es agradable-

-Pero sempai, si tú lo deseas podemos volver, yo no tengo problemas, mientras este contigo no me importa cuál sea el lugar-

-Quiero quedarme aquí, después de todo mi familia esta dispersa y acá podemos estar tranquilos…-

Luego de un rato de silencio Morinaga pregunto - ¿sempai… podríamos volver a vivir juntos? -

Souichi quedo desconcertado ante aquella pregunta- ¿Eehh? ¿acaso no estamos viviendo juntos? -

-Si.. bueno, no sé, es que tú tienes tu departamento y a veces nos quedamos ahí pero no es lo mismo, me gustaría que volviéramos a vivir juntos en un solo departamento-

-Haa que fastidio a ti si hay que decirte todo, no entiendes con los hechos, escucha, la única razón por la que aún conservo mi departamento es por el contrato, pague por tres meses, porque no sabía cuándo despertarías, y el viejo se iba a quedar hasta que lo hicieras, aún queda un mes hasta que tenga que entregarlo…- recostándose nuevamente continuo - tendremos que buscar una casa completamente equipada-

Morinaga estaba impactado - ¿es enserio? -

-Claro idiota, como vamos a alquilar una casa sin muebles si tu abandonaste todas tus cosas en Shizuoka, ¿Cómo puedes ser tan impulsivo? -

-Lo siento por eso sempai, yo también lo pensé al llegar aquí, pero no era eso a lo que me refería, quiero decir, ¿estás de acuerdo en que vivamos nuevamente juntos? -

-Pero si lo estamos haciendo idiota, tsk, a veces no sé quién es el más lento de los dos-

Abrazándolo sorpresivamente le dijo -gracias sempai… muchas gracias… te amo… te amo tanto, tanto…-

-Ya suéltame maldita lapa, no te me pegues, y tranquilízate, tampoco es para tanto- le dijo dándole un empujón separándolo de su cuerpo

-Haa sempai.. eres muy cruel… bien, debemos buscar un departamento más grande para los dos, pero… sempai… yo… quisiera… b-bueno… me preguntaba… en fin, quisiera saber si tú y yo… ¿podemos compartir la misma habitación? -

Avergonzándose a más no poder dijo -no preguntes esas cosas, ¿qué no es claro aún para ti?

- ¿Eso significa que sí? - pregunto con una gran sonrisa

Dando un cansado suspiro de resignación dijo -Ni modo, tendré que siempre explicarte las cosas para que las entiendas, tu y yo ahora somos una… pareja… maldición… eso es extraño todavía… en fin… si te hace feliz compartiremos la habitación, de todos modos lo hemos estado haciendo durante estas semanas…-

Morinaga lo apretó aún más en sus brazos -sempai, yo quiero que tú también seas feliz, deseo tanto hacerte tan feliz como tú lo haces conmigo-

Corriendo su mirada hacia el lado opuesto, sonrojándose hasta las orejas le respondió -yo… lo soy-

Agarrándolo del rostro, Morinaga hizo que conectaran sus miradas… siendo invadidos por una cálida felicidad. En la mirada del otro veían sus reflejos, ese destello de sus propios sueños, alcanzando a ver el interior del otro, viendo el cielo estrellado resplandeciendo en sus ojos. Se besaron suavemente. Sus besos se transformaban en "te quiero". Todo era claro en ellos, no importaba en donde estuvieran, solo querían estar juntos, porque era en los brazos de su amado en donde estaba su hogar, la luz de sus almas aclaraba aquella noche, dispersaba aquella bruma del mar que les rodeaba. Sus corazones irradiaban ante los cambios de sus vidas.

Cada uno cambio los sentimientos del otro, ese sentimiento que hacía desaparecer el tiempo cuando sus almas se conectaban a través de sus miradas, llevándolos a algún lugar donde solo estaban ellos dos.

Ellos se amaban por completo, con sus errores, con sus virtudes, con sus temores, y sobre todo con sus defectos. Sus latidos se acompañaban, iban cada uno en los sentidos del otro… Ellos enlazaban sus destinos, ampliando el camino para permitirles el paso a ambos.

…Todo sería diferente, mientras juntos iluminaran sus caminos…