Hola de nuevo!
Tal como prometí en mi propio fic "Enséñame", empiezo a subir capítulos del fic de AnnaDax, tras pedirle permiso. El verdadero título de este fic es "The Madness of an Enchanting Obsession", cuya traducción voy a hacer yo. El link del orginal es: www. fanfiction s / 8914719 /1 /The-Madness-of-an-Enchanting-Obsession
Del mismo modo, aviso a la autora cuando publique este primer capítulo para que pueda leer vuestros reviews, ya que me lo pidió expresamente porque conoce la lengua española =)
Sumario: Tres años han pasado desde la IV Guerra Ninja y el mundo está en paz. Determinada a ganar el corazón de Naruto, Hinata tiene como único objetivo encontrar a Uchiha Sasuke y llevarlo de vuelta a Konoha. Cuando ella piensa haberlo encontrado, ocurre algo inesperado...
Sin más dilación, aquí va:
Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son de Mashashi Kishimoto. El fic es de AnnaDax, yo únicamente lo traduzco.
01 - TE ENCONTRÉ
Hinata estaba corriendo.
Las ramas de los árboles golpeaban su cara, el aire helado hacía que sus mejillas se colorearan y que lágrimas se formaran en sus ojos blancos, abiertos, salvajes. Pero no podía parar. Nunca había estado tan cerca de aquella meta. Las venas en su rostro eran completamente visibles. Su Byakugan podía atravesar a cualquier persona frente a ella.
Aquella persona estaba a sólo unos kilómetros. Tenía que alcanzarlo.
-Hinata, ¡espera!
Kiba estaba intentando seguir su paso, pero fallaba miserablemente. Incluso Akamaru jadeaba, luchando por respirar.
Sin embargo, ella no podía esperar. Tenía que darse prisa.
Hinata estaba volviendo de una misión con Kiba, Shino, Tenten y Lee cuando su chakra había notado una extraña y poderosa aura. Una con la que no podía equivocarse. La kunoichi, con su cabellera negra alborotada, inspiró profundamente y giró hacia el este, sintiendo todavía aquel presentimiento. Y para estar totalmente segura, había activado su kekkei genkai. Tenía que comprobarlo.
La sucesora del Clan Hyuuga había estado corriendo durante horas. La persona a la que acosaba era obviamente consciente de lo que estaba haciendo y, si realmente lo hubiera intentado, habría podido correr y esconderse con éxito al menos un par de veces. Pero sus ojos, especiales, no podían fallarla. Su determinación no podía abandonarla. Sus amigos y ex-compañeros de equipo corrían tras ella lo más rápido que podían, pisándole los pies, como si fuera obvio que algo no iba bien.
Se estaba acercando. En ese momento, ni siquiera podía escuchar los pesados pasos del perro corriendo, y la voz de su dueño sonaba distante, tanto que ella casi no podía notarla. Incluso los insectos de Shino se alejaban de ella. Hinata era conocida como una de las shinobis más rápidas de su clan. Tomó de nuevo aire, largo y profundamente, y siguió atravesando el bosque. No estaba totalmente segura de dónde se encontraba en ese momento, pero creía que estaba bastante lejos de la parte este de La Tierra.
Tras la última Guerra Shinobi, el mundo ninja estaba bastante más tranquilo. Las naciones se habían aliado para luchar contra Madara y Obito, todos los hombres y mujeres habían olvidado sus envidias y el mundo se había convertido en un lugar mejor. Y durante aquellos tres años, los países habían afianzado sus lazos de paz. No estaba preocupada en correr y no saber en qué lugar se encontrara porque incluso siendo la Sucesora Principal, ella no estaba dentro de su jurisdicción. Lo único que le preocupaba era que podía fallar.
Le dolía la garganta, la cara... Todo su cuerpo, pero no iba a parar. Caminando de rama en rama, había estado a punto de perder el equilibrio en varias ocasiones. Saltando en el último momento, había podido salvar un par de caídas donde seguramente hubiera podido fracturarse. Frotando sus ojos, se dio cuenta de que no podría seguir así demasiado tiempo. Le dolían los ojos, y el Byakugan era un poder muy duro de utilizar durante demasiado tiempo. Parpadeó de nuevo, achicando los ojos mientras los frotaba de nuevo, desactivándolo.
"No"
La Hyuuga tomó otra bocanada de aire y activó su línea sucesoria de nuevo. Corrió hacia delante, subiendo a la copa de un pino. La Tierra estaba cubierta de árboles, y estaba dándose cuenta que podría haberse perdido en uno de sus bosques. Pero el muro de árboles frente a ella estaba a punto de terminar. Corrió más, y luego más, antes de parar. Pero no podía verlo.
Cerró sus ojos de nuevo, concentrándose. Rastrear su chakra era una buena idea, sobretodo porque era fácil ver un aura tan fuerte. Siguiendo el paisaje, lo encontró inmediatamente.
La chica podía haber estado corriendo durante horas, no podría decirlo con total seguridad. Las estrellas estaban sobre ellas, brillantes, así que seguramente se encontraba en mitad de la noche.
De repente, Hinata paró. En el claro, en aquel valle entre las dos montañas, una figura estaba frente a ella. Podía ver su espalda, y vio cómo había vuelto la cabeza, mirando hacia un lado. Hinata no podía saber si la miraba a ella o no, no lo veía claramente. Estaba muy oscuro, y la capucha del hombre la ayudaba todavía menos. Ella se quedó parada, estática. Parecía de piedra, Hinata ni siquiera podía decir si él respiraba o no.
-No vas a rendirte, ¿verdad?- su voz sonaba grave, diferente de lo que ella recordaba, pero no estaba equivocada. Uchiha Sasuke estaba frente a ella, su chakra saliendo por sus poros.
-Sa...Sasuke...- Hinata no sabía si debía añadir algún apelativo, tampoco sabía cómo debía referirse a él. La Hyuuga miró cómo él, lentamente, se volvía hacia ella y se quitaba la capucha de la capa. Sus ojos rojos relucían en la oscuridad.
-Eres buena, debo concederte eso. Ahora abandona. No tengo tiempo que gastar en ti.
-Yo... yo no voy a ir a ningún lado.- la Sucesora dio un paso al frente, demostrándole su determinación.- Vas a venir conmigo.- Hinata vio cómo una mueca que simulaba una sonrisa aparecía en su cara. Con un duro movimiento, Sasuke se quitó la capa y la tiró al suelo, a su derecha.
-De todas las personas con las que he luchado, nunca he tenido la posibilidad de matar a un Hyuuga. ¿Debería considerar esto un honor?- El Uchiha también dio un paso al frente y miró a la chica que estaba ante él con los ojos blancos totalmente abiertos. Pensó que estaba paralizada, ya que no se movió.
Sasuke no podía estar ahí demasiado tiempo. Había sido descubierto en Iwagakure y tenía que darse prisa para esconderse. Había esperado encontrarse en ese momento a algún shinobi de La Tierra, por eso la Hyuuga le había sorprendido cuando la vio. El único superviviente de la familia Uchiha no había visto a ningún habitante de Konoha desde su última batalla con Naruto, cuando la Guerra Shinobi estaba a punto de acabar.
"Vamos a acabar con esto" pensó, frotando sus manos. En un segundo, había realizado los signos necesarios para crear un Chidori perfecto, y empezó a correr hacia la chica frente a él. Por un momento, estuvo seguro que iba a golpearla, pero de repente ella se había deslizado a un lado, apartándose de su camino, y un golpe con chakra lo había tirado al suelo. Hinata se había movido, creando un ciclón a su alrededor, un vórtice muy fuerte en el centro, que movía pequeñas rocas en el aire.
La joven pensaba en una estrategia. Tenía que desarmar a aquel hombre, y golpearlo para dejarlo inconsciente, pero era demasiado incluso para imaginarlo. No quería correr el riesgo de perder demasiado tiempo, él corría con facilidad. Obviamente conocía aquel terreno, y en eso le llevaba ventaja. Pero la joven lo conocía lo suficiente. Sasuke no era una persona que abandonara una batalla.
Y eso fue exactamente lo que aquel hombre hizo. Con un segundo Chidori en su mano, saltó hacia ella, y aunque se retiró, le rozó el brazo izquierdo. La corriente eléctrica la golpeó y la quemó con dolor. Utilizando una técnica curativa, la Sucesora lo golpeó para apartarlo de ella. Uno de sus golpes le rozó la manga, rompiéndola. El Uchiha miró su camiseta, irritado. El fujitivo estaba absorviendo información en aquel juego. Aquella Kunoichi utilizaba sus manos para todo, y aquel dato era una desventaja enorme para ella.
El hombre giró sobre sí mismo y agarró el mando de la famosa Espada de Kusanagi. La hoja estaba hecha de metal negro y el valle se iluminó cuando la cubrió con su chakra. El zumbante sonido de la electricidad recorriendo el metal hizo que la joven jadeara, pero no pareció asustarla de ningún modo. Sabía qué era aquello por cómo la había usado en la batalla de la IV Guerra Shinobi, cuando estaban frente a Obito y Madara.
Hinata se agachó para bendarse las rodillas y conseguir más estbilidad. Flexionó y crugió sus articulaciones, generando tanto chakra como pudo.
Utilizando la técnica del puño suave: Golpe de los leones gemelos, la joven lo atacó con toda su fuerza. El Uchiha empuñó su espada contra su primer golpe, pero el poder era tan fuerte que no pudo dañarla. Sasuke la había subestimado. Tenía más poder de lo que había pensado. Había pensado que sería un juego de niños para él. Aplicando más fuerza en su espada, hizo que la joven cayera hacia atrás para evitar que le cortara uno de sus dedos. La Hyuuga cogió un kunai de la pequeña bolsa que llevaba en la cintura y se lo lanzó con fuerza. Las espadas estallaron, pero el arma de la joven era demasiado pequeña y la luz le quemó la piel de la cara. Con un siseo, se echó hacia atrás y apartó la espada del hombre con su mano.
El Uchiha la miró genuinamente sorprendido. Era cierto que no había vuelto a luchar tras la guerra ninja pero, ¿había perdido su toque? ¿O ella sólamente lo estaba haciendo mejor de lo que esperaba? Daba igual, tenía que acabar. Activando su Sharingan, la miró directamente a los ojos.
-Amaterasu.- llamas negras aparecieron en la chaqueta de la joven, que inmediatamente empezó a sentir un fuerte dolor por aquel fuego antinatural. En un rápido movimiento se la quitó y la lanzó contra el hombre que, con un parpadeo, hizo que el fuego desapareciera. Lágrimas de sangre aparecieron en sus ojos.
"Es una pérdida de tiempo"
De repente, Hinata vio cómo el hombre ante ella se quedaba quieto. Parecía calmado, como si se tratara de una estatua bajo la luz de la luna. Su cara, sin emoción alguna, la asustó. Pero al ver aquella sonrisa torcida apareciendo en su cara, quedó totalmente aterrada. Ladeó la cabeza hacia la izquierda e instantaneamente un fantasma gigante en tonalidades púrpuras apareció rodeándole. Hinata nunca lo había visto por sí misma, pero había escuchado historias sobre el famoso Susanoo.
La cara de la criatura parecía la de un esqueleto. Demacrada y extraña.
-Deberías sentirte honrada, Hyuuga, lo verás por mi propia mano.- Hinata sabía demasiado bien que seguramente tendría que sacrificar su vida por esto. De todas formas, no sentía remordimientos, ni una ligera pena. Por fin iría a reunirse con Neji-neesan. Reuniendo sus últimas fuerzas, la joven corrió hacia él.
-Byakugan.
El Uchiha se movió en el momento en que ella podía golpearle con su palma, justo en el centro de su pecho. El gigante desenvainó su espada y le hizo un corte en el cuello. Cuando volvió a levantar el arma le cortó en el abdomen. Pero ella se había dado cuenta de lo que pretendía. El brazo izquierdo de Sasuske se aproximó a su torso para protegerse. Él observó aquella parte inerte y la tocó con el otro brazo para confirmar que no lo podía sentir en absoluto.
Guiada por su flujo de chakra, Hinata comprobó que su ataque había surtido efecto. Había ido contra su corazón deliberadamente para confundirlo, y él se había cubierto, permitiéndole pasar sus dedos por el punto más importante de chakra de su brazo. Incluso cuando era fácil para un Hyuuga paralizarlo y activarlo, a la víctima de costaría recuperarlo por sí mismo meses.
Hinata se apartó, el dolor nublándole la vista. Sujetaba su estómago, intentando parar el goteo de sangre que caía de la herida abierta sin conseguirlo. Su vista iba y venía por la pérdida de sangre y haber usado más de lo que debía su Byakugan. Y para colmo, podía ver la figura borrosa del hombre caminando hacia ella lentamente. Cayó de rodillas al suelo. El frío filo de la hoja de la espada tocó su garganta. Aunque intentó apartarlo, él la agarró del pelo para que no se moviera.
Hinata tenía frío. La noche era fría. Aquel hombre era frío... Sus ojos, rojos como el fuego, pero fríos como el hielo. La joven había llegado hasta ahí. Lo había seguido hasta la cripta y seguramente el próximo que lo encontrara podría traerlo de vuelta. Volvería a Konoha, con Naruto. Estaba contenta de su progreso. Aún con todo, le abochornaba no haber estado suficientemente preparada. La razón que había tenido para poder acercarse tanto a él era única y simplemente que él la había subestimado. Como todos los que había conocido a lo largo de su vida.
Hinata cerró sus ojos, escuchando el frío viento.
-¡Hinata!- abrió los ojos con fuerza cuando reconoció la voz de Kiba, el ladrido de Akamaru. Sin embargo, su visión era muy mala y apenas veía. Sintió que se golpeaba la cabeza con algo, y ya no sintió nada más.
continuará...
Bueno, aquí acaba el primer capítulo... Espero que nos leamos pronto! Gracias! Y no se os olvide darle las gracias a DarkAmy-chi, que me lo recomendó, y a AnnaDax por permitirme traducirlo! ^^
